SEMBLANZA DE UN INTELECTUAL COMPROMETIDO CON LA REPÚBLICA

José Rubia Barcia, un exilio interminable en un camino de cristales (y II)

Política - Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo - Sábado, 27 de Abril de 2024
Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo completan con este extraordinario capítulo la semblanza dedicada a un intelectual comprometido con la República, relacionada con grandes personalidades de la época, con un periplo vital de película.
Monumento a José Rubia Barcia en El Ferrol.
IndeGranada
Monumento a José Rubia Barcia en El Ferrol.
Si no tuviste la oportunidad de leer la primera parte o quieres volver a leerla: José Rubia Barcia, los años republicanos de un intelectual comprometido (I)

El exilio: de Cuba a Estados Unidos

Pasada la frontera estaba el campo de concentración de Saint-Laurent-de-Cerdans situado en el departamento de Pirineos Orientales y la región de Languedoc-Rosellón, en la comarca del Vallespir. José Rubia rememora esos días:

“Pasé la frontera –afirma José Rubia- y allí estaba [Emilio] García Gómez conmigo; de hecho, me ayudó a pasar la frontera, porque estábamos en una cabaña de pastores una noche, ya desesperados; no nos dejaba pasar la policía francesa y él se acercó a la frontera y vino a propósito para decirme que la frontera estaba abierta y que ya se podía pasar. Había unos cinco o seis mil hombres allí. Y pasamos León Garre, su cuñado y yo. [los llevaron al campo de concentración] encerrados como ganado…. Antes de llegar la noche unos senegaleses, que cuidaban el campo con ametralladoras, tiraban por encima de la alambrada puñados de carne de caballo cocida, y la gente, como perros, apoderándose de un pedazo de carne…, todo el mundo estaba hambriento… (…) el suelo estaba nevado, las cuatro maletas, las de Garre, su cuñado y la mía, en el suelo… [allí temblaban de frío] y yo perdí el conocimiento.” (Entrevista de González Herrán a José Rubia, 2014).

León Garre y su cuñado lo desnudaron y lo friccionaron con nieve. Eso lo salvó. La situación en el campo era infrahumana. Por la mañana de esa primera noche, sacaron más de cuatrocientos cadáveres de personas que se habían muerto de frío

Afortunadamente, León Garre y su cuñado lo desnudaron y lo friccionaron con nieve. Eso lo salvó. La situación en el campo era infrahumana. Por la mañana de esa primera noche, sacaron más de cuatrocientos cadáveres de personas que se habían muerto de frío. En esta situación había que escapar y, por azar, al día siguiente alguien les facilitó unos alicates y, aprovechando la noche, León Garre, su cuñado y Rubia Barcia, lograron salir del campo hasta dar en una pensión de Saint Laurent de Cerdans. Sin dinero en efectivo, José Rubia se tuvo que desprender de una pluma estilográfica de oro y una cámara fotográfica Leika y Garre de otros objetos para que la dueña les permitiera alojarse allí. Pero, para tener más tranquilidad, fue a visitar al alcalde del pueblo, que era socialista, y enseñándole Rubia su carnet del PSOE y diciéndole que no podía volver a ser internado en el campo de concentración, logró que el edil les diera a los tres una “laissez-passer” que les permitía salir del pueblo. De nuevo, la figura de Alejandro Otero, saldrá en su ayuda porque, una vez contactaron con él, les envió desde Perpignan un automóvil con una bandera de la embajada belga y un chófer que los llevó a esa ciudad francesa.

Carnet de José Rubia Barcia durante el exilio.

Y con un pasaporte falso que le hizo un fotógrafo comunista en Meux, logró llegar a La Rochelle donde embarcó con los brigadistas internacionales cubanos que regresaban a su país. Eso fue en mayo de 1939.

Lo que sigue en los meses en que estuvo en Francia es una historia interminable de incidentes propia de una novela policíaca: su nueva estancia en París donde fue engañado por un policía que intentó extorsionarlo y al no conseguirlo dio orden de busca y captura,  su detención, su escapada de nuevo, su huida a otros lugares como Toulouse, Burdeos y Limoges. Así estuvo dos o tres meses intentando salir de Francia hasta que su tío Antonio, que residía en Cuba, y con el que había contactado, le escribió un telegrama diciéndole que tenía “fondos ilimitados” en el Banco Societé Générale. Tenía la puerta abierta, pero faltaba el visado de la Embajada cubana en París. Tuvo la suerte de que la encargada de negocios de la embajada –no había embajador cubano en esos momentos- era la escritora Flora Díaz Parrado que no estaba autorizada para darle un visado, pero sí un permiso para entrar en Cuba, aunque tampoco esto le garantizaba que lo dejaran entrar en el país caribeño. Menos es nada, se dijo Rubia. Y con un pasaporte falso que le hizo un fotógrafo comunista en Meux, logró llegar a La Rochelle donde embarcó con los brigadistas internacionales cubanos que regresaban a su país. Eso fue en mayo de 1939.

