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70º ANIVERSARIO DE LA PRIMERA RESIDENCIA SANITARIA DEL “SEGURO”

'Ruiz de Alda', la casa de salud por la que entró la modernidad a Granada

Ciudadanía - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 17 de Diciembre de 2023
Esta es la historia más completa, llena de curiosidades e imágenes poco conocidas, de los 70 años del Virgen de las Nieves, el hospital de referencia de Andalucía oriental, que te ofrece con su habitual maestría Gabriel Pozo Felguera, el mejor cronista de Granada. No te lo pierdas.
1956. El Ruiz de Alda estaba de estreno. Los bloques de pisos empiezan a subir a la derecha. A la izquierda todavía subsiste la Casería de San Luis (actual Maternal). Se ven los Mondragones intactos. El barrio de los Doctores no ha aparecido. En la carretera de Jaén todavía está libre el solar de Traumatología; se ven cuevas en un Beiro sin embovedar. La Cárcel está completa; frente a ella está siendo derruida la prisión de la Campana. Aparece una esquina del campo de Los Cármenes.
TRABAJOS AÉREOS FOTOGRÁFICOS
1956. El Ruiz de Alda estaba de estreno. Los bloques de pisos empiezan a subir a la derecha. A la izquierda todavía subsiste la Casería de San Luis (actual Maternal). Se ven los Mondragones intactos. El barrio de los Doctores no ha aparecido. En la carretera de Jaén todavía está libre el solar de Traumatología; se ven cuevas en un Beiro sin embovedar. La Cárcel está completa; frente a ella está siendo derruida la prisión de la Campana. Aparece una esquina del campo de Los Cármenes.
  • Fue levantado por el Instituto Nacional de Previsión sobre la Casería de San Luis, entre 1949 en que compró el solar y 1953 que fue abierto a los enfermos

  • El gran edificio, modelo "avión" del franquismo, ha acogido a ocho de cada diez granadinos en sus siete décadas de vida

El 19 de diciembre de 1953 se reunió la Comisión especial de Salud de Granada para reorganizar el sistema de hospitales públicos. Había nacido la inmensa Residencia Sanitaria Ruiz de Alda, actual Hospital General Virgen de las Nieves, que revolucionaría la sanidad provincial. Granada tenía por primera vez en su historia un centro modernísimo de consultas, especialidades y cirugía. Atrás quedaban las vetustas instalaciones del Hospital Provincial San Juan de Dios, el 18 de Julio, el hospitalillo de Ronda, el Hospicio… Cumplimos siete décadas de avances y reformas en torno al germen de una de las dos grandes ciudades sanitarias granadinas. En ella trabajan hoy casi 7.000 biosanitarios. Esta semana se cumplirán 70 años de aquel gran avance social.  El colectivo de profesionales del Hospital General actual se dispone a celebrarlo con una serie de actos. Ruiz de Alda ha sido sin duda la casa de la salud por la que en este tiempo hemos pasado, por obligación o de visita, ocho de cada diez granadinos. Y algunos muchas veces.

La estructura hospitalaria granadina durante la primera mitad de siglo XX fue escasa y deficiente

La estructura hospitalaria granadina durante la primera mitad de siglo XX fue escasa y deficiente. El centro asistencial más potente era el Hospital Provincial (San Juan de Dios), dependiente de la Diputación y anexo a la Facultad de Medicina. El Hospital Clínico (en su parte baja), iniciado en 1931, había sido utilizado como cuartel durante la guerra y se empezaba a habilitar poco a poco en los años cuarenta, de manera que una sección ya entró en funcionamiento en marzo de 1953. Las urgencias también las atendía la Casa de Socorro municipal. El Sanatorio 18 de Julio del barrio de Gracia era demasiado pequeño; la residencia de Recogidas era muy primaria. San Lázaro se especializó en enfermos infecciosos. El Hospicio (Hospital Real) hacía las veces de inclusa y casa de enfermos mentales, hasta que también en los años cincuenta fue abierto el Psiquiátrico en la carretera de Santa Fe. El Hospital Militar atendía a su gremio y algo a particulares. Y el de la Cruz Roja del Paseo de la Bomba aportaba su granito de arena.

A pesar de todas aquellas deficiencias, la ciudad era famosa por el excelente plantel de especialistas que atendían en sus domicilios e incluso operaban en ellos; acudían a operarse pacientes de media España

El panorama sanitario se completaba con las clínicas privadas La Salud y La Purísima. Los domicilios hacían las veces de hospitales, a donde acudían los médicos a visitar a sus enfermos. A pesar de todas aquellas deficiencias, la ciudad era famosa por el excelente plantel de especialistas que atendían en sus domicilios e incluso operaban en ellos; acudían a operarse pacientes de media España.

