Las palabras importan

"Las palabras importan. Alteran la percepción humana, excitan las emociones e influyen en el rumbo de los acontecimientos políticos", escribe Siri Hustvedt en un artículo publicado el pasado 18 de abril en El País a propósito del fascismo en Estados Unidos. Las palabras importan demasiado y lo saben bien los que desconocen la vida que encierran, el organigrama que las hace poderosas, pero saben de su fuerza y son conscientes de la tara que les incapacita llegar a ellas y conseguir tiranizar su vigor. El único modo de salir del complejo de inferioridad que les procura esta carencia es matando lo que no pueden dominar. Pero, ¿cómo se mata la palabra?
Las estrategias son variadas. Privar al discurso de verdad es un modo de aniquilar la palabra: "Proporcionaré un casus belli propagandístico. Su credibilidad no importa. El vencedor no será cuestionado por si dijo la verdad". Esta sentencia, que podríamos poner hoy en boca de Trump, fue pronunciada por Hitler el 22 de agosto de 1939 y apuntalada con la creación de un Ministerio de Propaganda, con Goebbels a la cabeza esforzado en crear enemigos externos. Cinco años antes la revista fascista Der Stürmer publicaba la viñeta de una cerda atravesada por una horquilla con el lema: "Muerta la cerda, los lechones también estiran la pata"; la cerda, metáfora de las editoriales que no controlaban, los lechones intelectuales como Einstein, Thomas Mann, etc. Exterminar a los intelectuales capaces de devolver al discurso la verdad, capaces de evidenciar una retórica de manipulación, de dotar a la palabra de su sentido primigenio.
Cuando el antidemócrata enarbola la palabra democracia y al déspota se le llena la boca con la palabra libertad, la democracia pierde su sentido, la libertad su razón
En este país no somos menos. Con la formación del primer gobierno de Franco, en enero de 1938, se crea la Delegación Nacional de Prensa y Propaganda que dependía ni más ni menos que del Ministerio del Interior. Se estableció la Dirección general de Propaganda, dirigida por Dionisio Ridruejo y una Dirección General de Prensa, dirigida por José Antonio Giménez-Arnau. Tomaron los medios considerados enemigos para unirlos en lo que denominaron "Prensa del Movimiento", ideal para la construcción de realidades paralelas que justificaran lo injustificable, la invasión del ejército ruso, por ejemplo, del que nunca se supo por dónde entraron ni qué territorios ocuparon. Una propaganda de la que se siguen valiendo para engrandecer la figura del dictador, en el afán por recrear un wonderful world, y que aún hoy colea con falacias del tipo: Franco, los pantanos, la invención de la Seguridad Social o las vacaciones pagadas. Cuando el antidemócrata enarbola la palabra democracia y al déspota se le llena la boca con la palabra libertad, la democracia pierde su sentido, la libertad su razón. El dictador acusa al demócrata de dictador; el autócrata se sienta en un escaño, con el beneplácito de todos, para gritar desde la tribuna del congreso su odio a la Constitución y al congreso...
Emplean las palabras de manera fraudulenta. Declara la consejera de Sanidad de la Junta de Andalucía que el "estado de derecho" permite elegir entre la sanidad pública o privada, adulterando el concepto "estado de derecho", cuya función es la de proteger al ciudadano y asegurarle una sanidad pública y de calidad; sin embargo, lo que no se dice es que las empresas sanitarias privadas tienen vía libre para utilizar los hospitales públicos. Políticas privadas, camufladas detrás del "estado de derecho" que llegan para destrozar lo público y dejan al ciudadano desprovisto, con la intención clara de acabar precisamente con el estado de derecho. Es lo que en retórica viene a denominarse retruécano, un juego de palabras perverso cuando es la sanidad la que está en riesgo. La antonimia es otra figura a la que rinden pleitesía y vienen a confundir turismo con cultura, para demoler la cultura y favorecer el negocio que propicia el turismo, lo puramente empresarial, más allá del patrimonio y la conservación. Y de paso, ya se sabe, "muerta la cerda, los lechones también estiran la pata", dar el golpe de gracia a la Cultura.