Su periplo en Cuba

No acabó ahí su infortunio porque cuando llega al puerto cubano las autoridades de Inmigración no le permiten desembarcar. El documento de Flora no era válido y le dicen que debe continuar en el barco hasta Chile. Afortunadamente, sus dos tíos –José y Antonio- buscan la salida a su situación y el último –que había sobornado a las autoridades de Inmigración en otros casos- logrará que lo llevasen en un bote desde el barco hasta un nuevo campo de concentración donde todos eran chinos menos él. Era como un presidio. Allí estuvo cinco días hasta que su tío lo recogió.

Y se les ocurrió organizar la Escuela Libre de la Habana que fue financiada, fundamentalmente, por la que llegó a ser, años después, la segunda esposa de Manuel Altolaguirre la adinerada mecenas cubana María Luisa Gómez Mena

Y, de nuevo, la fortuna. Se daba en la Universidad de La Habana un ciclo de conferencias sobre la cultura arábigo-española. Allí coincidió con un grupo de refugiados como el psicólogo catalán Emilio Mira y  López, el poeta Manuel Altolaguirre –ex director de La Barraca y amigo personal de García Lorca- , el filósofo José Ferrater Mora, el poeta valenciano Bernardo Clariana Pascual o el Catedrático de Derecho, Mariano Ruiz Funes, que fue ministro de Justicia en el Gobierno de Largo Caballero, entre otros. Y se les ocurrió organizar la Escuela Libre de la Habana que fue financiada, fundamentalmente, por la que llegó a ser, años después, la segunda esposa de Manuel Altolaguirre, la adinerada mecenas cubana María Luisa Gómez Mena. Cuenta José Ramón Alonso (2009:141-154) que:

“Otro importante mecenazgo de María Luisa es el que ofreció al propio José Rubia Barcia a su llegada a La Habana en 1939. Barcia y el intelectual cubano Raúl Roa acuerdan fundar la Escuela Libre de La Habana. Creada en septiembre de ese año, esta escuela, que contó con el magisterio de intelectuales españoles y cubanos, pudo igualmente contar con la ayuda financiera de María Luisa, a quien pertenecía la casa de San Lázaro número 961 altos donde radicó ésta y se inauguró, un año más tarde, la Academia de Artes Dramáticas de la Escuela Libre de La Habana. El propio Barcia dice de ella que “me parece elemental añadir, por poco conocido, que gracias a su proverbial generosidad, fue posible el establecimiento de la Escuela Libre de La Habana”. Además de Barcia y Roa, esta escuela contó con la colaboración de intelectuales españoles de la talla de Concepción Albornoz, María Zambrano, Herminio Almendros, Ángel Lázaro, entre otros, y de cubanos como Elías Entralgo, Fernando Ortiz y José María Chacón y Calvo".

Esa actividad le permitió organizar temporadas teatrales en Cuba, impartir conferencias o dar clases de Gramática Histórica en la Universidad de La Habana, entre otras muchas actividades. También trató con literatos ilustres como Alejo Carpentier. Durante los cuatro años que residió en Cuba, Rubia Barcia se convirtió en una persona muy reconocida. Aparecía en el noticiario cinematográfico y sus obras de teatro o sus montajes como director de teatro eran excepcionales. De hecho, la Asociación de la Prensa Cubana le dio el Premio Nacional de Montaje. Ya vimos esa vocación por el teatro le venía de antes, de sus escarceos con el grupo “La Carreta” de Gallego Burín y porque luego  había escrito su obra Tres en uno durante su estancia en Barcelona durante la guerra.

Sin embargo, su vida se vería de nuevo truncada cuando el Ministerio de Instrucción Pública cubano intentó sobornarlo –tenía que firmar un cantidad menor de lo que iba a cobrar-, pero no accedió y eso fue el fin de la Escuela Libre de La Habana

Sin embargo, su vida se vería de nuevo truncada cuando el Ministerio de Instrucción Pública cubano intentó sobornarlo –tenía que firmar un cantidad menor de lo que iba a cobrar-, pero no accedió y eso fue el fin de la Escuela Libre de La Habana. Aún con toda esa actividad no ganaba lo suficiente para vivir.

