La UGR alerta de la importancia de actuar frente al deterioro de la salud mental
La doctora Elena Miró, profesora titular del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada, analiza el estado actual de la salud mental de los españoles, e informa de que “casi 3 millones de personas tienen un diagnóstico de depresión en España, lo que la convierte en la enfermedad mental más prevalente en nuestro país”.
La UGR, como parte de la Red Española de Universidades Promotoras de Salud (REUPS), participa en la tercera edición de la iniciativa "Un mensaje saludable por un objetivo común", que en este mes de octubre analiza la salud mental de la población.
Carencias de la atención pública
La crisis sanitaria debida al COVID ha sacudido la salud mental y puesto de manifiesto las graves carencias del sistema público de atención a la salud mental, de la que se empiezaa a hablar sin estigmas. Como ya alertó el Informe de Naciones Unidas del año 2020 la pandemia COVID iba a disparar los problemas mentales sino se tomaban las medidas adecuadas. La pandemia requirió de un gran esfuerzo de adaptación por parte de la población con un coste en la salud mental que ha seguido aumentando con el actual contexto, crecientemente complejo, de incertidumbre, crisis energética y económica agravada por el conflicto bélico de Ucrania. Pero estos no son los únicos factores, pues el fenómeno de las redes sociales y otros elementos propios de la actual sociedad consumista, acelerada y, en tantas áreas, disruptiva, llevan tiempo perjudicando la salud mental.
Antes de la pandemia, en el mundo, según la OMS (2019) una de cada cuatro personas sufría un trastorno mental a lo largo de su vida. Este porcentaje ha aumentado tras la pandemia. Sobre todo hay más ansiedad, síntomas depresivos, trastornos de la alimentación, autolesiones y conductas suicidas que nunca. Por ejemplo, según el informe de Fundamed (2021), casi 3 millones de personas tienen un diagnóstico de depresión en España, lo que la convierte en la enfermedad mental más prevalente en nuestro país.
El suicidio, primera causa de muerte no natural
A su vez, las muertes por suicidio han aumentado a nivel mundial y, especialmente, en España. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2021) el suicidio es la principal causa de muerte no natural en España. En 2020 se suicidaron 3.941 personas (un tercio de ellas adolescentes y jóvenes) siendo el año con más suicidios en España desde que existen registros, y se sabe que la cifra real es superior. Por cada suicidio consumado se calcula que hay 20 intentos. Estas cifras son más elevadas que las muertes debidas a violencia de género (48 mujeres en 2020) o accidentes de tráfico (1.370 en 2020). Es decir, es entre 3-4 veces más probable que se suicide alguien cercano a ti a que tenga un accidente de tráfico y 80 veces más probable a que alguien muera por violencia de género. Mientras estos graves problemas sociales si cuentan con mayor atención mediática y actuaciones destinadas a su prevención, en España no existe un Plan Nacional de Prevención del Suicidio.
En España se está en proceso de renovar la Estrategia de Salud Mental del Sistema Nacional de Salud tras 12 años sin cambios, pero su implementación está siendo muy lenta y, además, la propuesta no es en absoluto suficiente para resolver la problemática existente. Nótese que España sólo cuenta con 6 psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes. Hasta ahora la principal novedad de la citada estrategia ha sido la creación del teléfono de prevención del suicidio (024) que, en sus primeros 5 meses de funcionamiento, ha recibido más de 55.000 llamadas, 2.000 derivadas a los servicios de Urgencia y 1.000 que se correspondían con casos de riesgo muy alto o de suicidio en curso.
Empieza en la juventud
La Universidad no escapa a este tipo de problemas de salud. La mayoría de los problemas psicológicos debutan en la adolescencia o juventud. De hecho, el 48,9% de los jóvenes españoles de entre 15 a 29 años considera que ha tenido un problema de salud mental (FAD, 2019). No hay aún datos oficiales de la prevalencia de los problemas psicológicos en la comunidad universitaria, pero algunos informes internacionales sugieren que están especialmente afectados los primeros cursos o el doctorado por la presión que conllevan. Para disponer de datos más concretos los Ministerios de Sanidad y Universidades han encargado el primer estudio que analizará el estado de salud mental de los estudiantes de grado, máster y doctorado de los campus públicos y privados españoles. A partir del 24 de octubre se lanzará una encuesta a cerca de un millón de estudiantes. Una vez se identifiquen necesidades y grupos de vulnerabilidad, se debería diseñar un plan de acción.
