ARTÍCULO DE Sylvia Koniecki, en nombre de Granada Acoge, ONG de la que es directora

‘Estado de alarma en Granada: Del confinamiento a la emergencia social’

Ciudadanía - Sylvia Koniecki - Sábado, 18 de Abril de 2020
Sylvia Koniecki, directora de Granada Acoge, firma este artículo, imprescindible, que nos ilustra con toda su crudeza de la situación de emergencia en la que viven muchas familias vulnerables de la capital granadina, de los esfuerzos de ONGs, como la que dirige, para tratar de paliar la situación de crisis social y económica generada por el Covid-19, aunque sus recursos son limitados, ante la "falta de previsión, organización y agilidad del Ayuntamiento de Granada, que ha tardado casi un mes en organizarse para poder repartir ayudas". Para leer, reflexionar y compartir.
Tras 4 semanas de espera, esta es la ayuda del Ayuntamiento de Granada a una familia con 3 menores a cargo, siendo uno de ellos un bebé con pocos meses de edad: un paquete de arroz, un paquete de pasta, 12 huevos, 6 litros de leche, 3 kilos de patatas, 1 litro de aceite de girasol, y en este caso han tenido la suerte de que el lote contenga también un bote de gel y un bote de champú. Con este lote, que tenía un coste aproximado de 12 euros en el mercado, la familia debe subsistir una semana.
Granada Acoge
Tras 4 semanas de espera, esta es la ayuda del Ayuntamiento de Granada a una familia con 3 menores a cargo, siendo uno de ellos un bebé con pocos meses de edad: un paquete de arroz, un paquete de pasta, 12 huevos, 6 litros de leche, 3 kilos de patatas, 1 litro de aceite de girasol, y en este caso han tenido la suerte de que el lote contenga también un bote de gel y un bote de champú. Con este lote, que tenía un coste aproximado de 12 euros en el mercado, la familia debe subsistir una semana.

Pasado ya más de un mes desde el inicio del estado de alarma, creemos que es momento de detenernos un momento para reflexionar sobre todo lo que está aconteciendo: en Granada Acoge llevamos ya muchas semanas afrontando situaciones de emergencia, atendiendo a familias y personas muy angustiadas, por lo que corremos el peligro de que la realidad nos desborde.

En la ciudad de Granada partíamos ya de una situación local complicada -con muchas familias en extrema vulnerabilidad y una falta de recursos sociales alarmante- denunciada en varias ocasiones por el tercer sector: las ayudas económicas municipales de emergencia familiar estaban paralizadas desde hace meses y se recibían, en el mejor de los casos, tras más de seis meses de espera

En la ciudad de Granada partíamos ya de una situación local complicada -con muchas familias en extrema vulnerabilidad y una falta de recursos sociales alarmante- denunciada en varias ocasiones por el tercer sector: las ayudas económicas municipales de emergencia familiar estaban paralizadas desde hace meses y se recibían, en el mejor de los casos, tras más de seis meses de espera. Con este punto de partida, al decretarse el estado de alarma nos metimos de lleno en el caos, sin herramientas ni medios para atender a la población más vulnerable. Se evidenció la necesidad de que en los ayuntamientos existan protocolos para las emergencias sociales con partidas presupuestarias coherentes, que doten a los profesionales (que nos consta que se están dejando la piel) de herramientas para poder llevar a cabo dignamente su función pública como servicio esencial. 

Porque la pandemia de COVID 19 no ha provocado solo una emergencia sanitaria, sino también una emergencia social a la que hay que dar respuesta. Y a la precariedad que ya existía con anterioridad se suma ahora a una escalada de personas y familias con necesidad de cubrir sus necesidades básicas, porque sus ingresos se ven reducidos a cero. 

En ese momento, las entidades sociales sabemos que solo se puede sumar, que hay que coordinarse e ir todas a una, poniendo nuestros recursos a disposición de la ciudadanía: por ello nos hemos puesto manos a la obra para trabajar en red y hemos elaborado mapas de recursos operativos durante la pandemia, con el objetivo de facilitar la cobertura de necesidades de la población más desfavorecida. Sin embargo, también tenemos muy claro que la responsabilidad es pública y que, por tanto, la Administración tiene que trabajar ágilmente para dar las respuestas con la inmediatez que la problemática requiere.

