También las mujeres se equivocan
Hay en Granada, por primera vez en la historia de la ciudad, una mujer ocupando el sillón de la alcaldía. Y ese simple dato es, en sí mismo, un detalle que, como feministas, nos debe alegrar.
La realidad es tozuda y nos recuerda una y otra vez que ser mujer no implica, necesariamente, ser feminista
Pero la realidad es tozuda y nos recuerda una y otra vez que ser mujer no implica, necesariamente, ser feminista. Y esa misma realidad nos dice una y otra vez que solo desde la perspectiva del feminismo se pueden tomar medidas que realmente contribuyan a mejorar la igualdad entre mujeres y hombres. Una igualdad que, a pesar de lo mucho que hemos avanzado, sigue estando lejos.
Desde esa mirada, la del feminismo, podemos revisar el proyecto de presupuestos que, en estos días, se negocia en la Plaza del Carmen para el año 2025. Una revisión en profundidad requeriría más espacio del que ocupa esta columna, empezando por el borrado del propio área de Igualdad del ayuntamiento o la inexistencia, preceptiva, de un Plan de Igualdad para la propia institución. Pero podemos fijarnos en tres aspectos de gran calado social, de plena importancia para la vida de las personas: los servicios sociales, el empleo, la vivienda.
El proyecto de presupuestos plantea reforzar la plantilla de profesionales destinados al área de Servicios Sociales del ayuntamiento en dos plazas, mientras otros grupos políticos (el grupo socialista, en este caso) las cuantifica en veintidós plazas
El proyecto de presupuestos plantea reforzar la plantilla de profesionales destinados al área de Servicios Sociales del ayuntamiento en dos plazas, mientras otros grupos políticos (el grupo socialista, en este caso) las cuantifica en veintidós plazas. Simultáneamente a esas dos plazas, el aumento de la plantilla en el área de Economía no parece la medida más adecuada para paliar el deficitario funcionamiento de Servicios Sociales, colapsado por la alta demanda. Las desmesuradas listas de espera de Dependencia, la atención a personas vulnerables, el cuidado de infancia en riesgo de exclusión social…todo ello plantea cuestiones básicas para una sociedad más justa. Pero también son temas que inciden muy directamente en la vida de las mujeres, porque son mujeres mayoritariamente las que cuidan, las que crían, las que encabezan las familias de un solo progenitor.
Tampoco tiene en cuenta el proyecto de presupuesto para 2025 la necesidad de impulsar planes de empleo ajustados a las necesidades de la ciudad
Tampoco tiene en cuenta el proyecto de presupuesto para 2025 la necesidad de impulsar planes de empleo ajustados a las necesidades de la ciudad. Desde la llegada del PP al gobierno municipal se ha desmantelado el área y se han paralizado los planes de empleo municipales, además se ha renunciado a fondos para estos planes tanto de la Junta de Andalucía como de Europa. Sorprendentemente, este aspecto no resulta prioritario para el actual gobierno municipal, que parece olvidar que en los últimos datos de la EPA (octubre 2024) nuestra ciudad contaba con una de las mayores tasas de desempleo de todo el país: mientras Granada cuenta con el 19,49% de paro, el resto del país se sitúa en el 11,21% y Andalucía en el 16,06%.
También en este aspecto, el del empleo, ser mujer tiene consecuencias negativas. Aunque en los últimos años el empleo femenino crece algo por encima del masculino y aumentan los contratos a tiempo total, la tasa de paro femenino sigue siendo del 18,93% frente al 13,63% entre los hombres. Y seguimos siendo nosotras quienes más contratos temporales firmamos, quienes más nos ausentamos del trabajo por cuestiones relacionadas con los cuidados, quienes más permisos pedimos. Pero estos datos y necesidades no han guiado la elaboración del presupuesto municipal bajo el mandato de la primera alcaldesa de la ciudad.
Granada ha perdido más de 7.000 habitantes entre 2015 y 2022 y, aunque las causas son varias, las dificultades de acceso a la vivienda (agravada en los últimos años por la aparición de los pisos turísticos) es uno de los factores de más peso en esta pérdida poblacional
Por último, en el tema de vivienda, tan controvertido en estos momentos en nuestro país y de forma especial en nuestra ciudad. No en vano, según un reciente estudio encargado por el propio ayuntamiento, Granada ha perdido más de 7.000 habitantes entre 2015 y 2022 y, aunque las causas son varias, las dificultades de acceso a la vivienda (agravada en los últimos años por la aparición de los pisos turísticos) es uno de los factores de más peso en esta pérdida poblacional. Frente a ello, las medidas municipales ha de ser ambiciosas, deben marcar actuaciones en distintos frentes, pero inevitablemente deben empezar por ofrecer suelo para viviendas asequibles y evitar que el escaso suelo municipal con el que cuenta la ciudad sea considerado un elemento para hacer caja y cuadrar el presupuesto de ingresos.
Por cierto, en la página web del ayuntamiento existe un apartado cuyo título es "Granada Decide. Portal de participación ciudadana". Si buscamos /presupuestos participativos/ nos lleva a una entrada en la que se explica qué son unos presupuestos participativos y en la que, simultáneamente, se nos informa que “no hay presupuestos participativos”.
Volviendo al arranque de esta breve reflexión, la satisfacción que puede suponer que una mujer ocupe los puestos reservados habitualmente para los hombres no se empaña porque esa mujer, como cualquier hombre antes y ahora, se equivoque, tome decisiones erróneas o realice políticas mediocres. Pero sí es preocupante que, siendo mujeres las que ocupan los puestos clave en la toma de decisiones, no se aproveche esa situación para poner en el centro la mirada feminista, la que exige mirar todo bajo el prisma de la desigualdad real entre hombres y mujeres y reclama la necesaria transformación de una sociedad que, nos guste o no, sigue siendo machista y patriarcal.