El Instituto Nacional de Previsión (INP) fue creado en 1908; muy pronto abrió una oficina y dos pequeños consultorios en Granada, en la década de 1910-20. La administración la tuvo en una casa de la calle Puente de Castañeda, con una consulta aneja; un pequeño hospital funcionó al final de la calle Recogidas en los cincuenta, lindero a donde estuvo la gasolinera del Camino de Ronda. Pero “El Seguro” no cubría a un sector importante de la población granadina. Su residencia más potente fue abierta en unas casillas de la calle Gracia, esquina a Verónica de la Magdalena, que era de la Obra Sindical 18 de julio. Toda la estructura del INP acabó derivando tras setenta años de existencia en la actual Seguridad Social (en 1978).

Hospital 18 de Julio, del INP, con fachadas a las calles Gracia, Verónica y Moral de la Magdalena. Fue abierto en la década de los años cuarenta; siguió prestando servicio sanitario hasta treinta años después. Hoy es un centro social del Ayuntamiento.

En 1942 nace “El Seguro” y su gran hospital

Tras la guerra civil, en el año 1942, el nuevo régimen decidió implantar el Seguro Obligatorio de Enfermedad (SOE). Iba destinado a cubrir los tratamientos de la mayoría de la población trabajadora española, de pocos medios para acceder a la medicina privada. Afectaba a algo más de ocho millones de personas en España. La provincia de Granada acumulaba 748.000 habitantes, de los que el 65% eran susceptibles de atención médica del INP.

Quien no tenía medios, a lo más que podía aspirar era acudir a la beneficencia o a penar en su casa. El dictador Francisco Franco nombró una comisión de expertos médicos, funcionarios, arquitectos y juristas para planificar un sistema potente de salud pública

Ya he avanzado que la estructura hospitalaria de Granada era, como en casi todo el país, muy escasa y deficitaria. Quien no tenía medios, a lo más que podía aspirar era acudir a la beneficencia o a penar en su casa. El dictador Francisco Franco nombró una comisión de expertos médicos, funcionarios, arquitectos y juristas para planificar un sistema potente de salud pública. Se pretendía atender el tratamiento de la mayoría de las enfermedades que asolaban la posguerra de los españoles, a excepción de la psiquiatría, la tuberculosis y las cronificadas.

Los especialistas de la comisión, tras visitar varios países y estudiar el tema, concluyeron que habían de construirse al menos 86 residencias sanitarias, una por cada capital de provincia y ciudades más pobladas. Tenían que conseguir crear unas 34.000 camas en la red pública hasta el año 1982. [i]

Cada hospital sería bautizado con el nombre de algún militar o héroe franquista de la pasada guerra civil. A Granada le adjudicaron el del famoso aviador y cofundador de Falange Ruiz de Alda (Julio Ruiz de Alda Miqueleiz, asesinado en Madrid en 1936)

En 1947 ya tenía la comisión sanitaria el proyecto general del modelo hospitalario provincial que se deseaba. Se había decidido construir macro edificios de residencia sanitaria, o del seguro, copiado de Estados Unidos, y llamado “el avión”. Fue definido así el edificio elegido por tener esa distribución en plantas verticales superpuestas: las alas serían la enfermería para encamaciones; en la cola se situaba el bloque quirúrgico; y el tronco serían las zonas de escaleras, ascensores, pasillos y servicios comunes. Cada planta debería concentrar más de 30 camas. Cada hospital sería bautizado con el nombre de algún militar o héroe franquista de la pasada guerra civil. A Granada le adjudicaron el del famoso aviador y cofundador de Falange Ruiz de Alda (Julio Ruiz de Alda Miqueleiz, asesinado en Madrid en 1936).

A la izquierda, anuncio en la prensa local de la Caja Nacional de Seguro (Tesorería de la S. Social actual) buscando solar para el gran hospital de Granada. (Patria, 25 de mayo de 1947). Dcha., noticia de Ideal del 5 de enero de 1949 dando cuenta de que todavía no se había decidido la compra del solar.

