'De la admiración al odio'

Blog - El ojo distraído - Jesús Toral - Viernes, 30 de Septiembre de 2022
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¿Qué pensarías si te enteraras de que el artista que más admiras es un asesino en serie? ¿Seguirías siendo fan de su obra? ¿Dejarías de idolatrarle o ignorarías sus fechorías frente a sus creaciones? Hace unos días que se estrenó en los cines La chica salvaje, una historia basada en la novela que se convirtió en el mayor éxito de 2019 en Estados Unidos con 15 millones de ejemplares vendidos hasta la fecha. Y con motivo del estreno de la película nos hemos enterado de que a Delia Owens, la autora, la buscan en Zambia junto a su exmarido y el hijo de este para interrogarles por el presunto asesinato de un cazador furtivo. Al final, todo redunda en más publicidad para la película, pero también coloca una diana sobre la escritora, como ha sucedido decenas de veces en la historia. La novelista inglesa Anne Perry, con más de cuarenta best sellers a sus espaldas, se vio obligada a reconocer en los años 90 su verdadero nombre, Juliet Hulme, que mantenía oculto después de haber sido condenada con quince años por el asesinato junto a su amiga Pauline de la madre de esta: le machacaron el cráneo con un ladrillo envuelto en un calcetín.

Podemos recorrer el ámbito artístico y encontrar casos que dibujan un perfil cruel o mezquino

Podemos recorrer el ámbito artístico y encontrar casos que dibujan un perfil cruel o mezquino, como es el caso del pintor español más importante del siglo XX, Pablo Ruiz Picasso, que se casó con diez mujeres, dos de las cuales se suicidaron tras su muerte y otras dos tuvieron problemas psiquiátricos. Al margen de que no fuera señalado por la Justicia nunca, sus esposas han puesto de manifiesto más de una vez que era «muy cruel, sádico y despiadado con los demás y consigo mismo» e incluso Francoise Gilot, que convivió diez años con el pintor, aseguraba que «nunca quiso que su hijo llegara a nada; lo menospreciaba y lo convirtió en su chófer»; el caso es que Paulo murió alcoholizado a los 54 años bajo los efectos de una depresión.

¿Anula esto su obra? ¿Le resta categoría al arte que desarrolla? No es fácil llegar a una conclusión válida para todo el mundo, sobre todo cuando se trata de artistas cuyo arte puede condicionar la vida de unas personas y no afectar en absoluto a la de otras

El productor de las empresas hollywoodienses Miramax y The Weinstein Company Harvey Weinstein fue acusado de agresión sexual por más de sesenta mujeres en un caso que se hizo mundialmente famoso en 2017 y el cantante considerado rey del pop Michael Jackson fue señalado como pedófilo. También tiene abiertas varias causas el polifacético artista español José Luis Moreno y muchos intelectuales cuyos nombres han quedado grabados para la historia guardan sucesos que los convierten en viles, malvados e incluso odiosos.

¿Anula esto su obra? ¿Le resta categoría al arte que desarrolla? No es fácil llegar a una conclusión válida para todo el mundo, sobre todo cuando se trata de artistas cuyo arte puede condicionar la vida de unas personas y no afectar en absoluto a la de otras.

Imaginémonos que nos enteramos de que un investigador ha descubierto la cura del Parkinson o del cáncer y a posteriori nos explican que dicha persona asesinó a un niño veinte años atrás. ¿Dejaríamos de aprovecharnos de este hallazgo por proceder de alguien que llegó a cometer un crimen tan cruel?

Puede ser que me emocione con las pinturas de Picasso hasta las lágrimas o que esté deseando llegar a casa para acurrucarme en un rincón a leer los libros de Anne Perry o de Delia Owens, incluso podría ocurrir que agradeciera a Harvey Weinstein su contribución al mundo del cine y eso no significaría que apoyara los actos salvajes o delictivos que cometieron

Cuando empecé a dar clases de Escritura Creativa en prisión me provocaba curiosidad conocer el motivo por los que mis alumnos estaban presos, pero al poco tiempo dejó de importarme y hoy en día tengo claro que cuando imparto un curso en la calle no me planteo si los asistentes son buenas o malas personas, si maltratan en silencio a sus mujeres o no, si son jefes arrogantes o egoístas y ambiciosos, no sé si han cometido un delito y se han librado de la condena o si siguen haciéndolo a escondidas. No es mi trabajo ni tampoco mi función, ni dentro ni fuera de prisión. De la misma manera creo que tampoco lo es juzgar a un artista. Puede ser que me emocione con las pinturas de Picasso hasta las lágrimas o que esté deseando llegar a casa para acurrucarme en un rincón a leer los libros de Anne Perry o de Delia Owens, incluso podría ocurrir que agradeciera a Harvey Weinstein su contribución al mundo del cine y eso no significaría que apoyara los actos salvajes o delictivos que cometieron.

Algunas veces me he sorprendido al descubrir la ideología política de ciertos autores a los que admiro, por estar tan alejada de la mía, pero eso no me ha distanciado de su obra. De la misma manera que todos somos capaces de admirar la belleza de una mujer o un hombre al margen de sus actos o su manera de ser, deberíamos también saber separar cualidades de las personas y discernir la calidad literaria de Delia Owens de sus valores morales o sus supuestos actos delictivos. Al fin y al cabo, esto último le corresponde dirimirlo a la Justicia, no a nosotros, ¿por qué tenemos entonces que juzgarlos?

 

 

 

 

 

Imagen de Jesús Toral

Nací en Ordizia (Guipúzcoa) porque allí emigraron mis padres desde Andalucía y después de colaborar con periódicos, radios y agencias vascas, me marché a la aventura, a Madrid. Estuve vinculado a revistas de informática y economía antes de aceptar el reto de ser redactor de informativos de Telecinco Granada. Pasé por Tesis y La Odisea del voluntariado, en Canal 2 Andalucía, volví a la capital de la Alhambra para trabajar en Mira Televisión, antes de regresar a Canal Sur Televisión (Andalucía Directo, Tiene arreglo, La Mañana tiene arreglo y A Diario).