Su periplo en Estados Unidos

En el verano de 1943 fue invitado para dar un curso en Middlebury (EEUU), pero no pudo ir porque todavía tenía contrato en vigor con la Universidad de La Habana. No lo dejaron ir. Pero tuvo la fortuna de que en su lugar fue su amigo Bernardo Clariana quien, a su vez, se puso en contacto con otro exiliado, el prestigioso filólogo Américo Castro Quesada, que a la sazón era el catedrático de Lengua y Literatura Española en la Universidad de Pricenton (desde 1940 a 1953). Antes de seguir, damos algunos datos biográficos de Américo Castro por su vinculación con Granada:

Américo Castro había nacido en Cantagalo (Brasil) en 1885, donde sus padres tenían un negocio. En 1890 compran unas tierras en el municipio granadino de Huétor-Tájar. Aquí, en Granada, pasará su infancia y juventud, ciudad que guardará siempre entre sus mejores recuerdos. Se licencia en Derecho y Filosofía y Letras por la Universidad de Granada en 1904. Castro marcha a Madrid y en 1910 ayudó a organizar el Centro de Estudios Históricos de Madrid y será Catedrático de Historia de la Lengua Española en la universidad madrileña en 1915. Amplía estudios en La Sorbona e imparte clases en Berlín, donde ejerce como embajador entre 1931 y 1932. Américo Castro será uno de los personajes fundamentales de una de las instituciones clave del siglo XX. Al inicio de la guerra civil se exilia. Primero da clases en Buenos Aires, en Río de Janeiro, Texas y en 1940 se traslada a New Jersey donde obtiene la cátedra de Lengua y Literatura española en la Universidad de Princeton. Será allí donde escriba su ambiciosa obra de reinterpretación histórica. Cuando llega a Princeton, Castro percibe el escaso ‘prestigio’ de lo español frente a la cultura anglosajona, la francesa o incluso la alemana, a pesar de la guerra. Desde Estados Unidos, Américo Castro reivindicará la importancia de lo español y será uno de los personajes fundamentales en recuperar el prestigio de la cultura española. Cuando se jubila en 1953, con 68 años, seguirá enseñando como profesor emérito y en calidad de profesor visitante en Middlebury College. También viajará a Venezuela, Francia, Italia y Alemania para dar conferencias. La Universidad de Houston o San Diego serán otros de sus destinos hasta que en 1958 decida volver a España por motivos familiares. Fijará su residencia en Madrid y pasará los veranos en Mallorca o en la Costa Brava donde encuentra la muerte, por un ataque cardíaco, en el verano de 1972. (Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo, Diccionario de la represión en Granada, 1931-1981, en elaboración).

Volviendo a José Rubia, éste había tenido algún roce con Américo Castro en su etapa madrileña en 1936 pues, en su búsqueda de empleo, fue al Centro de Estudios Históricos y Américo le ofreció 100 pesetas mensuales por hacer fichas. Era un salario ridículo y así se lo hizo ver a Américo Castro que se alteró “un poco conmigo” cuando le manifestó su opinión. No obstante, y en esta ocasión, fue convencido por Clariana para que recurriera a Rubia Barcia como especialista en la cultura arábigo-española. José Rubia recibió una carta de Américo Castro para que se desplazara a Pricenton como lector y que ya se vería en el futuro.

Para la inteligencia americana, todos los españoles eran rojos. Llamará a Américo Castro y este, moviendo cielo y tierra, conseguirá que lo dejaran pasar bajo fianza. Así entró en Estados Unidos

Aún con esta incertidumbre, sabía que su etapa cubana había acabado y accede a la invitación de Américo Castro. Consigue el visado y sus amigos le hacen una despedida-homenaje. Parte hacia Estados Unidos y aterriza en Miami. Y, de nuevo, las dificultades: el servicio de inteligencia lo interrogará durante cuatro días porque consideraban que era peligroso y le obligan a quedarse en el hotel, retenido, en tanto se resolviera la situación. Para la inteligencia americana, todos los españoles eran rojos. Llamará a Américo Castro y este, moviendo cielo y tierra, conseguirá que lo dejaran pasar bajo fianza. Así entró en Estados Unidos.