El proyecto arquitectónico de la Residencia Sanitaria Ruiz de Alda de Granada le fue encargado al arquitecto Aurelio Botella, quien encabezaba el equipo ganador de un concurso de ideas. (Aurelio fue también el autor de la Facultad de Medicina en 1931)

El proyecto arquitectónico de la Residencia Sanitaria Ruiz de Alda de Granada le fue encargado al arquitecto Aurelio Botella (Nacido el 23 de agosto de 1900 y depurado en 1939 por haber trabajado para la II República), quien encabezaba el equipo ganador de un concurso de ideas. (Aurelio fue también el autor de la Facultad de Medicina en 1931). Eso ocurrió en noviembre de 1947. Pero ya unos meses antes (el 25 de mayo), el INP publicó anuncios en la prensa local buscando solar amplio y bien situado para construir su nuevo y gran hospital. El suelo o suma de suelos debería ser extenso, entre 21.000 y 42.000 metros cuadrados. Se esperaban propuestas de vendedores.

Inmenso solar adquirido por el INP en 1949, en la Casería de San Luis, para construir la Residencia. Después se añadieron el Maternal y la Escuela de Enfermeras. Plano municipal de 1940.

Esos amplios terrenos solían ser utilizados de vez en cuando como improvisado hipódromo; tenían algunos olivos y vides, pero solían sembrarse de cereales de regadío, con aguas de las acequias La Madraza y Mocatea que pasaban por allí

“El Seguro” adquirió en 1949 amplios solares demarcados por la carretera de Maracena, Río Beiro y Plaza de Toros. Era una gran cortijada, la Casería de San Luis, por encima del Hospital de San Lázaro, por debajo de la Plaza de Toros de Frascuelo y al Este del Cuartel de Artillería. Esos amplios terrenos solían ser utilizados de vez en cuando como improvisado hipódromo; tenían algunos olivos y vides, pero solían sembrarse de cereales de regadío, con aguas de las acequias La Madraza y Mocatea que pasaban por allí. La parcela ocupaba 35.556 metros cuadrados en dos partes bien diferenciadas: la esquina que lindaba con los Mondragones (explanada de acceso al Maternal de hoy) era una zona arbolada que cobijaba el cortijo y una especie de secadero, al que llamaban el Gallinero. En las fotos se aprecia un fresco camino arbolado desde la entrada principal; el resto de las hazas, en ligera pendiente, solían sembrarlas de trigo (30.186 metros se destinaron a la Residencia y el resto quedó para el Maternal).

En el primer semestre de 1949 fue elegido este solar para la futura Residencia por ser la oferta más barata, aunque no la más cercana a Puerta Real. El precio que se pagó fue de 110 pesetas por metro cuadrado

La Casería de San Luis era propiedad de los herederos de Luis Guijarro Oliveras. Su oferta a la Caja del Seguro se encontraba entre las tres seleccionadas por la Administración. En el primer semestre de 1949 fue elegido este solar para la futura Residencia por ser la oferta más barata, aunque no la más cercana a Puerta Real. El precio que se pagó fue de 110 pesetas por metro cuadrado.

El lugar estaba estupendamente conectado, ya que además del camino de Maracena, también confluía en el Quemadero de la Caleta la carretera y los tranvías de Santa Fe y Loja. A un tiro de piedra estaban las cocheras donde encerraban cada noche los tranvías urbanos e interurbanos. Y a medio kilómetro, la estación de ferrocarril.

Noticia y fotografía de la colocación de la primera piedra, el 14 de junio de 1950. El cofre de plomo fue enterrado en la losa del Hospital; contiene el acta firmada por todas las autoridades y ejemplares de los periódicos locales del día. PATRIA.

Las obras de construcción del edificio de catorce plantas (12 + 2 sótanos) comenzaron oficialmente el 14 de junio de 1950 con la puesta de la primera piedra, aunque retrasaron unos días las excavaciones hasta acabar la siega de los trigales

Las obras de construcción del edificio de catorce plantas (12 + 2 sótanos) comenzaron oficialmente el 14 de junio de 1950 con la puesta de la primera piedra, aunque retrasaron unos días las excavaciones hasta acabar la siega de los trigales. El proyecto arquitectónico lo firmó el equipo de Aurelio Botella Enríquez. Éste venía poco por Granada.

Quien realmente hizo de director de obra fue Rafael Vega Bañares. Nació en Madrid en 1919, pero era descendiente de granadinos de Montefrío; concretamente, sobrino-nieto del médico y alcalde de Granada Miguel Vega Rabanillo (1935-6). Trabajaba como administrador-apoderado de la empresa que se adjudicó la excavación, cimentación y alzado de la estructura, Eguinosa Hermanos (de Pamplona). Vega Bañares llevaba varios años construyendo residencias sanitarias (Guadalajara, Bilbao, Málaga, Albacete y Almería).

Rafael Vega Bañares, encargado de la dirección de obra de la Residencia.

