UNA SECCIÓN de JOAN CARLES MARCH

'Crónicas Sanitarias, especial sobre Gaza y el genocidio de Israel'

Ciudadanía - Joan Carles March - Sábado, 2 de Agosto de 2025
Joan Carles March, siempre comprometido, nos ofrece unas excepcionales y necesarias Crónicas Sanitarias, que te harán reflexionar y despertar conciencias, si acaso hay alguna que necesita todavía cerciorarse de lo que ocurre y sus trágicas consecuencias.
Noticias ONU Un grupo de palestinos desplazados se reúne frente a un comedor comunitario en el oeste de la ciudad de Gaza.
Noticias ONU/https://news.un.org/
Noticias ONU Un grupo de palestinos desplazados se reúne frente a un comedor comunitario en el oeste de la ciudad de Gaza.

1. Por qué el hambre en Gaza dejará secuelas durante generaciones

Las repercusiones sanitarias y sociales del hambre extrema perdurarán mucho después de que termine la guerra.

El hambre no solo está matando a los palestinos de Gaza uno por uno. También está destruyendo a la sociedad palestina y causando daños permanentes en sus cuerpos y mentes, según alertan voces expertas

Artículo de Emma Graham-Harrison @_emmagh para The Guardián, leído en elDiario.es.

El hambre no solo está matando a los palestinos de Gaza uno por uno. También está destruyendo a la sociedad palestina y causando daños permanentes en sus cuerpos y mentes, según alertan voces expertas.

A medida que aumentan las esperanzas de un alto el fuego, la amenaza del hambre extrema es especialmente grave. En las treguas anteriores, Israel ha seguido utilizando el control de los alimentos como arma contra la población civil y es posible que vuelva a hacerlo.

El hambre obliga al cuerpo a consumir sus propios músculos y órganos para obtener energía, lo que puede causar lesiones permanentes, perjudicar el futuro de los niños demorando su crecimiento físico y mental, y hasta dañar la salud de los descendientes de las personas que han logrado sobrevivir

El hambre obliga al cuerpo a consumir sus propios músculos y órganos para obtener energía, lo que puede causar lesiones permanentes, perjudicar el futuro de los niños demorando su crecimiento físico y mental, y hasta dañar la salud de los descendientes de las personas que han logrado sobrevivir.

El hambre también destruye a las comunidades, provocando enfrentamientos de unos con otros por la desesperación de conseguir comida, y obligando a la gente a cometer actos vergonzosos, humillantes o violentos para sobrevivir.

Según los expertos en hambrunas, incluso las personas que se recuperan físicamente no se libran del trauma que les acompañará toda la vida por haber tenido que elegir entre hijos, o por haber rechazado a familiares que piden comida, o por haber vendido sus propios cuerpos, o el de una hermana o una hija, a cambio de comida.

"Muy a menudo, en el recuerdo que le queda a los supervivientes, antes que la experiencia biológica individual es más significativo ese elemento social del trauma, la vergüenza, la pérdida de dignidad, la ruptura de tabúes y de lazos sociales”

“La hambruna se puede abordar como un fenómeno biológico que experimenta cada individuo, pero también es una experiencia social colectiva”, dice Alex de Waal, director de la Fundación Mundial para la Paz en la Universidad de Tufts, en Boston y autor de Mass Starvation: the History and Future of Famine (Inanición de masas: la historia y el futuro de la hambruna). “Muy a menudo, en el recuerdo que le queda a los supervivientes, antes que la experiencia biológica individual es más significativo ese elemento social del trauma, la vergüenza, la pérdida de dignidad, la ruptura de tabúes y de lazos sociales”.

“Todos estos traumas son la razón por la que a los irlandeses les llevó casi 150 años poder conmemorar lo que vivieron en la década de 1840”, explica. “Los que infligen el hambre son conscientes de eso, saben que lo que están haciendo en realidad es desmantelar una sociedad”.

El superviviente del genocidio y abogado Raphael Lemkin esbozó esta “sociología del hambre”. Es el mismo que acuñó el término “genocidio” y luego hizo campaña para que fuera reconocido como delito en el derecho internacional. Durante la Segunda Guerra Mundial, Lemkin describió en profundidad el racionamiento “como forma de debilitar a los grupos

El superviviente del genocidio y abogado Raphael Lemkin esbozó esta “sociología del hambre”. Es el mismo que acuñó el término “genocidio” y luego hizo campaña para que fuera reconocido como delito en el derecho internacional. Durante la Segunda Guerra Mundial, Lemkin describió en profundidad el racionamiento “como forma de debilitar a los grupos”.

El hambre como arma

Aprovechando el impacto social del hambre un agresor puede usar el control de la comida para crear una dinámica de “humanitarismo genocida”, en palabras de Alex de Waal, proporcionando las calorías justas para evitar la muerte en masa pero haciendo que el hambre extrema “destruya el sentido de su vida como grupo”.

Expertos internacionales han advertido de manera insistente sobre la situación creada en Gaza con la guerra. Dicen que está acercándose al umbral internacionalmente reconocido como de hambruna, medido por factores que incluyen tasas de mortalidad y de desnutrición

Expertos internacionales han advertido de manera insistente sobre la situación creada en Gaza con la guerra. Dicen que está acercándose al umbral internacionalmente reconocido como de hambruna, medido por factores que incluyen tasas de mortalidad y de desnutrición.

Chris Newton, experto del centro de estudios International Crisis Group estudia las hambrunas y la inanición como armas de guerra, explica que haber pasado largos periodos en un estado de hambre extrema no puede revertirse por completo, incluso sin cruzar la línea de la hambruna. “No se trata de una declaración formal de hambruna ni de un número determinado de camiones o de comidas; se trata del intento de Israel de matar de hambre a Gaza indefinidamente sin provocar lo que llamamos hambruna, que es la muerte en masa en poco tiempo por inanición y enfermedades derivadas”, dice. “Este experimento no puede durar para siempre, pero las consecuencias del hambre sí que pueden”. 

Riesgo pese a una tregua

Uno de los signos más evidentes del derrumbe social en Gaza es el saqueo habitual a los camiones de ayuda que entran en el territorio, y los tiroteos casi diarios contra las personas que intentan obtener los limitados suministros de los centros de distribución que gestiona la hermética Fundación Humanitaria de Gaza (FHG), respaldada por Israel y por Estados Unidos.

“Si puedes alimentar a la gente, puedes gobernarla porque la vida se ha reducido a una sola pregunta: ¿qué vamos a comer hoy?”

“El hambre rompe el orden social y transforma la capacidad de gobernar en una sola cuestión: ¿quién puede alimentar a la población?”, dice Nour Abuzaid, investigador principal de la agencia Forensic Architecture, especializada en investigar violaciones de los derechos humanos. “Si puedes alimentar a la gente, puedes gobernarla porque la vida se ha reducido a una sola pregunta: ¿qué vamos a comer hoy?”.

Forensic Architecture ha documentado las características estructurales que hacen a los centros de la FHG letales desde su diseño, por haberlos ubicado en zonas donde el Ejército israelí había ordenado la evacuación de la población civil, y por las rutas para llegar a ellos, que hacen pasar a los civiles cerca de los puestos militares israelíes.

Israel puede seguir restringiendo los alimentos y canalizándolos exclusivamente por los centros de la FHG incluso durante una pausa en los combates con armas convencionales. “Esto es exactamente lo que pasó durante el anterior alto el fuego, que seguía vigente cuando el 2 de marzo Israel cortó la ayuda”,

Israel puede seguir restringiendo los alimentos y canalizándolos exclusivamente por los centros de la FHG incluso durante una pausa en los combates con armas convencionales. “Esto es exactamente lo que pasó durante el anterior alto el fuego, que seguía vigente cuando el 2 de marzo Israel cortó la ayuda”, dice Abuzaid. Si eso ocurre, la ubicación y el diseño de los centros de la FHG hacen prever un aumento en las muertes, añadió, citando los repetidos tiroteos contra civiles que se acercan a la “zona de amortiguación” establecida por las fuerzas israelíes.

“Solo por estar cerca de la zona de amortiguación fueron asesinadas más de 100 personas durante el alto el fuego”, dice Abuzaid. “Es de esperar que continúen las víctimas civiles si se sigue utilizando el modelo basado en los centros de racionamiento (de la FHG) situados en la zona de amortiguación o cerca de ella”. Según Abuzaid, el control sobre la comida también significa que Israel “puede destruir activamente el orden civil incluso durante un alto el fuego”.

Dos meses 

Según Alex de Waal, el control que ejerce Israel sobre las fronteras terrestres y marítimas de la Franja le permite supervisar totalmente la cantidad de alimentos que entran en el territorio, y la información de la ONU con el detalle de la malnutrición que sufren los palestinos impedirá que los líderes israelíes se defiendan diciendo que no veían venir la inanición. “No se puede matar de hambre a nadie por accidente. Se puede disparar a alguien por accidente, pero con la inanición, tienes 60 o hasta 80 días para remediar el error”, dijo.

Según el director de Forensic Architecture, Eyal Weizman, su organización ha llegado a la conclusión de que las restricciones impuestas por Israel a la entrada de alimentos en Gaza tienen un carácter genocida en dos sentidos. “Obviamente, matar de hambre a la gente de forma intencionada es genocida, y el hambre también se utiliza para romper la sociedad, el hambre es el medio y el hambre es el fin”, dice.

2. Yara Ashour, médica palestina: Es un esfuerzo sistemático para debilita física, nutricional y psicológicamente a la población 

Lo escribe Jessica Mouzo en El País.

Yara Ashour (Gaza, 27 años) piensa en su familia cada vez que se lleva a la boca un trozo de comida. Desde la primavera del año pasado vive en El Cairo (Egipto), pero su cabeza sigue en la Franja, dice. Ella nació, creció y estudió Medicina en el enclave palestino. Y allí estaba terminando su año de prácticas cuando estalló la guerra, en el otoño de 2023

Yara Ashour (Gaza, 27 años) piensa en su familia cada vez que se lleva a la boca un trozo de comida. Desde la primavera del año pasado vive en El Cairo (Egipto), pero su cabeza sigue en la Franja, dice. Ella nació, creció y estudió Medicina en el enclave palestino. Y allí estaba terminando su año de prácticas cuando estalló la guerra, en el otoño de 2023. Embarazada entonces de pocas semanas, vivió entre bombardeos del ejército israelí durante seis meses, medio año en el que estuvo ejerciendo de voluntaria en los hospitales de la Franja y, como centenares de miles de gazatíes, también se vio obligada a desplazarse en varias ocasiones. “Debido a los graves riesgos para mi embarazo y al colapso total del sistema sanitario, tuve que evacuar Gaza con mi marido en abril de 2024. Era la primera vez que salía de mi país”, cuenta a este diario.

Desde entonces, Ashour se ha volcado en concienciar sobre la crisis humanitaria que está ocurriendo en Gaza. Ella es, de hecho, uno de los tres firmantes de una carta en la prestigiosa revista The Lancet donde alertan de que Israel está usando la hambruna en la Franja como “arma de guerra”. La joven médica pide responder a las preguntas de EL PAÍS por correo electrónico. “Aunque físicamente me he ido de Gaza, emocionalmente nunca me he ido. Pienso en mi familia y en la gente de allí cada vez que como, bebo agua limpia o disfruto de un momento de paz. La sensación de injusticia es abrumadora”, adelanta.

