Una porquería y un peligro
Pintores del Ayuntamiento han procedido a adecentar los dos edificios cerrados en la Plaza de Santa Ana, situados a continuación de La Real Chancillería. Están en un estado deplorable de conservación, con las ventanas y huecos tapados. Dan un aspecto chabacano en una de las plazas más turísticas de la ciudad; estos dos edificios son los únicos que desentonan en todo el entorno de Plaza Nueva. Ofrecen una imagen cochambrosa y de abandono. Hasta hace unos días, todo estaba pintarrajeado con grafittis de pésimo gusto, que el equipo de lucha contra las pintadas se ha encargado de tapar hasta donde ha podido.
Pero ayer vino a sumarse un nuevo problema para transeúntes. Se desprendieron pequeñas piedras del tercer edificio (el que se ve parciamente a la derecha de la foto); en parte está habitado y tiene una tienda en la esquina que da a la callejuela de Pisa. Una piedra del tamaño aproximado a una pelota de tenis perforó el toldo que protege los productos expuestos. Afortunadamente, la piedra impactó contra el suelo, no dañó a ninguna de las personas que había en la puerta.