Trabaja un año con Américo Castro. Lo llaman entonces de la Office of War Information –sabían que había hecho radio en Cuba- y le ofrecen ser “La Voz de América para España”. Le cambian el nombre, por seguridad, y se le bautiza como Andrés Aragón. Hará ocho programas diarios de noticias en español para España. Recordemos que estamos en plena II Guerra Mundial y José Rubia había aceptado con la condición de que haría propaganda “pro-democrática y antidictatorial”. Le pagaban bien, hasta que un día le hicieron llegar un teletipo de un discurso de Churchill que daba las gracias a Franco. El teletipo decía así:

“Franco, un caballero español respetuoso de la neutralidad, no solo no nos ha perjudicado, sino que hemos contado con su ayuda por negarse a que Alemania invadiera… que Alemania pasara por España y se apoderara…”

Con Buñuel escribió un guión cinematográfico que fue cambiando de nombre (El Umbral, El Gran abismo, La novia de los ojos ensangrentados, La novia de los ojos deslumbrados) hasta terminar en La novia de la medianoche

Se negó a traducirlo. Y, tras una dura discusión con el jefe, fue literalmente expulsado de la radio por incompetente. El asunto llegó incluso a Roosevelt porque aquello fue un escándalo, pero se vio en la calle. Sin recursos y con su proceso de entrada legal en el país en curso, volverá a encontrarse con un futuro incierto. Y de nuevo, la fortuna o los hados. Lo llama Luis Buñuel, al que no conocía de nada y que entonces estaba en Nueva York, y lo visita en su casa. Le ofrecerá trabajo en Hollywood, en la Warner, pero con un contrato con tan poco salario que Rubia rechaza. No obstante, Buñuel le plantea entenderse personalmente con la compañía y, en efecto, Rubia Barcia logrará, tras la entrevista con el gerente de la compañía, un mejor contrato en la Warner Brothers. Con Buñuel escribió un guión cinematográfico que fue cambiando de nombre (El Umbral, El Gran abismo, La novia de los ojos ensangrentados, La novia de los ojos deslumbrados) hasta terminar en La novia de la medianoche. Cuenta Luis Buñuel que:

“Con Rubia Barcia el escritor español que se ocupaba de los doblajes, trabajé en la misma época sobre el guión de una película de misterio, “La novia de medianoche”, en la que se veía (creo) reaparecer a una muchacha muerta…, historia racional en el fondo, en la que todo quedaba explicado al final. Tampoco en este caso se presentó ninguna posibilidad de producción”. (BUÑUEL, Luis, Mi último suspiro, Plaza y Janés Editores, Barcelona 1983 (3ª edición),  p. 184).

El propio José Rubia lo cuenta así: 

“Él y yo volvimos a quedarnos sin trabajo otra vez, al cabo de año y medio de nuestra salida de Nueva York […]. Ya en la calle de nuevo, y con crecientes apuros económicos, intentamos varias desesperadas soluciones, entre ellas y por sugerencia de él, la última durante nuestra convivencia, fue la de escribir un guión juntos,enteramente comercial y ver de venderlo [….] .  Buñuel sugirió que nos fuéramos a una cabaña aislada de Big Bear, villorrio del “Guadarrama” local, y nos concentramos allí en desarrollar una idea que a él se le había ocurrido. Y allá nos fuimos Eva, él y yo —Jeanne se quedó en casa con los dos niños, nosotros no teníamos hijos aún— provistos de un mínimo de víveres y un máximo de bebidas […]. Fueron unos diez días de interminables conversaciones, sugerencias discutibles y aceptaciones forzadas, más de eliminación que de coincidencia y, por fin, el acuerdo en compromiso no sólo en cuanto a «gags» y continuidad lógica sino también en cuanto al inglés en que íbamos vertiendo el resultado […] Más tarde Buñuel lo rebautizaría de nuevo con el título de La novia de la medianoche, título este último con que fue registrado en el Screen Writers Guild y firmado con los seudónimos de L. Brunell y A. Aragón, a fines ya de 1945.” (José Rubia Barcia: Con Luis Buñuel en Hollywood y después, Edicios do Castro, 1992, págs. 12-14).  

El director de cine José Luis Borau recuerda que:

“Me marché a Los Ángeles en el año 1976 y una de las primeras personas que conocí allí fue José Rubia Barcia. Era muy amigo de Buñuel y había trabajado con él en los estudios de la Warner. Habían escrito juntos un argumento con la intención de vendérselo a La Universal. Entonces le presentaron el argumento de La novia de los ojos ensangrentados. Se trataba de un argumento de película de terror, hecho absolutamente al modo más tradicional. Según decían Rubia Barcia y el propio Buñuel, lo habían escrito cínicamente para ver si La Universal, que era una compañía que se había especializado en ese tipo de cine, podía hacer con eso una película…” (Centro Virtual Cervantes. Buñuel 100 años. Entrevista a José Luis Borau).