En el artículo de The Lancet, denuncia que “la hambruna se utiliza cada vez más como táctica deliberada de guerra”. ¿Qué significa esto?

En los últimos meses, incluso bloquearon el acceso a la harina, un recurso vital en Gaza, donde el pan es el alimento principal en cada comida. Al analizar esta táctica, queda claro: se trata de un esfuerzo sistemático para debilitar física, nutricional y psicológicamente a la población. Crea las condiciones perfectas para la enfermedad y la muerte

—Se está utilizando como arma de guerra en Gaza. Desde el principio, las autoridades israelíes restringieron severamente la entrada de alimentos, combustible y productos esenciales cerrando los cruces fronterizos. Han apuntado particularmente contra alimentos básicos como harina, carne, huevos, verduras, sal y azúcar, al tiempo que permiten una cantidad limitada de alimentos enlatados, que carecen de nutrientes esenciales para el crecimiento infantil. Esto ha provocado una grave escasez y una inflación masiva de precios, de hasta el 1.400% en alimentos básicos. ¿Cómo podría una familia de seis personas permitirse comer en estas condiciones?

En los últimos meses, incluso bloquearon el acceso a la harina, un recurso vital en Gaza, donde el pan es el alimento principal en cada comida. Al analizar esta táctica, queda claro: se trata de un esfuerzo sistemático para debilitar física, nutricional y psicológicamente a la población. Crea las condiciones perfectas para la enfermedad y la muerte.

Como médico, y conociendo el estado de salud de la población de Gaza, ¿qué es lo que más le preocupa: las bombas o el hambre?

—Las bombas matan al instante, pero el hambre mata lenta y silenciosamente. El suelo, el agua y el aire de Gaza están contaminados por los intensos bombardeos, lo que genera preocupación a largo plazo por el cáncer, la infertilidad y los problemas desde el nacimiento. Informes recientes ya sugieren un aumento de anomalías congénitas y abortos espontáneos.

Los niños que comen una sola rebanada de pan al día, o nada en absoluto, sufrirán retrasos irreversibles en el crecimiento y el desarrollo

Los niños que comen una sola rebanada de pan al día, o nada en absoluto, sufrirán retrasos irreversibles en el crecimiento y el desarrollo. La falta de gas para cocinar ha obligado a la gente a quemar leña y basura, exponiéndolos al humo todo el día, lo que aumenta su probabilidad de desarrollar enfermedades respiratorias ahora o en el futuro.

Las personas que viven en tiendas de campaña —el 92% de las viviendas de Gaza han sido dañadas o destruidas— carecen de saneamiento, lo que aumenta la propagación de enfermedades infecciosas. No solo estamos presenciando una crisis sanitaria; estamos presenciando el colapso del ecosistema mismo de la vida.

Pero lo más doloroso es ver a niños haciendo fila para recibir comida en lugar de estar en las aulas, aprendiendo y soñando. Casi dos años de guerra han arrebatado a toda una generación su derecho a la educación. Estamos presenciando el desmantelamiento intencionado del futuro de una sociedad

Pero lo más doloroso es ver a niños haciendo fila para recibir comida en lugar de estar en las aulas, aprendiendo y soñando. Casi dos años de guerra han arrebatado a toda una generación su derecho a la educación. Estamos presenciando el desmantelamiento intencionado del futuro de una sociedad.

—¿Cuál es la situación alimentaria actual en Gaza?

—Es catastrófica. Más del 90% de la población de Gaza se enfrenta a una inseguridad alimentaria de emergencia. La gente come hierba, pienso o comida podrida. Las madres ya no pueden amamantar. Los bebés mueren no por trauma, sino por inanición. Hasta el 24 de julio de 2025, el Ministerio de Salud ha documentado 113 muertes por inanición: 81 niños y 32 adultos. Se han registrado más de 24.700 casos de desnutrición. Toda Gaza corre el riesgo de entrar en la fase 5 de la hambruna, la más grave.

—Cien organizaciones han alertado esta semana de una “hambruna masiva” en Gaza. ¿Llegan demasiado tarde estas advertencias?

—Lamentablemente, sí. Los avisos han llegado durante meses, pero no se han tomado medidas efectivas. Las muertes por inanición están aumentando. Incluso si los alimentos llegan hoy, muchos niños y mujeres embarazadas ya no se recuperarán. La desnutrición, cuando se prolonga, provoca daños irreversibles.

—¿Cree que el mundo es realmente consciente de lo que está sucediendo en Gaza?

—Hay una creciente concienciación, pero ¿de qué sirve la concienciación sin acciones significativas? Mientras los gobiernos debaten, mueren niños. Esto no es un desastre natural. Es hambruna provocada por personas, resultado de decisiones políticas deliberadas. El derecho internacional es claro: la hambruna como arma de guerra es un crimen de guerra. El mundo debe responder en consecuencia.

La hambruna causa desnutrición proteico-energética, insuficiencia orgánica, inmunodepresión y, finalmente, la muerte. Los niños sufren retraso en el crecimiento y en el desarrollo cerebral. Las mujeres embarazadas sufren anemia, abortos espontáneos y mortalidad perinatal. Estos efectos pueden persistir a lo largo de generaciones debido al daño epigenético

—Desde una perspectiva médica, ¿cuáles son sus efectos en las personas que sufren desnutrición?

—La hambruna causa desnutrición proteico-energética, insuficiencia orgánica, inmunodepresión y, finalmente, la muerte. Los niños sufren retraso en el crecimiento y en el desarrollo cerebral. Las mujeres embarazadas sufren anemia, abortos espontáneos y mortalidad perinatal. Estos efectos pueden persistir a lo largo de generaciones debido al daño epigenético.

—¿Cómo vive la población esta situación? ¿Qué le trasladan?

—La mayoría de la gente en Gaza está desesperada. Hay un nivel de agotamiento y entumecimiento que nunca antes había visto. Algunos ya no lloran cuando muere un ser querido; no les queda energía. Y, sin embargo, aún hay esperanza. Cuando hablo con mi padre, me dice: “Pronto terminará”. Me anima él a mí cuando debería animarlo yo a él. Esta resiliencia impulsa a la gente a seguir adelante.

—¿Qué están haciendo los civiles para sobrevivir a esta escasez de alimentos?

—Han hecho lo imposible. Ahora el pan se hace con lentejas, pasta o incluso guisantes. La gente usaba líquidos intravenosos (con glucosa) de los hospitales como sustitutos del azúcar [el principal combustible de las células del organismo]. Algunos comen una sola vez al día, con suerte.

—Hay estudios científicos sobre episodios pasados de hambruna en la historia, que apuntan a consecuencias a largo plazo, incluso para las generaciones futuras. ¿Estamos ante una sentencia de muerte o una mala salud para los palestinos hoy y en el futuro?

Esto tendrá consecuencias durante décadas: mayores tasas de diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos de salud mental, dificultades de aprendizaje y muerte prematura. Estamos presenciando una sentencia de muerte para la salud pública, no solo ahora, sino para las generaciones futuras

—Esto tendrá consecuencias durante décadas: mayores tasas de diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos de salud mental, dificultades de aprendizaje y muerte prematura. Estamos presenciando una sentencia de muerte para la salud pública, no solo ahora, sino para las generaciones futuras.

—Para que un territorio se considere oficialmente en hambruna, debe cumplir una serie de criterios. Pero es difícil medir esto dada la devastación que sufre la Franja y las restricciones de acceso al personal humanitario. ¿Cómo encajan estos requisitos técnicos en la realidad que ve a diario?

—Las declaraciones de hambruna se basan en datos —tasas de desnutrición, número de muertes, inseguridad alimentaria—, pero los sistemas de salud y monitoreo de Gaza han colapsado. Los grupos de ayuda ni siquiera pueden llegar a las zonas más afectadas. Se le llame oficialmente hambruna o no, lo que estamos viendo es hambruna. Las vidas no deberían depender de definiciones.

—¿Qué otras enfermedades se están viendo en la Franja? Un informe de la ONG Oxfam Intermon advierte de un aumento de las enfermedades transmitidas por el agua.

Hay un aumento repentino de las enfermedades transmitidas por el agua —diarrea, ictericia, hepatitis A— debido al agua contaminada

—Hay un aumento repentino de las enfermedades transmitidas por el agua —diarrea, ictericia, hepatitis A— debido al agua contaminada. El hacinamiento en los refugios ha provocado sarampión, sarna e infecciones respiratorias. Con la higiene comprometida y la falta de atención médica disponible, las enfermedades se propagan sin control, empeorando la situación.

—¿La privación de alimentos y la hambruna están empeorando o acelerando la aparición de otras enfermedades?

Sí, es un círculo vicioso. La desnutrición debilita todas las defensas del cuerpo. Una simple herida se infecta. La diarrea se vuelve mortal. Los pacientes heridos se encuentran entre los más vulnerables: sin suficientes proteínas, calorías y micronutrientes, sus heridas no pueden sanar y son extremadamente susceptibles a infecciones, sepsis y muerte

—Sí, es un círculo vicioso. La desnutrición debilita todas las defensas del cuerpo. Una simple herida se infecta. La diarrea se vuelve mortal. Los pacientes heridos se encuentran entre los más vulnerables: sin suficientes proteínas, calorías y micronutrientes, sus heridas no pueden sanar y son extremadamente susceptibles a infecciones, sepsis y muerte. Esta es una dimensión silenciosa pero devastadora de la crisis sanitaria en Gaza. El hambre no solo causa la muerte, sino que abre la puerta a muchas otras causas de muerte.

—¿Cuáles son sus perspectivas para Gaza? ¿Hay esperanza?

—La esperanza es nuestra única opción. La comunidad médica de Gaza es resiliente, pero está agotada. Sin un alto el fuego total, ayuda humanitaria masiva y una reconstrucción a largo plazo, la recuperación tardará décadas. Pero con la solidaridad y la rendición de cuentas internacionales, el cambio aún es posible.

3. Cirujanos británicos voluntarios en Gaza. Doctores en Gaza: “Vemos a diario heridas de bala, amputaciones y quemaduras que se complican por la malnutrición”

Los doctores ingleses Graeme Groom y Ana Jeelani, voluntarios en Gaza, alertan de la necesidad de “medidas inmediatas”: “Las palabras de gobiernos europeos son una escenificación para apaciguar a la opinión pública, pero no hay acción política”.

Entrevista de Olga Rodríguez en elDiario.es.

Graeme Groom y Ana Jeelani son dos cirujanos del sistema de salud pública británico especializados en traumatología y ortopedia que han trabajado varias veces en Gaza en estos últimos veintidós meses

Graeme Groom y Ana Jeelani son dos cirujanos del sistema de salud pública británico especializados en traumatología y ortopedia que han trabajado varias veces en Gaza en estos últimos veintidós meses. Forman parte de un grupo heterogéneo de médicos ingleses que han viajado varias veces a la Franja como voluntarios, asumiendo enormes riesgos. En un país como Reino Unido, que ha seguido enviando material militar a Israel, su solidaridad ha acaparado atención pública, y algunos de ellos han adquirido una significativa popularidad. 