Unos versos decían “De un hermoso campo de trigo/saldrá un edificio hermoso/para la salud de los granadinos”

A finales de 1950 ya se veía desde toda Granada la imponente masa del que era por entonces el mayor edificio de la ciudad, tanto en volumen como en altura; el Clínico extensivo que se levantaba un poco más arriba no podía competir con él. Unos versos decían “De un hermoso campo de trigo/saldrá un edificio hermoso/para la salud de los granadinos”.

La construcción, cierre de aguas del bloque y colocación de la bandera sobre el tejado se culminó sin ningún accidente mortal el 5 de diciembre de 1950. Era costumbre hacer una fiesta aquel día para celebrarlo. Allí se presentó, el 7, el arzobispo Balbino Santos a felicitar a los obreros y a entregarles la tradicional carcoya. La fiesta de la carcoya consistía por entonces en regalar a cada trabajador medio litro de vino, un bocadillo de buen jamón y un sobre con 25 pesetas. Se les dio el día de libranza.

7 de diciembre de 1950. El arzobispo Balbino Santos y el capitán general entregan las carcoyas a los obreros. A. AGUSTÍN CASTILLO
Alzado de fachada principal del edificio diseñado por Aurelio Botella en mayo de 1950. A. BOTELLA
Cerrado de fachada con muros de pie y medio de grosor, en la primavera de 1951. Sólo había cuatro bloques de viviendas en esta zona de la Avenida Doctor Olóriz. A. AGUSTÍN CASTILLO
Datos técnicos de la construcción

 Aunque el proyecto de Aurelio Botella contemplaba 350 camas sobre planos, durante el desarrollo de las obras fueron ampliadas a 420.

La estructura de hormigón armado se inició el 17 de agosto de 1950; se terminó el 5 de diciembre, con trabajo hábil de sólo 49 días.

Trabajaron 400 peones de Granada, más el personal especializado que la empresa Eguinoa trasladó desde Pamplona. Con las empresas subcontratadas por aquí pasaron 1.200 obreros.

Se vertieron 12.500 metros cúbicos de hormigón (6,5 millones de kilos de cemento más 900.000 kilos de hierro). Se fabricaba a pie de grúa.

El presupuesto inicial fue de 50 millones de pesetas. Se sabe que el coste se disparó mucho, pero nunca se informó hasta cuánto.

La cimentación se asentó sobre una losa de hormigón de 1 metro de espesor, de la que partían zunchados las zapatas y pilares.

Se construyó un aljibe en la base de algo más de 400 metros cúbicos. Hay otro de unos 75 metros en el último piso, para poder dar presión al edificio, ya que la red por entonces no la impulsaba.

Las escaleras de emergencia no venían en el proyecto. Hubo que añadirla a los extremos de las plantas con estructuras metálicas.[ii]
El gruista navarro que movió todos los materiales posa en su máquina Wolf. Fue la primera grúa instalada sobre raíles que recorría la fachada del edificio. Sólo se utilizó ésta. A. A. C.

Distribución monobloque modelo “avión”

La construcción del modelo avión (técnicamente se definía como Sündbarg) en monobloque fue común en prácticamente todas las residencias que se levantaron en los años cincuenta, aunque se personalizaron según la población y las características de cada ciudad. En unas se hacían habitaciones múltiples, en otras de menos ocupantes; otras contaron incluso con terrazas para que los enfermos tomaran el sol. En el caso de la Ruiz de Alda granadina se eligió el modelo de habitaciones entre cuatro y dos camas; también se incluyeron cuatro camas individuales por ala. Sólo cinco de las plantas de enfermería fueron dotadas con dos quirófanos, más otro en urgencias. Otra de las variantes consistió en añadir una terraza en el remate de cornisa. En el Ruiz de Alda fue colocada una cristalera que cubría las aguas de patios interiores. El edificio hospitalario fue zarandeado por el terremoto de Albolote (1956), de manera que se temió que sufriese graves desperfectos por su altura, volumen y cercanía al epicentro; solamente se rompió la cristalera de la techumbre y se separó dos centímetros una grieta de dilatación en plantas altas.

El hospital de especialidades, en vertical, fue acabado, equipado y puesto en funcionamiento en tiempo relativamente corto para su complejidad. Tenía 32.202 metros cuadrados de superficie. El 26 de septiembre de 1953 lo bendijo el flamante arzobispo Rafael García y García de Castro

El hospital de especialidades, en vertical, fue acabado, equipado y puesto en funcionamiento en tiempo relativamente corto para su complejidad. Tenía 32.202 metros cuadrados de superficie. El 26 de septiembre de 1953 lo bendijo el flamante arzobispo Rafael García y García de Castro. Empezaba a recibir a los primeros pacientes en sus consultas y sus quirófanos. Su primer director médico fue el doctor Juan Peña Tercedor, por entonces inspector del Seguro; de la secretaría se hizo cargo Luis Bueno Crespo.

