La plataforma Marea Amarilla por el soterramiento del tren en la entrada de Granada ha pedido al nuevo presidente de Renfe, Raül Blanco, que se tome "en serio" sus reivindicaciones para esta infraestructura para evitar "la cicatriz" que las vías del ferrocarril abre entre los barrios de Rosaleda y Chana, para la cual no hay fecha.

Según ha indicado a Europa Press el portavoz de Marea Amarilla José Fernández Ocaña, "hasta ahora" y "tras muchos años" de lucha vecinal, "sobre todo en Granada y Almería", los colectivos por el tren se sienten "totalmente abandonados".

La situación, después de "más de 20 años", es "un cachondeo", en relación con "todas las promesas" sobre infraestructuras que se han ido haciendo sobre "posibles cambios de estación", así como en frecuencias y trenes

En la capital granadina, Fernández Ocaña ha indicado que la situación, después de "más de 20 años", es "un cachondeo", en relación con "todas las promesas" sobre infraestructuras que se han ido haciendo sobre "posibles cambios de estación", así como en frecuencias y trenes.

La gestión en ese sentido es una "chapuza" de ahí que no sorprendiera en este colectivo vecinal granadino las dimisiones del hasta esta semana presidente de Renfe, Isaías Táboas, y de la secretaria de Estado de Transportes, la gallega Isabel Pardo de Vera, por la polémica de los trenes de Cantabria y Asturias.

Así, Fernández Ocaña ha recordado una conversación con Pardo de Vera, en que, según ha señalado, la ya exsecretaria de Estado habría tenido "buenas palabricas" pero "la verdad es que nada" de resultado. En este contexto, Marea Amarilla está pendiente de concretar la convocatoria de nuevas movilizaciones, y se mantiene en contacto con otros colectivos como el de Almería, donde están "muy cabreados" en tanto se estarían "quitando líneas" al territorio.

El portavoz ha lamentado también de que en Granada, ante cada cita electoral, se retome "siempre el mismo debate" sobre el soterramiento, cuando el problema "cada vez está más pronunciado" y "la cicatriz cada vez se hace más significativa" con la proyección de "miles" de nuevas viviendas, lo cual también le lleva a pensar que, cuando el entorno esté "más poblado", los nuevos vecinos puedan apoyar estas reivindicaciones.