Él integra el equipo de cirujanos del hospital King´s College de Londres y es cofundador de la organización humanitaria International Disaster and Emergency Aid, con la que lleva viajando a territorio palestino muchos años. Ella trabaja en el hospital de Liverpool. 

En Gaza han operado a cientos de niños, niñas, mujeres y hombres con heridas provocadas por balas, explosiones y quemaduras. Groom salió de la Franja en junio. “Aún estoy en profundo estado de shock”, confiesa, nervioso. Ana Jeelani estuvo en Gaza por última vez en octubre de 2024, con la organización Medical Aid for Palestinians: “Ya entonces encontrábamos signos de malnutrición en muchos pacientes”

En Gaza han operado a cientos de niños, niñas, mujeres y hombres con heridas provocadas por balas, explosiones y quemaduras. Groom salió de la Franja en junio. “Aún estoy en profundo estado de shock”, confiesa, nervioso. Ana Jeelani estuvo en Gaza por última vez en octubre de 2024, con la organización Medical Aid for Palestinians: “Ya entonces encontrábamos signos de malnutrición en muchos pacientes”, señala. 

Han venido a Madrid de la mano de la organización Avaaz, para reunirse con interlocutores gubernamentales, instituciones y grupos parlamentarios. “Lo hemos visto y tenemos que contarlo”, subrayan.

—¿Qué han visto en Gaza, qué falta, qué tipo de heridas suelen tratar a diario?

 —Graeme Groom: En mi último viaje, ahora en junio, alrededor de un tercio de nuestros pacientes han sido niños y niñas, otro tercio mujeres y otro hombres, de todas las edades. Cuerpos mutilados, amputaciones. Nos despertábamos por la mañana, entre las cuatro y las seis, con el coro de bombas, misiles y drones y, a veces, armas de fuego automáticas. 

Me gustaría mostrarle algunas imágenes [extrae fotos de una carpeta]. Este niño pequeño es Adam, de once años, pensaban que estaba muerto, se dieron cuenta de que no, después barajamos amputarle el brazo pero pudimos salvárselo. 

Mientras le operábamos conocimos su historia. La bomba que le hirió mató a sus nueve hermanos y hermanas e hirió de gravedad a su padre. Su madre no estaba con ellos porque es doctora, pediatra, la doctora Al Najjar, de hecho estaba trabajando en nuestro hospital cuando se enteró de la noticia. El padre murió ocho días después

Mientras le operábamos conocimos su historia. La bomba que le hirió mató a sus nueve hermanos y hermanas e hirió de gravedad a su padre. Su madre no estaba con ellos porque es doctora, pediatra, la doctora Al Najjar, de hecho estaba trabajando en nuestro hospital cuando se enteró de la noticia. El padre murió ocho días después. [Esta historia acaparó titulares y portadas de medios internacionales].

Así que de once integrantes de la familia solo quedan dos. Esto es algo muy común en las familias palestinas. Más de 2.500 familias han desaparecido por completo. Más de 4.500 familias solo tienen un superviviente. Adam era un niño lindo, tiene la cara de un ángel, sonreía a pesar de las heridas. 

Este es otro [muestra otra foto]. Se llama Yakoub, tiene siete años. Todos en su familia murieron bajo las bombas, solo ha sobrevivido uno de sus hermanos, que tiene nueve años. Nos ocupamos de la salud física de los pacientes, pero ¿y su salud mental? 

Hay otra foto que querría mostrarle, porque me avergüenza profundamente. Es esta. Una niña de siete años [con las piernas amputadas, tumbada sobre la mesa de operaciones]. La razón por la que me avergüenza es porque no puedo recordar nada de ella. No puedo recordar su nombre, su historia, no sé cuántas personas en su familia fueron asesinadas. Ella simplemente era la siguiente en la lista a operar. Esta es la realidad en Gaza.

Hay otra foto que querría mostrarle, porque me avergüenza profundamente. Es esta. Una niña de siete años [con las piernas amputadas, tumbada sobre la mesa de operaciones]. La razón por la que me avergüenza es porque no puedo recordar nada de ella

—¿Cuál ha sido su experiencia, doctora?

Ana Jeelani: El tipo de heridas que nos encontramos en Gaza ha ido cambiando. En marzo de 2024 teníamos muchísimas heridas por explosiones y, por tanto, amputaciones. El problema es que ya por entonces había hambre, lo que se traduce en dificultad para cicatrizar las heridas, por lo que a menudo se producían infecciones y no había antibióticos para tratarlas, no había agua en el hospital, no teníamos las manos limpias, nos estábamos quedando sin gasas, sin guantes estériles, sin todo lo necesario. 

Cuando regresé en septiembre y octubre de 2024, veíamos a diario heridas provocadas por cuadricópteros, con disparos en diferentes áreas del cuerpo, con quemaduras causadas por las explosiones, para las que solo teníamos vendas, hacíamos cambios de vendaje. 

Ahora la situación es peor aún, hay muchas más lesiones por armas de fuego, relacionadas con los disparos de los francotiradores en las colas del hambre de la mal llamada Fundación Humanitaria de Gaza.

Ahora la situación es peor aún, hay muchas más lesiones por armas de fuego, relacionadas con los disparos de los francotiradores en las colas del hambre de la mal llamada Fundación Humanitaria de Gaza. La cantidad de niños y niñas que llegan a los hospitales es muy elevada, y hay pacientes reincidentes, por complicaciones tras las amputaciones y la colocación de prótesis. 

No siempre hay rayos-x para hacer radiografías y a todo esto hay que sumar los pacientes con enfermedades crónicas. Por ejemplo, traté a un hombre con diabetes que no podía conseguir su medicación, la insulina; su diabetes no estaba controlada. Tenía una infección en la mano y necesitaba insulina para sanar. Iban a someterlo a una amputación porque no recibía su medicación habitual.

—¿Qué puede hacer la comunidad médica europea y qué deben hacer los dirigentes políticos?

— Ana Jeelani: Hay muchas voces en la comunidad médica denunciando y algunas han entrado en Gaza. Hemos dado nuestros testimonios. Todo esto está documentado desde el primer equipo que entró. Todos nuestros testimonios corroboran la gravedad de la situación. Todos decimos cosas muy específicas y similares sobre los disparos de francotiradores a niños, sobre el patrón de esas lesiones. 

Nuestra voz como colectivo debe ser escuchada y valorada, somos gente independiente que ha estado en Gaza, pero recuerden que 220 periodistas han sido asesinados en Gaza por mostrar lo que está sucediendo. Somos médicos. Estos son nuestros pacientes, no podemos tratarlos si no existe el entorno político adecuado. No tengo espacio en mi mochila para llevar a Gaza todo el material necesario

Nuestra voz como colectivo debe ser escuchada y valorada, somos gente independiente que ha estado en Gaza, pero recuerden que 220 periodistas han sido asesinados en Gaza por mostrar lo que está sucediendo. Somos médicos. Estos son nuestros pacientes, no podemos tratarlos si no existe el entorno político adecuado. No tengo espacio en mi mochila para llevar a Gaza todo el material necesario. 

Ya es hora de que nos escuchen; lo que está sucediendo es un verdadero genocidio, un crimen. Nuestros compañeros están siendo asesinados, asumen un gran riesgo para tratar a las personas que lo necesitan. La voz se está alzando mucho más, pero creo que debe ser escuchada en su conjunto.

Mire: Este es mi compañero Osama, cirujano, con su esposa y sus dos hijos. Y en esta otra foto está su hermana, sus padres, su hermano, sobrinos. Todos están muertos, por un ataque israelí. Me lo contó un día en el quirófano. Yo había visto esa foto con los niños, le dije “qué linda foto”, y me lo contó. Un misil israelí alcanzó su casa y los mató a todos. Solo pudieron encontrar el brazo de uno de sus niños y la pierna del otro. 

Él ahora vive en una tienda de campaña en un campo de refugiados en Al Muwasi, todavía va a trabajar todos los días, a tratar a los pacientes, a salvar vidas y su familia entera ha sido asesinada. Así que el hambre que está indignando a la gente es importante, sí, pero hay otros métodos que están matando a la gente, no ahora, desde hace 22 meses, y todos estos métodos están siendo usados a la vez.

—Ha usado la expresión entorno político necesario: “No existe el ambiente político necesario”. ¿Qué opina de la postura de la Unión Europea y de Reino Unido? 

— Ana Jeelani: Los gobiernos pueden decir muchas cosas, pero cuando hablo con mis amigos en Gaza, la realidad es que nada ha cambiado. De hecho, está empeorando. Hemos mantenido reuniones en Bruselas, en Alemania, estuvimos en Francia la semana pasada, nos hemos reunido con integrantes de gobiernos y se lo hemos contado. Curiosamente, todos saben lo que ocurre en el terreno. No es que no se sepa, se sabe. 

Nada ha cambiado para mis amigos de Gaza. Tengo vídeos del 24 de marzo de la ayuda preparada a las puertas de la Franja. Tengo vídeos de octubre del envío de ayuda en paracaídas: eso es una escenificación. Lo que Europa está haciendo es performativo: intenta apaciguar a la opinión pública, a gente como nosotros

Nada ha cambiado para mis amigos de Gaza. Tengo vídeos del 24 de marzo de la ayuda preparada a las puertas de la Franja. Tengo vídeos de octubre del envío de ayuda en paracaídas: eso es una escenificación. Lo que Europa está haciendo es performativo: intenta apaciguar a la opinión pública, a gente como nosotros. 

Hay declaraciones contundentes, pero no hay acciones que lo respalden. Cuando los gobiernos quieren actuar con rapidez, lo hacen, lo han demostrado muchas veces, ante casos que no son un genocidio. Pero ante esto, no. Sí actúan con rapidez para silenciarnos. Y ese es el problema. Como cirujana, puedo ir a ver a un herido, sacar mi bisturí, arreglar algo, pero esa no será la solución. No es la solución. 

Es frustrante, porque ya se ha contado todo. Las fotos han estado ahí, las pruebas han estado ahí durante 22 meses. Todo lo que se está haciendo es performativo, aparentar pero sin hacer nada realmente. Algunos comprenden más que otros, pero nadie quiere salirse de la línea y ser la única voz que diga no o ser el único gobierno que dé pasos con acciones. Todos quieren ir juntos, que sus aliados los respalden. 

Para un cambio real se necesita que alguien salga y diga: "No en mi nombre, la historia lo ha registrado, esto está mal". Lo estamos haciendo entrando en Gaza y dando testimonio. Ojalá los gobiernos tuvieran la misma valentía que tanta gente ha demostrado al ir a Gaza, como nuestros colegas palestinos que se levantan a diario, aunque tengan hambre, aunque hayan perdido a familiares, aunque vivan en tiendas de campaña, aunque no sepan qué les deparará el día siguiente, pero aun así se levantan, van a trabajar y tratan a estos pacientes

Para un cambio real se necesita que alguien salga y diga: "No en mi nombre, la historia lo ha registrado, esto está mal". Lo estamos haciendo entrando en Gaza y dando testimonio. Ojalá los gobiernos tuvieran la misma valentía que tanta gente ha demostrado al ir a Gaza, como nuestros colegas palestinos que se levantan a diario, aunque tengan hambre, aunque hayan perdido a familiares, aunque vivan en tiendas de campaña, aunque no sepan qué les deparará el día siguiente, pero aun así se levantan, van a trabajar y tratan a estos pacientes. 

