Sorpresa en el caso Romanones: Fiscalía retira los cargos contra el padre Román
En la última sesión del juicio por el caso Romanones la Fiscalía sorprendió al retirar los cargos contra el padre Román. Defiende el fiscal -Francisco Hernández- que no puede "consentir" una condena "sin pruebas". Y por ello retira las acusaciones por abusos sexuales contra el sacerdote y ha pedido su libre absolución.
Esa decisión ha indignado al denunciante. Daniel, el nombre que se ha utilizado durante el caso para identificar al joven, declaró a La Sexta Noticias que con esa decisión del fiscal lo que se hace es "perpetuar el silencio de los menores víctimas de abusos sexuales", en la esfera de la Iglesia católica, recordando que solo el 7 por ciento de esos casos se denuncia.
Pero el fiscal alega "la ausencia de cualquier elemento de prueba objetiva y pericial" que impiden acreditar la existencia de abusos sexuales. Y muy especialmente las "contradicciones" en las que incurrió la víctima respecto a si existió o no penetración anal, y sin ella, "no hay caso", puesto que los tocamientos sexuales que se señalaron habrían prescrito, informa Europa Press.
La decisión fiscal pone sobre la mesa inevitablemente el debate respecto a las víctimas de abusos sexuales y el calvario que sufren para denunciar. Y tampoco olvida el impacto mediático de este tipo de casos, que ha tenido a la Iglesia en el punto de mira, en particular al arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, por su actitud en este caso. El propio arzobispo tuvo que declarar como testigo en este caso en el que la Iglesia granadina figura como responsable civil subsidiaria.
Inicialmente fueron doce las personas acusadas, diez sacerdotes y dos laicos, aunque los delitos que se le atribuían a la mayoría habrían prescrito y el caso solo siguió para el padre Román, el único que se sentó en el banquillo de los acusados.
Este caso sobre supuestos abusos en el seno de la Iglesia católica ha sido uno de los de mayor impacto denunciados en España. El propio Papa Francisco se implicó con una llamada a la víctima animándole a denunciar.
Una vez que se conoció, Francisco llegó a pronunciarse en declaraciones a los periodistas en uno de sus viajes reconociendo que vivía el caso "con gran dolor, con profundo dolor", pero que consideraba que "la verdad es la verdad y no podemos esconderla".
Acusación particular y popular mantienen sus peticiones
En el caso de la representación legal del denunciante, reclama 26 años de prisión por tres delitos de abuso sexual y una indemnización de 50.000 euros por daño moral. Sostiene que en el transcurso del juicio sí han quedado "plenamente probados" los delitos, subrayando que en muchas de las causas de abusos sexuales que se han saldado con sentencias condenatorias la única prueba probatoria es la declaración de la víctima.
A su juicio la credibilidad del testimonio de la víctima se ha visto "corroborada" por las manifestaciones de otras personas, como testigos de hechos indirectos de naturaleza sexual y forenses que exploraron al padre Román o las peritos psicólogas que trataron al denunciante y que "en gran parte corroboran su testimonio".
La acusación popular, ejercida por la Asociación Prodeni, atribuye al acusado un delito continuado de agresión sexual, con intimidación, violencia y prevalimiento y con acceso carnal y pide para él 15 años de prisión, así como una indemnización de 75.000 euros por daño moral. Defiende que "cuando se abusa de un niño, parte de su vida ha muerto" y que la "credibilidad" del denunciante, que a su entender no ha hecho "teatro" en esta causa, al margen de las contradicciones que se hayan podido señalar a lo largo de las distintas declaraciones que ha realizado en las diferentes fases del caso.
El representante del Arzobispado de Granada por su parte incide en la colaboración de esta institución con la justicia durante todo el proceso, descartando hacer una hipótesis de los hechos en tanto que no le compete en su papel procesal. Resaltando la "imparcialidad" del Ministerio Público, destaca que "no basta con creerse" al denunciante, sino que debe sustentarse por qué es creíble. Igualmente, el Arzobispado no considera acreditada la existencia de daños más allá de los producidos por la judicialización de los hechos.
La defensa del padre Román solicita la libre absolución para su cliente en el transcurso de una argumentación en la que ha recordado que "no estamos ante una causa general contra la pederastia en la Iglesia Católica" y tampoco se está juzgando la labor pastoral del sacerdote o la moral de un grupo de amigos que hacen vida en común, en alusión al llamado grupo de los Romanones, sino si "se ha abusado sexualmente" del denunciante.
Tras 29 meses, diez tomos y nueve sesiones de juicio, el letrado del sacerdote defiende la "inocencia sin paliativos de Román", alegando que este asunto "jamás debió pasar de la fase de instrucción", la cual califica de "sesgada".
El sacerdote, visiblemente emocionado según Europa Press, no hizo uso de su derecho a la última palabra cuando el presidente del tribunal le dio esa posibilidad.
El resumen del juicio por el caso Romanones:
- Los policías que examinaron la conducta del padre Román creen que su versión es "altamente compatible con un testimonio deshonesto"
- El arzobispo de Granada reconoce que recibió "quejas" del padre Román, pero "jamás" de conducta sexual inadecuada
- Un testigo que fue monaguillo afirma que "desapareció" de la parroquia tras notar un "excesivo cariño" del padre Román
- El denunciante narra años de "abusos" y afirma que "tenía pánico de dormir" con el padre Román