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Artículo de Opinión

'Artificios'

E+I+D+i - Pepa Merlo - Sábado, 26 de Agosto de 2023
Pepa Merlo reivindica el pensamiento y las humanidades en una interesante reflexión, que te recomendamos, en torno a la inteligencia artificial y los intereses comerciales que también la envuelven.
Escultura de Séneca en Córdoba.
H. Barrison/Wikimedia
Escultura de Séneca en Córdoba.

Un artificio es aquello que, a pesar de su gran elaboración, carece de naturalidad, es una construcción y como toda construcción se diseña y se realiza atendiendo a unos criterios determinados, los del constructor o los del sistema que encarga su construcción. Lo artificial ha sido siempre algo denostado porque acarreaba un sentido de falta de verdad, de falta de autenticidad o sinceridad, es decir, de falsedad, de lo antinatural. Aristóteles hacía hincapié, más que en el hecho en sí de la relación entre falsedad y naturalidad, en el hecho de que lo falso se hallaba en contradicción con lo real. Vivimos hoy un extraño tiempo en el que se busca a cualquier precio lo artificial..., prótesis en los pechos, en los glúteos, filtros en las fotos para hacer de nuestro rostro otro rostro. Porque ya no se trata de rejuvenecer, que también es contradictorio, pues lo natural es ir envejeciendo, aceptar que a los sesenta no se puede tener veinte, se trata de ser alguien diferente, alguien que se aleje de nosotros mismos, en un reconocimiento enfermizo del odio que nos profesamos. Hacemos de nuestro propio cuerpo un artificio y ahora hasta construimos, como un dispositivo externo, la inteligencia, la IA. 

Más de 100 millones de personas ya usa la tecnología ChatGPT, tecnología que está "transformando múltiples industrias" anuncia su página (por supuesto nada gratuita)

A priori, como todo, no es bueno ni malo. El problema es cuando dejamos aspectos que nos atañen directamente en consideración de aquello que se opone a lo real, dejamos que marque nuestros pasos, dejamos que lo falso diseñe nuestras pautas. Directrices marcadas por la mentira no pueden conducir a nada bueno. Leo una noticia en prensa, no sin entusiasmo por parte del redactor por el hecho de que el artificio cumple con su cometido, como el niño que realiza su primera proeza, en la que, según la inteligencia artificial, aquellos que estén en proceso de elegir carrera universitaria deben abstenerse de optar por la Filosofía, la Literatura, la Historia del Arte, la Arqueología y sobre todo por los Estudios de género. ¡Cuánto miedo al género! El artificio dictamina que la formación del pensamiento, el arte, la literatura, la historia, el conocimiento de quiénes somos, todo aquello que forma al individuo como tal, no es ni útil ni productivo, constriñendo lo productivo a lo que concierne en exclusiva al capital. Eliminemos entonces las bibliotecas, los museos, arrasemos con las ruinas que nos hablan del tiempo, con los árboles ya lo hacemos, para hormigonar el espacio que fue historia, eliminemos todo criterio propio y personal, la igualdad, la diversidad, la toma de conciencia del otro, y por ende el respeto que procura, para crear una masa de sociópatas sin empatía ni solidaridad ni compasión. Ahora que aún podemos mirar atrás, revisar nuestro pasado, volvemos la vista a la historia para recordar que en las civilizaciones que hemos considerado modelo de democracia, los legisladores eran poetas y filósofos en su mayoría, ahí Tales de Mileto, Solón de Atenas, Bías de Priene, Pítaco de Mitilene, Cleóbulo de Lindos, Quilón de Esparta o Periandro de Corinto, considerados los siete sabios de Grecia. Homero o Hesíodo, relatores de los mitos tradicionales, Platón o Aristóteles siguen siendo pilares de nuestra cultura; en Roma, Lucrecio, Cicerón o Séneca por mencionar ejemplos sucintos. A los sabios se les veneraba porque ellos eran los capacitados para que la sociedad siguiera adelante. Filósofos o poetas, arqueólogos que nos cuenten quienes somos por las huellas que dejaron los que fuimos, historiadores que nos enseñen a mirar el pasado para posicionarnos en el presente y poder vislumbrar el futuro. Esto es lo que la inteligencia artificial recomienda eliminar y construir, en contraposición, una sociedad productiva, esclavos del capital sin conciencia de sí mismos, manipulables, apáticos, sin anclajes desde los que poder generar actitudes críticas, nada novedoso, por otro lado. Sin poetas, sin filósofos, sin arqueólogos, sin historiadores, sin conciencia de género, sin conciencia de nosotros mismos, de nosotras mismas, en definitiva, sin cultura, en el amplio sentido de la palabra cultura, y ratificada la necesidad de su desaparición por un artificio de nombre inteligencia, al que no habrá quién, no sólo no se atreva a descalificar, sino que se aplaudirá de modo masivo. Más de 100 millones de personas ya usa la tecnología ChatGPT, tecnología que está "transformando múltiples industrias" anuncia su página (por supuesto nada gratuita). En un futuro desprovisto de estas materias quienes aún se atrevan a acercarse a ellas serán sin duda los parias de la tierra, los perseguidos de un mañana en el que no será necesaria ni la censura. Este es el artilugio objeto de deseo de cualquier sistema gubernativo, el sueño de la ultraderecha alérgica a la Cultura con mayúscula. Kant escribió que la inteligencia de un individuo se mide por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar. Con este artificio periférico constituido y manejado por otros habría que reconsiderar el concepto inteligencia.

Pepa Merlo es Doctora en Filología Española, Premio Extraordinario de doctorado por la Universidad de Granada. Investigadora de esta universidad, está especialista en Generación del 27 y autoras españolas del siglo XX. Profesora de la Universidad Internacional de Valencia (VIU). Sus artículos han sido publicados en las revistas más prestigiosas nacionales e internacionales, ha participado en congresos y seminarios en diferentes universidades de prestigio de todo el mundo. Es narradora. Sus cuentos cortos han sido publicados en las revistas literarias de prestigio nacionales e internacionales, ha sido traducida al inglés y al francés.

Ha publicado: Peces en la Tierra. Antología de mujeres poetas entorno a la Generación del 27 (Vandalia. Fundación José Manuel Lara, 2010), Con un traje de luna. Diálogo de voces femeninas de la primera mitad del siglo XX (Vandalia. Fundación José Manuel Lara, 2022), Rafael Guillén. Del conocimiento al asombro (Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, Junta de Andalucía, 2022), El haza de las viudas (Espuela de Plata. Renacimiento, 2008), Todos los cuentos, el cuento (Col. Narrativa, Diputación de Cádiz, 2007); entre las ediciones críticas destacan: El diván del Tamarit de Federico García Lorca (Cátedra, 2018), Una sombra entre los dos de Elisabeth Mulder (Renacimiento. 2018), El retablo de Salomé Amat de Elisabeth Mulder (Renacimiento, 2021) y Sinfonía en Rojo de Elisabeth Mulder (Tigres de papel, 2022).

Cofundadora de la editorial ELENVÉS EDITORAS, dirige la colección Bernal de narrativa. 

Fotografía: Luis Serrano
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