Todas las personas tenemos un papel que desempeñar ante este genocidio. Mi papel podría ser ir a Gaza. El papel de Patricia [de la organización Avaaz] es traernos a Madrid. Tu papel es escribir la historia. ¿Cuál es el papel de los políticos y por qué no lo hacen?

—¿Cómo afrontan todo esto las personas que conforman los equipos sanitarios en Gaza?

Graeme Groom: Tenemos grandes amigos y amigas doctores, enfermeros, sanitarios, los conozco desde hace años, entré por primera vez en 2009. Atienden a los pacientes y a su vez sufren depresión, múltiples desplazamientos y, literalmente, hambre. 

Un anestesista con el que he trabajado mucho, Niza Aboudaka, me contó hace dos semanas que no tenían alimento alguno. Su esposa, sus seis hijos -de entre trece y dos años- y él estuvieron casi tres días sin probar bocado. Por la noche mezclan sal con agua para llenar sus estómagos. 

Otro compañero, Mohammed Hanin, recién licenciado como médico, me contaba el otro día que ha tenido que ir a buscar harina en las colas del hambre de organización estadounidense que opera en Gaza, y donde han matado a mucha gente, disparándola. Nos ha enviado vídeos de esta marea humana suplicando comida. 

Él y su hermano intentaron conseguir algo durante cinco días seguidos, y no lo lograron. A su lado hubo gente que resultó herida por disparos. Ayer me dijo que por fin su hermano consiguió un poco de comida, pero las milicias de Abu Shabab [armadas por Israel] lo atacaron, le arrebataron lo que tenía y lo golpearon tanto que quedó inconsciente durante cuatro horas.

Él y su hermano intentaron conseguir algo durante cinco días seguidos, y no lo lograron. A su lado hubo gente que resultó herida por disparos. Ayer me dijo que por fin su hermano consiguió un poco de comida, pero las milicias de Abu Shabab [armadas por Israel] lo atacaron, le arrebataron lo que tenía y lo golpearon tanto que quedó inconsciente durante cuatro horas.

En los últimos años hemos formado a gente de Gaza en Londres. Uno de ellos, nuestro primer cirujano becario, se llamaba Adnan Bursh. Estuvo con nosotros seis meses, se sentó en nuestra mesa, estuvo en nuestro hospital, conoció Londres. Fue arrestado en diciembre y murió en una prisión israelí el 19 de abril. Tenía 24 años y su cuerpo no ha sido entregado a su familia.

El pasado mes de junio trabajé con un cirujano palestino mayor que había estado seis meses en prisión en Israel y con un enfermero de quirófano más joven que llevaba un año en prisión. El mayor estaba demasiado traumatizado para hablar de ello. El más joven, que solía ser culturista, había perdido su musculatura cuando lo vi. Nos contó su año en cautiverio, la privación de comida, las ataduras, el ruido constante, la luz permanente y las palizas que recibió dos o tres veces al mes durante un año, durante los interrogatorios. 

Como parte del interrogatorio, lo golpeaban, lo pateaban y había una tortura muy específica que describió: le obligaban a ponerse de pie, le ataban las manos a la espalda, lo inclinaban hacia adelante y luego lo colgaban de las manos hasta que solo los dedos de los pies tocaban el suelo. Eso no solo es terriblemente doloroso, sino que te da una sensación de asfixia, de no poder respirar, y eso ocurrió dos o tres veces al mes, todos los meses durante un año.

En los últimos años hemos formado a gente de Gaza en Londres. Uno de ellos, nuestro primer cirujano becario, se llamaba Adnan Bursh. Estuvo con nosotros seis meses, se sentó en nuestra mesa, estuvo en nuestro hospital, conoció Londres. Fue arrestado en diciembre y murió en una prisión israelí el 19 de abril. Tenía 24 años y su cuerpo no ha sido entregado a su familia.

El pasado mes de junio trabajé con un cirujano palestino mayor que había estado seis meses en prisión en Israel y con un enfermero de quirófano más joven que llevaba un año en prisión. El mayor estaba demasiado traumatizado para hablar de ello. El más joven, que solía ser culturista, había perdido su musculatura cuando lo vi

El pasado mes de junio trabajé con un cirujano palestino mayor que había estado seis meses en prisión en Israel y con un enfermero de quirófano más joven que llevaba un año en prisión. El mayor estaba demasiado traumatizado para hablar de ello. El más joven, que solía ser culturista, había perdido su musculatura cuando lo vi. Nos contó su año en cautiverio, la privación de comida, las ataduras, el ruido constante, la luz permanente y las palizas que recibió dos o tres veces al mes durante un año, durante los interrogatorios. 

Como parte del interrogatorio, lo golpeaban, lo pateaban y había una tortura muy específica que describió: le obligaban a ponerse de pie, le ataban las manos a la espalda, lo inclinaban hacia adelante y luego lo colgaban de las manos hasta que solo los dedos de los pies tocaban el suelo. Eso no solo es terriblemente doloroso, sino que te da una sensación de asfixia, de no poder respirar, y eso ocurrió dos o tres veces al mes, todos los meses durante un año.

—¿Qué piensan cuando escuchan discursos que aún niegan que haya una campaña de hambre provocada en Gaza?

Ana Jeelani: Llevamos 21 meses intentando informar, y solo ahora, con las imágenes de hambruna, parece que la gente quiere escuchar. Cuando estuve allí en octubre del 2024, traté rupturas de huesos de niños. Cuando los niños se rompen un hueso generalmente se curan bastante bien. No he tenido en Inglaterra ningún caso de niños que no se hayan curado de sus fracturas. Cuando estuve en Gaza en octubre, vi niños y niñas cuyos huesos no sanaban, no se unían, porque sufrían desnutrición. Eso fue el 24 de octubre. 

Lo que vemos hoy es la culminación de todo lo que ha sucedido durante los últimos 22 meses; no ha ocurrido de repente, no es que esta gente se haya muerto de hambre de repente; es un proceso que se ha permitido. Así que, como seres humanos tenemos el deber de hacer todo lo posible. Nada justifica esto

Lo que vemos hoy es la culminación de todo lo que ha sucedido durante los últimos 22 meses; no ha ocurrido de repente, no es que esta gente se haya muerto de hambre de repente; es un proceso que se ha permitido. Así que, como seres humanos tenemos el deber de hacer todo lo posible. Nada justifica esto.

Graeme Groom: Los gobiernos tienen que saber que necesitamos una solución duradera.

Ana Jeelani: Como alguien que ha trabajado en Gaza, todas las noches cuando me voy a dormir me pregunto qué más puedo hacer. Me miro al espejo y me pregunto si estoy haciendo todo lo posible para detener esto. Y me atrevo a pedir a la gente que se haga la misma pregunta, empezando por los dirigentes políticos, que se pregunten si están haciendo todo lo posible. ¿Estoy haciendo todo lo que puedo para poner fin a esto? Porque si la respuesta es no, puedes empujar más. ¿Estás haciendo todo lo posible, estás en el lado correcto?

4. Las enfermedades transmitidas por el agua han subido un 150% desde la ruptura del alto el fuego en Gaza

Solo un 5% de los hogares de Gaza tienen un acceso diario regular al agua. La OMS alerta de la hambruna, y el Ministerio de Salud de Gaza reporta diez casos de muertes por desnutrición en solo 24 horas.

Pablo Elorduy @p_elorduy en El Salto.

Un reporte de Oxfam Intermón basado en datos del grupo sobre tendencias de enfermedades relacionadas con el agua, el saneamiento y la higiene (WASH) de marzo a junio de 2025. publicado el 23 de julio señala que la prevalencia de enfermedades relacionadas con la falta de agua en Gaza, “prevenibles y fácilmente tratables”, según la organización, han aumentado en los tres últimos meses, coincidiendo con la táctica de asedio y hambruna provocada por Israel

Un reporte de Oxfam Intermón basado en datos del grupo sobre tendencias de enfermedades relacionadas con el agua, el saneamiento y la higiene (WASH) de marzo a junio de 2025. publicado el 23 de julio señala que la prevalencia de enfermedades relacionadas con la falta de agua en Gaza, “prevenibles y fácilmente tratables”, según la organización, han aumentado en los tres últimos meses, coincidiendo con la táctica de asedio y hambruna provocada por Israel. 

Según estos datos, los casos de pacientes que acuden a los centros de salud y hospitales de campaña con diarrea acuosa aguda ha aumentado un 150 %, la diarrea con sangre un 302 % y los casos de ictericia aguda un 101 %. Pero, como señala la organización Oxfam, es muy probable que estas cifras sean más elevadas debido a que mucha de la población de Gaza no puede acudir a estos centros de ayuda.

Son 21 meses sin suficiente comida, agua, refugio y atención médica adecuada y más de tres sin acceso por parte de las agencias internacionales humanitarias, que ven cómo miles de palés con comidas están a pocos kilómetros de Gaza, pero Israel no permite que accedan al territorio asediado. La OMS ha estimado que, en estos momentos, un 95% de los hogares en Gaza enfrentan escasez severa de agua.

En un comunicado urgente publicado el 23 de julio, el Ministerio de Salud de Gaza comunicó que en las últimas 24 horas fallecieron diez personas muertas por hambre e inanición; ya son 111 las víctimas de la hambruna a la que se ha visto sometida la población de Gaza. El reporte diario del Ministerio de Salud eleva a a 59.219 la cifra de víctimas mortales desde el 7 de octubre de 2023.

109 organizaciones solicitaron ayer a los Gobiernos del mundo acción inmediata para detener la hambruna y permitir la entrada de alimentos y suministros por todos los cruces terrestres de Gaza.

109 organizaciones solicitaron ayer a los Gobiernos del mundo acción inmediata para detener la hambruna y permitir la entrada de alimentos y suministros por todos los cruces terrestres de Gaza. La pasada semana, los países de la Unión Europea, por medio de sus representantes de Exteriores, se negaron a tomar medidas de presión y sanción contra Israel.

En una conferencia de prensa realizada el miércoles, el secretario general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, explicó que la situación desde el 17 de julio es que los centros de tratamiento de la desnutrición aguda grave están llenos y carecen de suficientes suministros para la alimentación de emergencia. Más del 20% de las mujeres embarazadas y lactantes están desnutridas, según la OMS, y solo este mes, más de 5.500 niños han sido declarados en situación de desnutrición. 

La organización denunció que el domingo 21 de julio, personal de la OMS fue atacado en la ciudad de Deir Al-Balah: “El personal y sus familias, incluidos los niños, se vieron expuestos a un grave peligro y sufrieron traumas después de que los ataques aéreos provocaran un incendio y daños importantes”

Adhanom hizo referencia asimismo a los asesinatos de personas cuando iban a recoger alimentos suministrados por la ONG proisraelí Fundación Humanitaria de Gaza. Asimismo, la organización denunció que el domingo 21 de julio, personal de la OMS fue atacado en la ciudad de Deir Al-Balah: “El personal y sus familias, incluidos los niños, se vieron expuestos a un grave peligro y sufrieron traumas después de que los ataques aéreos provocaran un incendio y daños importantes”, explicó el portavoz de la organización, Tarik Jašarević.

