PASARON A ZONA FRANQUISTA PARA SALVAR SUS VIDAS

La saga Barraquer, refugiada de guerra en Granada

Ciudadanía - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 9 de Septiembre de 2018
Un extraordinario reportaje del investigador Gabriel Pozo Felguera que te descubre la vinculación de los mundialmente conocidos oftalmólogos, los Barraquer, con Granada. No te lo pierdas.
José Ignacio Barraquer Moner y Margarita Coll, el día de su boda en Granada. Detrás aparece Ignacio Barraquer Barraquer.
TORRES MOLINA/ARCHIVO BARRAQUER
José Ignacio Barraquer Moner y Margarita Coll, el día de su boda en Granada. Detrás aparece Ignacio Barraquer Barraquer.
  • La famosa familia de oftalmólogos huyó de Barcelona y permanecieron acogidos en Granada entre 1937 y 1939

  • Ignacio Barraquer Moner actuó como sanitario militar y estudió tres cursos de Medicina y Cirugía en la Universidad de Granada

  • Su hermano Joaquín cursó los dos primeros años de bachillerato en el Instituto Padre Suárez

Barraquer es sinónimo de oftalmología desde hace un siglo. De la mejor cirugía de ojos. La extensa saga de oculistas tiene sedes en Barcelona y Bogotá (Colombia), además de estar presentes en medio mundo a través de su Fundación; en sus clínicas se han formado innumerables oculistas. Eso lo sabe casi todo el mundo. Pero muy poca gente conoce que toda la familia Barraquer estuvo refugiada en Granada durante algo más de dos años en la guerra civil, tras huir de Barcelona. El hijo mayor, José Ignacio, cursó en Granada la mitad de la carrera de Medicina; aquí comenzó a estudiar bachillerato el segundo, Joaquín. La mayoría de sus biógrafos no hacen referencia al cobijo de los Barraquer entre la milicia franquista granadina. Todavía vive –y ve- algún paciente operado por Barraquer durante su estancia en Granada.

Cuentan los Barraquer que descienden de un flamenco o alemán que acompañó a Carlos V en su llegada a España, allá por 1517. Acabó estableciéndose en la Costa Brava y se dedicó a construir barracas. De ahí surgió el apodo y posterior apellido: Barraquer. En el siglo XIX este apellido aparece ligado a la industria, la abogacía, el clero y la medicina. José Antonio Barraquer y Roviralta (1852-1924) fue el primer catedrático de Oftalmología de la Universidad de Barcelona, amigo y coetáneo de Santiago Ramón y Cajal.



Joaquín, Ignacio y José Ignacio Barraquer, hacia 1963, en Barcelona. ARCHIVO BARRAQUER.

Su hijo Ignacio Barraquer y Barraquer (1884-1965) le sucedió en la cátedra de Oftalmología a partir de 1919, además de trabajar en otros hospitales. En 1932, Ignacio Barraquer se encontraba en el culmen de su especialidad. Comenzó a construir la Clínica Barraquer para tratar y operar cataratas de modo privado y también atender casos de beneficencia. La fama le vino acompañada de la consiguiente abundancia económica. La familia Barraquer y Moner (la esposa se llamaba Josefa Moner) estaba clasificada como alta burguesía barcelonesa.

Tomó la decisión de huir de Barcelona con sus familias, algún miembro de su equipo y lo que pudo llevar consigo. Alquiló un avión y en dos viajes desde el aeropuerto del Prat pudo enviarlos a todos hasta Francia

El alzamiento militar de 1936 no triunfó en Barcelona. Sus calles se convirtieron en un peligro para las clases adineradas, habitualmente asociadas al conservadurismo y la derecha. El catedrático Ignacio Barraquer Barraquer temía por las vidas de su familia y por sus bienes. Sus propiedades comenzaron a ser saqueadas por exaltados de izquierdas. Tomó la decisión de huir de Barcelona con sus familias, algún miembro de su equipo y lo que pudo llevar consigo. Alquiló un avión y en dos viajes desde el aeropuerto del Prat pudo enviarlos a todos hasta Francia. En el primer vuelo salieron las mujeres y los niños; él y su hijo mayor estuvieron escondidos en los campos del Llobregat hasta el regreso del avión. Atrás quedaron sus casas y su biblioteca, destrozadas por la anarquía.