Echaba a andar la residencia sanitaria por la que en sus primeros setenta años de vida pasaríamos el 85% de los granadinos.

Peña Tercedor, primer director de la Residencia. Un coche oficial espera en la puerta. A. A. C.

Así era la Residencia Sanitaria en 1953

El 20 de septiembre de 1953 fueron trasladados los primeros enfermos a la Residencia Ruiz de Alda. Procedían de la residencia del Camino de Ronda/Recogidas y de otros ambulatorios. Después les seguirían desde el Hospital Provincial. Sólo quedaron abiertos los ambulatorios de los barrios de la capital.

La primera distribución del Ruiz de Alda destinó tres plantas a servicios de cirugía; otra a maternidad y puericultura; el resto se repartieron entre otras especialidades y servicios generales, a razón de 42 camas por planta

La primera distribución del Ruiz de Alda destinó tres plantas a servicios de cirugía; otra a maternidad y puericultura; el resto se repartieron entre otras especialidades y servicios generales, a razón de 42 camas por planta. La modernidad llegó a las habitaciones: contaban con armarios individuales, radio para cada cama, servicio de llamada a enfermería, aseos por habitaciones. Era destacable que las camas se podían incorporar y elevar. Además, se contaba con estufas para las habitaciones, servicio de reparto de comida y desinfección de utillaje.

Croquis de las plantas 5, 6 y 7, arriba, destinadas a enfermos de cirugía, una para hombres y ora para mujeres, con dos quirófanos en la “cola del avión”. El plano de abajo corresponde a la planta novena, donde estaba la clínica de pediatría con sus nidos entre habitaciones.Uno de los quirófanos de las plantas quirúrgicas, con la cúpula superior para médicos en formación.Sala de radioterapia profunda.Sala de operaciones de tipo general y urgencias.Modelo de habitación de cuatro camas. (Colección de dibujos de A. Botella/José Marcide Odriozola y fotos de Pardo para el Colegio de Arquitectos de Madrid).

También se informó de la potencia del servicio de radiología y electromedicina, con cantidad suficiente de 'radium' para atender a una población de medio millón de habitantes

Cinco de las doce plantas se repartieron los once primeros quirófanos modernísimos. Incluso algunos tenían cúpula superior para observar las operaciones. Uno de los quirófanos fue instalado en la planta baja, izquierda, en el servicio de urgencias. La planta tercera acogía el servicio de reanimación para postoperatorios graves. Los quirófanos estaban conectados mediante montacamillas; cada cama iba provista de oxígeno. También se informó de la potencia del servicio de radiología y electromedicina, con cantidad suficiente de radium para atender a una población de medio millón de habitantes.

En la planta segunda fue colocada la farmacia y el servicio general de esterilización, que contaba con sucursales en el resto de los quirófanos. Por supuesto, también se habilitó sala de conferencias y biblioteca en la planta baja para estudiantes. Los servicios generales, cocina, lavadero, desinfección, central térmica, maquinaria de calefacción y refrigeración quedaron en el semisótano y el sótano. Todo el edificio se comunicaba entre sí mediante una escalera central y 14 ascensores o montacargas.

Hospital Ruiz de Alda en 1954. El barrio de los Doctores todavía era un olivar; el Campo de los Cármenes de gradas bajas se ve en el cornero izquierdo; el Clínico tenía casi acabados los edificios de su parte antigua. Se ven jardines y ningún coche. GRANADA GRÁFICA

Como nota destacable para clasificar la atención de pacientes en consulta aparecieron marcadores eléctricos con el orden de cita en las salas de espera. Llamó mucho la atención la planta de maternidad, por ser la primera vez que se veía en Granada

Como nota destacable para clasificar la atención de pacientes en consulta aparecieron marcadores eléctricos con el orden de cita en las salas de espera. Llamó mucho la atención la planta de maternidad, por ser la primera vez que se veía en Granada: había tres salas con nidos donde las puericultoras atendían a los neonatos ante la mirada de sus madres. Los bebés eran identificados con lazos azules o rosas, según su sexo.

La plantilla de personal médico para Granada capital aquel día en que entró en funcionamiento el Ruiz de Alda era de 83 médicos y 12 practicantes, repartidos por los ambulatorios de barrio. A la Residencia Ruiz de Alda la dotaron con 65 médicos. El número de personal de enfermería, celadores y auxiliar no se cuantificó, aunque se especuló que suponían una relación de 10-11x1. Es decir, la primera plantilla del Ruiz de Alda no debió superar el millar de personas. Las cifras resultaban escasas comparativamente con la actualidad.