Al mismo tiempo, otro informe de la ONG World Vision publicaba un informe sobre la situación en Cisjordania, donde, según sus datos, el 74% de las familias vive actualmente por debajo del nivel mínimo de vida, frente a tan solo el 21% hace un año. Siete de cada diez niños y niñas se saltan comidas en el territorio del este palestino, como consecuencia de la carencia de alimentos.

5. La destrucción "sistemática" del sistema sanitario de Gaza: el 94% de los hospitales han sido dañados o destruidos por Israel

Con más de la mitad de los centros de salud inoperativos, Naciones Unidas advierte que todo el sistema de salud de la Franja "está al borde te del colapso" por el bloqueo y los ataques reiterados de las fuerzas israelíes

Artículo en El Periódico de Ricardo Mir de Francia.

"Nos amenazaron con entrar y matar a todo el que hubiera dentro o bombardear el hospital si no evacuábamos", contó en un vídeo el director del centro, el doctor Mohammed Salha. No era un farol. En los últimos 20 meses, el hospital había sufrido 28 ataques directos, según una coalición de oenegés, y había sido invadido dos veces

El pasado 29 de mayo el norte de Gaza se quedó sin el último de sus hospitales operativos. Después de dos semanas de asedio militar, la dirección del hospital Al Awda decidió plegarse a las "órdenes de evacuación" emitidas por el Ejército israelí. "Nos amenazaron con entrar y matar a todo el que hubiera dentro o bombardear el hospital si no evacuábamos", contó en un vídeo el director del centro, el doctor Mohammed Salha. No era un farol. En los últimos 20 meses, el hospital había sufrido 28 ataques directos, según una coalición de oenegés, y había sido invadido dos veces. Uno de los ataques mató a una enfermera de un disparo en el pecho; otro sepultó a dos doctores de Médicos Sin Fronteras (MSF). También se voló el almacén de medicinas o la planta desalinizadora. Sin más alternativa para salir de allí con vida, heridos y enfermos tuvieron que ser trasladados a hombros durante 300 metros hasta las ambulancias, después de que los militares les denegaran el acceso.

Al Awda era el último de los seis hospitales del norte de Gaza, donde unos días después las fuerzas israelíes redujeron literalmente a escombros el último centro de diálisis que quedaba en la Franja. (El 41% de los pacientes con fallo renal han muerto desde el inicio de esta guerra por falta de tratamiento, según el Ministerio de Salud). Ninguno de estos episodios, sin embargo, es excepcional. El 94% de los hospitales de la Franja han sido atacados en algún momento, la mayoría en múltiples ocasiones, o han sido destruidos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Solo en mayo hubo 78 ataques contra el sistema sanitario, la mitad con armas pesadas. "La destrucción es sistemática. Incluso cuando los hospitales son rehabilitados y reabastecidos, no tardan en quedar expuestos de nuevo a las hostilidades o en ser atacados. Este ciclo destructivo se debe acabar", ha dicho la OMS.

El resultado es una Gaza donde se agitan los medios para mantener con vida a la población, especialmente desde el 2 de marzo, cuando Israel vetó completamente la entrada de comida, agua, medicamentos o combustible

El resultado es una Gaza donde se agitan los medios para mantener con vida a la población, especialmente desde el 2 de marzo, cuando Israel vetó completamente la entrada de comida, agua, medicamentos o combustible. 

De los 572 puntos de acceso sanitario que había en la Franja, solo el 37% se mantienen parcialmente operativos. Diecisiete de sus 36 hospitales, 7 de sus 15 hospitales de campaña, 61 de sus 160 centros de atención primaria y 126 de sus 359 clínica móviles. Y de todos estos, más de medio centenar están ahora en zonas que el Ejército israelí ha ordenado "evacuar".

Carencias en los hospitales

Dentro los hospitales parcialmente operativosla situación roza lo dantesco. No hay jabón para la higiene, ni gasas para curar a los quemados, ni anestesia para las amputaciones. Las reservas de oxígeno están bajo mínimos porque el grueso de las estaciones han sido destruidas. Escasean los antibióticos y el banco de sangre apenas encuentra donantes aptos, cuando cada día hay centenares de nuevos heridos. "Los donantes están demasiado desnutridos por la hambruna, demasiado deshidratados por la diarrea derivada de la ingesta de agua sucia y muchos tienen infecciones virales hepáticas", asegura el doctor Ghassan Abu-Sittah, rector de la Universidad de Glasgow, quien trabajó en Gaza a principios de la guerra.

Si el hospital se resiste a cerrar, entonces lo sitian con tanques y blindados y, finalmente, lo invaden con extrema brutalidad. "Los hospitales no son un objetivo, nunca atacaremos un hospital"

En las últimas semanas, los militares israelíes han recrudecido los ataques contra los centros sanitarios, protegidos por el derecho internacional humanitario. El patrón suele ser similar, según una investigación forense de Forensic Architecture, un proyecto de la Universidad de Londres. Primero emiten órdenes de evacuación y advertencias; luego, atacan la vecindad del hospital, generando el pánico entre pacientes y profesionales y obligando a muchos vecinos a refugiarse en sus instalaciones; después lanzan ataques directos contra los paneles solares, almacenes de suministros, plantas del centro, tanques de agua o los patios donde suelen refugiarse miles de desplazados. Si el hospital se resiste a cerrar, entonces lo sitian con tanques y blindados y, finalmente, lo invaden con extrema brutalidad. "Los hospitales no son un objetivo, nunca atacaremos un hospital", dijo a principios de la guerra el portavoz militar israelí, Peter Lerner.

Los argumentos de Israel

Más de 500 ataques después, Israel argumenta por defecto que Hamás utiliza los hospitalescomo centros de mando, almacenes de armas, de escondite para sus militantes o como parte de su red de túneles subterráneos, pero raramente presenta alguna prueba convincente. A finales del año pasado el principal investigador de la Corte Penal de Justicia para Palestina aseguró que esas alegaciones son "groseramente exageradas", mientras Amnistía Internacionalafirmó no haber visto "ni una sola prueba creíble" sobre el supuesto uso del hospital Al Shifacomo centro de mando de Hamás. El principal hospital de la Franja yace ahora en ruinas, calcinado como un fotograma del infierno, aunque en alguno de sus edificios adyacentes se ha reanudado parcialmente la actividad.

Médicos y enfermeros han sido después torturados. Uno de los casos más conocidos es el del reputado cirujano ortopédico Adnan Al-Bursh, quien falleció desnudo y agonizante en el patio de una prisión israelí tras ser repetidamente torturado, también con una escoba por el recto. Israel todavía no ha devuelto su cuerpo

En el derecho internacional, los ataques e incursiones militares en los centros sanitarios solo están permitidas cuando una de las partes los utiliza con fines militares para cometer "un acto perjudicial para el enemigo" y la otra emite una advertencia previa. Pero aun así se debe respetar al personal médico y los pacientes y facilitar la restauración de los servicios tras el ataque, algo que tampoco hace Israel. En estos 20 meses, 917 miembros del personal sanitario han sido asesinados y más de 300 arrestados mientras trataban de salvar vidas, al igual que 70 pacientes, según datos de la OMS. Médicos y enfermeros han sido después torturados. Uno de los casos más conocidos es el del reputado cirujano ortopédico Adnan Al-Bursh, quien falleció desnudo y agonizante en el patio de una prisión israelí tras ser repetidamente torturado, también con una escoba por el recto. Israel todavía no ha devuelto su cuerpo.

Crímenes de guerra

Una comisión de investigación de la ONU, realizada por expertos independientes, concluyó a finales de 2024 que "Israel ha perpetrado una política concertada de destrucción del sistema sanitario, cometiendo crímenes de guerra y el crimen contra la humanidad de exterminio con sus ataques implacables y deliberados contra el personal sanitario y sus instalaciones". Pero el terror está lejos de haber acabado. Hace unos días la ONU advirtió que todo el sistema está "al borde del colapso". En parte por las restricciones para la entrada de combustiblepara los generadores que mantienen los centros de salud, indispensables tras 20 meses de apagón eléctrico. Pero no solo. Tras declarar el 82% del territorio de Gaza como zona militar o sujeta a "órdenes de evacuación", los dos únicos hospitales que quedan en Jan Yunis (sur), donde se concentra ahora mucha de la población, han quedado justo en las lindes de la zona de evacuación y el Ejército ha comunicado que las rutas de acceso a los hospitales de Nasser y Al Amal serán pronto obstruidas.

"En los últimos 20 meses, ordenar a los hospitales que rechacen nuevos pacientes y dificultar el acceso ha sido una práctica habitual de las fuerzas israelíes para desmantelar el sistema de salud", dijo hace unos días José Más, responsable de la Unidad de Emergencias de MSF. Y nada parece que vaya a cambiar en el horizonte inmediato, dada la falta de reacción internacional

De momento, ha empezado a exigir una autorización para poder acceder a ambos centros, según Médicos Sin Fronteras. "En los últimos 20 meses, ordenar a los hospitales que rechacen nuevos pacientes y dificultar el acceso ha sido una práctica habitual de las fuerzas israelíes para desmantelar el sistema de salud", dijo hace unos días José Más, responsable de la Unidad de Emergencias de MSF. Y nada parece que vaya a cambiar en el horizonte inmediato, dada la falta de reacción internacional.

6. ¿Cómo puedo ayudar en Gaza?

La crisis humanitaria que está viviendo Gaza ha llevado a que organizaciones y agencias internacionales pidan más ayudas en apoyo a los palestinos.

Artículo en diario Público.

El 28 de julio, el Ministerio de Sanidad gazatí confirmó la muerte de 147 personas por desnutrición y falta de comida, entre las cuales se encuentran niños, mujeres y ancianos

El genocidio israelí sobre la Franja de Gaza comenzó el pasado 7 de octubre de 2023, y pese a los numerosos llamamientos por parte de los organismos internacionales al Gobierno de Netanyahu de parar esta ofensiva, la situación es límite.

El 28 de julio, el Ministerio de Sanidad gazatí confirmó la muerte de 147 personas por desnutrición y falta de comida, entre las cuales se encuentran niños, mujeres y ancianos.

De hecho, se estima que más de 70 personas han fallecido por causas directas con el bloqueo de ayuda humanitaria que está llevando a cabo Israel, ya que este pasado fin de semana, su Gobierno anunció pausas humanitarias diarias de diez horas.

De hecho, se estima que más de 70 personas han fallecido por causas directas con el bloqueo de ayuda humanitaria que está llevando a cabo Israel, ya que este pasado fin de semana, su Gobierno anunció pausas humanitarias diarias de diez horas

Este conflicto lleva vigente desde hace décadas, pero en este momento el hambre como arma de guerra pasa a primer plano. La única ayuda humanitaria que entra en la Franja es la gestionada por la organización privada respaldada por Estados Unidos e Israel: Fundación Humanitaria para Gaza. Esta decide cuándo y qué entregar a los palestinos, lo que ha generado bloqueos e imágenes impactantes de miles de gazatíes desesperados y abalanzados sobre los casi desconocidos camiones de asistencia. 

Esta situación, cada vez más insostenible, ha llevado a organismos internacionales, fundaciones y personajes públicos a alzar la voz y reclamar ayuda inmediata para los palestinos. ¿Qué se puede hacer como ciudadano en este punto del conflicto? 

