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Denuncian vulneración de derechos laborales y de igualdad en la vigilancia privada del aeropuerto

E+I+D+i - J. M. M. - Martes, 14 de Noviembre de 2023
La obligada paridad hombre-mujer en los filtros de pasajeros no se cumple, lo que genera colas y retrasos, y las mujeres vigilantes soportan más carga de trabajo, afirman responsables sindicales.
​Colas en el aeropuerto de Granada, en una imagen de archivo.
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​Colas en el aeropuerto de Granada, en una imagen de archivo.

Vigilantes de seguridad del aeropuerto de Granada han denunciado una nueva vulneración de derechos laborales e incumplimientos tanto del convenio como de la normativa seguridad por parte de la empresa concesionaria de la seguridad privada, Grupo Sureste, que se suma ya a una larga lista de antecedentes que han llevado en varias ocasiones a protestas y concentraciones de la plantilla en los últimos años. 

Una de las quejas, denunciada ante la Inspección de Trabajo, es la falta de paridad en los filtros de control de pasajeros, donde debe haber el mismo número de vigilantes hombres que mujeres, puesto que las inspecciones o 'cacheos' cuando la persona a registrar es una mujer deben llevarlo a cabo, por ley, mujeres. "Pero no se cumple la paridad, casi siempre hay más hombres", denuncia Lucía Gutiérrez, secretaria de Igualdad de la Federación de Trabajadores de Seguridad Privada (FTSP) del sindicato USO Andalucía. 

A menudo se dan situaciones, por ejemplo, en las que hay tres vigilantes hombres y una sola mujer, afirma Jesús Camacho, responsable provincial de Seguridad Privada de USO. Cuando a la vigilante le toca estar en el escáner de rayos X que inspeciona los bolsos y objetos de viaje, si hay que hacer una inspección personal a una mujer, la viajera tiene que esperarse a que la vigilante termine su turno de escáner (20 minutos), lo que origina colas y retrasos. 

La desigualdad en la distribución de vigilantes en los filtros de control provoca sobrecarga de trabajo a las mujeres guardias de seguridad, hasta el punto de que "no pueden ni ir al servicio a hacer sus necesidades", asegura Luicía Gutiérrez, lo que origina problemas de salud y estrés laboral. 

"No se tiene en cuenta a las mujeres"

No se trata solamente de un problema de falta de mujeres vigilantes en la plantilla de Grupo Sureste en el aeropuerto de Granada, aunque ellas son menos. De 36 vigilantes, 16 son mujeres. Y en el personal asignado a filtros de control, de 21 en total, hay 10 mujeres, una ligera mayoría de hombres pero que no debería ser impedimento para una mejor distribución hombres-mujeres en los filtros, pero "el servicio está muy mal organizado y no se tiene en cuenta a las mujeres", critican los representantes sindicales. 

"La formación para otros servicios de seguridad menos estresantes se les da a los hombres, no se les da la misma formación a hombres que a mujeres", afirma Lucía Gutiérrez. "No hay ninguna medida de igualdad", añade. 

Eso hace que las mujeres vigilantes tengan más carga de trabajo, y turnos más estresantes, lo que redunda en jornadas de trabajo "extenuantes", con incumplimientos del convenio en cuanto a horarios laborales y tiempo de descanso entre una jornada y la siguiente, situaciones denunciadas a la Inspección de Trabajo y al responsable de Seguridad de Aena, que "no hace absolutamente nada", asegura la responsable sindical, que pide "rotaciones más igualitarias". 

Por ejemplo, los servicios de inspección de equipajes en bodega, que no requieren paridad y no son tan estresantes ni con tanta carga de trabajo como los filtros de pasajeros, "suelen hacerlos más los hombres", afirma la responsable sindical. 

Otros incumplimientos

Además de las diferencias en materia de igualdad, el personal de vigilancia privada denuncia también numerosos incumplimientos en materia laboral que afectan a una labor tan crucial como la seguridad área, "máxime cuando estamos en una alerta terrorista de nivel 4", dice Jesús Camacho, reforzada en las últimas semanas tras la guerra entre Israel y Hamas. "No se puede tener al personal en tan malas condiciones laborales en una materia tan sensible como la seguridad", estima Jesús Camacho. 

Los turnos de vigilancia en el escáner de rayos X no pueden durar más de 20 minutos, por el elevado nivel de concentración que requiere, y a menudo se incumplen, por la falta de rotación en los turnos y la excesiva carga de trabajo, lo que puede repercurtir en fallos de la seguridad, alertan los representantes sindicales, "porque no somos máquinas", dice Camacho. 

Para usar la inspección de rayos se requiere una formación especializada que deben realizar los vigilantes, en sesiones de seis horas en centros de formación fuera del aeropuerto "que se añaden a la jornada laboral y, además, con solo una hora de intervalo entre el turno de trabajo y el de formación, con lo que, además de dificultar la conciliación, a menudo no da tiempo a realizar la formación al completo", denuncian los vigilantes, que han expresado su queja, en vano. 

Jornadas que exceden la normativa

Asimismo, las jornadas exceden lo estipulado en el convenio y la normativa específica de su actividad. En ningún caso pueden exceder de 9 horas "y están poniendo en los cuadrantes hasta 9 horas y media que luego en la práctica se alargan más si hay retrasos en los vuelos o alguna otra incidencia", se queja el responsable sindical. 

A ello se añaden otros incumplimientos, como retrasos en el pago de horas extras o los turnos de vacaciones "que no se cumplen, ni tampoco los acuerdos en el Sercla", afirma. 

Se trata de una serie de quejas y denuncias que se vienen arrastrando en cada empresa que gestiona la seguridad privada aeroportuaria, que va cambiando según los concursos que establece Aena, y a la que se va subrogando la plantilla de vigilantes. "Antes teníamos problemas con Prosegur, pero con Sureste hemos empeorado", lamenta Lucía Gutiérrez. Cuando la seguridad estaba a cargo de Prosegur, el personal denunció que la empresa les vigilaba a ellos hasta para ir al cuarto de baño e incluso les cronometraba cuánto tardaban, algo insólito.

Pero con Grupo Sureste la cosa ha ido incluso a peor, hasta el punto de que en el aeropuerto de Málaga, cuya seguridad privada también gestiona Sureste, la plantilla de vigilantes fue a la huelga hace unos días y también lo ha hecho en otros aeropuertos. 

Cambio de empresa a Trablisa

A principios de este mes, Aena resolvió una nueva adjudicación de la seguridad privada en los 46 aeropuertos españoles y la empresa de Mallorca Trablisa se ha hecho con el servicio de seguridad privada de más de una quincena de aeropuertos del país, entre ellos el aeródromo granadino, integrado dentro de un gran lote en el que también está el principal del país, el Adolfo Suárez Madrid-Barajas. De esta forma, Trablisa sustituirá en breve a Sureste en la gestión de las seguridad privada del aeródromo ubicado en Chauchina.