La anhelada reparación para los catorce de Pinos Genil

Blog - Foro de la Memoria - María Andrade - Sábado, 27 de Abril de 2019
La fosa de Pinos Genil esconde la memoria de siete mujeres y otros tantos hombres de Güéjar Sierra que fueron asesinados por los golpistas en 1936.
Familiares de las víctimas de Pinos Genil con representantes de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.
AGRMH
Familiares de las víctimas de Pinos Genil con representantes de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.

Representa la lucha incansable de los familiares por recuperarla y también el minucioso trabajo, con rigor científico, de los colectivos memorialistas que, como la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, dedican sus esfuerzos a conseguirlo.

Un 13 de septiembre de 1936 catorce vecinos y vecinas de Güéjar Sierra fueron conducidos en un camión hasta Pinos Genil. Allí fueron ejecutados por los golpistas y sepultados en una fosa común del cementerio. 83 años después sus familiares anhelan dignificar el lugar donde fueron enterrados, depositar unas flores, que se puedan leer sus nombres en una lápida o acaso, enterrar sus restos junto a seres queridos que murieron sin lograr recuperarlos.

No es nada descabellado. Se llama justicia. Se llama reparación. Pero la tarea es muy difícil.

Antonia Soto Ruiz era una adolescente cuando a su madre, Francisca Ruiz Barroso, la subieron a ese camión. Francisca tenía 46 años. Junto a ella iban otras seis mujeres. Ninguna militaba en partidos políticos. Murieron a tiros "por sustitución" de hijos, maridos o hermanos que sí militaban políticamente o estaban afiliados a sindicatos. O igual de amargo, como vecinos del pueblo recuerdan y también sus familiares, fueron víctimas de rencillas.

Ahora, a sus 96 años, Antonia es una de las familiares que se personaron ante la Junta de Andalucía, con la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, para pedir el estudio de la fosa. En diciembre del pasado año fue autorizada la delimitación de la fosa. El cambio de gobierno en la Junta ha dejado paralizado ese trabajo. El tiempo ahora corre en contra para ella.

Otros no han tenido esa suerte. Lo recuerda en una conversación con El Independiente de Granada Miguel Ángel García, nieto de uno de los hombres fusilados, Rafael García García. Su padre murió hace diez años. “Daría todo por recuperar los restos y llevarlos junto a él, que tanto luchó por encontrarlos”, confía con serenidad un deseo que conmueve.

Narra, de los recuerdos y certezas recopiladas durante años por amigos, vecinos y familiares, que los asesinos de su abuelo convinieron que para ejecutarle era necesario también matar a su sobrino. Y que un amigo íntimo de su abuelo, Manuel, estuvo "malo" tras saber "lo que habían hecho con Rafael". Y destaca que fue una fuente de agua en la finca de su abuelo el origen de la desdicha. 

Imagen del exterior del cementerio de Pinos Genil. agrmh

Las víctimas de la fosa de Pinos Genil

Serafina Benavente Campos, 64 años, casada.

Francisca Experidón Cabrera, 70 años, casada.

Filomena Paula González Sánchez, 46 años, casada.

María Molina García, 50 años, viuda.

Brígida Romero López, 50 años, casada.

Francisca Ruiz Barroso, 46 años, casada.

María López (por confirmar).

Rafael García García, 41 años, casado.

Domingo García Puente, 55 años, viudo.

Francisco Lupión García 'Almobar'.

Desconocido.

Desconocido.

Desconocido.

Desconocido.

María Teresa García Infantes, nieta de Domingo García Puente, cuenta que su abuelo, viudo, vivía en un cortijo junto a sus seis hijos. Se lo llevaron a él y al hijo mayor. Su padre logró escapar alertado por una de sus hermanas menores. Tres años permaneció huido, hasta que acabó la guerra. Y, al regresar, fue condenado otros tres años en Tetuán. "Pasó las de Caín", recuerda María Teresa. Ella cree que fueron "las envidias" las que acabaron con la vida de su abuelo, que no fue solo hacia la muerte. En el mismo camión iban cuatro primos hermanos. El tío de María Teresa que había sido detenido junto a Domingo intentó escapar y resultó herido en un hombro. Permaneció encarcelado. Fue fusilado en octubre, en la tapia del cementerio de Granada. 

"Desde siempre se ha sabido que estaban en Pinos Genil", añade para enfatizar que las víctimas de esta fosa, todas vecinos y vecinas de Güéjar Sierra, merecen al menos "que sus nombres estén ahí, como en el cementerio de Granada", donde se inauguró un memorial en recuerdo de las personas asesinadas por el franquismo.

Comparte ese deseo Antonio Puente, bisnieto de Serafina Benavente Campos. Si la exhumación es inviable, por las dificultades que entraña el lugar donde puede encontrarse la fosa, la memoria de las 14 personas enterradas allí debería recordarse con una lápida, en un lugar visible, en la que figuraran sus nombres y en la que constara lo que pasó. Por "dignidad y decoro". 

