'Los maestros y maestras de la República'
Los maestros y maestras fueron uno de los colectivo más castigados por el franquismo, pues llegaron a convertirse en el símbolo de la República. Muchos de ellos pusieron en marcha la gran reforma educativa del gobierno republicano. Recordemos las películas: La lengua de las mariposas y El maestro que prometió el mar, que rinden homenaje a aquellos docentes que impartían a sus alumnos una educación humanística, científica y en contacto con la naturaleza.
Maestros que participaron en las campañas de alfabetización, pues la gran mayoría de la población, sobre todo en las zonas rurales, era analfabeta. Incluso organizaban clases nocturnas para enseñar a leer y a escribir a los jornaleros y a sus hijos, después de las duras faenas del campo. La República sabía que, sólo con la alfabetización, aquellos campesinos podrían aprender a pensar y a decidir para ser hombres y mujeres libres.
Los obispos dieron entonces su bendición al golpe militar franquista, pusieron al dictador bajo palio y legitimaron la sublevación con el nombre de Cruzada. Y Franco, a cambio, prometió a los obispos, el control de la nueva escuela nacional-católica
Los maestros y maestras también defendieron la escuela popular y laica, inspirada en la Institución Libre de Enseñanza, y por este motivo recibieron duras críticas de la jerarquía católica, acostumbrada a utilizar la escuela, no para educar, sino para adoctrinar a los pequeños en los dogmas de fe. Los obispos dieron entonces su bendición al golpe militar franquista, pusieron al dictador bajo palio y legitimaron la sublevación con el nombre de Cruzada. Y Franco, a cambio, prometió a los obispos, el control de la nueva escuela nacional-católica.
El franquismo emprendió una campaña para desterrar lo que llamaba "influencia marxista en las escuelas". El régimen hizo una limpieza, absoluta y sin contemplaciones, para separar del cuerpo docente a los maestros que consideraba "envenenados", nos dice el investigador Ángel Jiménez de la Cruz. La propaganda del régimen hablaba de "plaga de maestros", que eran considerados como agentes de Moscú. Jose María Pemán, ideólogo franquista y máximo responsable de la campaña de depuración, llegó a decir: "Hay que barrer el magisterio". Los maestros se habían convertido en la bestia negra del franquismo. No sólo eran marxistas, sino traidores a la patria, a los que había que dar un escarmiento.Y ya lo creo que se lo dieron. Pongamos algunos ejemplos:
Dióscoro Galindo, asesinado junto al poeta Federico García lorca, fue acusado de impartir una enseñanza atea que negaba la existencia de Dios. Su hijo, Antonio Galindo, afirma que fue detenido por falangistas a la 2 de la madrugada del 18 de agosto. También recuerda que intentó seguir en su bicicleta al coche en el que lo llevaban preso, pero uno de los pistoleros amenazó con matarlo allí mismo. Dió entonces media vuelta y volvió a casa, por eso salvó la vida.
Francisco Garrido, maestro de Loja, ejecutado por ser defensor de la escuela popular y laica, comunista y ateo de oratoria fácil. Fue detenido por los falangistas en su domicilio, cuando estaba leyendo el periódico, en compañía de su hijo de 12 años. Pude entrevistar al hijo del maestro Garrido cuando era ya un anciano de 81 años y en su rostro se reflejaba todavía el terror y la impotencia que sintió en aquel momento, cuando se lo llevaban, sin que pudiera hacer nada por evitarlo.
Angel Matarán, maestro de Alhendín, ejecutado por quitar los crucifijos de la escuela. Su hijo Alfonso, uno de los nuevos maestros formados por la República para llevar a cabo las campañas de alfabetización, también fue asesinado junto a su padre. Y su mujer, Justa de Vicente, fue apartada del magisterio por ser la viuda de un maestro rojo. Hubo maestros, como Justo Casares Roldán, que fueron sancionados por inculcar a los jóvenes el " virus republicano" o simplemente por leer la revista Nueva Pedagogía, tachada de comunista.
