La Comuna Federal de Íllora y la Torre de los Ingleses (1873-2018)

En el mes de Julio de 1873 irrumpía el cantonalismo en España. Desencadenó el movimiento la retirada de las Cortes de la minoría federal intransigente el 1 de julio de 1873.La insurrección se inició en Cartagena, la primera ciudad que se declaró Cantón Independiente y se extendió por el área comprendida entre Huelva y Castellón. Dimitido Pi y Margall el 18 de julio, y elegido Salmerón para sucederle en la presidencia, estalla el levantamiento cantonal, espasmódica guerra civil que viene a coincidir con la carlista, en marcha desde 1872:
A su vez, el 21 de julio, en Granada, se proclamaba también el cantón: el comité revolucionario estaba integrado por miembros de la pequeña burguesía, lo presidió F. Lumbreras y tuvo una actuación que responde a la característica ideología republicana federal.
Pues, como no podía ser menos, el Municipio de Íllora se declaró Cantón Federal Independiente y comenzó un capítulo más de la lucha del pueblo por recuperar la integridad de sus tierras.
Aquí tenemos el relato de los hechos ocurridos aquellos días según el Extracto de las Memorias de Mr. E. Colibert, antiguo Administrador del Real Soto de Roma y Vice-Cónsul británico en Granada en 1.873.
Un paseo por España en la última guerra civil por Mr. E. Colibert
Ancien Administrateur du Royal Soto de Roma et Vicecónsul d´Angleterre a Granade
Esta era la situación general del país, donde el 10 de mayo de 1873, dejé mi trabajo para ir a Madrid, alegando que el gobierno estaba dispuesto a ayudarnos en la defensa de la tierra del Soto de Roma, amenazada con la invasión de los intransigentes de la línea dura de la provincia de Granada.”
Entretanto... Granada se declara la comuna federal…
Y en Íllora se declara la comuna federal…
El Teniente, en calidad de antiguo oficial de artillería, dirigió el trabajo, mientras yo trataba de formar un cuerpo de voluntarios, seleccionados por mí, entre los colonos y encargarlos de repeler las incursiones de nuestros vecinos. Por desgracia, mis obreros no eran nada agresivos y menos beligerantes y nuestras tropas podían contar unos cincuenta seguidores, incluyendo veinticinco guardias civiles.
Mientras que subieron las murallas de la fortaleza, estudié la manera de proveer de artillería a mi guarnición, así me enteré de la construcción de baterías simuladas por los prusianos durante la guerra de 1870, pero yo deseaba algo más, algo que pudiéramos utilizar si fuere necesario. Después de muchos proyectos abandonados, tan pronto como fueron diseñados, hice cortar dos robles que fueron excavados en donde coloque seis piezas cilíndricas y llenaron dentro con un tubo de hierro cerrado en un extremo por un cilindro del mismo metal.
Cuatro de las piezas se habían completado, nosotros las bautizamos cañones, y como tal, se colocaron en las esquinas de la fortaleza, en alto, y las terminamos en dos días y dos noches.
Era el 15 de julio, a las seis de la mañana, estas máquinas de guerra de un nuevo tipo fueron montadas con gran pompa, todas mis tropas, formando un equipo de cuarenta y ocho hombres, se encontraba bajo los arcos en el interior de esta fortaleza improvisada cuyo Teniente tomó el mando.
Cinco semanas pasaron y en estado de alerta, la policía hacía una rutina diaria a caballo alrededor de la propiedad, mientras que los otros guardias estaban apostados en el fuerte que se convirtió en un puesto de observación.
A pesar de la aparente seguridad en la que yo vivía, en medio de un territorio aparentemente respetado, el futuro parecía lleno de peligro, porque la invasión federal del Soto se trató el mismo día que el general Pavía, a la cabeza de su ejército, que había venido de liberar Sevilla de e los intransigentes, aparecía a las puertas de Granada. De pronto la escena cambió, los indigentes (sans-culottes) que nos amenazaban huyeron a toda prisa, y cuando la vanguardia de las tropas regulares se detuvo al pie de las torres de la Alhambra, la ciudad había tornado posesión de sí misma, el reinado federal había terminado.
Qué decía la prensa de aquellos días…
El 8 de agosto de 1873, tras "pacificar" Cádiz y su provincia, Pavía se dirige a Córdoba para desde allí caer sobre los cantones de Granada y de Málaga.
El 12 de agosto Pavía entraba a caballo en Granada donde no había encontrado resistencia. Inmediatamente ordenó el desarme de los insurrectos de la capital y de la provincia poniendo fin así al cantón de Granada.
Francisco Robles, Memorialista y Buscador. Es secretario de Memoria Histórica del PSOE de Granada y miembro de la junta directiva de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.