GRANADA MIL Y UNA

El deshielo de Sierra Nevada, un espectáculo único

E+I+D+i - J. M. M. - Jueves, 29 de Abril de 2021
La fusión de la nieve en lagunas, ríos y cascadas es uno de los fenómenos naturales más bellos que pueden contemplarse. Un privilegio que tenemos en Sierra Nevada y que te proponemos visitar en nuestra sección 'Granada mil y una' para disfrutar de la provincia en primavera.
Reflejo de las montañas de Sierra Nevada aún medio nevadas sobre la laguna de las Yeguas.
IndeGranada
Reflejo de las montañas de Sierra Nevada aún medio nevadas sobre la laguna de las Yeguas.

Terminada la temporada de esquí en Sierra Nevada, llega la época del deshielo, un proceso que se prolonga hasta el verano, en función de la cantidad de nieve que haya caído durante el invierno y principio de la primavera, y que constituye uno de los mayores espectáculos visuales de naturaleza que podemos contemplar. Algo único que en Granada tenemos la suerte de disfrutar cada año. 

La nieve de Sierra Nevada se va derritiendo, formando arroyos y cascadas que alimentan de agua a los ríos Genil, Monachil, Dílar y Guadalfeo, entre otros. Y los bloques de nieve van adquiriendo formas asombrosas, de inigualable belleza. 

En Sierra Nevada hay muchas zonas donde podemos disfrutar del deshielo. Las más conocidas son el entorno de la Laguna de las Yeguas y los lagunillos de alrededor, los Lagunillos de la Virgen, en el área de influencia de la estación de esqui, y el paraje conocido como los Lavaderos de la Reina, en la parte oriental del macizo, un lugar más alejado y con un acceso más largo. 

Desde la Hoya de la Mora 

Para llegar hasta la laguna de las Yeguas partimos de la Hoya de la Mora, donde finaliza la carretera de Sierra Nevada, A-395. Ahí cogemos el sendero que sube por la loma de Cauchiles y cruza varias veces la carretera, que serpentea hacia el Veleta. Tras pasar el monumento a la Virgen de las Nieves, algo más arriba, al volver a encontrarnos la carretera, la seguimos a la derecha en dirección a Borreguiles y cogemos un sendero ligeramente ascendente que nos llevará a cruzar la zona de pistas algo por encima de Borreguiles. El sendero sigue hasta un collado junto a la loma del observatorio astronómico y el radiotelescopio, y a partir de ahí nos introduciremos en la zona de la laguna de las Yeguas, con el Veleta a nuestra izquierda y, en frente, los Tajos de la Virgen. 

Tras dejar la loma del observatorio vemos el agua de un primer riachuelo. 

Al fondo, Tajos de la Virgen.

El trayecto entre la Hoya de la Mora y la laguna de las Yeguas puede hacerse en unas dos horas o dos horas y media, en función del ritmo de la marcha. Otra opción es coger la lanzadera del Servicio del Interpretación de Altas Cumbres (SIAC), un microbús que nos lleva desde la Hoya de la Mora a las posiciones del Veleta.

Tras caminar unos minutos por el carril que va hacia el refugio de la Carihuela, justo antes del refugio sale una vereda en descenso que desemboca en los Lagunillos de la Virgen, junto a la laguna de las Yeguas. Aunque, en caso de todavía quede mucha nieve, este descenso tiene mayor dificultad, ya que parte desde una cota superior a los 3.000, por lo que es preferible hacerlo ya en verano. La lanzadera suele empezar a operar en cuanto la carretera hacia el Veleta está ya libre de nieve (SIAC norte: tfno.. 671564407. Mail: siacnorte@reservatuvisita.es). 

Durante el verano también se pueden emplear los remontes de la estación de esquí para subir hasta Borreguiles o hasta las posiciones del Veleta y acceder desde ahí a la zona de las Yeguas y lagunillos. 

Al llegar a la laguna de las Yeguas empieza el espectáculo visual del deshielo, con los montañas medio nevadas reflejadas en el agua. 

