La prodigiosa Cécile McLorin Salvant inaugura los conciertos de El Majuelo con una magistral exhibición de recursos vocales
El Parque El Majuelo registró el primer lleno completo de la temporada jazzística como no podía ser menos para recibir a una mujer que ocupa portadas de periódicos y revistas, y es saludada como un fenómeno de los que solo suceden de vez en cuando: nunca antes en la historia de los premios Grammy ha acumulado alguien tantos en tan poco tiempo.
Cécile McLorint Salvant desplegó desde el primer momento una voz y una creatividad que desborda los límites de una cantante, porque en realidad es más una actriz que canta. Varía de tesituras en apenas un tema o incluso menos, yendo desde la dulzura más acariciante y hasta el desgarrado grito enrabietado, con un perfil interpretativo de Musical. La suya es una voz nueva y fresquísima, llamativa e infinitamente matizada. No se equivocó Wynton Marsalis cuando la señaló como una nueva estrella en ciernes. Ya lo es.
Detrás, sus músicos, el pianista Sullivan Fortner, Paul Sikivie en el bajo y Kyle Poole tras la batería, como una B.S.O. brindaron brillante y elegantemente el swing que requería cada canción, cada historia que canta la vocalista, siempre buscando una vívida interpretación más allá de la mera repetición de unas frases.
La franco-estadounidense, cantó en francés, inglés y español dependiendo del estado de ánimo, y del acuerdo con sus compañeros con los que demostró tener una complicidad total. Carisma, tremendo dominio del canto, inteligencia textual y humor son algunos de los ingredientes de un concierto en el que citó a James Joice, Boris Vian (a los que música en sus propias canciones y hasta con los Beatles o Violeta Parra, para terminar con un estremecedor ‘Gracias a la vida’ que alguien adaptó a la situación: “que nos ha dado a Cecile”. Una ovación de gala, con el público puesto en pie durante tres minutos despidió a esta mujer llamada al trono del jazz cantado y a punto de ocuparlo por derecho.
En los trasnoches, como todos los días de Festival, la música continuó con el cuarteto de Jesús Mata y Jacinto Rodríguez hasta bien entrada la madrugada.
Miércoles18
MIKE STERN & RANDY BRECKER
Con un sonido inspirado en el bebop y el blues que transmite intensidad rockera, Mike Stern dejó su impronta en la música de Miles Davis a principios de los 80, antes de lanzar su carrera en solitario en 1985. Desde entonces, ha editado diecisiete grabaciones como líder, seis de las cuales fueron nominadas para los premios Grammy.
Su reciente disco Trip es el primero desde que se recuperó de un grave accidente en el verano de 2016 (que le afectó ambos brazos y en particular la mano derecha), en el que cuenta con la colaboración de grandes estrellas y la participación de viejos amigos, incluido el gran trompetista y compositor Randy Brecker, que lleva en primera línea de la escena jazzística más de cuatro décadas. Los sonidos de trompeta y fliscorno de Randy han aparecido en cientos de álbumes de una amplia gama de artistas: James Taylor, Bruce Springsteen, Frank Sinatra, Steely Dan, Jaco Pastorius o Frank Zappa.
Considerado como uno de los más grandes bateristas del mundo y dotado de una impresionante técnica, limpieza, solidez y especial capacidad de improvisación, Dennis Chambers ha grabado y actuado con John Scofield, Steely Dan o Carlos Santana, entre otros muchos, ya que es muy demandado para grabaciones y giras.
Tom Kennedy es un reputado maestro, tanto del bajo acústico como del eléctrico, y un consumado músico de giras y estudio, que además de liderar sus proyectos propios ‒Points of View (2017) es su último disco‒, ha actuado con los grandes del jazz actual.
Cuatro grandes músicos, amigos y compañeros de banda, con un espectacular sonido sobre el escenario de Jazz en la Costa.