Seguir donando

Que se acabe el genocidio depende del Gobierno de Israel, y dada su negativa actual para acabar con la ofensiva, es imprescindible que no se trunquen las aportaciones solidarias al pueblo palestino. Pese a los bloqueos y la incapacidad para dar salida continuada a las donaciones, las ayudas deben de seguir siendo una opción asegurada, así como un elemento de presión.

Las organizaciones que ofrecen vías para donar a Gaza son muchas: el Comité Internacional de la Cruz Roja, Human Rights Watch o Nowegian Refugee Council. Médicos Sin Fronteras  lleva desde el inicio de los ataques a Gaza ayudando al pueblo palestino

Las organizaciones que ofrecen vías para donar a Gaza son muchas: el Comité Internacional de la Cruz Roja, Human Rights Watch o Nowegian Refugee Council. Médicos Sin Fronteras  lleva desde el inicio de los ataques a Gaza ayudando al pueblo palestino. En su página web se pueden realizar donativos económicos para mantener clínicas móviles en Gaza, garantizar el suministro de agua potable y evacuar a pacientes críticos en plena crisis humanitaria.

Lo mismo ocurre con Save the Children, ONG internacional que defiende los derechos de la infancia. Disponen de donativos y ayudas a través de su web, así como la opción de hacerse socio. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) es una de las entidades que mayor alcance tiene sobre la población civil, ofreciendo asistencia a más de 6 millones de refugiados. Por medio de su web también están habilitadas las donaciones puntuales o hacerse socio. 

La ONG del chef José Andrés, World Central Kitchen, es otra opción para colaborar con el pueblo palestino a través de los donativos que se pueden realizar por su web. Han retomado su actividad en la zona tras hacer una pausa de cinco días por falta de alimentos. 

 

Informase y compartir

Además de poder realizar donaciones y aportar ayudas económicas, es fundamental seguir en la medida de lo posible la situación que se vive en la Franja de Gaza. Informarse de la actualidad del conflicto también es una forma de ayudar a que no se silencie y desaparezca del foco informativo

Además de poder realizar donaciones y aportar ayudas económicas, es fundamental seguir en la medida de lo posible la situación que se vive en la Franja de Gaza. Informarse de la actualidad del conflicto también es una forma de ayudar a que no se silencie y desaparezca del foco informativo.

A través de redes sociales se puede compartir contenido sobre Palestina, ya sea el creado por canales de noticias o el de cuentas internacionales, como Eye on Palestine, que pone el foco en la cultura palestina y en cómo esta es utilizada como herramienta de resistencia. Participar en manifestaciones pro-palestina, es otro de los gestos con los que podemos secundar la lucha.

Boicot a empresas que contribuyen al genocidio

Otra manera de reivindicación es no comprar y fomentar las empresas israelíes (o vinculadas al país), ya que de manera indirecta están contribuyendo a financiar el conflicto. Una simple decisión como consumidor se convierte en una potente forma de protesta.

Y esto se puede hacer por medio de la aplicación ‘No Thanks’, creada por el  desarrollador palestino  Ahmed Bashbash, que ha sido víctima de la ocupación. La app es muy intuitiva y permite leer códigos de barras de cualquier producto que tengas en casa o que valores comprar.

Y esto se puede hacer por medio de la aplicación ‘No Thanks’, creada por el  desarrollador palestino  Ahmed Bashbash, que ha sido víctima de la ocupación. La app es muy intuitiva y permite leer códigos de barras de cualquier producto que tengas en casa o que valores comprar

La app es gratuita y está disponible en Google Play Store y en App Store, permitiendo reconocer si un producto se encuentra en la lista del boicot. En caso de estarlo, aparece el mensaje “No Thanks”, y si no aparece, se muestra el mensaje “You are good”.

También cuenta con una sección que incluye todas las empresas boicoteadas, así como su nombre y logo, para poder facilitar la búsqueda y la consulta directa.

7. El Gobierno de Gaza alerta de que 100.000 niños pueden morir en "cuestión de días" ante la escasez de alimentos

La desnutrición mata en las últimas 24 horas en Gaza a otras cinco personas, incluido un bebé y dos niños

El número total de víctimas por desnutrición desde el inicio de la ofensiva israelí contra la Franja se eleva a 127, de los que 85 eran menores.

Artículo en infoLibre.

El número total de víctimas por desnutrición desde el inicio de la ofensiva israelí contra la Franja se eleva a 127, de los que 85 eran menores

La desnutrición mató a otras cinco personas, incluido un bebé y dos niños, en las últimas 24 horas en Gaza, informó el hospital Al Shifa de la franja palestina y recoge EFE. El bebé Hood Arafat había nacido hacía apenas unos diez días y no tuvo acceso a leche de fórmula. Su madre, también con problemas de malnutrición, no pudo amamantarlo.

El número total de víctimas por desnutrición desde el inicio de la ofensiva israelí contra la Franja se eleva a 127 de los que 85 eran niños, según cifras del departamento de Sanidad de Gaza.

El Gobierno gazatí, en manos de Hamás, advirtió además este sábado que más de 100.000 niños de dos años, incluidos 40.000 bebés menores de un año, se enfrentan "a la amenaza de una muerte masiva en cuestión de días", ante la escasez de leche de fórmula y suplementos nutricionales

El Gobierno gazatí, en manos de Hamás, advirtió además este sábado que más de 100.000 niños de dos años, incluidos 40.000 bebés menores de un año, se enfrentan "a la amenaza de una muerte masiva en cuestión de días", ante la escasez de leche de fórmula y suplementos nutricionales, dijo en un comunicado difundido por su Oficina de medios.

"Nos enfrentamos a una masacre prevista y deliberada que se está perpetrando lentamente contra bebés cuyas madres los han estado alimentando con agua en lugar de fórmula infantil durante días, como resultado de la política de hambruna y exterminio implementada por la ocupación israelí", recoge la nota.

En este sentido, el Gobierno gazatí alerta de que en los últimos días hospitales y centros de salud han registrado un aumento diario de casos de desnutrición grave y "potencialmente mortal "sin capacidad para responder ni tratarlos debido al colapso del sector salud y la falta de recursos médicos y alimentarios".

"Exigimos la entrada inmediata de fórmula infantil y suplementos nutricionales a la Franja de Gaza; la apertura inmediata e incondicional de los cruces fronterizos; el levantamiento total del bloqueo criminal y acción internacional urgente para detener esta masacre a cámara lenta", concluye el comunicado. 

"Exigimos la entrada inmediata de fórmula infantil y suplementos nutricionales a la Franja de Gaza; la apertura inmediata e incondicional de los cruces fronterizos; el levantamiento total del bloqueo criminal y acción internacional urgente para detener esta masacre a cámara lenta"

La agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés) ya había venido advirtiendo de que la desnutrición entre los niños menores de cinco años se había duplicado entre marzo y junio, como resultado del bloqueo israelí de la Franja de Gaza.

Según el COGAT, el organismo israelí encargado de los asuntos civiles en los territorios palestinos ocupados, agencias de la ONU y otras organizaciones distribuyeron el viernes cerca de 100 camiones humanitariosen la Franja sin dar más detalles, recoge el periódico israelí The Times of Israel.

Durante la madrugada, sin embargo,disparos del Ejército mataron a unas 24 personas y dejaron a más de 300 heridoscerca del puesto militar de Zikim, al noroeste de la urbe de Beit Lahia, mientras esperaban la llegada de camiones con ayuda, informó el hospital de Al Shifa.

8. Carta urgente al Gobierno sobre la tragedia de Gaza

Reiteramos, desde la desesperación, la impotencia y el dolor –que siempre será ínfimo comparado con la de las personas palestinas–, al Gobierno y representantes de Sanidad su deber y responsabilidad para impedir que miles de personas sean asesinadas por el hambre, en directo, ante nuestros ojos.

Gaza no aguanta más. Dos millones de personas están siendo sometidas a bombardeos impunes constantes, desplazamientos continuos, sin techo, sin agua, sin comida, sin electricidad y con un sistema sanitario brutalmente destruido. Hace más de cuatro meses que Israel bloquea completamente la entrada de suministros básicos en Gaza: alimentos, agua, medicinas, repuestos, fuel…, al tiempo que destruye el sistema de captación y depuración de aguas y prohíbe incluso el acceso al mar, tanto para el baño como para pesca

Artículo de Health Workers for Palestine en elDiario.es.

Gaza no aguanta más. Dos millones de personas están siendo sometidas a bombardeos impunes constantes, desplazamientos continuos, sin techo, sin agua, sin comida, sin electricidad y con un sistema sanitario brutalmente destruido. Hace más de cuatro meses que Israel bloquea completamente la entrada de suministros básicos en Gaza: alimentos, agua, medicinas, repuestos, fuel…, al tiempo que destruye el sistema de captación y depuración de aguas y prohíbe incluso el acceso al mar, tanto para el baño como para pesca. Además, en otro ejercicio más de crueldad y voluntad de destrucción, Israel ha puesto en marcha un sistema de reparto de comida totalmente ineficaz y que sirve de ratonera para asesinar a la población hambrienta, la Gaza Humanitarian Foundation (GHF). La situación es tan dolorosa que ya no quedan ni adjetivos para definirla.

El 18 de julio el Ministerio de Salud Palestina-Gaza declaraba “un número sin precedentes de ciudadanos de todas las edades, que sufren agotamiento y fatiga extrema, están llegando a los servicios de urgencias. Advertimos que cientos de personas cuyos cuerpos se han debilitado gravemente están en riesgo de muerte inminente debido al hambre y a que sus cuerpos han superado el límite de resistencia”. En las últimas horas varios sanitarios palestinos escriben en sus redes sociales que no tienen qué comer, como el Dr Mohammed Al Najjar en su cuenta de X hace unas horas: “los médicos en Gaza se desploman de hambre en los quirófanos. Los conductores de ambulancias no pueden conducir, con el estómago vacío. Un médico hambriento atiende a un paciente hambriento traído con un conductor hambriento. Pueblos libres del mundo: Digan basta a esta hambruna”.

Nos llegan cientos de mensajes de familias desesperadas, exhaustas, que muestran los cuerpecitos consumidos de sus hijos e hijas en un enésimo intento de poder mantenerlos con vida a costa de lo que sea. De forma oficial ya son 70 las personas asesinadas de hambre, pero creemos que son más y que, por supuesto, serán más si no se acaba con el bloqueo. 70 personas que se suman a los más de 59.000 asesinados (que serían más próximos a 400.000 según estudios recientes).

De forma oficial ya son 70 las personas asesinadas de hambre, pero creemos que son más y que, por supuesto, serán más si no se acaba con el bloqueo. 70 personas que se suman a los más de 59.000 asesinados (que serían más próximos a 400.000 según estudios recientes)

Hace dos meses realizamos un comunicado con varios grupos de sanitarios por Palestina dirigido a nuestro Gobierno pidiendo que exija el fin del bloqueo y la urgencia de hacer llegar suministros a Gaza. Nuestro Gobierno, que se define como progresista y cercano a Palestina, no ha implementado medidas concretas para presionar a Israel. Hemos escuchado varias declaraciones de condena a Israel, de reconocimiento del estado de Palestina, participación en el Grupo de la Haya, etc… Son palabras, cuando precisamos acciones: palabras y gestos que no se materializan en acciones reales que podrían presionar para intentar frenar el genocidio en Gaza.