El periplo familiar en los siguientes meses les llevó hasta Roma, Túnez, Argelia y Marruecos. La familia consiguió llegar a Túnez y alistarse al servicio de los ejércitos franquistas. El padre de la familia, Ignacio, su hijo José Ignacio y la enfermera Margarita Coll Colomé se pusieron a trabajar en el hospital militar de Túnez, además de habilitar una habitación en el hotel El Minzah como consulta particular de oftalmología.



Barraquer padre y su hijo mayor, en su gabinete de Granada, hacia finales de 1938/comienzos de 1939. ARCHIVO BARRAQUER.

La familia llega a Granada en 1937

El periplo de los Barraquer entre Túnez y Granada lo tenemos cuajado de lagunas. No sabemos por qué eligieron Granada para establecerse como refugiados de guerra, cuando esta ciudad estaba a un paso del frente republicano. ¿No les hubiese sido más fácil quedarse en Cádiz o Sevilla, zonas más alejadas de los combates? O quizás precisamente vinieron, porque la presencia de médicos era más necesaria cerca de los frentes.

Ignacio Barraquer Barraquer tenía buenas relaciones profesionales en Granada desde su primera presencia en la XI Asamblea de la Sociedad Oftalmológica Hispanoamericana, en 1920. En Granada vivían sus colegas y amigos a Rafael García Duarte y Guillermo Sánchez Aguilera, ambos también catedráticos de su especialidad en la Universidad granadina

Parece que los Barraquer contaron con la ayuda de Buenaventura Carreras Durán para tomar la decisión de desplazarse a Granada. Buenaventura Carreras había sido discípulo y compañero de los Barraquer, padre e hijo, en el Hospital de la Santa Creu de Barcelona hasta 1923; desde entonces  ocupaba la cátedra de Oftalmología en la Universidad de Cádiz. Carreras Durán fue nombrado por Franco  jefe de su especialidad en todos los hospitales de la zona nacional.

Además, Ignacio Barraquer Barraquer tenía buenas relaciones profesionales en Granada desde su primera presencia en la XI Asamblea de la Sociedad Oftalmológica Hispanoamericana, en 1920. En Granada vivían sus colegas y amigos a Rafael García Duarte y Guillermo Sánchez Aguilera, ambos también catedráticos de su especialidad en la Universidad granadina. (Barraquer presentó una comunicación en aquella Asamblea de Granada titulada “Sobre la facoerisis”).

El hecho cierto es que para junio de 1937, antes de que se cumpliera el primer año de contienda, la familia Barraquer Moner ya aparece asentada en Granada. El padre lo hace en calidad de médico oftalmólogo, mientras que su hijo José Ignacio figura como soldado en tareas de ayudante sanitario en varios centros militares. El joven José Ignacio había cumplido recientemente los 21 años y estaba a mitad sus estudios de Medicina en la Universidad de Barcelona, cuando la familia huyó en julio de 1936.



El edificio de lujo levantado en la esquina de la Avda. de Madrid, en tiempos de la II República.

Padre e hijo aparecen domiciliados, a efectos militares, en el Hospital Clínico Militar. No obstante, el domicilio familiar lo tuvieron fijado en el edificio número 12 de la Avenida de Calvo Sotelo (nombre que sustituía a la Avenida de la República). Se trata del edificio levantado por el arquitecto Ángel Casas en 1929 en la esquina con Avenida de Madrid, frente a las casas bajas del barrio de San Lázaro. Estuvo destinado a viviendas de alquiler para inquilinos pudientes.

En el enorme piso que ocupó la familia y su reducido equipo también hubo espacio para que Ignacio Barraquer Barraquer montase su gabinete y pudiera seguir investigando y atendiendo a pacientes de manera particular. Sospecho –aunque no tengo constancia documental- que el eminente oftalmólogo catalán también practicó la cirugía de ojos en el Hospital Provincial de San Juan de Dios, donde su amigo Guillermo Sánchez Aguilera era el jefe de servicio.