Media Granada pasó a verlo y comentar que era la mejor obra que se había hecho desde que los Reyes Católicos levantaron el Hospital Real

Durante el mes de octubre de 1953 se abrieron las puertas del hospital a las visitas de curiosos. Media Granada pasó a verlo y comentar que era la mejor obra que se había hecho desde que los Reyes Católicos levantaron el Hospital Real. Definitivamente, la modernidad del siglo XX entró a Granada por la puerta de la Residencia sanitaria.

El arzobispo García de Castro bendice a la primera enferma que entró en el Hospital. Debajo, mirando desde la cúpula superior de un quirófano. El cirujano agachado de la izquierda era el Marqués de Villaverde, yerno de Franco, que estaba en Granada asistiendo al III Congreso Nacional de Cirugía. GRANADA GRÁFICA

La Residencia Sanitaria Ruiz de Alda se convirtió muy pronto en uno de los principales polos de atracción de los granadinos

La Residencia Sanitaria Ruiz de Alda se convirtió muy pronto en uno de los principales polos de atracción de los granadinos. Si antes de 1953 los tranvías discurrían por aquí prácticamente vacíos, camino de las cocheras, a partir de su inauguración hospitalaria se llenaban por completo. El trasiego de enfermos y acompañantes era incesante; también paraban repletos los que procedían de los pueblos de la Vega. La parada del Ruiz de Alda fue durante muchos años la de mayor trasiego de la ciudad. Todo el vecindario se empapaba de las enfermedades de los conocidos por los comentarios que se escuchaban en los coches de TEGSA.

Durante los años inmediatos a su construcción, la malafollá granadina apodaba a la residencia de dos maneras: La Corea y La Casa del Coño. La primera hacía referencia al gran número de personas que se subían a sus últimos pisos para suicidarse, lanzándose al vacío. Decían que en la Residencia había más muertos que en la guerra de Corea de aquellos años; ese tema no se solucionó hasta varias décadas más tarde con medidas anticaídas en ventanas, huecos de escaleras y terrazas. Lo de Casa del Coño era por la expresión de asombro que pronunciaba la gente llegada en los tranvías de la Vega al bajarse en la Caleta y ver un edificio que rivalizaba con la Catedral: "¡Coño, qué peaso casa¡".

Otoño de 1953, la Residencia Ruiz de Alda aparece recién estrenada.

Continuas reformas y adaptaciones

Nada más inaugurarse el macro hospital se vio que la teoría del diseño debía ser retocada con la experiencia del uso diario. El hospital empezó a sufrir reformas que no han cesado desde entonces, unas de mayor calado que otras. Se constató cierto constreñimiento en cuando al reparto de quirófanos; unos estaban infrautilizados y los otros, saturados. También fue un error de principio centralizar los ascensores en el cuerpo del avión de capas verticalizadas, hasta que se decidió ir añadiendo montacargas en las áreas exclusivamente quirúrgicas para mejor comunicación. También hubo que construir nuevos quirófanos. Todos estos errores del modelo avión-monobloque-vertical, diseñados en los años cuarenta y cincuenta, empezaron a ser corregidos en el diseño de la siguiente generación de centros hospitalarios, a partir de los años setenta. Después llegó una mayor racionalización concentrando quirófanos en bloques; también el peso de la nueva maquinaria hizo que se colocasen en plantas lo más bajas posible.

Ese modelo también llegó a Granada y a su Residencia Sanitaria. Pero para entonces el antiguo pago de Mocatea ya estaba completamente rodeado de edificios residenciales; no había solares cercanos libres para ir añadiendo nuevos hospitales específicos

A partir de mediados de los años setenta apareció en España el concepto de Ciudad Sanitaria. Era algo así como una segregación de servicios en edificios cercanos, según sus especialidades. Ese modelo también llegó a Granada y a su Residencia Sanitaria. Pero para entonces el antiguo pago de Mocatea ya estaba completamente rodeado de edificios residenciales; no había solares cercanos libres para ir añadiendo nuevos hospitales específicos. En el resto de la Casería de San Luis, donde estaba el cortijo, nació el Hospital Maternal e Infantil; por encima se consiguió añadir el que había sido hospital Virgen de las Nieves, privado, y rebautizado como Licinio de la Fuente en 1974, cuando fue adquirido por la Seguridad Social. Pero las especialidades de Traumatología y Rehabilitación debieron trasladarse a medio kilómetro, a la carretera de Jaén, antiguo cementerio del Armengol. Se consiguió levantar junto al Maternal la Escuela de Enfermeras y la parte administrativa (1971-72). El complejo pasó a llamarse Ciudad Sanitaria Virgen de las Nieves. Ocurrió en 1999.

