En la segunda sesión del juicio del llamado 'caso Romanones', que se está celebrando en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada, han declarado en calidad de testigos parte de los sacerdotes y un laico que fueron investigados inicialmente en la causa, que llegó a tener doce imputados.
Todos ellos han coincidido en señalar que hacían cierta vida en común, como un grupo de "amigos" que compartían su interés por llevar una vida "cristiana" y por seguir el Evangelio, y que convivían con cierta asiduidad en las propiedades que habían adquirido parte de los miembros en Los Pinillos y Salobreña (Granada) o en la casa parroquial de San Juan María Vianney del barrio granadino del Zaidín.
Han negado, no obstante que se hayan producido "prácticas, situaciones o conversaciones" de corte textual vinculadas al denunciante de los abusos y de cualquier otro tipo, tampoco en la casa de Los Pinillos, que según el juez instructor acogió "los hechos más graves y relevantes penalmente".
Garantizan, de hecho, que jamás se han "bañado desnudos" en la piscina particular de este domicilio, como se ha llegado a señalar, o que se hayan visto sin ropa unos a otros, tampoco al padre Román, respecto del que afirman que ni era su "mentor" ni mantenía un trato "especial" con la persona que le acusa de supuestos abusos.
Afirman que este joven era "uno más" y vinculan el único conflicto que se produjo entre él y el padre Román con el hecho de que se descubriera que tenía pareja pese a que él había trasladado al grupo su vocación por el sacerdocio. Mantienen que nunca se mantuvieron conversaciones sobre la sexualidad de la víctima y que si alguna vez se hablaba de sexo era de una forma "genérica" o "doctrinal".
El primer testigo en declarar ha sido un laico, Manuel F.F, fisioterapeuta de profesión, quien ha convivido durante más de diez años con el padre Román, especialmente en la casa parroquial del Zaidín, donde se quedaba a dormir prácticamente "casi siempre" guiado, según ha dicho, por seguir un estilo de vida "cristiano".
Ha relatado que, entre 2007 y 2008, el supuesto denunciante de los abusos estaba buena parte de la semana en esta casa de la parroquia y "algunas noches" las pasaba allí, mientras que en la vivienda de los Pinillos se quedó "alguna vez", donde dormía en las habitaciones que estaban libres. Ha precisado que él solo le ha visto una vez dormir en la misma habitación que el padre Román, cuando usó una cama nido, un extremo por el que el tribunal ha llegado a expresar su extrañeza dada la precisión demostrada por el testigo en este punto.
En todo caso, este miembro laico del grupo ha garantizado que nunca ha presenciado práctica sexual de ningún tipo entre sus compañeros, y más concretamente entre Román M.V.C. y la supuesta víctima de abusos, ya que de lo contrario --según ha dicho-- "lo habría denunciado" él mismo y ha atribuido a "una venganza" la denuncia contra este sacerdote, ahora apartado cautelarmente.
"No somos un grupo"
En esta misma línea han hablado los sacerdotes que han declarado como testigos a petición de las partes, los cuales en su mayoría han relatado que conocieron al padre Román cuando contaban con 16 o 17 años y algunos adquirieron, en copropiedad y con fondos propios, los inmuebles de los Pinillos y Salobreña como lugares de "descanso" y "esparcimiento".
No obstante, han reiterado en sus distintas declaraciones que "no son un grupo" cerrado o institucionalizado como se ha podido señalar, sino un conjunto de "amigos" que comparten su interés por seguir el "Evangelio" y que están "comprometidos" con su labor de sacerdotes.
Han negado en este contexto que el padre Román, que se ha señalado como supuesto cabecilla del grupo, fuera su "mentor" aunque tuviera más edad o que ejerciera un papel "predominante".
La tercera sesión del juicio está prevista para este miércoles, cuando está citado a declarar el denunciante de los supuestos abusos, junto a otro testigo.