Ciclistas, los amos de las pistas

Blog - El ojo distraído - Jesús Toral - Viernes, 3 de Junio de 2016
Un ciclista sobre la acera.
M.Rodríguez
Un ciclista sobre la acera.

¡Qué susto! Ayer estuve a punto de sufrir un accidente por culpa de un ciclista. Volvía con mi coche del trabajo y a la altura del centro comercial Serrallo me encontré con el semáforo en verde. Así que la chica que llevaba el vehículo que me precedía, igual que yo, estaba a punto de atravesarlo cuando de repente, un ciclista, sin casco, salió como una flecha desde la acera dispuesto a cruzar la carretera. El frenazo que tuvimos que pegar fue impresionante: la conductora del auto precedente para no estamparse contra el descerebrado, y yo, para no colisionar a su vez con él. ¡Menos mal que íbamos a una velocidad reducida!...Aunque,  lo que más me fastidió fue la actitud del joven sobre su sillín y sus dos ruedas, porque continuó su camino sin apenas mirar atrás, con una naturalidad pasmosa, como si estuviera acostumbrado a situaciones similares y lo que había estado a punto de suceder no hubiera sido por culpa suya.

No es la primera vez. Tengo que desplazarme diariamente entre Pinos Genil y Granada, y especialmente entre Cenes de la Vega y el pueblo en el que resido es prácticamente imposible en esta época no toparte con algún ciclista. Se trata de una carretera muy suculenta que conozco especialmente bien y por desgracia, aún es relativamente frecuente encontrarte con muchos supuestos deportistas que no llevan el casco y que no cumplen las leyes. He visto a grupos de tres en paralelo haciendo una caravana sin ningún pudor, me he encontrado a ciclistas en la carretera justo al lado del único tramo de unos 200 metros con carril bici. Se ve que piensan que no merece la pena utilizarlo para una distancia tan corta, pese a que eso provoque colas y atascos a sus espaldas de varios vehículos. He visto su actitud retadora cuando alguien le recuerda que su obligación es transitar por el carril bici, que está a un metro de la carretera, y he sido testigo de adelantamientos peligrosos de vehículos por esos ciclistas que no cumplen las normas.

Soy un gran defensor del deporte, incluso del ciclismo, creo que es una manera extraordinaria de moverse por la ciudad sin contaminar y ayudando a que nuestro cuerpo se ejercite mientras nos desplazamos de un lugar a otro. Y tengo que decir además que faltan carriles bici, que Granada es una ciudad preciosa por la debería ser más fácil moverse en este medio de trasporte y que en San Sebastián, por ejemplo, otra de las ciudades que mejor conozco, el carril bici es sagrado porque hay tanta gente que lo utiliza que no es factible que lo empleen los cochecitos de bebé o las mujeres con sus carros de la compra; es decir, hay que poner carril bici y hay que educar a la gente para utilizarlo sólo como tal.

Aun así, lo siento, no me valen ni las justificaciones ni las excusas…Ni les sirven a aquellos que han tenido un accidente por culpa de un ciclista que no cumple con sus obligaciones. Tal vez, debería pensar que es un invitado en unas carreteras destinadas a automóviles, porque que yo sepa el que va a pedales sobre dos ruedas no paga impuesto de circulación, y me parece bien, por supuesto, pero echo de menos una actitud más educada entre unos deportistas que por el hecho de ser más vulnerables, a veces, da la sensación de que se consideran por encima de la ley.

He tenido el infortunio de estar presente cuando un joven ciclista era atropellado por una camioneta al cruzar por donde no debía y quedaba en el suelo malherido. En ese instante, por supuesto, pensamos ante todo en la víctima y lo compadecemos pero hay otro perjudicado: el dueño del vehículo que ha impactado con él, porque quién sabe si le va a costar volver a conciliar el sueño o incluso ponerse al frente del volante. No es fácil asumir que te has llevado por delante a una persona, aunque la ley considere que no ha sido culpa tuya.

Estamos a punto de llegar al verano, en plena primavera, y las ruedas de las bicicletas echan chispas ahora para rodar sobre el asfalto. La convivencia entre vehículos distintos enriquece a los conductores de todos ellos, y si bien soy consciente de que los ciclistas deben soportar también la mala educación de algunos energúmenos al volante, en lo posible, todos deberíamos contribuir para que la circulación fuera más natural y menos traumática.

Me encantaría escuchar los gritos reivindicativos de deportistas que se quejaran de la inexistencia de carriles bici, de un mayor acondicionamiento de espacios para que pudieran circular con más tranquilidad, pero no los oigo, no me llegan o no existen. Me temo que esas protestas sólo están reservadas a las familias de aquellos que han sufrido un injusto accidente que se les ha llevado por delante.  ¿Hay que esperar a que eso ocurra para que pidamos que cambien las cosas?

Más allá de que a ese chaval que cruzó la carretera sin casco, en su bici, y con el semáforo en rojo, habría que quitarle la posibilidad de que volviera a circular a pedales por un tiempo o incluso para siempre, lo más importante es que no debería haber nadie con una educación vial tan escasa que no entendiera que hacer eso es una temeridad. Es imposible erradicar por completo los malos hábitos, pero aún está, en mi opinión, demasiado generalizado eso de que las normas no vayan con muchos ciclistas. Y lo que no entienden estas personas es que al no cumplirlas se juegan su vida y la del resto. No basta con exigir respeto por considerarse más vulnerables. Es hora también de asumir responsabilidades. El cambio empieza por uno mismo.

Imagen de Jesús Toral

Nací en Ordizia (Guipúzcoa) porque allí emigraron mis padres desde Andalucía y después de colaborar con periódicos, radios y agencias vascas, me marché a la aventura, a Madrid. Estuve vinculado a revistas de informática y economía antes de aceptar el reto de ser redactor de informativos de Telecinco Granada. Pasé por Tesis y La Odisea del voluntariado, en Canal 2 Andalucía, volví a la capital de la Alhambra para trabajar en Mira Televisión, antes de regresar a Canal Sur Televisión (Andalucía Directo, Tiene arreglo, La Mañana tiene arreglo y A Diario).