Expediente de Medicina de Barraquer Moner que reúne los estudios en Barcelona y Granada. ARHIVO HISTÓRICO UGR.

José Ignacio: estudios, boda e hijo en Granada

José Ignacio Barraquer Moner tenía mediada la licenciatura cuando llegó a Granada. Era el primogénito. Desde los 8 años ya venía entrando al quirófano de su padre a ver operaciones de ojos. (Por cierto, contaba que la primera vez se desmayó al ver a su padre hacer una incisión ocular). Antes de comenzar los estudios superiores ya tenía experiencia como asistente en la clínica familiar, también en el taller.

Inició los estudios de Medicina y Cirugía en la Universidad de Barcelona, curso 1932-33. Según consta en el expediente que se conserva a su nombre en la Universidad de Granada, sus notas son bastante buenas. El alzamiento de 1936 le sorprendió con casi la mitad de la carrera de Medicina aprobada, aunque aquel curso ya no le extendieron calificaciones en la Universidad de Barcelona.

Una vez reubicada la familia en Granada, José Ignacio Barraquer se dirigió al Rector de la Universidad (en escrito de 23 de diciembre de 1937) solicitando examinarse de las asignaturas en las que estuvo matriculado en Barcelona para el curso 1935-6 

Una vez reubicada la familia en Granada, José Ignacio Barraquer se dirigió al Rector de la Universidad (en escrito de 23 de diciembre de 1937) solicitando examinarse de las asignaturas en las que estuvo matriculado en Barcelona para el curso 1935-6 (Microbiología médica, Anatomía patológica, Patología general, Sifilografía, Patología médica 1 y Patología quirúrgica). Obtuvo la convalidación en posterior examen, con el puesto número 1 en cuatro de los seis exámenes.

El joven militar y estudiante de Medicina continuó compaginando ambas actividades en Granada durante el resto de guerra civil. En la Universidad de Granada estudió prácticamente la mitad de su carrera de Medicina –con algunos cursos “acelerados”-, que concluiría con las asignaturas sueltas pendientes en 1940, una vez regresado a Barcelona. La asignatura de Oftalmología la aprobó como alumno libre el 19 de agosto de 1939, preparado de manera privada. Lo más probable es que la hubiese estudiado con su padre en su consulta del piso de Calvo Sotelo, 12.



José Ignacio Barraquer, con su hijo Ignacio, en abril de 1939 en la Carrera de la Virgen de Granada, recién acabada la guerra. TORRES MOLINA/AB.

La relación de José Ignacio Barraquer Moner con Granada no se limitó a cursar casi media carrera de Medicina en su Universidad, también aquí decidió contraer matrimonio con Margarita Coll Colomé, colaboradora de su padre. La joven pareja se casó en la Iglesia de San Matías el 21 de enero de 1938. Unos días después, el 3 de febrero, inscribieron su matrimonio en el juzgado municipal del Campillo. Fruto de aquel matrimonio nació, en Granada, el primero de sus cuatro hijos (4 de diciembre de 1938), llamado Ignacio Barraquer Coll.

José Ignacio estuvo prestando servicio de medicina militar en el Hospital Clínico Militar, en el Hospital del Refugio (residencia de ancianos reconvertida en hospital de guerra) y en el Hospital Marroquí

Por la documentación aportada a la UGR conocemos que José Ignacio estuvo prestando servicio de medicina militar en el Hospital Clínico Militar, en el Hospital del Refugio (residencia de ancianos reconvertida en hospital de guerra) y en el Hospital Marroquí.

De regreso a Barcelona, los Barraquer acabaron de construir su clínica. José Ignacio Barraquer Moner permaneció trabajando y formándose con su padre hasta 1953. En esa fecha decidió volar y establecerse por su cuenta en Bogotá; dio  origen a la Clínica e Instituto Barraquer América, hoy continuada por dos de sus hijos.







Solicitudes de ingreso al bachiller y oposición al premio de ingreso de Joaquín Barraquer en el Instituto Padre Suárez de Granada.