Las simetrías de la montaña en el agua quieta de la laguna, con el blanco de la nieve y el azul dei cielo, forman estampas tan bellas como esta. 

Vistas de la laguna de las Yeguas desde una loma contigua, donde se aprecian los trozos de nieve helada que quedan sobre el agua y el color azul turquesa de sus bordes. 

Si recorremos el borde de la laguna podemos ver de cerca el deshielo de sus aguas y las bonitas formas y tonos de color de los bloques se nieve que se van derritiendo. 

La nieve que se derritiendo va pasado del blanco al azul turquesa, hasta que se convierte definitivamente en agua. 

Los bordes de la laguna forman una bella playa de nieve rodeada de montañas rocosas salpicadas de blanco. 

Otra vista de la playa de nieve de las Yeguas, tras rodear toda la laguna. Al fondo, excursionistas en el sendero por el que se accede a la zona.  

Tras dejar la laguna de las Yeguas, en pocos metros llegamos a la zona de los Lagunillos de la Virgen, al pie de los Tajos de la Virgen, el área más conocida del deshielo de Sierra Nevada, por la variedad y belleza de sus pequeñas lagunas entre lomas, con verdes prados de borreguiles húmedos alrededor. 

De nuevo, los colores turquesa aparecen al deshelarse los lagunillos. Mientras recorremos la zona atravesaremos zonas de nieve en las que debemos extremar el cuidado para no resbalar y sufrir una caída. Es imprescindible apoyarse en los bastones y, en caso de que persista la nieve dura o zonas de hielo, usar crampones en las botas. 

Vista de uno de los lagunillos en diferentes etapas del deshielo. Arriba, el lagunillo al comiienzo del proceso, cuando prácticamente aún está helado, rodeado de nieve, pero comienza a derretirse por el centro. En la imagen central ya se ve la lámina de agua, con los aún encharcados borreguiles por un lado y mucha nieve todavía por el otro. Y en la foto de abajo, el lagunillo completamente líquido, con sus verdes borreguiles y ya solo pequeñas manchas de nieve al fondo. 

 

Los reflejos de la nieve en los lagunillos nos vuelven a regalar bellas imágenes. 

Borreguiles encharcados con zonas de nieve en las lomas, una imagen característica del deshielo de Sierra Nevada. 

Tras pasar los Lagunillos de la Virgen, siguiendo a los pies de los Tajos de la Virgen, llegamos en unos minutos a los Lagunillos de la Ermita, otra zona de pequeñas charcas donde podemos disfrutar de los famosos túneles de nieve que se van formando sobre los arroyos que se van creando con el deshielo de las cumbres. 

Asomarse por el interior de uno de estos arroyos bajo la nieve nos hace disfrutar de estampas mágicas. 

Uno de los lagunillos de la Ermita, con los borreguiles llenos de flores y todavía con zonas de nieve alrededor. Un paisaje que desborda belleza. 

Si seguimos avanzando, siguiendo el sendero al pie ya del refugio de Elorrieta podemos alcanzar el Lagunillo Misterioso, que no se ve hasta que se llega a él, al estar encajonado, en la base del Tozal del Cartujo. Una pequeña laguna de gran belleza y quietud. La ruta entre la Hoya de la Mora y los Lagunillos de la Virgen es de unos 10-12 kilómetros ida y vuelta, y si se prolonga hasta los Lagunillos de la Ermita y Misterioso supera los 15 kilómetros. No tienen gran desnivel, pues se parte de 2.500 metros, hasta los 2.900 de los Lagunillos de la Virgen. 

Imágenes del Lagunillo Misterioso. 

Lavaderos de la Reina

La otra gran zona donde disfrutar del deshielo de Sierra son la conocida como Lavaderos de la Reina. Un paraje, al pie de Tajos Negros, una de las cumbres orientales del macizo, cerca del Picón de Jérez, el 3.000 más al este. Una zona cada vez más visitada, pese a estar más alejada y tener un acceso mucho más largo. 