José Rubia trabajó como guionista, director y autor de doblaje en diversas producciones cinematográficas, siendo Buñuel el productor de las mismas

Este guión no se materializó como película hasta el año 1997, que fue producido y dirigido por Antonio Simón con el título final escogido por Buñuel [ver cartel]. José Rubia trabajó como guionista, director y autor de doblaje en diversas producciones cinematográficas, siendo Buñuel el productor de las mismas. Entre otras curiosidades fue (como actor de doblaje) Gary Cooper en la película “La exótica” (Sam Wood, 1945) y tradujo al español el argumento de “¡Viva Zapata!”, la película de Elia Kazan de 1952 con Marlon Brando. Por si fuera poco, en 1946 fundó en Hollywood una Academia de Artes Dramáticas, dirigida a los latinos. 

Portada del guión cinematográfico de “La novia de medianoche” con Luis Buñuel y en la otra foto, José Rubia y su esposa, con Luis Buñuel en EEUU.

Ya casado, el Departamento de Inmigración reinicia el proceso de deportación por razones políticas, llegando ser encarcelado en Seattle durante dos semanas

En medio, en 1945, el intelectual mugardés se había casado en Los Ángeles con Eva López Trejo, joven actriz de 18 años, de ascendencia española; precisamente Luis Buñuel sería su padrino de boda. Ya casado, el Departamento de Inmigración reinicia el proceso de deportación por razones políticas, llegando a ser encarcelado en Seattle durante dos semanas. Emprenderá entonces un largo proceso legal contra el Gobierno americano  que le costó mucha energía y mucho dinero. Y, como las dificultades no vienen solas, será despedido a finales de 1946 o comienzos de 1947. Según Rubia Barcia, el éxito de sus doblajes fue, paradójicamente, la causa de su despido porque los gobiernos de México y Argentina consideraron que arruinaba la industria del cine en esos países.

Queremos hacer un alto en el camino como curiosidad histórica y volvemos a Granada. El 12 de julio de 1945, la policía tenía cercados en una casa del Albayzín a los hermanos Pedro y Paco Quero. El tiroteo deja dos agentes de la BPS heridos y a tres policías. Por su parte, Paco recibe un balazo en el ojo y Pedro al saltar un muro durante la huida se rompe una pierna, aún así, conseguirán romper el cerco. Paco es rescatado por su familia mientras Pedro se refugia en otra cueva donde finalmente es descubierto al día siguiente. Se entabla otro tiroteo, en el que pierde la vida el policía José Márquez Rubia y cae malherido su compañero Enrique Muñoz. José Márquez era primo hermano de José Rubia Barcia.

Volviendo a José Rubia, en 1947 se encontraba, de nuevo, sin recursos porque no solo había sido despedido, sino que su Academia de Artes Dramáticas también había fracasado. Y, de nuevo, los hados. Américo Castro lo recomienda al lucense César Barja y Buceta que enseñaba en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Aunque el encuentro entre ambos no transcurrió afablemente, luego atendió su petición y la Universidad lo nombró Instructor de la misma. Andando el tiempo, Rubia Barcia refiere a César como uno de los mejores amigos que tuvo. Se inicia  la carrera docente en Norteamérica de José Rubia y a los diez años ya era Profesor Asociado.

José Rubia Barcia, en 1944. Cedida por Xoan Rubia.

Como su situación legal en el país no se había resuelto, en 1954 estuvo a punto de ser deportado por la conocida “Caza de brujas” del senador Joseph McCarthy, pero al año siguiente fue sobreseída su causa y se le concedió residencia legal en los Estados Unidos gracias a una campaña a su favor de la Universidad donde trabajaba

Como su situación legal en el país no se había resuelto, en 1954 estuvo a punto de ser deportado por la conocida “Caza de brujas” del senador Joseph McCarthy, pero al año siguiente fue sobreseída su causa y se le concedió residencia legal en los Estados Unidos gracias a una campaña a su favor de la Universidad donde trabajaba.

En 1955 viajó a Lisboa con su esposa y sus dos hijas, Adela y Elena, para poder reunirse con su familia gallega, ya que no podía entrar en España. Sus padres no conocían a su esposa y a sus hijas. Su suegro le había conseguido un pasaporte y un visado y, aunque había regularizado su situación en EEUU, podía viajar, pero no tenía garantía de poder volver. Su idea era estar un año en Portugal, pero a los cinco a seis meses la policía secreta portuguesa le conmina a salir del país, posiblemente presionada por el gobierno español. La embajada española arregló que permitieran salir prosiguiendo luego viaje a París y, de nuevo a Estados Unidos.  De vuelta a Estados Unidos el año 1957 adquirió la nacionalidad norteamericana y el año 1961 fue nombrado Catedrático titular (Professor) de la Universidad de California, donde prosiguió su labor didáctica hasta ser nombrado, con motivo de su jubilación, el año 1985, profesor emérito de Literatura Española.