Es destacable que hasta un 50% de las personas que necesitan ayuda psicológica no recibe ningún tratamiento, y de los que la solicitan un porcentaje alto no recibe el tratamiento adecuado. Los gobiernos gastan miles de millones de euros en administrar drogas a la población y así la “Big Pharma”, como la denominan en los países anglosajones, es uno de los negocios del siglo. Cuando se administran fármacos para resolver problemas psicológicos se asume de forma implícita que la causa del sufrimiento psicológico es algún tipo de anomalía en el cerebro. Pero la ciencia no apoya la existencia de una causa biológica para los trastornos mentales. Si queremos lograr una comprensión completa de los problemas mentales es imprescindible considerar los factores psicológicos y sociales. De hecho, el espectacular aumento en el consumo de psicofármacos no se ha asociado a un descenso en las tasas de trastornos psicológicos, sino todo lo contrario.
Las drogas no sirven
Las drogas que habitualmente se prescriben tienen efectos secundarios y una eficacia muy reducida en usos prolongados. El abuso de psicofármacos es especialmente lamentable en poblaciones vulnerables como niños o adolescentes, o personas mayores, donde los efectos secundarios son especialmente importantes. Además, los fármacos no enseñan nada. Para lograr resolver con éxito los problemas psicológicos es necesario que la persona aprenda habilidades nuevas para afrontar sus dificultades cotidianas y logre un cambio de sus esquemas cognitivos y comportamentales, que es lo que se trabaja con terapia psicológica.
La psicología es la ciencia que estudia los procesos mentales, emocionales y comportamentales del ser humano y debería liderar el diseño y puesta en marcha de la atención a la salud mental. De hecho, además de los psiquiatras, los psicólogos clínicos y sanitarios son los únicos que por ley están habilitados para poder tratar este tipo de problemáticas. Décadas de investigación han demostrado que existe una oferta amplia de tratamientos psicológicos que son eficaces y eficientes para los problemas mentales y que constituyen hoy la mejor opción de Práctica Basada en la Evidencia. Cuando se pregunta a los pacientes y sus familiares expresan una clara preferencia por la psicoterapia frente a los medicamentos, pero por desgracia para muchas personas aún es un lujo poder ir al psicólogo.
Desinformación sobre la salud mental
La desinformación sobre la salud mental produce que la sociedad discrimine, ignore o estigmatice a las personas con problemas de salud mental. Nadie está exento de padecer estos problemas a lo largo de su vida. Durante muchos años el suicidio ha sido un tema tabú del que no se hablaba. Es un mito o falsa creencia pensar que hablar de suicidio lo atrae o lo fomenta, los estudios indican justo lo contrario. El silencio, la ocultación o mirar para otro lado es “el caldo de cultivo idóneo” para que se expanda más. Los suicidios pueden y deben prevenirse. Hablar de suicidio puede salvar vidas pues disponemos de estrategias para trabajar esta problemática.
Impulsar acciones dirigidas a mejorar la salud mental de la población universitaria es un compromiso de la Universidad con la sociedad y debería ser una vía de actuación prioritaria en la política universitaria. Desde la UGR se podría ayudar a visibilizar y concienciar sobre el tema, desarrollar campañas preventivas dirigidas a la comunidad universitaria, y ofrecer atención psicológica a las personas que lo necesiten.
Elena Miró forma parte del grupo de investigación CTS-261 (Psicofisiología clínica y promoción de la salud), es presidenta de la Comisión de Salud del Dpto. de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico, miembro del Grupo de Prevención, Intervención y Postvención en suicidio del Colegio Oficial de Psicólogos e investigadora principal de un proyecto de investigación en marcha que analiza la eficacia de distintos tratamientos psicológicos para el estrés postraumático el síndromes de dolor crónico como la fibromialgia. Miró cuenta con amplia experiencia docente, investigadora y asistencial en el ámbito de la salud mental, especialmente en problemas emocionales, de sueño y fibromialgia. Especialista en Psicología Clínica y de la Salud actualmente también dirige y/o participa en varios programas asistenciales de la Clínica de Psicología de la Universidad de Granada y colabora con la Unidad de Psicología del centro médico de especialidades Vithas.