Artículo de Opinión de Jesús de Manuel, parlamentario andaluz por Granada de Podemos

La laguna de Padul, un tesoro amenazado

Política - Jesús de Manuel Jerez - Domingo, 29 de Abril de 2018
Artículo de opinión de Jesús de Manuel Jerez, parlamentario andaluz por Granada de Podemos, en el que cuenta la historia de la laguna de Padul y reflexiona sobre la situación de deterioro de este este espacio protegido.
Los pájaros conviven con la basura en la laguna.
Arístides Díaz
Los pájaros conviven con la basura en la laguna.

La laguna de Padul es hoy el principal humedal de la provincia de Granada, aunque hasta hace pocos años no pasara de ser un gran charco. Sin embargo, incluso tras su recuperación, la laguna es sólo una pequeña parte de lo que fue históricamente. De hecho, el propio nombre de Padul viene de la palabra latina ‘palus-paludis’ (pantano o laguna). Durante décadas la laguna estuvo desecada como consecuencia de la actividad humana, fundamentalmente la extracción de turba y cultivos agrícolas.

El proteccionismo ecologista chocó con la incomprensión de parte de los vecinos del lugar, que veían una amenaza en la vuelta de las aguas a su lugar natural. Así, los árboles y arbustos que plantaban los ecologistas eran quemados año tras año por un lugareño, al que luego sucedió su nieto, hasta ser detectado por la Guardia Civil

El suelo que ocupa la depresión que se sitúa al sur del municipio de Padul y a los pies de Sierra Nevada, donde se ubica la laguna, había sido propiedad del conde de Cozvíjar y luego había pasado, muy fragmentado, a manos de sus antiguos aparceros. Hoy es en su mayor parte de titularidad pública, mientras una pequeña proporción del espacio protegido pertenece a la asociación ecologista AGNADEN, que hace más de dos decenios comenzó a experimentar con programas piloto en pequeñas parcelas para reincorporar las especies autóctonas que se habían documentado en la zona. Durante años, como suele ocurrir en estos casos, el proteccionismo ecologista chocó con la incomprensión de parte de los vecinos del lugar, que veían una amenaza en la vuelta de las aguas a su lugar natural. Así, los árboles y arbustos que plantaban los ecologistas eran quemados año tras año por un lugareño, al que luego sucedió su nieto, hasta ser detectado por la Guardia Civil. Los ecologistas no dudaron de seguir ejerciendo de Penélopes año tras año hasta que por fin sus esfuerzos tuvieron un alcance más duradero y junto a los escasos restos de la laguna comenzó a extenderse un bosque de especies autóctonas.

Pese a ello, la extracción de turba mantenía desecado el 50% del extenso carrizal e impedía la formación de aguas libres, hasta que esta cesó en 2010 y con ello se recuperó el carrizal, aumentó el nivel de agua y se generó una laguna de aguas libres. La zona encharcada en la actualidad ocupa una superficie que supera las 40 hectáreas. Hoy la laguna está protegida por el convenio RAMSAR, en cuyo marco está incluida desde 2005 en la lista de Humedales de Importancia Internacional. Además, forma parte de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) del parque natural de Sierra Nevada, integrada en la red europea Natura 2000 y ha sido declarada lugar de interés Comunitario (LIC) y la población de Padul está mucho más comprometida con la conservación de un espacio que es motivo de orgullo para el pueblo.

Sin embargo, todo ese esfuerzo de recuperación de este gran humedal y de su biodiversidad y todas esas figuras de protección nacionales e internacionales no han impedido que el humedal esté hoy gravemente amenazado por los vertidos de aguas fecales deficientemente depuradas del municipio de Padul, las basuras procedentes de ramblas cercanas que llegan a la laguna arrastradas por las lluvias y, sobre todo, por la proliferación de especies invasoras como la carpa y el cangrejo rojo americano que acaban con la flora y la fauna autóctonas y perjudican gravemente a la avifauna al privarla de su alimento natural en el espacio. Pese a que el consejero de Medio Ambiente afirmó el jueves pasado en el Parlamento andaluz, respondiendo a una pregunta de quien suscribe estas líneas, que las aguas llegaban depuradas a la laguna, lo cierto es que en una visita realizada sólo dos días antes pudimos comprobar el mal olor y la turbidez de las aguas fecales que desembocan en la zona de aguas libres. Muy cerca por cierto de un observatorio de aves que se encuentra en lamentable estado de abandono, con el panel explicativo de la avifauna parcialmente arrancado desde hace años y un agujero en el suelo que es un peligro para quienes visitan el lugar, incluidos niños y niñas de corta edad acompañadas por sus maestras. De las aves que muestra el panel, por cierto, apenas pudimos avistar una focha solitaria y un pato doméstico desde el observatorio, pese a encontrarnos en plena época de nidificación.

El abandono en que se encuentra la laguna por la dejadez de las administraciones (Ayuntamiento de Padul y Junta de Andalucía) supone un grave daño al valor ecológico de este espacio, pero también deteriora el interés educativo de un espacio  frecuentemente visitado por escolares y que cuenta además con un aula de la naturaleza

El abandono en que se encuentra la laguna por la dejadez de las administraciones (Ayuntamiento de Padul y Junta de Andalucía) supone un grave daño al valor ecológico de este espacio, pero también deteriora el interés educativo de un espacio  frecuentemente visitado por escolares y que cuenta además con un aula de la naturaleza. Y además menoscaba seriamente el potencial de la laguna como motor de desarrollo basado en un turismo sostenible de gran importancia para la comarca del Valle de Lecrín.

Recientemente hemos podido comprobar que las denuncias de los grupos ecologistas publicadas en prensa han servido para que se realicen tareas de limpieza que al menos por ahora han reducido el impacto de las basuras sólidas en la zona, pero el agua sigue sucia y las carpas siguen proliferando y en plena época de desove, con lo que su multiplicación aún mayor en un futuro próximo no hará más que agravar la situación.

El consejero de Medio Ambiente anunció medidas en sede parlamentaria, unas más concretas que otras. Y parece que desde el Ayuntamiento se anuncian también pasos que podrían ir en la dirección esperada. Es de lamentar que las instituciones tengan que reaccionar siempre ante las quejas de grupos ecologistas o de la oposición, que no actúen de forma proactiva para proteger las mejores joyas de nuestro patrimonio natural, cumpliendo aquello a lo que les comprometen sus propias decisiones previas y los convenios internacionales suscritos por España. Algo sigue oliendo a podrido al sur de Padul. Habrá que mantener la vigilancia para que las administraciones cumplan lo que ahora anuncian y que la vida vuelva a la laguna, para disfrute de los paduleños, en primer lugar, pero también de la vecina Granada, del Valle de Lecrín y de quienes nos visiten desde cualquier lugar del mundo.

Jesús de Manuel Jerez es parlamentario andaluz por Granada de Podemos Andalucía

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