Los vigilantes del Aeropuerto, vigilados hasta para ir al servicio

E+I+D+i - J. M. M. - Jueves, 15 de Marzo de 2018
"Nos cronometran cuánto tardamos en ir al baño", se queja la plantilla, que denuncia el incumplimiento del acuerdo alcanzado en el Sercla para mejorar sus condiciones de trabajo.

La plantilla de seguridad privada del Aeropuerto de Granada se siente vigilada y acosada por su empresa, Prosegur. Hace poco más de un mes llevó a cabo una concentración de protesta frente al aeródromo por la falta de personal y la vulneración de sus derechos laborales en cuanto a horarios, conciliación familiar-laboral, estrés y carga de trabajo, incumplimientos que ya fueron reconocidos por la Inspección de Trabajo.

Hace unos días la plantilla, formada por 24 personas, y la dirección acordaron una serie de medidas para mejorar la situación a través del Sercla (Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales). Pero la empresa, según la sección sindical de la plantilla, no está cumpliendo lo acordado y denuncia que la presión hacia su labor llega al punto de que "nos vigilan y cronometran el tiempo que tardamos en ir al servicio". 

La sección sindical de CCOO afirma que "la empresa se excusa en que Aena le exige que anote los tiempos que dedicamos a hacer nuestras necesidades", un hecho que consideran "denigrante" y "ridículo". La representación sindical ha llevado el tema al juzgado de lo Social. 

Además, denuncian el uso de las cámaras de seguridad del recinto "para vigilarnos a nosotros", cuando esos recursos deben estar destinados únicamente para la seguridad del Aeopuerto y para vigilar el tráfico de pasajeros. Un uso indebido que han denunciado a Aena (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), como responsable del tratamiento de las imágenes que captan las cámaras de seguridad. 

La situación de estrés y presión laboral ha llevado a tres personas de la plantilla a darse de baja y varios compañeros están con medicación por las condiciones laborales que tienen que afrontar, según la sección sindical, dado el aumento de vuelos y pasajeros que ha experimentado el Aeropuerto en el último año, que ha elevado la carga de trabajo en los filtros de pasajeros, una labor sometida a mucha presión por la escasez de personal y la responsabilidad que conlleva para la seguridad del tráfico áereo.