Antonio recuerda que su familia huyó. Se fueron con lo puesto y caminando llegaron a Jérez del Marquesado. "No debió ser nada fácil", cuenta. En Güéjar Sierra quedaron los mayores. Serafina fue detenida y viajó en el "dichoso" camión -como se refiere a él María Teresa- hacia la muerte.

Las rosas de Pinos Genil, asesinadas sin importar la edad

Las mujeres han sido doblemente represaliadas, porque el silencio sobre sus casos ha sido mayor. En este caso se trata de una de las fosas con mayor número de mujeres, junto a las que hay en Víznar y Alfacar. A los verdugos no les importó la edad. 

Pidió beber agua. 'Ya has bebido todo el agua que tenías que beber', le respondieron a Francisca, de 70 años, antes de ser fusilada

Entre las siete mujeres asesinadas estaba Francisca Experidón Cabrera, de 70 años. La historia de su detención y de los últimos minutos hacia el fusilamiento hiela la sangre. Pidió beber agua en la fuente de la plaza del pueblo antes de que la subieran al camión. No la dejaron. "Ya has bebido todo el agua que tenías que beber", le espetaron. Fue la última en ser asesinada. El militar que apretaba el gatillo titubeó y, según los testimonios que recabó en su momento la familia, dijo que se le habían acabado las balas. "Un falangista del pueblo dijo que tenía balas para matar a medio Güéjar Sierra", lo cuenta a El Independiente de Granada Miguel Ángel Experidón, otro de los familiares que se personó ante la Junta de Andalucía. 

A Francisca la detuvieron un 14 de agosto. A punto de cumplirse el mes, fue fusilada. No importaron sus 70 años.

Como en tantas familias, el silencio se autoimpuso durante años. Hablaban de ella "de noche y callandico". Y aporta un espeluznante hecho. Su abuelo, que murió con 78 años, vivía frente a la casa del hombre que mató a su esposa. Pasados los años lo sacaban a sentarse al sol a la puerta de la casa, pero "se ponía mirando a la fachada" para no tener que contemplar la del verdugo de Francisca. 

A los 40 años de dictadura se suma otra gran tristeza para resaltar que "40 años después aún no esté solucionado". 



Detalle del certificado emitido por el juez municipal, fechado en junio de 1941, en el que se explica que se admite el fusilamiento de una de las mujeres. Un documento de extraordinario valor localizado por la Asociación Para la Recuperación de la Memoria Histórica.

Un trabajo de años entre archivos y recopilando testimonios

Si hoy es posible tener algo de luz sobre las identidades de las catorce personas que fueron fusiladas y las circunstancias que rodeó su fusilamiento es gracias a los testimonios que brindan sus familias y muy especialmente, al concienzudo trabajo de investigación, con un rigor científico que merece todo el respeto, de colectivos memorialistas como la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica que preside el profesor Rafael Gil Bracero.

La asociación comenzó a recopilar datos en 2017. Con información de archivos oficiales, encuentros con las familias y testimonios orales de vecinos y vecinas que aún recuerdan lo que sucedió cuando eran niños. 

Es un trabajo tan riguroso que actúan con la máxima de las cautelas al identificar a las víctima. 

Silvia González, vocal de familia de la asociación, conoce muy de cerca la historia sus historias. Buena parte de la investigación ha salido a la luz con la macroinvestigación sobre mujeres represaliadas llevada a cabo por el colectivo memorialista. La de Pinos Genil, enfatiza, es una de las fosas con mayor número de mujeres junto a las de Víznar y Alfacar. El dato más sangrante en este caso son las edades de algunas de las víctimas, como Francisca Experidón, fusilada con 70 años.

La asociación, firmante de la petición a la Junta que fue aceptada, espera que pueda llevarse a cabo en el menor espacio de tiempo posible la primera cata en la fosa.

Como los propios familiares y el colectivo memorialista apuntan, hay dos posibles emplazamientos en el cementerio. Encima de ella se pudieron haber construido nichos con los años. La delimitación, como se ha señalado, ya fue autorizada por la Junta de Andalucía. Además, la fosa de Pinos Genil figura entre las "tareas prioritarias" recogidas en el acuerdo de colaboración que firmaron el Gobierno andaluz y la Diputación de Granada en julio del pasado año. 

Este es un espacio para el recuerdo y homenaje de las víctimas del franquismo. Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.

En colaboración con 



y las asociaciones memorialistas de Granada. 
Imagen de María Andrade

Periodista de carrera, -titulada en Ciencias de la Información por la Universidad de Sevilla-, y trayectoria, ha trabajado en Andalucía en todas las áreas del Periodismo: agencias de noticias, prensa, radio, televisión y gabinete de prensa. Comenzó su trayectoria profesional como redactora en prácticas en la radio, en RNE, posteriormente en Antena 3 y la SER; en la Agencia Efe, fue redactora en Málaga y Granada; en televisión trabajó para Tele 5 y, en prensa, en el Diario de la Costa del Sol, La Opinión de Málaga y Granada Hoy, en este último como jefa de la sección de Local desde su creación. Después, dirigió el Gabinete de Prensa de la Consejería de Educación de Andalucía durante cinco años.

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