Las temperaturas máximas de mayo han sido 5º más altas que la media histórica en Granada
El mes de mayo ha batido récords de calor en varias ciudades españolas y en Granada se rozó la temperatura máxima jamás medida en ese mes, con 39,1º el pasado día 20, a sólo tres décimas de los 39,5º registrados el 13 de mayo de 2015 en la estación meteorológica del aeropuerto.
Mayo ha terminado en Granada con una media de 30º en las temperaturas máximas, 5 grados por encima del promedio histórico (25º) y muy cerca del mayo más caluroso de la historia, el de 2015, que registró 30,7º de media en las temperaturas máximas, según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología. En el último día del mes, Granada ha registrado la máxima de Andalucía y una de las temperaturas más altas de España, con 33,6º.
También la temperatura media del mes, 20,5º, ha sido mucho más alta de lo normal en mayo (17,2º), y a medio grado del mayo con una media más elevada, el registrado en 2017, con 21º.
Mucho más calor de lo habitual y, lo que es aún peor, sin apenas lluvia. Tan solo hubo un día con precipitaciones, el 4 de mayo, que dejó únicamente 5 litros por metro cuadrado en la estación del aeropuerto, muy lejos de los 28 litros/m2 de un mes de mayo normal, según el promedio histórico.
Pese a que llovió mucho en marzo, casi el triple que lo habitual, y en abril también cayó algo más agua de lo normal, lo cierto es que el resto de meses de 2022, enero, febrero y mayo, han sido muy secos, lo que ha hecho que el balance de los cinco primeros meses del año sea de menos lluvia que el promedio: 164,5 litros, por los 182 de media histórica entre enero y mayo.
De esta forma, los embalses granadinos, que ya arrastraban niveles muy por debajo de lo que deberían, llegan a los meses más secos del año en un preocupante y desigual estado.
Como muestran los datos recogidos por la web embalses.net, el conjunto de los embalses de la provincia están al 43%, casi 8 puntos menos que el año pasado por estas fechas y más de 20 puntos menos que la media de los últimos diez años, que es del 64%.
La línea roja del gráfico, que indica el nivel de agua embalsada en lo que va de año, está muy por debajo de los dos últimos años y del promedio de la útima década.
Los pantanos presentan un estado muy desigual. Los que reciben aguas del deshielo de Sierra Nevada se encuentran a un buen nivel de llenado, mientras que los demás acusan la sequía acumulada y las insuficientes precipitaciones de los últimos meses, agravadas por el calor y la mayor evaporación que implica.
Embalse | Porcentaje de llenado |
Béznar | 83% |
Canales | 93% |
Colomera | 15% |
Cubillas | 57% |
El Portillo | 76% |
Francisco Abellán | 29% |
Bermejales | 27% |
Negratín | 34% |
Quéntar | 86% |
Rules | 81% |
San Clemente | 18% |
Fuente: embalses.net
Así, Canales y Quéntar, los dos que abastecen a la capital y parte del área metropolitana, y que se surten del deshielo de Sierra Nevada, están al 93% y 86%, respectivamente. Igual ocurre con Rules, al 81%, y Béznar (83%).
Sin embargo, el mayor embalse de la provincia con diferencia, el Negratín, que puede almacenar tanta agua como el resto de pantanos juntos, está a solo al 34% de su capacidad, y peor aún están otros como Bemejales, al 27%, o Colomera (15%). Pantanos de los que dependen comarcas enteras y que pueden terminar el verano prácticamente secos, puesto que en los últimos años junio, julio y agosto son tres meses con práticamente nulas precipitaciones y temperaturas extremas, dada la intensidad cada vez más evidente del calentamiento global.