Poco a poco, este barrio creció como setas. Se fue congestionando de tráfico y se hizo necesario excavar en los jardines delanteros del Ruiz de Alda para sacar un aparcamiento subterráneo; fue la obra reciente añadida de mayor enjundia sufrida en el siglo XXI.

Hospital Ruiz de Alda a finales del siglo XX. Las urgencias todavía estaban a la izquierda y no había sido construido el aparcamiento subterráneo delantero. A. H. V. N.

En la última década del siglo XX se conformó el principal complejo hospitalario público de Granada pivotando en torno al hospital Ruiz de Alda, que adquirió la condición de Universitario (en 1997), sólo ostentada hasta entonces por el Clínico San Cecilio (junto a la vieja Facultad de Medicina)

En la última década del siglo XX se conformó el principal complejo hospitalario público de Granada pivotando en torno al hospital Ruiz de Alda, que adquirió la condición de Universitario (en 1997), sólo ostentada hasta entonces por el Clínico San Cecilio (junto a la vieja Facultad de Medicina). Se habilitó un sistema y protocolo de conexión y comunicación superficial entre todos los centros hospitalarios de la capital, prácticamente concentrados en un kilómetro cuadrado. Funcionó a base de UVIs y ambulancias medicalizadas que trasladaban pacientes de uno a otro edificio. Se barajó muchas veces la posibilidad de construir un pasillo subterráneo que comunicase todos los edificios de esta área; sería una especie de túnel triangular para el tránsito de ambulancias, camillas y circulación de botes por tubo neumático. Uniría por el subsuelo el Ruiz de Alda, Maternal, Traumatología y Clínico San Cecilio.

Pero al final se descartó este proyecto y se decidió apostar por un nuevo modelo de Ciudad Sanitaria aneja al Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud (surgido en 1994). Al final del Zaidín irían también todos los centros de formación relacionados con lo biosanitario. En terrenos ubicados justo en el cornero opuesto a donde estaban concentrados todos los hospitales de Granada dese hacía medio siglo. También las decenas de negocios y servicios privados que nutren a la sanidad pública. Los hospitales del Norte de Granada iban a ser vaciados y dejados sin uso en pocos años. Aunque la idea no contaba con respaldo social de los granadinos. La nueva ciudad sanitaria del PTS empezó a ser realidad en 2016.

Aunque la ciudadanía no había pronunciado por entonces su última palabra respecto del diseño de distrito sanitario. El modelo tan drástico de reubicaciones hospitalarias obtuvo una rotunda contestación social que obligó a los políticos a recular y desdoblar/reformar los centros sanitarios de Granada

Aunque la ciudadanía no había pronunciado por entonces su última palabra respecto del diseño de distrito sanitario. El modelo tan drástico de reubicaciones hospitalarias obtuvo una rotunda contestación social que obligó a los políticos a recular y desdoblar/reformar los centros sanitarios de Granada.

La Ciudad Sanitaria Virgen de las Nieves se ha quedado para atender a una parte de la provincia y unas especialidades, en tanto que el nuevo complejo hospitalario del PTS cumple la misma función para otro amplio segmento de la población. En suma, Granada ha pasado en menos de un siglo a tener dos ciudades sanitarias muy competentes. Cada una de ellas dotadas de prácticamente todas las especialidades médicas y quirúrgicas.

Hospital General en la actualidad y Escuela de Enfermeras a su lado. Un tanto empequeñecido por el crecimiento de cipreses y la elevación del aparcamiento.
Similar perspectiva del Hospital General, donde se aprecia a la derecha la escalera metálica del ala Este que estaba contemplada en el proyecto original.

Aurelio Botella, el arquitecto de la Medicina en Granada

Aurelio Botella Enríquez nació por casualidad en Ponferrada en parto adelantado, cuando sus padres viajaban a Galicia. Era el verano de 1900. Perteneció a una familia de prestigio y acomodada de Madrid. Su padre fue el médico Sixto Botella Donoso-Cortés. El vástago se encaminó por la arquitectura. Estudió en la Escuela de Madrid junto con la que fue primera mujer arquitecta de España, Matilde Ucelay.

