Pedro Domínguez Mazo, el escultor bilbaíno fusilado en Víznar
Nuestro abuelo Pedro Domínguez Mazo (1887-1936). Su último viaje.
Son pocas las historias que se recuerdan sobre la vida de nuestro abuelo. Nuestro padre jamás superó su pérdida y, siempre que intentaba comentarnos alguna anécdota, no podía contener las lágrimas. Fue él, un niño de 13 años, quien recogió la carta en la que se les comunicaba la muerte de nuestro abuelo. Su vida quedó marcada desde ese momento. No fue capaz de decir nada hasta muchos años después para que su hermana y su madre mantuvieran la esperanza de volverle a ver. Tras el fusilamiento del abuelo, su mujer Amelia y sus dos hijos, Pedro y Amelia, tuvieron que salir de Bilbao rumbo a un campo de refugiados ubicado en una playa de Francia. La nueva vida que les esperaba era incierta.
'Era un hombre muy culto, curioso e inquieto y desde niño entendió la importancia del saber'
El abuelo nació en una familia acomodada. Era un hombre muy culto, curioso e inquieto y desde niño entendió la importancia del saber. Trasmitió su interés por los libros y la cultura a sus dos hijos. Incluso llevaba a nuestro padre, un niño en aquella época, a escuchar conferencias y a reuniones intelectuales. También era un gran amante del arte y su pasión por la escultura le llevó a matricularse en la Escuela de Artes Aplicadas de Atxuri (Bilbao). Su hijo Pedro y yo, que soy uno de sus nietos, desarrollamos sus mismas inquietudes y también nos hemos dedicado profesionalmente a la rama del Arte y las Artes Aplicadas.
Compartió vivencias con personas de gran valía como Gregorio Marañón, Ernesto Vega de la Iglesia y Joaquín Lucarini entre otros. Hombre comprometido con los tiempos que se vivían y, con gran interés, formó parte de la Agrupación al servicio de la República (ASR), fundada en el año 1931.
Además de escultor era constructor y viajó por distintos puntos de España y Europa aunque sólo tenemos conocimiento de 3 obras en las que participó: Catedral de María Inmaculada o Catedral nueva (Vitoria), Palacio de la Magdalena (Santander) y Banco de España (Granada), cuyo arquitecto fue Secundino Zuazo, paisano suyo.
'Su vida quedó truncada en su último viaje, Granada, donde fue fusilado a los 49 años el 25 de agosto de 1936'
Su vida quedó truncada en su último viaje, Granada, donde fue fusilado a los 49 años el 25 de agosto de 1936, dos meses después de que su gran amigo Ernesto Vega de la Iglesia Manteca, gobernador civil de Granada, fuera destituido de su cargo. Aunque en Granada estaban pasando muchas cosas y el ambiente era convulso, nunca supimos ni entendimos la razón por la que retuvieron, a principios de la guerra, a un civil de 49 años que se instaló años antes en Granada para elaborar un trabajo.
Lo que sí hemos conservado en el recuerdo es que nuestro abuelo era un hombre justo, comprometido y bueno. En las postales que enviaba a su mujer y a sus hijos podemos apreciar su alegría por compartir momentos y vivencias. Gracias a que aún conservamos algunas de ellas recordamos su rostro y su trabajo.
Abuelo Pedro, no te olvidamos.
Tal y como relata el libro de Eduardo Molina Fajardo “Los últimos días de Garcia Lorca” la noche del 24 de agosto un grupo de enterradores fue subido a la colonia: “Al ser de día nos montaron en tres coches y nos llevaron al Barranco. Esto ya era el día 25. Y allí enterramos a diecisiete, entre ellos, un maestro de Pinos Genil; a dos enfermeros del Hospital de San Juan de Dios, padre e hijo; a don José Raya Hurtado, que vivía en la Calderería y era socialista antiguo, suegro de Pepe Carazo; a éste lo detuvieron el 5 de agosto, pasó a la cárcel y esa mañana lo fusilaron en Víznar; y a Fermín Roldán, que vivía en la calle Navas y tenía un puesto en la Alhóndiga. Fuimos a enterrarlos sólo los que llegamos desde Granada. En el coche llevábamos, desde «La Colonia», picos, palas y espuertas, hasta el Barranco. Íbamos vigilados por falangistas de la escuadra de don Antonio Hita, médico forense de Santa Fe”.
Según nueva documentación a la que ha tenido acceso la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica (AGRMH), en este grupo, además de los citados, iban dirigentes de la Sociedad Obrera del Fargue y Pedro Dominguez Mazo que se encontraba, desde fecha indeterminada, en la Cárcel Provincial de Granada en la zona de almacenes junto a el dirigente socialista José Raya Hurtado.
Desde 2014 la AGRMH ha tratado de recuperar la historia de Pedro Domínguez Mazo, sobre el que nos quedan aún algunas incógnitas que resolver, pero sobre todo de dar apoyo a una familia que no solo se vio privada de su pilar fundamental sino que se añadió al dolor la distancia y las incógnitas sobre lo que había ocurrido.
Estos días hemos podido junto a sus bisnietos recorrer los lugares de Memoria de Granada y honrar su recuerdo.
Silvia González, vocal de Familias de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.
En colaboración con y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada.
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