Los vigilantes privados del aeropuerto de Granada anuncian movilizaciones ante los "incumplimientos" de la empresa concesionaria y la "inaguantable presión laboral" que soportan, especialmente en los filtros de pasajeros, debido a que la plantilla sigue siendo la misma para vigilar el paso de un volumen de pasajeros que ha aumentado un 45% en los dos últimos años, tras la implantación de nuevas conexiones aéreas. 

La sección sindical de CCOO en la empresa va a convocar a la plantilla a realizar concentraciones en los puentes festivos de noviembre y diciembre a las puertas de la terminal, como ya hicieron en febrero de este año, y ha llevado los "incumplimientos" empresariales al SERCLA (Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía) y el "deterioro de salud laboral que sufrimos" a la Inspección de Trabajo, explica la delegada sindical, Mari Carmen López.

Y es que la situación de los vigilantes privados del aeropuerto (una treintena de profesionales, de los que 18 cubren los turnos de vigilancia en los filtros de control de los embarques) no es nueva. En apenas dos años la vigilancia privada del aeropuerto ha sido gestionada por tres empresas, mediante concesión de Aena, la empresa estatal responsable de los aeropuertos españoles. De Ilunión Seguridad se pasó a Prosegur a inicios de 2017 y en junio de este año se hizo con la concesión ICTS Hispania. "Y hemos ido de mal en peor", lamenta la delegada sindical de una plantilla que se va subrogando en cada cambio de concesionaria. 

Pero, pese a que la subrogación debe implicar el mantenimiento de los mismos derechos que tenían con la anterior empresa, la nueva concesionaria, ICTS Hispania "no ha respetado" las condiciones laborales de los vigilantes, cuyo deterioro ya denunciaron cuando la seguridad corría a cargo de la anterior compañía, Prosegur. "Ni siquiera han cumplido lo acordado en el último SERCLA", afirma la delegada sindical. 

Además, los vigilantes no están percibiendo, asegura CCOO, todos los pluses y complentos que les corresponden por razón de sus turnos y tareas, por lo cada mes sus remuneraciones se han reducido "entre 200 y 500 euros, según el trabajador", calcula Mari Carmen López. 

De esta forma, la plantilla se siente "totalmente desmotivada" y sometida a una "gran presión", lo que supone un "enorme riesgo en un servicio tan sensible como es la seguridad de un aeropuerto", advierte la representante sindical. A su juicio, la plantilla trabaja "sin organización ni un plan de servicio de la empresa de seguridad", tal y como establece el pliego de condiciones de la concesión de Aena, a la que culpan en última instancia de la situación, por establecer "licitaciones muy a la baja" que hace que los medios sean "insuficientes" para cumplir con la debida seguridad que debe haber en los filtros de pasajeros del aeropuerto, sobre todo tras el gran aumento del tráfico.

En los nueve primeros meses de este año por la terminal de Chauchina han pasado 826.835 viajeros, según los datos de Aena, un 25% más que en el mismo periodo del año pasado y un 45% más que entre enero y septiembre de 2016. Y su vigilancia y control está a cargo del mismo número de profesionales, sin que haya aumentado en consonancia con el incremento del tráfico.