Cecilia Borràs, fundadora del movimiento de asociaciones en España de supervivientes sobre el suicidio, presidenta de la asociación Després del Suïcidi: “Un día me dije o para adelante o para atrás y decidí para adelante con todas las consecuencias”
Me cuenta de entrada ”Yo recuerdo que cuando veníamos ya de funeral de mi hijo, ya nombré la necesidad de hacer algo, dije que quería hacer algún tipo de fundación, no sé, algo se me ocurriría, pero la familia muy sabiamente me dijo tranquila, ahora no puedes hacer nada y en ese proceso de duelo que vas conociendo gente tuve la oportunidad de conocer a la doctora Carmen Tejedor que es la que nos ayudó a comprender el fenómeno del suicidio porque nunca me había planteado que esto podía ocurrir en mi casa y fue ella, la que nos dijo que era una lástima que no hubiera una asociación de padres que pudieran ayudar a otros porque hayan vivido una experiencia similar”.
“Yo puedo hacer algo, alguna cosa y lo más importante, tener el apoyo de alguien porque siempre crees que llevando este tipo de acción nadie te va a creer o te va a apoyar y eso para mí fue importante y fue el por qué que llevamos a cabo la primera entidad”
“Yo me quedé muy muy extrañada, -sigue Cecilia Borràs- pero Carmen dijo que ella nos daría todo el apoyo”. Carmen Tejedor llevaba muchísimos años atendiendo la prevención de la conducta suicida, veía cómo los familiares quedaban en una tierra de nadie, en una soledad, y pensé: “Yo puedo hacer algo, alguna cosa y lo más importante, tener el apoyo de alguien porque siempre crees que llevando este tipo de acción nadie te va a creer o te va a apoyar y eso para mí fue importante y fue el por qué que llevamos a cabo la primera entidad”.
Le pregunto “¿Para qué te sirve a ti crear la entidad Després del Suïcidi?” Y Cecilia me cuenta: “Yo soy psicóloga de formación, con lo cual todo esto sugiere mucha complejidad de gestión emocional, pero recuerdo perfectamente un día en que obviamente te hundes en la miseria, porque yo tardé más de dos años en conocer a otra persona que su hijo también había muerto por suicidio, imagínate, entonces la dificultad que había para conectarnos entre nosotros en el sentido de la experiencia vivida y la soledad el sentirse que esto, solamente me había pasado a mí en el mundo”.
“Recuerdo un día en que yo misma me dije o para adelante o para atrás, porque puede ocurrir que nada tenga sentido y me puedo dejar ir y estaría además perfectamente comprendida y validado socialmente de que pobre pues no ha podido con y es una persona que entra en un duelo que ya va siendo una depresión,…y recuerdo perfectamente que me dije para adelante pero para adelante con todas las consecuencias”.
“Yo había sentido durante muchos años con mi experiencia particular, un tema muy muy muy tabú, o sea de poder hablar, de decir oiga señores que esto existe desgraciadamente, existe en demasiados casos y la realidad de ese silencio hace la necesidad de hablarlo”
“Yo había sentido durante muchos años con mi experiencia particular, un tema muy muy muy tabú, o sea de poder hablar, de decir oiga señores que esto existe desgraciadamente, existe en demasiados casos y la realidad de ese silencio hace la necesidad de hablarlo”.
Hablamos de que hace 13 años hizo una rueda de prensa en el hospital de Sant Pau para poder presentar la entidad, su primera rueda de prensa que hacía, con muchísimas cámaras y muchos periodistas. Y es que una persona que había vivido una muerte por suicidio diera la cara, era como muy novedoso. Y cuenta Cecilia: “Yo te puedo decir que hace 13 años, al dar entrevistas, los periodistas me decían que nunca habían tratado este tema, porque lo tenían en sus manuales de estilo, de que era un tema muy tabú que no se podía plantear ni siquiera. Además, periodistas con muchos años de carrera me decían, no te lo creerás, llevo tantos años en la profesión, pero nunca he hablado del suicidio”.
“Mi trabajo, el de mi equipo es gota a gota, picar piedra, un trabajo muy muy muy de hormiguita”
Señala que, en estos 13 años, “ha sido un trabajo gota a gota, picar piedra, un trabajo muy muy muy de hormiguita, porque se tenía que hablar fuera el foro donde fuera porque era imprescindible”.
“Nosotros hemos empezado y estamos trabajando para las generaciones futuras, es una carrera donde no hay pruebas objetivas, es una carrera donde influyen mucho las creencias, los valores, el posicionamiento que tiene cada uno en torno al suicidio y esto es más difícil de trabajar, que ojalá tuviésemos un marcador y con más objetividad. Esto es una carrera a largo plazo y requiere un trabajo mucho más de fondo”
“También me encontré que cuando pedías o querías hacer evidente a los cargos públicos, para poder hablar por primera vez de planes de prevención del suicidio, no había mucha conciencia… Lo primero que te decían qué buena labor hacéis, ya lo valoraremos y ya está y te salías diciendo que no habían entendido nada, pero tengo que seguir, porque esto es una carrera de fondo y yo lo tengo muy claro y se lo digo a mi equipo: “Nosotros hemos empezado y estamos trabajando para las generaciones futuras, es una carrera donde no hay pruebas objetivas, es una carrera donde influyen mucho las creencias, los valores, el posicionamiento que tiene cada uno en torno al suicidio y esto es más difícil de trabajar, que ojalá tuviésemos un marcador y con más objetividad. Esto es una carrera a largo plazo y requiere un trabajo mucho más de fondo”.
Hablamos de que, en todo este tiempo, el estigma seguramente ha disminuido, pero dice Cecilia: “Creo que sigue habiendo un cierto estigma para algunos supervivientes, porque aún me encuentro gente que dice, ‘yo no voy a decir que se ha muerto por un suicidio, voy a decir que se ha muerto por una muerte súbita, o que era una persona que tenía una enfermedad crónica de base y prefiero decir que se ha muerto de esa enfermedad’”.
“Yo no me escondo, ni reniego, ni quiero renunciar a cómo fue mi hijo desde el inicio hasta el final”
“Hay aún en ciertos círculos, sobre todo poblaciones pequeñas o en determinados lugares que no lo digan, pero para mí, yo esto ya me lo he trabajado, o sea, yo el estigma para mí, es la culpa social, es la vergüenza, el estigma es que te quedas marcada por una experiencia, pero yo creo que he podido trabajar y darle la vuelta. Yo no me escondo, ni reniego, ni quiero renunciar a cómo fue mi hijo desde el inicio hasta el final, o sea, mi hijo fue hasta incluso en los últimos momentos y no quiero que, por sentirme señalada por los de fuera, a mí me perturbe en mi vivencia o me lo haga más difícil de gestionar”.
“Yo me preocuparía si me dejan de hablar gente que me quiere, gente de mi entorno, pero como no ha sido el caso, la gente que no me habla por esto no me afecta. Es decir, es que en cierta manera me he hecho corazas en el sentido de decir, oye, si no me ha saludo a una madre de la guardería, que no tampoco, pues no pasa nada, yo así con lo mío me voy a focalizar muy bien sobre cuál es mi misión y cómo ese para qué debo de seguir adelante sin importarme ya lo que digan los demás”.
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