Blanca Fernández Capel dimite como directora de la EASP, tras llevarla a su extinción
Blanca Fernández Capel, de 78 años, dimite de la Escuela de Salud Pública de Andalucía (EASP). La única directora que ha tenido la EASP con los gobiernos de derechas en la Junta de Andalucía hará efectiva su renuncia en el Consejo de Administración que rige la Escuela, según ha comunicado ella misma en un breve comunicado enviado este lunes a los correos electrónicos de la plantilla.
Su renuncia “es una reflexión” que lleva “considerando desde hace un tiempo”
La aún directora gerente revela en la comunicación a la plantilla, a la que ha tenido acceso El Independiente de Granada, que su renuncia “es una reflexión” que lleva “considerando desde hace un tiempo” y que la adopta por “motivos personales”.
Este es el comunicado en el que anuncia su dimisión:
Esta es una reflexión que llevo considerando desde hace un tiempo y que adopto por motivos personales.
Un abrazo, os deseo lo mejor.”
Designada en marzo de 2019, tras el pacto PP-Ciudadanos que, con el necesario apoyo parlamentario de la extrema derecha, llevó a la presidencia de la Junta de Andalucía a Juan Manuel Moreno Bonilla, Fernández Capel siguió al frente de la Escuela tras la mayoría absoluta del PP, hace ya casi dos años.
Lideró el rechazo a la investigación con células madre embrionarias. Fue la voz del PP en encendidos debates en el Congreso justificando ese rechazo: "Estamos a favor de la Ciencia, pero tampoco podemos lanzarnos al vacío, en un camino sin retorno, y pasarnos al lado oscuro", dijo en mayo de 2002 justificando el rechazo a una iniciativa a favor de esa investigación
Con un extensísimo currículum, en el que destaca que es doctora en Medicina y Cirugía y licenciada en Filosofía y Letras, Historia y Filología Semítica (árabe y hebreo), fue diputada del PP durante cinco legislaturas. Durante esa larga etapa ocupando cargos públicos, en los que otras responsabilidades asumió la de portavoz de la Comisión de Educación y Ciencia, Fernández Capel defendió las posiciones más conservadoras de su partido.
Lo hizo liderando el rechazo a la investigación con células madre embrionarias. Fue la voz del PP en encendidos debates en el Congreso justificando ese rechazo: "Estamos a favor de la Ciencia, pero tampoco podemos lanzarnos al vacío, en un camino sin retorno, y pasarnos al lado oscuro", dijo en mayo de 2002 justificando el rechazo a una iniciativa a favor de esa investigación.
También fue una de las diputadas que firmó el recurso de inconstitucionalidad contra el matrimonio de las personas del mismo sexo
También fue una de las diputadas que firmó el recurso de inconstitucionalidad contra el matrimonio de las personas del mismo sexo. Y participó, en 2002, en las reuniones organizadas por la Fundación Tomás Moro entre el entonces presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, con representantes políticos -entre los que también se encontraba el socialista José Bono, entonces presidente de Castilla-La Mancha-.
Blanca Fernández Capel sustituyó a Reyes Álvarez-Ossorio, que llegó a la dirección tras el polémico relevo de Joan Carles March, no entendido entre sus compañeros de la Escuela y de profesión, acordado por el anterior Gobierno socialista.
La salida deja en el aire si la Junta nombrará o no a un sustituto al frente de la mermada Escuela, ante la nueva etapa que afronta.
Fernández Capel heredó una Escuela, pionera en Salud Pública, creada en 1985, que era todo un referente internacional. Tras cinco años como directora gerente, la Escuela está en la recta final de su extinción al integrarse como satélite en una nueva agencia administrativa, el Instituto de la Salud de Andalucía (ISA), por el empeño del PP que hasta ha negado que la sede del nuevo organismo resida en Granada, en la EASP, sino en Sevilla.También ha negado el PP la dirección y gestión del Instituto de la Salud para dárselas, igualmente, a Sevilla.
A Granada, que llama “otra sede” en las enmiendas finales del PP sobre el ISA, deja en la EASP las competencias en formación, consultoría y colaboración con organismos e instituciones internacionales, pese a reconocer hasta la consejera de Salud y Consumo, Catalina García, que el acuerdo estrella con la Organización Mundial de la Salud OMS, que mantenía la Escuela, se caerá con la creación del Instituto. La pérdida de la apreciada acreditación es de las peores consecuencias.
Durante su etapa, Fernández Capel depuró la lista de profesores y colaboradores con la no renovación, o ruptura de relaciones laborales con el personal no afín.