'De Andalucía a Uzbekistán'
No soy muy chismoso, más bien lo contrario, y no me gusta ir indagando en redes sociales, pero una casualidad ha hecho que me tope con el perfil en Instagram de Antonio J. Granados García, delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Granada. Aunque es una cuenta personal, el perfil es muy institucional si vemos que resalta su cargo y pone enlace a la web oficial de la Junta.
Mi sorpresa ha llegado cuando he advertido que usa, para ilustrarlo, el icono que representa a la bandera de Uzbekistán, con tres franjas horizontales: azul, blanca y verde
Mi sorpresa ha llegado cuando he advertido que usa, para ilustrarlo, el icono que representa a la bandera de Uzbekistán, con tres franjas horizontales: azul, blanca y verde. La franja azul superior tiene una media luna y 12 estrellas blancas en la esquina superior izquierda que he sabido que corresponden a las 12 provincias (más una ciudad y una república autónoma) que la componen. Y la franja blanca está rodeada de líneas rojas. Estos detalles son cietamente difíciles de apreciar en las diminutas imágenes.
He indagado un poco por internet por si había alguna noticia que se me hubiera escapado, pero no he encontrado ninguna relación personal de Antonio J. Granados con Uzbekistán (país que limita al noroeste y al norte con Kazajistán, al sur con Afganistán, al noreste con Kirguistán, al sureste con Tayikistán y al suroeste con Turkmenistán). Tampoco he encontrado ningún hermanamiento de Granada, (o por extensión de Andalucía) con esta remota república que se salió de la órbita soviética en 1991.
No sé desde cuándo se ha incorporado la ‘banderita’ en el perfil en Instagram y si la cuenta la lleva personalmente o está gestionada por un ‘community manager’ pero me parece que si estamos ante un despiste debería ser corregida a la mayor brevedad
No sé desde cuándo se ha incorporado la ‘banderita’ en el perfil en Instagram y si la cuenta la lleva personalmente o está gestionada por un ‘community manager’ pero me parece que si estamos ante un despiste debería ser corregida a la mayor brevedad. Les advierto que no busquen entre los emojis la arbonaida, nuestra bandera andaluza de verdad, (verde, blanca y verde, como la diseñó Blas Infante y la cantó Carlos Cano), porque no está disponible, al menos gratuitamente, yo la he buscado para usarla con ahínco y no la he encontrado.
Entiendo que si en el perfil personal de Instagram de Antonio Granados, aunque como delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Granada, aparece este icono debe ser un problema de daltonismo y/o de miopía visual. Por un lado, es comprensible la confusión del color ya que, a pesar de que algunos políticos profesen ahora un andalucismo converso, el azul es un color que siempre le ha gustado a la derecha, incluso algunos son unos nostálgicos del azul marino. El celeste también les mola, incluso el año pasado en las elecciones generales quisieron pintarnos un ‘verano azul’, aunque fuera con un croma. Luego lo han mezclado con el naranja y con el verde y se les ha formado un ‘marrón te cagas’.
Es curioso que en este caso la falta de visión recaiga en una persona que debe tener una gran visión política por mor del cargo que ostenta y a tenor de la vasta carrera política, de cargo en cargo, en los últimos 25 años
En cuanto a la falta de percepción visual también es comprensible que a una persona le pase desapercibida, sobre todo si está habituada a trabajar con ‘smartphones’. Es curioso que en este caso la falta de visión recaiga en una persona que debe tener una gran visión política por mor del cargo que ostenta y a tenor de la vasta carrera política, de cargo en cargo, en los últimos 25 años.
Porque ya puestos a curiosear he bicheado en su curriculum vitae y he encontrado que nació en Granada en 1971, es licenciado en Derecho, con un par de máster simultaneados en la misma fecha, según consta en la red LinkedIn. En la reseña informativa extraída de la web de la Junta de Andalucía indica que fue nombrado delegado del Gobierno en septiembre de 2022, tras haber sido anteriormente delegado territorial de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio Histórico en Granada desde principios de 2019.
Un extenso currículum en la política profesional como podemos comprobar y poco rastro he encontrado de su actividad fuera de la política
También he encontrado que ha sido concejal en el Ayuntamiento de Granada entre 2011 y 2019 (es decir que fue parte del equipo de gobierno municipal en la época ‘dorada’ del alcalde Torres Hurtado que salió del ayuntamiento escoltado por la Policía Nacional, entre cartones y por una puerta trasera). Antes de toda esta carrera política, según he podido googlear, fue diputado provincial entre 2013 y 2019, (entiendo que por otro municipio de la provincia), formando parte del equipo de otro ‘figura’ del PP granadino, Sebastián Pérez, y antes de eso fue jefe de gabinete de la subdelegación del Gobierno de España, del 2000 al 2003. Un extenso currículum en la política profesional como podemos comprobar y poco rastro he encontrado de su actividad fuera de la política.
Quizás ocurra que estemos ante una nueva derivada de la fábula del traje del emperador o el ‘rey desnudo’: que todo el mundo lo haya advertido antes, pero nadie quiera avisar al ‘jefe’ del fallo
Lo que a mí más me extraña es que no haya sido advertida esta ‘errata’ por los que utilizan esta cuenta o por los seguidores que acceden a ella. Es cierto que muchos seguimos las cuentas de las redes sociales desde el móvil, donde puede pasar desapercibida frente a la mejor vista que ofrece un ordenador personal, aunque sea portátil, en el que la diferencia es más evidente. En pantallas grandes se advierte con mayor nitidez el equivocado azul-uzbeko frente al verde-andalusí y se pueden apreciar claramente las complementarias luna y estrellas blancas en el ‘cielo’ de la parte superior de la bandera.
Quizás ocurra que estemos ante una nueva derivada de la fábula del traje del emperador o el ‘rey desnudo’: que todo el mundo lo haya advertido antes, pero nadie quiera avisar al ‘jefe’ del fallo y entonces lo mismo soy yo el niño que da la señal de alarma y estaríamos ante una nueva estrofa de La Mauvaise Réputation, y al haber metido las narices concluir que “siempre tengo yo que meter la pata”.