Durante estas semanas todo el tercer sector ha estado trabajando a destajo, adaptando nuestra actividad a esta emergencia social sobrevenida, sin parar y cubriendo en muchas ocasiones la falta de previsión, organización y agilidad del Ayuntamiento que ha tardado casi un mes en organizarse para poder repartir ayudas

Durante estas semanas todo el tercer sector ha estado trabajando a destajo, adaptando nuestra actividad a esta emergencia social sobrevenida, sin parar y cubriendo en muchas ocasiones la falta de previsión, organización y agilidad del Ayuntamiento que ha tardado casi un mes en organizarse para poder repartir ayudas. Durante las primeras semanas, los centros de Servicios Sociales han tenido únicamente servicios mínimos presenciales y, como fue recomendado, cerraron sus puertas al público desde que empezó el estado de alarma, pero sin contar con los medios necesarios para teletrabajar con eficacia. Aun actualmente, en su mayoría, los centros trabajan con una única línea telefónica (que además no es gratuita), por lo que muchas personas y familias están teniendo grandes dificultades para contactar. Además, hasta esta semana había centros cuyo teléfono de atención no respondía en absoluto, dejando desamparadas a las familias que residen en esas zonas de la ciudad. Ante estas dificultades no se han habilitado correos electrónicos de atención, desde los cuales se podrían paliar hasta cierto punto los problemas de comunicación existentes. No obstante, muchas de las personas usuarias no tienen las destrezas informáticas necesarias para realizar las tramitaciones, motivo por el cual, desde nuestro punto de vista, los Servicios Sociales Comunitarios deberían abrir sus puertas para garantizar el acceso a los mismos, evidentemente implementando todas las medidas de precaución pertinentes para proteger tanto a las compañeras y compañeros, como a la ciudadanía ante el peligro de contagio.

Desde nuestra entidad hemos tramitado más de 70 ayudas económicas para cubrir necesidades básicas de alimentación, de alojamiento o de telefonía. Hemos agotado nuestros presupuestos de programas y nos hemos visto obligadas a realizar campañas de recogida de fondos, apelando a la solidaridad de una ciudadanía que ha respondido con generosidad a nuestra llamada

Desde nuestra entidad hemos tramitado más de 70 ayudas económicas para cubrir necesidades básicas de alimentación, de alojamiento o de telefonía. Hemos agotado nuestros presupuestos de programas y nos hemos visto obligadas a realizar campañas de recogida de fondos, apelando a la solidaridad de una ciudadanía que ha respondido con generosidad a nuestra llamada. Siempre con el objetivo de sumar, hemos contribuido a organizar y coordinar los recursos existentes, trabajando también mano a mano con las compañeras y compñaeros, y lo hemos hecho esperando ansiosamente una respuesta por parte de la Administración que desatascase un poco el volumen de trabajo que hemos tenido que asumir.

Pero tras cuatro semanas de espera, nos encontramos con que esta es la ayuda que finalmente se le brindaba a una familia con 3 menores a cargo, siendo uno de ellos un bebé con pocos meses de edad: un paquete de arroz, un paquete de pasta, 12 huevos, 6 litros de leche, 3 kilos de patatas, 1 litro de aceite de girasol, y en este caso han tenido la suerte de que el lote contenga también un bote de gel y un bote de champú. Con este lote, que tenía un coste aproximado de 12 euros en el mercado, la familia debe subsistir una semana completa.

Ciertamente, esta semana han aumentado ligeramente el contenido de los lotes que han repartido, añadiendo naranjas, aceite de oliva, galletas, legumbres, así como un paquete de salsa de tomate y una bandeja de pollo. A pesar de esta mejora, sigue siendo un apoyo claramente insuficiente para que una familia se alimente adecuadamente durante una semana entera. Además, otras necesidades como pañales, productos de limpieza, leche de continuación, acceso a las telecomunicaciones, butano y otras necesidades básicas continúan sin ser atendidas por la Administración.