Como sanitarias que nos duele Palestina, enumeramos a continuación algunas medidas que específicamente el Ministerio de Sanidad y sus integrantes pueden implementar para frenar el genocidio israelí y destrucción del sistema sanitario palestino: 

Condena pública a Israel y acciones humanitarias directas:

El Ministerio de Sanidad puede pronunciarse pública y de manera continuada, así como impulsar declaraciones formales del Gobierno y resoluciones del Congreso de los Diputados en condena a Israel por los ataques sistemáticos de estructuras y profesional sanitario, bloqueo deliberado humanitario en la Franja de Gaza, genocidio, ataques directos a la población civil, desplazamiento forzado y uso del hambre como crimen de guerra y la tortura de personas civiles palestinas en prisiones israelíes, entre ellas profesionales sanitarios. Deben exigirsela retirada de las fuerzas de ocupación Israelíes del territorio Palestino, el fin del bloqueo de la ayuda humanitaria y la puesta en libertad de las personas palestinas secuestradas por Israel sin cargos ni juicios.

Es preciso que el Ministerio de Sanidad establezca un Plan de Evacuación de pacientes Palestinos, con una partida presupuestaria específica y en coordinación con Consejerías Autonómicas de Sanidad, Sociedades Científicas y Centros Hospitalarios con capacidad de acogida y tratamiento específico

El Ministerio de Sanidad puede promover y facilitar las evacuaciones sanitarias de pacientes palestinos con sus familiares. Es preciso que el Ministerio de Sanidad establezca un Plan de Evacuación de pacientes Palestinos, con una partida presupuestaria específica y en coordinación con Consejerías Autonómicas de Sanidad, Sociedades Científicas y Centros Hospitalarios con capacidad de acogida y tratamiento específico.

Desde el 7 de octubre de 2023, la cifra insignificante de 31 pacientes han sido trasladados en evacuación sanitaria desde Gaza y El Cairo a España, ante los más de 10.000 pacientes y específicamente más de 4.000 niños que esperan evacuación médica urgente en Gaza según informes de la Organización Mundial de la Salud. Es una mínima y necesaria medida paliativa ante el sufrimiento que la inacción y la vinculación diplomática y económica internacional con Israel ejerce sobre la continuación del genocidio en Palestina.

El Ministerio de Sanidad puede proponer e impulsar propuestas estatales de acción directa que ejerzan presión visible sobre el bloqueo en Gaza, como el envío de convoyes sanitarios humanitarios bajo bandera del Estado Español, utilizando las diferentes vías de acceso marítimas y terrestres y exigir con presión internacional que se les permita el paso a Gaza. También podría emitir comunicados oficiales de apoyo y solicitud de protección a las iniciativas civiles que tratan de romper el bloqueo humanitario en Gaza.

Sanciones y ruptura de complicidad

España debe implementar un embargo integral de armas, con ruptura integral de contratos de compra-venta de armamento con Israel y la prohibición del uso de estructuras portuarias para el tránsito de material armamentístico hacia Israel

España debe implementar un embargo integral de armas, con ruptura integral de contratos de compra-venta de armamento con Israel y la prohibición del uso de estructuras portuarias para el tránsito de material armamentístico hacia Israel. Además de ello, Sanidad puede:

El Ministerio de Sanidad puede elaborar y difundir notas informativas sobre la Farmacéutica TEVA, empresa israelí de medicamentos genéricos y su papel como financiadora del Genocidio en Palestina, alertando e implementando medidas administrativas que limiten sus “transferencias de valor” a profesionales y sociedades científicas, sus ventas nacionales y a hospitales públicos, su red de distribución a oficinas de farmacia, su actividad empresarial y relaciones con Hacienda y sus contactos con Consejerías y el propio Ministerio. Puede establecer e incluir cláusulas éticas o de responsabilidad social en contrataciones públicas, que prohiban la participación de empresas israelíes en licitaciones y contratos públicos, dada su vinculación con el genocidio en Palestina. Dichas medidas pueden ser de aplicación directa en estructuras de competencia centralizada como INGESA (Instituto Nacional de Gestión Sanitaria), además de instar a las Consejerías de Salud Autonómicas a que establezcan medidas administrativas similares en su propio ámbito de competencia.

El Ministerio de Sanidad puede promover y exigir la suspensión de todas las colaboraciones sanitarias, académicas y científicas con instituciones israelíes

El Ministerio de Sanidad puede promover y exigir la suspensión de todas las colaboraciones sanitarias, académicas y científicas con instituciones israelíes.

Conjuntamente con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad puede promover la suspensión de convenios bilaterales con instituciones israelíes como aquellos proyectos de I+D dentro del Programa Horizon Europe, financiados por la Unión Europea, en los que participen instituciones y universidades israelíes junto a instituciones de investigación, Servicios Autonómicos de Salud y Universidades de Ciencias de la Salud del Estado Español. El listado de dichos proyectos ha sido publicado el 26 de mayo de 2025 por la Red Universitaria por Palestina en su informe “Estado de los compromisos universitarios en la suspensión de relaciones con Israel”.

Denuncias y presión internacional:

Dada la capacidad y responsabilidad técnica de este cargo puede coordinar misiones técnicas de emergencia en Gaza, que evalúen tanto los efectos del genocidio sobre la población en Gaza, como la vulneración de Israel de las normas del Derecho Sanitario Internacional

La ministra de Sanidad, Mónica García, ocupa desde mayo de 2025 un puesto en el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una posición influyente que puede utilizar para implementar medidas de protección a la población Palestina. Como miembro del Comité Ejecutivo de la OMS puede proponer resoluciones sanitarias que exijan asegurar el acceso de alimentos, medicación y material de primera necesidad a Gaza a través de mecanismos oficiales como UNRWA, asegurar las evacuaciones sanitarias para los más de 10.000 pacientes palestinos que esperan evacuación urgente desde Gaza y medidas reales de protección del sistema sanitario palestino. Asimismo, dada la capacidad y responsabilidad técnica de este cargo puede coordinar misiones técnicas de emergencia en Gaza, que evalúen tanto los efectos del genocidio sobre la población en Gaza, como la vulneración de Israel de las normas del Derecho Sanitario Internacional.

El Ministerio de Sanidad puede liderar denuncias humanitarias y exigir acciones concretas ante la Unión Europea a través de mecanismos como el Consejo EPSCO (Empleo, Política, Social, Sanidad y Consumo). Este consejo, formado por los Ministerios responsables en estas cuatro áreas es responsable de coordinar políticas en referencia al Estado de Bienestar Europeo. El Ministerio de Sanidad de España puede liderar declaraciones conjuntas con ministerios europeos sobre los efectos y riesgos para la salud pública a nivel global de las acciones israelíes con el bloqueo del acceso de alimentos y medicación en Gaza, genocidio contra la población civil y destrucción del sistema sanitario palestino, causando de manera deliberada una crisis nutricional en Gaza y la reemergencia de patologías infecciosas con capacidad epidémica. Este consejo puede solicitar formalmente al Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea que adopte medidas concretas y elevar el debate en foros de la ONU ante la amenaza que supone el Estado de Israel para el bienestar y salud pública a nivel global.

El Ministerio de Sanidad como autoridad sanitaria puede solicitar investigaciones independientes a través de la OMS, ACNUDH (Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos), CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja), sobre cada uno de los más de 700 ataques israelíes contra estructuras sanitarias y más de 1500 profesionales sanitarios asesinados

El Ministerio de Sanidad como autoridad sanitaria puede solicitar investigaciones independientes a través de la OMS, ACNUDH (Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos), CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja), sobre cada uno de los más de 700 ataques israelíes contra estructuras sanitarias y más de 1500 profesionales sanitarios asesinados.

Ataques israelíes como el asedio, asalto y ejecución de personal sanitario en el Hospital Al-Shifa por Israel en noviembre de 2023 y marzo-abril de 2024, el asedio al Hospital Nasser en Enero-Febrero 2024 junto al asesinato y secuestro de personal sanitario y pacientes, hallándose 283 cuerpos en una fosa común, maniatados y con vías de canalización médica aún conectadas, los asedios sucesivos al Hospital Kamal Adwan en diciembre de 2023 y octubre-noviembre de 2024 cuando Israel bombardeó el último hospital operativo en el norte de Gaza, personal sanitario fue asesinado por francotiradores israelíes y el Director del Hospital Dr. Hussam Abu Safiya, fue secuestrado junto a 240 personas entre pacientes y personal sanitario, habiéndose difundido imágenes y testimonios de desnudez forzosa, encadenamiento, entre otras formas de tortura utilizadas por Israel.

El Ministerio de Sanidad puede solicitar e impulsar condenas oficiales del Estado de España contra Israel ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por las torturas ejercidas en prisiones israelíes a personas palestinas retenidas, contraviniendo la Convención contra la Tortura de la ONU, ratificada por Israel y España.

Informes internacionales recogen ampliamente evidencia de tortura a personas palestinas retenidas en prisiones israelíes, incluyendo la participación y responsabilidad directa de sanitarios israelíes

Informes internacionales recogen ampliamente evidencia de tortura a personas palestinas retenidas en prisiones israelíes, incluyendo la participación y responsabilidad directa de sanitarios israelíes. Se mencionan casos específicos como el del Dr. Hassan Abu Safiya, Director del Hospital Kamal Adwan, que cumple más de 200 días de secuestro por Israel sin que se hayan aportado cargos, con testimonios e imágenes compartidas que evidencian tratos inhumanos, tortura y denegación de tratamiento médico, y el caso del Dr, Adnan Al-Bursh, jefe del Servicio de Ortopedia del Hospital Al-Shifa, secuestrado en diciembre de 2023 por las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel), retenido en varias prisiones israelíes y asesinado en la prisión de Ofer, con fuentes que aseguran que fue torturado y violado hasta fallecer, habiéndose negado Israel a publicar los resultados de la autopsia y a entregar el cuerpo a sus familiares.

Como ha referido la relatora de Naciones Unidas, Francesca Albanese, en múltiples declaraciones, hay herramientas para condenar y parar el genocidio y el sufrimiento de la población palestina por las fuerzas ocupantes israelíes. La principal limitación es la inacción y la falta de implicación real de nuestros gobiernos, ministerios e instituciones

Como ha referido la relatora de Naciones Unidas, Francesca Albanese, en múltiples declaraciones, hay herramientas para condenar y parar el genocidio y el sufrimiento de la población palestina por las fuerzas ocupantes israelíes. La principal limitación es la inacción y la falta de implicación real de nuestros gobiernos, ministerios e instituciones.

Y por supuesto, reiteramos, desde la desesperación, la impotencia y el dolor –que siempre será ínfimo comparado con la de las personas palestinas– al Gobierno y representantes de Sanidad, su deber y responsabilidad ante la sociedad civil de denunciar, presionar, sancionar, romper relaciones diplomáticas y comerciales y usar todas las herramientas que les ofrece su posición para impedir que miles de personas sean asesinadas por el hambre, en directo, ante nuestros ojos.

9. La crisis sanitaria invisible de los desplazados de Gaza

En The Lancet por David Tawfiles y Mohamed Reyad Zughbur.

Desde la escalada del conflicto en Gaza en octubre de 2023, los países vecinos han permanecido cerrados a los refugiados palestinos, alegando las consecuencias a largo plazo de cualquier movimiento a gran escala. A pesar de esta reticencia a aceptar refugiados, más de 115.000 palestinos han logrado huir a Egipto.