En los últimos años de la vida de Franco visitó España varias veces, ya con la ciudadanía americana. Residía en Madrid, donde podía visitarlo la familia. Y, aún así, siempre vigilado por la Brigada Político Social, porque algunos de sus artículos escritos fuera seguían siendo muy críticos, “a veces muy violentos” con el régimen de Franco. No obstante, nunca se puso en contacto políticamente con nadie en España y sus visitas se limitaron a contactar con la familia.

Y comienzan los reconocimientos. Su traducción al inglés (realizada junto con el poeta Clayton Eshleman) de la obra de César Vallejo (Cesar Vallejo´s The Complete Posthumus Poetry) consigue el Premio Nacional de Traducción de EE.UU. de 1979 (National Book Award for Translation)

Y comienzan los reconocimientos. Su traducción al inglés (realizada junto con el poeta Clayton Eshleman) de la obra de César Vallejo (Cesar Vallejo´s The Complete Posthumus Poetry) consigue el Premio Nacional de Traducción de EE.UU. de 1979 (National Book Award for Translation); en 1982 recibe un homenaje de la University of Nebraska-Lincoln que edita un volumen de estudios sobre literatura hispanoamericana en su honor; en enero de 1983 ingresa como miembro de la prestigiosa entidad National Geographic  Society y ese mismo año obtiene el premio José Vasconcelos. Con una España ya en democracia, comienza también a ser reconocido en la sociedad gallega. El 30 de marzo de 1983 es nombrado académico correspondiente de la Real Academia Galega; en 1985, más de cuarenta años después de su marcha,  es invitado por la Universidad de Santiago de Compostela para dictar una lección en el Congreso Internacional en el centenario de Rosalía de Castro, siendo su primera intervención pública en Galicia desde su exilio en 1939 y, unos días más tarde, en El Ferrol, la ciudad a la que debía su formación cultural, personal y política; interviene en varias mesas redondas en diferentes centros culturales de la ciudad, entre ellos el Liceo Rubia Barcia fundado el año 1989 con sede en el barrio de Caranza. En agradecimiento, el año 1993 hace donación de su importante biblioteca particular al Concello de Ferrol.

José Barcia cuando fue a recoger el premio Vasconcelos a Cuba en los noventa. Cedida por Xoan Rubia.
José Rubia, en el centro, en El Ferrol cuando se le entregó la insignia de oro de la ciudad.

Las publicaciones de José Rubia Barcia, entre libros, ensayos, poemas y traducciones, sobrepasan el centenar. Entre otras, Noche de Galicia y Tres en uno. Autosacramental (1940); entre sus ensayos Valle Inclán y la cultura gallega (1955); Américo Castro y la realidad histórica de España (1956); El esperpento y su signo universal; La Pardo Bazán y Unamuno; Umbral de sueños (1961); Prosas de razón e hiel (1976); Poetas españoles en USA; Lengua y cultura; Mascarón de proa (1983) o Memoria de España, entre otras.

Portadas de algunos libros de José Rubia.

Su vida y obra fueron estudiadas por Eva Ocampo y Esperanza Piñeiro, mientras que una calle del barrio de Caranza lleva su nombre. En junio de 1997 se inauguró en los jardines del Campus universitario de Esteiro un busto de bronce de José Rubia Barcia, obra del escultor Guillermo Feal.

Nunca mais

Falleció el 5 de abril de 1997. Sus cenizas fueron esparcidas en la ría ferrolana, entre Mugardos y Ferrol, las localidades donde vivió sus primeros años. Antes de morir, en la entrevista que le hizo González Herrán en 1985, recordaba con dolor lo que había sido para él el exilio:

“… lo más doloroso para mí, fue encontrarme con algo que no esperaba: la falta de aprecio o de interés por una España que era mi patria y mi país. El darme cuenta que no significaba nada en el mundo. [y que esa hispanidad] no era apreciada, sino que era menospreciada. Pasamos a ser un país sin importancia y miembros de una cultura que no contaba. (…) De modo que la soledad interior se hacía ahora una soledad mucho mayor, porque no contaba siquiera con unos ciertos asideros abstractos que te mantuvieran con cierto orgullo".

“… solo el que ha vivido el exilio puede darse cuenta de lo que es el exilio. El razonar sobre el exilio, el pensar sobre el exilio ya transforma el sentimiento del exilio. Es quizá una de las experiencias más dolorosas y más angustiantes porque puede pasar el hombre… Y si el exilio se prolonga, la desesperanza ya de que tus ideas y tus cosas tengan un reflejo en la vida colectiva…; es decir, te sientes doblemente fracasado: primero, has abandonado tu país y después ya has abandonado toda posibilidad de influir sobre tu país” (…) El exilio te obliga a pensar dentro de ti olvidando al resto de la humanidad.” (Entrevista de González Herrán a José Barcia, 2014).

