Las víctimas de la tapia ya tienen su Memorial
Frente a las tapias del cementerio de Granada donde miles de hombres y mujeres fueron fusilados por defender la legalidad democrática, donde se les ejecutó y sentenció al olvido, la memoria de sus nombres ha roto el silencio.
Desde este jueves, los nombres de las casi 4.000 víctimas asesinadas por el franquismo en este lugar construyen un Memorial en su recuerdo. Una obra impresionante para recordar nombres ligados para siempre a la defensa de los derechos y libertades.
En la inauguración, el presidente de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, Rafael Gil Bracero, recordó los largos años de investigación que lo han alumbrado, con la participación de personas comprometidas con el movimiento memorialista y también agradeciendo la colaboración de las instituciones, especialmente la de la Junta. Y tras agradecer que se hubiera logrado levantar el Memorial, advirtió de que no callarían tras haber logrado colocar esos nombres.
"Hoy brindamos a las familias un memorial que hemos arrancado de las investigaciones", dijo reivindicando que frente a la tapia se abría, con este Memorial, "una luz de futuro", el "mejor puente" con ese futuro para conocer "por qué ocurrió y en qué circunstancias". Y que arrancó los aplausos de los asistentes cuando, para terminar su intervención, exclamó un ¡Viva la República!
El Memorial se levanta frente a la tapia del cementerio. j.algarra/ayuntamiento
El vicepresidente de la Junta con Belén Peinado Fenoll. j.algarra/ayuntamiento
En sus intervenciones, tanto el vicepresidente de la Junta como el presidente de la Diputación y el alcalde de Granada renovaron el compromiso con la Memoria en sus instituciones.
Cuenca recordó que era el segundo año en el que el alcalde de la ciudad participaba oficialmente en el acto, los dos años que lleva en la Alcaldía, y llamó la atención sobre el hecho de que hayan pasado 40 años de democracia antes de poder "levantar las losas de la desmemoria" y dignificar a las víctimas.
Entrena destacó la apuesta de su gobierno con la creación de un área de Memoria Histórica y Democrática y elogió el trabajo de las asociaciones memorialistas, frente a quienes tratan de desprestigiarla -"diciendo que solo queremos subvenciones", exclamaron desde los asientos en los que seguían el acto los familiares-, palabras estas últimas que fueron respondidas con aplausos.
Por su parte, el vicepresidente de la Junta recogió el guante lanzado por Gil Bracero y garantizó que se mantendrá la colaboración en adelante.
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"Mi abuelo no fue ni un golpista ni un traidor. Fue un patriota"
En la inauguración del Memorial se reunieron familiares de las víctimas del franquismo, los verdaderos protagonistas del acto. En su nombre hablaron Belén Peinado Fenoll, nieta de Antonio Fenoll Castell, capitán de Infantería fusilado en agosto de 1936; y Reyes Muñoz Cobo, nieta del abogado y periodista José María Quesada, fusilado también.
Ambas recordaron no solo el dolor por el asesinato de sus abuelos que sufrieron sus familias, también la humillación a la que durante años fueron sometidas las viudas e hijos de esas víctimas.
"Mi abuelo no fue ni un golpista, ni un traidor", proclamó con voz a veces entrecortada por la emoción Belén Peinado Fenoll, que elogió a su abuela y a su madre por enseñarles a vivir sin odio, pese a lo sufrido. Su abuelo fue fusilado junto a otros cuatro militares leales a la República. Unos democrátas, enfatizó.
Reyes Muñoz Cobo destacó la difícil vida de "las viudas de los rojos", siempre "a la sombra de un silencio impuesto", con el negro del luto con el vivió su madre toda la infancia. A su abuelo lo citaron para declarar y pese a las recomendaciones de que huyera por El Fargue, acudió y ya no regresó jamás. Sí unos pocos objetos personales, con una carta escrita en una cuartilla. En la memoria de su nieta, la letra borrosa por las lágrimas de esa despedida y el encabezamiento de la misiva: "A la viuda de José María García Quesada", asesinado con tan solo 25 años.
A contraluz, los nombres se proyectan en el paisaje
El Memorial es obra de la arquitecta Carmen Moreno Álvarez. 'Las Rejas de la Memoria' están construidas con los nombres, el lugar de procedencia, la edad y la fecha en la que fueron fusilados. Se extienden a lo largo de 43 metros en uno de los parajes con mayor protección de toda España: por su valor cultural, al encontrarse en el entorno de la Alhambra; por estar en un Lugar de la Memoria, como es la tapia del cementerio; y también por el valor agrícola de la dehesa. A ese reto se enfrentó la arquitecta, y a otro mayor, las emociones que encierra ese monumento al recuerdo de las casi 4.000 víctimas del franquismo. Las que tienen nombre y apellidos y también las que no han podido ser identificadas.
Las Rejas de la Memoria proyectan los nombres sobre el paisaje. p.v.m.
El resultado impresiona. Y más aún cuando, en determinados momentos del día, a contraluz, esos nombres se proyectan sobre la tierra y los olivos, como en un espejo. Ya no cabrá el olvido.
Tras las intervenciones, una ofrenda floral en la que participaron los descendientes de los hombres y mujeres asesinados en la tapia, que buscaban el nombre de sus familiares.
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