Regularizaban inmigrantes en Motril a través de una empresa pesquera ficticia que les cobraba hasta 3.000 euros por hacerles un contrato
Agentes de la Policía Nacional adscritos a la UCRIF IV de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Granada han detenido a 11 individuos vinculados presuntamente a una organización dedicada favorecer la inmigración ilegal a través de la captación de marroquíes en situación irregular, a quienes ofrecían un contrato de trabajo en una empresa de Motril y la posibilidad de obtener una tarjeta de residencia a cambio de grandes sumas de dinero, las cuales podían llegar a alcanzar hasta los 3.000 euros.
El presunto artífice de esta trama es un hombre de nacionalidad española y 59 años de edad, sin antecedentes policiales previos. Actuaba como empresario al frente de una sociedad limitada con domicilio social en Motril, y su objeto social era la compra y venta de pescado fresco y congelado.
El modo de operar de esta red delictiva giraba en torno a la captación, a través de otras dos personas de origen marroquí, de ciudadanos de esta misma nacionalidad en situación de estancia irregular en nuestro país y que deseasen regularizarse. Una vez contactados, se les ofrecía un contrato de trabajo en la mencionada empresa y la posibilidad de conseguir a través del mismo un permiso de residencia, todo ello a cambio de una importante suma de dinero.
Se da la particularidad de que, entre los trabajos ofertados, se encontraba el de “peón marinero”, pero la Policía constató que a nombre de la empresa no constaba ningún tipo de embarcación pesquera, mercante o de recreo que justificase este tipo de contratación. Por otra parte, la empresa no acreditaba medios económicos, materiales y personales suficientes para hacer frente a las obligaciones de los contratos ofrecidos. Además, tampoco se encontraba al corriente de sus obligaciones con Hacienda y la Seguridad Social.
Pagarés sin fondos
La organización criminal cobraba a sus patrocinados altas sumas de dinero, hasta 3.000 euros. Sin embargo, para ganarse la confianza de los extranjeros, el empresario les ofrecía un pagaré por la misma cantidad entregada, como garantía de la obtención de la tarjeta de residencia. No obstante, llegado el momento del cobro tras no conseguir su tarjeta, los marroquíes se encontraban que dichos pagarés estaban vinculados a una cuenta sin fondos. De esta forma, no solamente perdían el dinero entregado si no que, además, la entidad bancaria les cobraba la cantidad de 80 euros en concepto de tramitación de dichos pagarés.
De todo lo actuado se ha dado conocimiento a la autoridad judicial, que ha dejado a los detenidos en libertad a la espera de comparecer a juicio.