Esa entrevista con González Herrán dejó patente que José Rubia, al volver a España, se encontró con unas generaciones de jóvenes que le devolvieron la fe en este país, pero también con otras anteriores que lo defraudaron, hasta el punto de afirmar que la esperanza en ellas “la he perdido hace ya muchos años y no he podido recobrarla”. 

¡Qué pena que no lo hayamos podido descubrir antes, aunque fuera, sólo, para rememorar un tiempo donde la esperanza era el sueño del hombre despierto, que dijera Aristóteles!

P.D. Hemos de agradecer la colaboración de su sobrino Xoan Rubia que nos ha entregado diversos documentos y fotografías. Fue Enriqueta Barranco la que nos puso en contacto con él debido a la amistad que les une. Y a ella, además, por su contribución en aspectos de forma y fondo para este artículo.

 

ADIVIÑA ADIVIÑANZA!

Eu son filio das estrelas

estrelas de ceo e mar

as veas teño na terra

rías de seiva no chán



ADIVIÑA ADIVIÑANZA!

Xunto do ceo fun criado

imerso na claridá

non tiña vela nin remos

e navegué¡ polo ar.



ADIVIÑA ADIVIÑANZA!

Perdíme na noite escura

gostéi do sabor amargo

toquéi a risa do vento

choréi coa choiva de maio.



ADIVIÑA ADIVIÑANZA!

Fun no teu peito alcontrado

pantasma do meu ollar

niño quente das ausencias

lonxe sofrer do meu lar.



ADIVIÑA ADIVIÑANZA!

Quén son quén fun quén seréi?

pergunta que ti me fas

resposta que eu che daréi:



Eu son filio das estrelas

xunto do ceo fun criado

perdime na noite escura

fun no teu peito alcontrado



Poema de José Rubia Barcia.

Bibliografía:

  • Gran Enciclopedia Galega Silverio Cañada (DVD), El Progreso, 2005.
  • ALONSO LOREA, Ramón. “María Luisa Gómez Mena (1907-1959). Al rescate de una imagen cultural”. En Revista Hispano-Cubana, Nº 34, Primavera-Verano, Madrid, mayo-septiembre 2009:141-154.)
  • BUÑUEL, Luis. Mi último suspiro, Plaza y Janés Editores, Barcelona 1983 (3ª edición),  p. 184.
  • FERNÁNDEZ DEL RIEGO, F., Diccionario de escritores en lingua galega (2ª ed.), Do Castro, 1992.
  • GONZÁLEZ HERRÁN, José Manuel: «Cartas entre exiliados» [recensión de: Correspondencia con Rubia Barcia. Almas gemelas (1940-1993). Correspondencia Eugenio Granell, 2. Santiago de Compostela: Fundación Eugenio Granell, 2011, 361 pp.], Grial, tomo L, núm. 193 (xaneiro-febreiro-marzo 2012), pp. 106-107.
  • GONZÁLEZ HERRÁN, José Manuel,  “Una voz del exilio republicano: José Rubia Barcia en 1985”, en Ferrol Análisis, Universidad de Santiago de Compostela.
  • GONZÁLEZ HERRÁN, José Manuel, José Rubia Barcia: una vida contada, As Novas Voces, Concello de Cultura Galega, Santiago de Compostela, 2014.
  • JOHNSON, Roberta and SMITH, Paul C. (editors): Studies in honor of José Rubia Barcia. Society of Spanish and Spanish-american Studies, Spanish Language and Literature, 44. University of Nebraska, Lincoln.1982
  • MÉNDEZ FERRÍN, Xosé Luis, De Pondal a Novoneyra, Edicions Xerais de Galicia, 1984.
  • VILAVEDRA, Dolores, ed. Diccionario da literatura galega, Editorial Galaxia, Vigo, 1995.
  • MARTÍNEZ FORONDA, Alfonso y SÁNCHEZ RODRIGO, Pedro, Diccionario de la represión en Granada, 1931-1981, en elaboración.
  • VÁZQUEZ MATOS, D.: «Da diáspora republicana española: a estadía de José Rubia Barcia en Cuba», en Actas do Congreso Internacional «O exilio galego», Santiago de Compostela: Consello da Cultura Galega, 2001, pp. 1070-1087; consultado en: http://consellodacultura.org/mediateca/extras/congreso_internacional_exi...
  • Centro Virtual Cervantes. Buñuel 100 años. Entrevista a José Luis Borau.   https://cvc.cervantes.es/actcult/bunuel/entrevistas/borau.htm)
  • Archivo Real Chancillería de Granada,  Caja 25918, Pieza 18.
  • El Defensor de Granada, 16 de enero de 1933