Por ello, ante una respuesta más que insuficiente, las entidades sociales tenemos que seguir apoyando económicamente a familias que ya han recibido estas ayudas del Ayuntamiento. Así no podemos sumar, puesto que la Administración está dejando en manos del tercer sector que se atienda dignamente a las personas y familias que se encuentran en situación de vulnerabilidad extrema. Es una responsabilidad que no podemos asumir porque los recursos de las entidades sociales son finitos -como bien saben, estos dependen de partidas presupuestarias que no nos han aumentado o de la generosidad de una ciudadanía crecientemente angustiada por su propia situación económica- y, principalmente, porque es responsabilidad de la Administración pública velar por el bienestar de todas las personas que residen en el territorio, por lo que sus servicios y recursos tienen que estar a disposición de la ciudadanía y sus necesidades.

Las ayudas de emergencia familiar que se están empezando a otorgar son las que llevaban paralizadas desde agosto: no responden, por tanto, al análisis de la coyuntura actual y de todos los casos de pobreza sobrevenida que están apareciendo en estas semanas

Las ayudas de emergencia familiar que se están empezando a otorgar son las que llevaban paralizadas desde agosto: no responden, por tanto, al análisis de la coyuntura actual y de todos los casos de pobreza sobrevenida que están apareciendo en estas semanas. Por otra parte, las entidades sociales atendemos la realidad de las personas que contactan con nosotras y, aunque trabajamos conjuntamente para crear una red que no deje a nadie atrás, no podemos tener una visión global de la situación, capacidad que sólo se tendría desde la Administración Pública. No obstante, nos preocupa que se cometan arbitrariedades en los repartos que se empiezan a dar desde el Ayuntamiento, ya que las deficiencias en la atención que pueden brindar actualmente las compañeras y compañeros de los Servicios Sociales Comunitarios no permiten el acceso de muchas personas y familias que lo necesitan. Solicitamos, por tanto, que se brinden recursos suficientes para que se responda a las familias respetando la dignidad, porque lo acontecido es una falta de respeto a la ciudadanía y más aún a todas aquellas personas y familias que se encuentran en los peores escenarios.

Ya, desde entonces, considerábamos que se debía tratar de una solución provisional y que sería necesario trasladar a estas personas posteriormente a recursos habitacionales más adecuados, ya que mantener a más de 100 personas en un mismo espacio durante varias semanas iba a propiciar a medio plazo graves problemas de convivencia

Por otra parte, cuando el Ayuntamiento de Granada habilitó un espacio para albergar a las personas que se encontraban en situación de calle durante el estado de alarma –el Pabellón Paquillo Fernández, primero, y el Palacio Municipal de Deportes, después-, desde Granada Acoge saludamos esta medida y desde el principio apoyamos a la Fundación Atenea para facilitarle, en la medida de nuestras posibilidades, su gestión del espacio. No obstante, ya desde entonces considerábamos que se debía tratar de una solución provisional y que sería necesario trasladar a estas personas posteriormente a recursos habitacionales más adecuados, ya que mantener a más de 100 personas en un mismo espacio durante varias semanas iba a propiciar a medio plazo graves problemas de convivencia. Lamentablemente, la semana pasada ya se desató un conflicto que requirió de intervención policial y es muy probable que la tensión siga aumentando a medida que se alargue el confinamiento. Por ello, instamos al Ayuntamiento de Granada a que tome urgentemente medidas habitacionales alternativas.

El Ayuntamiento de Granada cuenta con ayudas familiares y de emergencia que dependen de los presupuestos municipales y es imprescindible que la tramitación de las mismas se agilice para que lleguen a las personas y familias que las requieren (las cuales, además, podrán realizar compras ajustadas a sus necesidades en lugar que tener que contentarse con lo que contenga un lote de comida). Desde la Junta de Andalucía se acaba de anunciar que se adelantarán 51.700.000 euros del Fondo Social para combatir el Covid-19 en sectores vulnerables y que se hará a través de los ayuntamientos.

Instamos, por tanto, al Ayuntamiento de Granada a que aproveche bien estos recursos y centre todos sus esfuerzos en reforzar la atención a la población con dificultades económicas y en paliar las angustiantes situaciones de pobreza que se están recrudeciendo día a día. Y debe tomar medidas urgentes, porque en caso contrario las consecuencias pueden ser muy graves, ya que estamos presenciando escenarios de pobreza extrema totalmente inéditos -e impensables- en las últimas décadas.

Sylvia Koniecki es directora de Granada Acoge

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