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Opinión por Javier Valdés delegado del sindicato USTEA-Granada.

'Ni la Tierra es plana ni el Pin Parental'

Ciudadanía - Javier Valdés - Jueves, 19 de Diciembre de 2019
Javier Valdés, delegado del sindicato USTEA-Granada, critica en este artículo de opinión la denuncia a un profesor de un instituto de Baena (Córdoba) por las actividades organizadas con motivo del 25N, que incluían la emisión de un vídeo de Ana Orantes, la mujer granadina maltratada por su marido durante 40 años y divorciada del mismo que ofreció su testimonio en un programa de Canal Sur, lo que le acabó costando la vida a manos de su maltratador.
Ana Orantes, cuando narró su vida de sufrimiento en televisión.
E.P.
Ana Orantes, cuando narró su vida de sufrimiento en televisión.

Ante la denuncia de una familia de la localidad cordobesa de Baena contra un profesor por haber trabajado la efeméride del día contra la violencia de género el pasado 25 de noviembre, conviene aclarar algunos conceptos y términos en relación a esa cosa que se ha dado en llamar “pin parental” y que no es ni más ni menos que la manera en que el ultraconservadurismo pretende perseguir a los y las docentes. El Gran Hermano se mete en nuestras aulas tratando de impedir que los docentes hablen de igualdad entre hombres y mujeres, violencia de género, diversidad sexual, sexualidad y todas esas “barabridades” que tanto molestan a algunos bienpensantes.

El Gran Hermano se mete en nuestras aulas tratando de impedir que los docentes hablen de igualdad entre hombres y mujeres, violencia de género, diversidad sexual, sexualidad y todas esas “barabridades” que tanto molestan a algunos bienpensantes

Como docente de la especialidad de Biología y Geología me llamó mucho la atención ver el documental de “La Tierra es plana”. Me resultó chocante observar cómo miles de personas en todo el mundo actualizan un antiguo prejuicio llevándolo a la categoría de juicio, el cual lleva refutado más de tres siglos ya. Son los terraplanistas, quienes piensan que la Tierra es plana. Todo aquello que se sale de esta idea, por ejemplo la ciencia, es una conspiración de los gobiernos, un intento de tenernos engañados. Así son los prejuicios, se pegan a nuestras tripas más fuertemente que la grasa a la campana extractora y ni ciencia ni KH-7 pueden con ellos.

Como sabemos, hay también personas religiosas que por abstenerse de la sangre por respeto a Dios, según afirman, rechazan las transfusiones sanguíneas. Culturalmente nos abstenemos de unos alimentos y comemos otros. A veces por cuestiones religiosas, así por ejemplo los judíos no comen marisco porque no tiene “escamas y aletas” las cuales solo están en los alimentos acuáticos permitidos por la Torá. Navegamos en un mar de prejuicios. Pero como cuando vamos en un coche, nos es más fácil ver y percibir el que está fuera rodando en la carretera que aquel en el que estamos subidos. Y sin embargo, al igual que en la cuestión del “terraplanismo” tenemos la misma herramienta para localizar un prejuicio: la Ciencia. Y aunque no pretenda mitificarla y apartarla de su componente humano, ciertamente se puede y se debe recurrir a ella para no volver al oscurantismo supersticioso.

La violencia específica contra las mujeres catalogada como violencia de género se intenta invisivilizar poniendo sobre la mesa estadísticas inventadas y escondiendo las oficiales

Si en el párrafo anterior logré un consenso amplio sobre el reconocimiento de los prejuicios ajenos, este se reducirá a continuación, pues lo que haré será señalar prejuicios que conviven con nosotros y nosotras ya que están en nuestros barrios, en nuestros centros de trabajo y en nuestras calles. La discriminación de la mujer en el terreno familiar, afectivo y laboral corroborada por múltiples estudios sociológicos durante décadas es puesta en duda por negacionistas todos los días. La violencia específica contra las mujeres catalogada como violencia de género se intenta invisivilizar poniendo sobre la mesa estadísticas inventadas y escondiendo las oficiales. La diversidad sexual de nuestra especie evidenciada en múltiples documentos históricos es ofrecida como una enfermedad cuando se sale de la opción heterosexual. Se niega la constatada discriminación en el terreno personal y laboral de las personas no heterosexuales. La sexualidad sigue siendo un tabú para muchas familias que además pretenden que sus hijos e hijas permanezcan en la oscuridad más absoluta.

Es por ello, por lo que en lo concerniente a la educación de los y las menores ni se debe ni se puede permitir que los prejuicios familiares interfieran en lo que se trabaja o no en la Escuela. Y en esto debemos ser garantistas y poner el interés de los niños y niñas por delante de otros intereses. Afortunadamente el interés superior del menor está garantizado por la Ley Orgánica 1/1996 de Protección Jurídica del Menor la cual en su artículo 2 protege el derecho y satisfacción de las necesidades educativas, afectivas y emocionales del menor. Además, el currículo educativo, es decir, el conjunto de elementos que determinan qué se trabaja en nuestras aulas, también viene regulado por la Ley Orgánica de Educación. Es por ello por lo que los elementos curriculares no son una carta de postres, y las familias no pueden seleccionar unos en detrimento de otros. Y es este currículo el que establece que temas como la igualdad entre hombres y mujeres, la diversidad sexual y la sexualidad humana en toda su dimensión debe ser tratada en las aulas de los centros educativos. Toda una garantía para combatir prejuicios que generan discriminación e incomprensión personal y colectiva. Los negacionistas nos obligan a hacer de la Ilustración bandera… vaya tela.

El llamado “pin parental” impulsado por organizaciones ultras como “Hazte oir” y apoyado también por partidos ultras, además de ser absolutamente contrario a norma, abre la puerta a la desalfabetización selectiva del alumnado

De la misma manera, como docente de Biología y Geología debo tratar las transfusiones sanguíneas cuando trabajo las cuestiones referentes a los trasplantes. Cuando vemos en el aula el tema de la alimentación, trabajamos las pirámides alimenticias humanas completas, con carne de cerdo y marisco incluidos. También tratamos el tema de las teorías científicas de la evolución biológica enfrentadas históricamente a los prejuicios creacionistas. Y por supuesto también reflexionamos sobre la diferencia entre sexualidad y reproducción en el tercer curso de la ESO. Y esto lo hago al amparo del currículo legalmente establecido y de la libertad de cátedra que, como docente, me reconoce la Ley Orgánica del Derecho a la Educación.

Por todo ello, el llamado “pin parental” impulsado por organizaciones ultras como “Hazte oir” y apoyado también por partidos ultras, además de ser absolutamente contrario a norma, abre la puerta a la desalfabetización selectiva del alumnado. Aquellas familias con prejucios ultraconservadores intentan meter en la caverna a sus hijos para que no vean la luz del día. Esa es la idea. Salvo Actualmente sólo lo hacen en el ámbito familiar o en el de algunos centros privados o privados concertados pertenecientes a órdenes religiosas, ahora también exigen que la Escuela Pública individualice el currículo de tal manera que puedan hacerlo, además, en cualquier centro educativo. Y sin embargo la Tierra es un geoide le pese a quien le pese.

Javier Valdés es delegado del sindicato USTEA-Granada