En el año 1928, recién licenciado, participó en el concurso para levantar la Facultad de Medicina y el Hospital Clínico de Granada, paredaño al barrio de San Lázaro, limítrofe a la carretea de Jaén. Él y su compañero Sebastián Vilata resultaron ganadores en marzo de 1931. Las obras comenzaron pronto durante la II República. Pero se eternizaron hasta que la llegada de la guerra en 1936 cogió el edificio a medias. Los militares lo convirtieron en cuartel. Tras la contienda, las obras se retomaron con demasiada lentitud. Hasta que un día del curso 1944-45, el decano de Medicina Miguel Guirao cogió a sus alumnos, lo ocupó y lo dio por inaugurado. Las obras en la parte del Clínico continuaron parsimoniosamente hasta marzo de 1953, empezaron abrir paulatinamente.

Aurelio Botella el día que se casó en Madrid con María Clarella Pensu. ARCHIVO FAMILIAR

Entre 1936 y 1939, Aurelio Botella permaneció en zona roja, en Madrid. Sufrió una depuración un tanto suave por los ganadores de la guerra, ya que se le acusó de haber colaborado con el régimen republicano por el solo hecho de haber construido obras para el gobierno entre 1931-36, especialmente las de Granada. Pero pronto se le rehabilitó, se le reconoció su valía e incluso se contó con su inestimable colaboración. No sucedió lo mismo a su compañera de estudios Matilde Ucelay, quien continuó trabajando como arquitecta “de tapadillo”. Sus proyectos se los firmaba Aurelio Botella.

La familia de Aurelio Botella tenía muy buenas relaciones con los mejores médicos del momento; aquello le permitió conocer de primera mano las opiniones de especialistas sanitarios a la hora de plantear un proyecto de hospital

La familia de Aurelio Botella tenía muy buenas relaciones con los mejores médicos del momento; aquello le permitió conocer de primera mano las opiniones de especialistas sanitarios a la hora de plantear un proyecto de hospital. También las tuvieron con los literatos y gente de la cultura a través del dueño de las editoriales Biblioteca Nueva y Reconquista, que eran del marido de Matilde Ucelay (José Ruiz-Castillo Blanco, de origen granadino). Estuvieron en contacto con los actores Margarit Xirgú y la familia García Lorca en su etapa madrileña.

El arquitecto Aurelio Botella encabezaba el equipo de tres arquitectos que ganó el concurso del Instituto Nacional de Previsión para empezar a levantar los 86 hospitales generales a partir de los años cuarenta, con su modelo “avión”. Aurelio, tras diseñar y dirigir personalmente varios hospitales por toda España a finales de los años cuarenta, acabó trabajando para el INP como director de la arquitectura de sus hospitales y ambulatorios. Después pasó al Insalud. Donde permaneció en activo hasta su jubilación. Su fallecimiento ocurrió en el año 1973.

Retrato de Aurelio Botella Enríquez a principios de los años setenta el siglo pasado. ARCHIVO FAMILIAR

En Granada firmó cuatro obras: Facultad de Medicina y Hospital Clínico (1928-1954), Residencia Ruiz de Alda (1950-53) y Garaje Rex de calle Recogidas (1961).

Sólo el edificio del Ruiz de Alda tuvo grabada la firma de Aurelio Botella en una de las jambas de mármol gris que forra el templete de la puerta principal, la que comunica el hall con el pasillo principal

Sólo el edificio del Ruiz de Alda tuvo grabada la firma de Aurelio Botella en una de las jambas de mármol gris que forra el templete de la puerta principal, la que comunica el hall con el pasillo principal. Quedó tapada en una de las reformas que forraron las paredes de contrachapado y material plástico.

Dio origen a una saga de arquitectos madrileños. Le secundó su hijo Aurelio Botella Clarella (1931) y su nieto Miguel Botella (1959). La familia Botella Clarella tuvo cierta relación con Granada en las décadas de 1950-60, ya que solían venir a visitar amigos y al Festival de Música y Danza.

NOTA. Para conocer la evolución de la red hospitalaria de Granada se puede visitar el MUSAL (Museo de la Salud) que hay instalado en la planta baja del Espacio V Centenario (Antigua Facultad de Medicina de la Avenida de Madrid).

Agradecimientos: A los ingenieros Agustín Castillo Vargas y Miguel Giménez Yanguas por los datos y material gráfico cedidos de sus archivos y sus lúcidas memorias.

Notas bibliográficas:

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  • [i] “La sociedad e instituciones asistenciales en Granada, 1500-2000”, de María de la Encarnación Cambil Fernández. Editorial Atrio. 2009

  • [ii] He utilizado datos del Boletín del Virgen de las Nieves que se publicó en 1999-2000 por iniciativa de Manuel Árbol y un amplio grupo de trabajadores del HUVN. También de las memorias del administrador de Rafael Vega Bañares.

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