Este consistorio antecede a todo lo que propugna el encabezamiento: "Por la Granada 2031...", y en su nombre, vaciadas de sentido las palabras calidad y cultura, se están moviendo piezas con objetivos concretos y partidistas
Enarbolar palabras que resulten útiles a una causa concreta es otro modo de envenenar y matar la palabra. Este consistorio antecede a todo lo que propugna el encabezamiento: "Por la Granada 2031...", y en su nombre, vaciadas de sentido las palabras calidad y cultura, se están moviendo piezas con objetivos concretos y partidistas. Se enarbolan proyectos que inflan en pro de la capitalidad cultural, pero que, a la hora de la verdad, no se apoyan y siempre habrá un ojo ajeno que lleve la paja y que justifique el incumplimiento de compromisos adquiridos. La palabra honor perdió su cualidad moral, su carácter honesto, la dignidad como condición. No hay más que mirar a nuestro alrededor, a cualquier punto de nuestro alrededor. Ahí, el impresionante legado del artista Juan Manuel Brazam compuesto de casi 5.000 piezas entre su colección privada, óleos, acrílicos, arte africano, piezas arqueológicas, etc..., con el que se firmó un acuerdo por el que la Casa del Almirante sería sede y espacio museístico. La obra está arrumbada, con el perjuicio que conlleva para las piezas, sin proyectos ni a corto ni a largo plazo que restauren el Legado y garantice su conservación y una exhibición adecuada. Se perderá el legado, y no les importa, probablemente el Ministerio de Hacienda cargue con la culpa, y seguirán vomitando vaharadas de "calidad" y "cultura" en aras de la Granada 2031.
La ciudad del más grande de los dramaturgos nomina su teatro Isabel la católica. Todo está dicho
Allá, el Parque de las Ciencias, icono en los últimos años, que la Junta está desmantelado con el beneplácito del consistorio, con un director que "viene a jubilarse y no va a hacer nada", según se recoge en prensa, pero ¿a quién le importan unas mariposas, unos peces, unos reptiles? ¿A quién le importa 70.000m2 convertidos en un lugar cultural puntero de verdad? Pareciera que la política de este partido matase todo lo que toca. Convierte lo grande en pequeño. No muy lejos, la casa de su poeta más excelso... De la que no voy a hablar... por ahora... Tal vez mañana me siente a componer alguna que otra figura retórica, alguna metáfora, más de un hipérbaton... No ahora, no hoy. La ciudad del más grande de los dramaturgos nomina su teatro Isabel la católica. Todo está dicho. Vendrá una delegación para juzgar si merecemos o no la concesión de la capitalidad y les llenarán las pupilas de calidad y cultura y les agasajaran deleitándoles con techos mocárabes, fuentes y jardines para que no miren la realidad oculta entre bambalinas y todo esté perdido. A no ser, una vez más, que la Universidad llegue al rescate.
Las palabras importan, las que se dicen, las que no se dicen, las que se adulteran, porque "influyen en el rumbo de los acontecimientos políticos", ya sea a nivel global, nacional, autonómico o local. La palabra es la herramienta que nos arma, nos desarma y nos define. Las palabras importan hasta cuando se juega con sus grafemas: G-r-a-n-a-d-a // G-r-a- [N]-a-d-a.
Ha publicado: Peces en la Tierra. Antología de mujeres poetas entorno a la Generación del 27 (Vandalia. Fundación José Manuel Lara, 2010), Con un traje de luna. Diálogo de voces femeninas de la primera mitad del siglo XX (Vandalia. Fundación José Manuel Lara, 2022), Rafael Guillén. Del conocimiento al asombro (Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, Junta de Andalucía, 2022), El haza de las viudas (Espuela de Plata. Renacimiento, 2008), Todos los cuentos, el cuento (Col. Narrativa, Diputación de Cádiz, 2007); entre las ediciones críticas destacan: El diván del Tamarit de Federico García Lorca (Cátedra, 2018), Una sombra entre los dos de Elisabeth Mulder (Renacimiento. 2018), El retablo de Salomé Amat de Elisabeth Mulder (Renacimiento, 2021) y Sinfonía en Rojo de Elisabeth Mulder (Tigres de papel, 2022).
Cofundadora de la editorial ELENVÉS EDITORAS, dirige la colección Bernal de narrativa.
Fotografía: Luis Serrano
Otros artículos de Pepa Merlo:
-
Gigantes
-
Cave Canem
-
'Artificios'
-
¡¡A por ellos, oé!! ¡¡A por ellos, oé!!
-
"El hombre del día"
-
'Los Titos...'