Para llegar hasta los Lavaderos la ruta más habitual sale de Güejar Sierra. Una pista de tierra sube por la Loma de la Cuna de los Cuartos, también conocida como Loma de Maitena, al estar encima del río que luego desemboca en el Genil. Tras unos 10 kilómetros de carril muy bacheado en el que se recomienda llevar un vehículo todoterreno, SUV o de piso alto, una cadena marca el fin del paso de vehículos, y empieza el camino a pie. En total, la ruta ida y vuelta ronda los 20 kilómetros por senderos bien marcados. Se trata de una ruta más exigente y que requiere de buena forma física. 

Hay varias empresas de turismo activo ofrecen un servicio de lanzadera desde Güéjar Sierra hasta la cadena e incluso desde la capital, y ofrecen rutas guiadas hasa los Lavaderos. 

Durante el trayecto hay que atravesar neveros que requieren de cuidado, apoyo en los bastones y recomendable el uso de crampones para fijar la pisada y evitar un resbalón. 

Ascenso por el arroyo de Covatillas, que desemboca en el río Maitiena, hacia los Lavaderos.

Hay otras dos opciones para llegar a los Lavaderos de la Reina, aunque para senderistas más experimentados y con buen fondo físico. Partiendo del Collado del Alguacil, al que se llega desde Güejar Sierra por una pista asfaltada, que asciende hasta casi los 1.900 meros. La ruta es muy larga, unos 30 kilómetros. También se puede ir partiendo del refugio de Postero Alto, en Jérez del Marquesado, a unos 1.900 metros de altitud. Es una ruta más corta, unos 20 kilómetros, aunque con más desnivel, pues se pasan varias zonas de más de 3.000 metros. 

La zona de los lavaderos está en la base de los Tajos Negros de Covatillas, al fondo de la imagen. Y está formada por un conjunto de cascadas que forma el arroyo Covatillas en su abrupto descenso entre rocas.  

El espectáculo del agua cayendo junto a bloques de nieve y zonas verdes. 

Cascada principal de los Lavaderos de la Reina. En la primera imagen se observa la cascada al fondo, en una zona rocosa, a la que se llega a través de un verde prado. La cascada tiene una caída espectacular, que se aprecia con detalle en la imagen inferior. 

Tras pasar la gran cascada, se llega a la zona alta de los Lavaderos, donde confluye la mayor cantidad de visitantes, como se ve en la imagen. 

Vistas de la cascada, que suele conservar abajo un manto de nieve, y a la que se puede acceder, con cuidado, a la parte superior.  

Zona alta de los Lavaderos, al pie de Tajos Negros, donde se forma el arroyo de Covatillas. 

En esta zona podemos disfrutar de los túneles de nieve que, al igual que en los Lagunillos de la Virgen, se forman en torno al agua del arroyo, de una belleza espectacular. Fotos del reportaje: IndeGranada y Andarines.

Consejos

  • Consultar la meteorología para planificar la ruta. El tiempo en la alta montaña es muy cambiante y, pese a estar despejado, puede haber viento fuerte u otras inclemencias. Se puede visitar la página de Aemet, que informa de las previsiones en Sierra Nevada, o páginas especializadas como www.meteoexploration.com o www.mountain-forecast.com 
  • Llevar ropa cómoda y de abrigo: ánorak, forro polar, cortavientos, guantes y gorro.
  • Nada de zapatillas de deporte, imprescindible botas montaña, mejor de de caña alta, que protejan los tobillos. Y también son indispensables los bastones de senderismo. Asimismo, es recomendable llevar crampones, salvo en verano, cuando ya apenas hay neveros que atravesar. 
  • Llevar agua y comida suficiente. Además de bocadillo, son recomendables fruta y frutos secos u otros alimentos muy energéticos. 
  • No olvidar una buena gorra, preferible con protección atrás para el cuello, o sombrero amplio. Y crema solar de alta protección. 
  • No dejar tirado ningún tipo de residuo. Ni siquiera restos de alimentos aunque sean biodegradables. La montaña hay que dejarla tal y como la encontramos. 
Granada mil y una es una sección patrocinada por:

 


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