Joaquín Barraquer estudió en el Padre Suárez

El segundo de los hermanos, Joaquín Barraquer Moner (1927-2016), tenía once años cuando llegó a Granada. Le tocaba comenzar los estudios de secundaria. Solicitó hacer examen de ingreso (29 de junio de 1927) en el Instituto Padre Suárez. Manejaba una buena caligrafía, buena formación de primaria y cierta madurez. Parte de su expediente se conserva en el archivo del IES Padre Suárez, donde cursó al menos los dos primeros años: 1937-38 y 1938-9. El expediente y la certificación de las asignaturas cursadas en Granada fueron trasladados posteriormente al Instituto Jaume Balmes de Barcelona (Actualmente se encuentra depositado en el Archivo Nacional de Cataluña).

En el IES Padre Suárez está conservado el examen de ingreso que hizo y un segundo examen para la obtención de premio de ingreso (19 de septiembre de 1938).

En el IES Padre Suárez está conservado el examen de ingreso que hizo y un segundo examen para la obtención de premio de ingreso (19 de septiembre de 1938).

Joaquín Barraquer Moner fue el continuador de su padre en la dirección de la Clínica, Instituto y posterior Fundación Barraquer de Barcelona, hasta su fallecimiento hace dos años.

Fue el único que los Barraquer que se refirió en alguna ocasión a su estancia en Granada como refugiado durante la guerra civil de 1936-39. Hace tan sólo dos años la Asociación Ciudad Accesible, de Granada, propuso al Ayuntamiento que se le dedicara una plaza, monumento o recordatorio a este ilustre oftalmólogo que residió unos años en la ciudad y comenzó sus estudios secundarios. No se ha vuelto a saber nada de esta propuesta. Hay que recordar que Granada tiene dedicada una calle al patriarca de la familia en el barrio de los Doctores desde hace medio siglo.

Un Barraquer en la unión geodésica del Mulhacén

La relación de la familia Barraquer con Granada ya había tenido otro antecedente de importancia medio siglo atrás. Un tío-abuelo del oftalmólogo Ignacio Barraquer Barraquer fue el encargado de dirigir los trabajos de unión geodésica entre Europa y África; para ello trabajó en la cima del Mulhacén durante los veranos de 1878 y 1879.

Se trató del coronel de Ingenieros del Ejército de Tierra de España Joaquín María Barraquer y Rovira (1833-1906). Fue el geodesta nombrado por el Instituto Geográfico Nacional para coordinar uno de los cuatro equipos (dos españoles y otros dos franceses) que procedieron a unir geográfica y astronómicamente los dos continentes. Joaquín María Barraquer capitaneó el equipo correspondiente al pico del Mulhacén.



Coronel Joaquín María Barraquer Rovira.

En el verano-otoño de 1878, los militares abrieron algo más de un kilómetro de camino para acceder a la cima del Mulhacén. Allí prepararon unas construcciones que albergarían todo el material del año siguiente. Las crónicas cuentan que los trabajadores pasaron infinidad de calamidades debido a la serie de tormentas, vendavales, nevadas y temperaturas bajo cero durante los meses de septiembre y octubre. Incluso un rayo les destrozó parte de los instrumentos.

En el verano de 1879, a partir del 20 de agosto, los dos equipos militares españoles se situaron en el Mulhacén (3.481 metros) y Tetica de Bacares (2.080 m.), mientras los franceses lo hacían en los picos de Argelia M´Sabiha (591 m.) y Filhaoussen (1.137 m.) En estas cuatro cimas instalaron heliógrafos para detectar reflejos durante el día y reflectores eléctricos durante la noche. La electricidad la producían con máquinas de vapor.

Cada uno de los equipos debía divisar las luces de los otros tres y medir los respectivos ángulos y distancias. Permanecieron enviándose señales entre el 20 de agosto y el 2 de octubre de 1879. No llegaron a divisar las luces de día, pero sí los reflectores durante las noches. Los restos de construcciones militares fueron aprovechados años después para levantar una ermita a la Virgen de las Nieves en el Mulhacén.



Dibujo de las instalaciones militares en el Mulhacén durante la unión geodésica de Europa y África (1878-9). REVISTA ILUSTRACIÓN ESPAÑOLA.