Pedro Sánchez Rodrigo (Burgos, 1960). Es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, donde cursó la especialidad de Historia Contemporánea. Ha ejercido como profesor de Secundaria de Geografía e Historia desde 1984. Desde hace  años colabora con la Fundación de Estudios Sindicales- Archivo Histórico de CC.OO.-A.. Ha participado en la obra colectiva “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81)”, publicada por la Editorial El Páramo en el año 2012, y, junto con Alfonso Martínez Foronda, es autor de “La cara al viento.  Memoria gráfica del movimiento estudiantil de Granada durante la dictadura y la transición”, obra publicada por la Universidad de Granada, también en 2012. Ha colaborado en el volumen La Resistencia andaluza ante el tribunal de orden público en Andalucía. 1963-76, editado en 2014 por la FES/Archivo Histórico de CC.OO.-A y la Junta de Andalucía, y en otros trabajos colectivos, como De la rebelión al abrazo. La cultura y la memoria histórica entre 1960 y 1978 (Diputación de Granada, 2016) y La Universidad de Granada, cinco siglos de historia. Tiempos, espacios y saberes, coordinado por Cándida Martínez López (III Volúmenes, EUG, Granada, 2023) con el artículo “Antifranquismo en las aulas. El movimiento estudiantil”. También con Alfonso Martínez Foronda ha publicado el libro “Mujeres en Granada por las libertades democráticas. Resistencia y represión (1960-1981)”, publicado en 2016 por la Fundación de Estudios y Cooperación de CC.OO. Actualmente está jubilado y colabora en la elaboración del Diccionario de la Represión en Granada 1931-1981.

Alfonso Martínez Foronda (Jaén, 1958). Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada. Desde 1984 es profesor de Enseñanza Secundaria. Actualmente es profesor del IES Albayzín. Ha sido secretario general de CCOO de Jaén desde 1993-2000 y desde 2004 es miembro de la Comisión Ejecutiva de CCOO-A, desde donde ha presidido hasta 2103 las Fundaciones de Estudios Sindicales-Archivo Histórico y la de Paz y Solidaridad.

Como investigador, ha publicado numerosos artículos de opinión sobre aspectos docentes y sociales. Colaborador habitual del Diario Jaén desde 1994-2000 publicó La firma del viento (2007), una antología de artículos de opinión. Como investigador del movimiento obrero andaluz ha publicado La conquista de la libertad. Historia de las Comisiones Obreras de Andalucía (1962-1977), en 2005; De la clandestinidad a la legalidad (Breve historia de las Comisiones Obreras de Granada), en 2007; sobre las Comisiones Obreras de Jaén desde su origen a la legalización del sindicato (2004); la unidad didáctica El sindicalismo durante el franquismo y la transición en Andalucía; diversas biografías de dirigentes sindicales andaluces como Ramón Sánchez Silva. Al hilo de la historia (2007); Antonio Herrera. Un hombre vital, en 2009; Andrés Jiménez Pérez. El valor de la coherencia, en 2010, entre otros. En 2011 su investigación La dictadura en la dictadura. Detenidos, deportados y torturados en Andalucía durante el Estado de Excepción de 1969, (2011), fue premiada por la Junta de Andalucía como la mejor investigación social de ese año. Posteriormente, ha publicado La “prima Rosario” y Cayetano Ramírez. Luchadores por la libertad en una provincia idílica (2011); sobre el movimiento estudiantil en la UGR, con otros autores, “La cara al viento. Estudiantes por las libertades democráticas en la Universidad de Granada (1965-81); sobre la historia del movimiento obrero granadino, con su investigación La lucha del movimiento obrero en Granada. Paco Portillo y Pepe Cid: dos líderes, dos puentes“, 2012; sobre el Tribunal de Orden Público, La resistencia andaluza ante el Tribunal de Orden Público en Andalucía (1963-1976)Diccionario de la represión sobre las mujeres en Granada (1936-1960) o La resistencia malagueña durante la dictadura franquista (1955-1975). Actualmente, junto a Pedro Sánchez Rodrigo, está confeccionando un diccionario sobre la represión en Granada desde la II República al golpe de estado de 1981.

Otros artículos y reportajes de Alfonso Martínez Foronda:

Sobre el TOP:

Nueva serie: Luchadores por la libertad en Granada, junto a Pedro Sánchez Rodrigo:

El homenaje de Alfonso Martínez Foronda y Pedro Sánchez Rodrigo:

 

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Sobre la historia del PCE, en el año de su centenario: