La lluvia no agua la presencia de fieles en la cripta de Fray Leopoldo por el 68 aniversario de su muerte
La lluvia y cierto recelo de los fieles a ponerse en carretera por las tractoradas que se vienen sucediendo en los últimos días por la crisis del campo no han mermado la afluencia de visitantes que cada año en 9 de febrero desde primera hora de la mañana hay para visitar la cripta donde descansan los restos de Fray Leopoldo de Alpandeire en Granada, en el aniversario de su muerte, aunque este año sin largas colas en la calle y con muchos paraguas.
Así lo han apuntado a Europa Press fuentes consultadas en el santuario de Fray Leopoldo, en la Avenida Divina Pastora, en la capital granadina, donde en las escaleras de acceso a la cripta y en el interior de la iglesia de los hermanos capuchinos hay que esperar para pasar, con fieles provenientes también de otras provincias como Málaga o Sevilla, que llegan en autobuses.
Como cada año de este modo este viernes serán miles los fieles que visiten este espacio religioso, este año en el 68 aniversario de la muerte de Fray Leopoldo, una vez que, este pasado 2023, se daban por recuperadas las cifras de visita prepandemia consolidadas, ya sin mascarillas obligatorias por la crisis del coronavirus.
"El tiempo no ha mermado" la afluencia de fieles para rezar a Fray Leopoldo en 9 de febrero, ha señalado a Europa Press el vicepostulador de la causa de su beatificación, fray Alfonso Ramírez. Entre las personas que se han acercado al templo ha estado la alcaldesa de Granada, quien ha indicado en su cuenta de la red social 'X', antes denominada Twitter, que la ciudad "mantiene una gran devoción, honrando su obra realizada por los más necesitados".
A través del mismo medio, el Ayuntamiento de Granada ha informado de que colabora con los municipios malagueños de Alpandeire y Ronda "para la proyección de la figura de Fray Leopoldo y sus orígenes, motivo por el cual los consistorios se han reunido este viernes en la capital granadina.
Es el décimo cuarto año que se celebra el aniversario de su muerte tras la beatificación del fraile limosnero, este año en una mañana sin aglomeraciones en Ancha de Capuchinos, y con muchos paraguas, por el paso de la borrasca 'Karlotta'
Fray Leopoldo fue beatificado el 12 de septiembre de 2010 en un acto que tuvo lugar en la Base Aérea de Armilla (Granada) al que asistieron más de 60.000 personas. Culminaba así un proceso iniciado décadas antes, y que tuvo como consecuencia primera que la Iglesia instituyera el 9 de febrero, fecha de su muerte, como el día del beato.
Nacido en el pueblo de la Serranía de Ronda de Alpandeire (Málaga) el 24 de junio de 1864, Francisco Tomás, Fray Leopoldo, se dedicó en su niñez a cuidar un pequeño rebaño de ovejas y cabras y a arar la tierra, y años más tarde, el 16 de noviembre de 1899, tomó el hábito de los capuchinos en Sevilla, donde continúo trabajando en el huerto de los frailes.
En el otoño de 1903 se trasladó a Granada y desde un principio desempeñó el oficio de hortelano, con estancias alternativas en los conventos de esta ciudad, Sevilla y Antequera. En 1914 regresó para quedarse definitivamente a Granada. De limosnero, recorrió los pueblos de Andalucía Oriental y en ocasiones llegó a ser insultado y apedreado, aunque su devoción, especialmente por la Virgen, no cesaba. De hecho, cuando alguien le pedía un favor, siempre instaba al peticionario a rezar tres Ave Marías.
Tres años antes de su muerte cayó rodando por unas escaleras y sufrió fractura de fémur, y, tras una convalecencia hospitalaria, consiguió volver a caminar con ayuda de dos bastones y continuar con su vida contemplativa, pero ya en el convento. Fray Leopoldo falleció en la mañana del 9 de febrero de 1956, y multitud de fieles acudieron al convento a darle su último adiós. Desde entonces, cada año miles de devotos visitan la cripta en la que descansan sus restos, junto a los Jardines del Triunfo, en Granada capital.