Todos los maestros y maestras estuvieron en el punto de mira, incluso los que no habían simpatizado con la República
Todos los maestros y maestras estuvieron en el punto de mira, incluso los que no habían simpatizado con la República. La comisiones depuradoras actuaron con espíritu inquisitorial, señalan los investigadores Jesús Crespo Redondo y José Luis Sainz Casado: "decididas a construir una nueva patria sobre una escuela purificada de rojos, republicanos, liberales y ateos".
Sólo en Andalucia, 6.000 docentes tuvieron que demostrar que no habían colaborado con la reforma educativa republicana. Para el régimen franquista, el maestro debía tener un expediente sin mácula y haberse opuesto frontalmente a la enseñanza laica de la República para ser confirmado en el cargo.
Más de mil, fueron apartados del sistema educativo, pues no eran dignos de confianza para participar en la nueva escuela nacional-catolica. Y varios centenares, directamente fusilados, por haber pertenecido a la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de la UGT, al sindicato anarquista CNT o al Frente Popular.
La comisión depuradora aplicaba a los maestros ejecutados el mismo procedimiento que a los desaparecidos. Publicaba en los Boletín Oficial de la Provincia una requisotoria con su nombre y apellidos emplazándoles a comparecer. Y si no lo hacían, resolvía el expediente con una cruel ironía, pues consideraba a los fusilados que se habían ausentado voluntariamente.
Mercedes del Amo nos dice que el franquismo diezmó la Escuela Normal de Magisterio en Granada, dejando la educación en manos de profesores mal preparados y provocando "el aislamiento internacional de la docencia y la investigación"
Asimismo, las maestras republicanas representaban el modelo de mujer moderna, autónoma, independiente y comprometida, que participó activamente en asociaciones, partidos políticos y sindicatos. Es decir, todo lo contrario a la mujer sumisa y nacional-católica que quería la Iglesia. Mercedes del Amo nos dice que el franquismo diezmó la Escuela Normal de Magisterio en Granada, dejando la educación en manos de profesores mal preparados y provocando "el aislamiento internacional de la docencia y la investigación". Eran los tiempos en los que se hizo tristemente célebre la máxima: "La letra con sangre entra".
Paralelamente a la separación o eliminación de maestras y maestros republicanos, el régimen procedió a destruir los libros escolares considerados de tendencia marxista. En las bibliotecas, sólo podían quedar los volúmenes que ilustraran sobre los sanos principios de la Religión y de la Moral cristiana, y que exaltaran, con sus ejemplos, el patriotismo de la niñez.
La campaña para borrar la herencia bibliográfica de la República obligaba a los maestros a enviar a la Inspección Educativa todos los ejemplares proscritos por el régimen
La campaña para borrar la herencia bibliográfica de la República obligaba a los maestros a enviar a la Inspección Educativa todos los ejemplares proscritos por el régimen. El destino de esos ejemplares era la hoguera, como en los mejores tiempos de la Inquisición. Un atentado contra la cultura que el diario golpista Arriba justificaba así: "Condenamos al fuego a los libros separatistas, liberales y marxistas. A los de la leyenda negra, anticatólicos y anticatólicos. A los del romanticismo enfermizo, a los pesimistas y a los del modernismo extravagante. A los cursis, a los cobardes pseudocientíficos, a los textos malos y a los periódicos chabacanos".
La primera Fiesta del Libro, que se celebró en 1939, después de la victoria, consistió en la quema de gran cantidad de volúmenes republicanos, que quedaron reducidos a cenizas. Un atentado del que nuestro patrimonio cultural aún no ha logrado reponerse. Alguien dijo, y con razón, que la guerra la ganaron los curas y la perdieron los maestros.
Perdieron la guerra, pero no la memoria. Películas como La lengua de las mariposas o El maestro que prometió el mar rinden homenaje a las maestras y maestros republicanos, y han sido un éxito de taquilla. También se han publicado decenas de libros para recuperar la historia de aquellos maestros que lucharon por la escuela popular y laica.Y para la Asociación Verdad, Justicia y Reparación es una prioridad mantener viva su memoria y que sea conocida por nuestros estudiantes.