Si bien se ha prestado mucha atención a las condiciones dentro de Gaza, se ha prestado mucha menos atención a las personas desplazadas fuera de sus fronteras

Si bien se ha prestado mucha atención a las condiciones dentro de Gaza, se ha prestado mucha menos atención a las personas desplazadas fuera de sus fronteras.

El gobierno egipcio no ha otorgado formalmente el estatus de refugiado a quienes huyen de Gaza; en cambio, permite a la mayoría de las personas entrar con visas de turista de corta duración que vencen en cuestión de semanas. Una vez que estos documentos vencen, las personas se quedan sin permisos de residencia o de trabajo válidos, lo que dificulta gravemente su acceso a la atención médica, medicamentos o servicios preventivos básicos.<sup>1-3</sup> El resultado de esta restricción es una población creciente que se ve prácticamente excluida del sistema de salud formal de Egipto y se ve obligada a depender de clínicas de beneficencia o a renunciar por completo a la atención médica.

Muchas personas que huyeron de Gaza sufren heridas de guerra sin tratar, enfermedades crónicas y graves traumas psicológicos. Innumerables personas carecen del tratamiento necesario, lo que provoca un notable deterioro de la salud general de la población desplazada

Egipto alberga una de las mayores poblaciones de refugiados de la región. Sin embargo, a diferencia de otros refugiados, los palestinos desplazados no están bajo la protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ya que el gobierno egipcio no ha autorizado a la agencia a registrarlos. Además, el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente, responsable de los refugiados palestinos en otras partes de la región, no opera en Egipto.

Muchas personas que huyeron de Gaza sufren heridas de guerra sin tratar, enfermedades crónicas y graves traumas psicológicos. Innumerables personas carecen del tratamiento necesario, lo que provoca un notable deterioro de la salud general de la población desplazada.

Estas deficiencias aumentan el riesgo de emergencias secundarias de salud pública y la posibilidad de brotes de enfermedades, especialmente entre grupos vulnerables como niños, mujeres, personas mayores y personas con discapacidad.

Egipto, al igual que varios otros países de Oriente Medio, se muestra profundamente receloso ante cualquier acción que pueda indicar un reasentamiento permanente.

Egipto, al igual que varios otros países de Oriente Medio, se muestra profundamente receloso ante cualquier acción que pueda indicar un reasentamiento permanente

Si bien la política del país se enmarca como una defensa del derecho de los palestinos al retorno, ha agravado la vulnerabilidad y la exclusión de más de 100 000 palestinos que ya se encuentran en Egipto. El compromiso con la salud y el bienestar de la población palestina hasta que sea posible su retorno seguro es esencial. La coordinación de esfuerzos entre agencias internacionales, organizaciones sanitarias y autoridades locales en los países de acogida se ha convertido en una necesidad humanitaria y moral para evitar que el desplazamiento se convierta en una catástrofe sanitaria a largo plazo.

10. Gaza se muere de inanición: “¿Por qué nos están matando de hambre?”

El bloqueo israelí empuja a más de dos millones de personas a sobrevivir sin apenas alimentos. Más de 100 organizaciones denuncian una catástrofe humana provocada deliberadamente.

La arena quema bajo el sol abrasador en el campamento de Al Mawasi, pero Hamza, de tres años, apenas lo nota. Sus diminutas manos aprietan puñados de tierra que lanza contra su madre mientras agita una hoja de palma como si fuera un arma. “¡Tengo hambre, quiero comida!”, grita en un árabe entrecortado, con la voz quebrada por la desesperación

Artículo en El País Planeta Futuro de Mohamed Solaimane.

La arena quema bajo el sol abrasador en el campamento de Al Mawasi, pero Hamza, de tres años, apenas lo nota. Sus diminutas manos aprietan puñados de tierra que lanza contra su madre mientras agita una hoja de palma como si fuera un arma. “¡Tengo hambre, quiero comida!”, grita en un árabe entrecortado, con la voz quebrada por la desesperación.

Wafa Mohammed se arrodilla junto a su hijo menor mientras lo ve desplomarse por el agotamiento. El arrebato del niño se prolongará desde esa tarde hasta la única comida del día siguiente: unas cucharadas de lentejas compartidas entre seis miembros de la familia. Desde hace 11 días, ninguno ha probado el pan, un alimento básico que se convirtió en el pilar de la subsistencia cuando escasearon los demás. Ahora, no hay harina, por lo que el pan ha desaparecido por completo.

“Esta es, con mucho, la peor situación de hambre que hemos vivido”, dice esta madre de cinco hijos a EL PAÍS. “Desde que comenzó la guerra hemos contado cada bocado que podíamos permitirnos de cada comida, porque nunca sabíamos cuándo llegaría la siguiente. Pero ahora sabemos que simplemente no hay nada que comer”, afirma con impotencia y frustración, mientras intenta calmar a su hijo. Al menos 127 personas han muerto de hambre en Gaza, buena parte de ellos en los últimos días. El Gobierno de Gaza ha avisado este sábado de que más de 100.000 niños, incluidos 40.000 bebés, se enfrentan a la “amenaza de muerte”.

“¿Dónde está el mundo que dice preocuparse por los derechos humanos?”, clama Mohammed, con una voz que resuena por todo el campamento de desplazados. “Son cómplices de la ocupación en nuestra exterminación”, clama la mujer

“¿Dónde está el mundo que dice preocuparse por los derechos humanos?”, clama Mohammed, con una voz que resuena por todo el campamento de desplazados. “Son cómplices de la ocupación en nuestra exterminación”, clama la mujer.

La escena de niños llorando de hambre se repite a diario en toda Gaza, donde más de dos millones de palestinos enfrentan lo que expertos de Naciones Unidas y de otros organismos internacionales han calificado como una situación de hambre inducida intencionalmente. Desde el 2 de marzo, Israel ha cerrado todos los pasos hacia la Franja, cortando casi en su totalidad el suministro de alimentos a una de las zonas más densamente pobladas del mundo. Ni siquiera la leche de fórmula, el único alimento junto con la leche materna que pueden tomar los recién nacidos, ha traspasado el bloque israelí, según ha alertado Unicef.

Mientras algunos gobiernos occidentales exigen la entrada de ayuda, pocos han tomado medidas concretas. El pasado lunes, un grupo de 25 países, a los que luego se sumaron otros tres, pidió el fin inmediato del conflicto, pero la presión efectiva sobre Israel sigue siendo escasa. Los convoyes que logran cruzar apenas cubren una mínima parte de las necesidades. En abril, la ONU estimaba que se requerían al menos 500 camiones diarios. A mediados de julio, entraban menos de 100.

Mientras algunos gobiernos occidentales exigen la entrada de ayuda, pocos han tomado medidas concretas. El pasado lunes, un grupo de 25 países, a los que luego se sumaron otros tres, pidió el fin inmediato del conflicto, pero la presión efectiva sobre Israel sigue siendo escasa.

Mohammed retira una manta delgada para mostrar el abdomen de su hija mayor. Amna, de 12 años, pesa apenas 18 kilos, menos de la mitad de lo que pesaba antes de la guerra. Sus costillas sobresalen agudamente bajo una piel casi transparente, y apenas logra hablar más allá de un susurro. “Como unas cucharadas de lentejas o pasta al día y me sostengo principalmente con agua”, dice Amna, avergonzada por su estado. “Intento dar mi parte a mis hermanos, que no dejan de llorar por el hambre”.

En Gaza, los niños se han visto obligados a convertirse en cuidadores en medio de una crisis que ha trastocado todas las normas sociales. Amna se siente responsable de sus cuatro hermanos menores: Rashid, que también ha perdido la mitad de su peso; Asmaa, de siete años; Sama, de cinco; y el pequeño Hamza, cuyas rabietas son ya la banda sonora diaria de su sufrimiento.

“No recibo la ración de harina de mi familia de parte de UNRWA [la agencia de la ONU para los refugiados palestinos] desde antes de marzo, y no tengo dinero para comprar una cantidad suficiente”, explica Wafa. “Antes compraba uno o dos kilos, pero el asedio se endureció y ya no podemos comprar, sobre todo porque algunos productos alcanzaron precios decenas de veces más altos que los normales”

Desde que comenzó la ofensiva israelí el pasado 7 de octubre, la familia de Wafa Mohammed ha tenido que mudarse siete veces. Su casa ha sido destruida en un bombardeo israelí. Con el padre sin empleo desde que comenzó la guerra, sus ahorros se fueron esfumando con cada desplazamiento. Ahora sobreviven, o lo intentan, con lo que encuentran o lo que alguien logra compartir. “No recibo la ración de harina de mi familia de parte de UNRWA [la agencia de la ONU para los refugiados palestinos] desde antes de marzo, y no tengo dinero para comprar una cantidad suficiente”, explica Wafa. “Antes compraba uno o dos kilos, pero el asedio se endureció y ya no podemos comprar, sobre todo porque algunos productos alcanzaron precios decenas de veces más altos que los normales”.

Incluso el apoyo entre vecinos se ha derrumbado, añade. “Ni siquiera podemos pedir ayuda a las familias desplazadas cercanas porque todos enfrentan la misma hambre. La situación sobrepasa la capacidad de actuación de cualquier padre”, exclama esta madre desplazada

Incluso el apoyo entre vecinos se ha derrumbado, añade. “Ni siquiera podemos pedir ayuda a las familias desplazadas cercanas porque todos enfrentan la misma hambre. La situación sobrepasa la capacidad de actuación de cualquier padre”, exclama esta madre desplazada.

Antes del bloqueo total, la ONU operaba unos 400 puntos de distribución de alimentos en la Franja. Hoy, apenas cuatro siguen activos, gestionados por la recién creada Fundación Humanitaria de Gaza, una entidad bajo control israelí que organizaciones palestinas e internacionales califican de instrumento propagandístico. Son tan peligrosos que muchas familias los evitan: desde que comenzaron a operar, se han convertido en escenarios de matanzas casi diarias, según denuncian en un comunicado más de 100 organizaciones locales e internacionales.

De acuerdo con los datos de Naciones Unidas, hasta el 13 de julio, 875 palestinos han muerto mientras buscaban comida: 201 fueron asesinados en las rutas de ayuda y el resto en los propios puntos de distribución. Las cifras de los últimos días colocan las muertes por encima de 1.000. Y al menos 6.000 han resultado heridos. Al mismo tiempo, las fuerzas israelíes han forzado el desplazamiento de casi dos millones de personas, confinando a la población palestina a menos del 12% del territorio de Gaza tras una nueva orden de evacuación masiva emitida el 20 de julio. El Programa Mundial de Alimentos ha advertido de que las condiciones actuales hacen que sus operaciones sean “inviables”. “La inanición de civiles como método de guerra es un crimen de guerra”, recuerdan en su comunicado las ONG.

“Dormimos con hambre, despertamos con hambre”

A 20 kilómetros del lugar en el que sobrevive la familia de Wafa Mohammed, en una tienda apenas sostenida cerca de la carretera costera de Gaza, Jamal Ammar, de 65 años, ha desarrollado su propia estrategia de supervivencia. Recita versículos del Corán a sus nietas, en un intento desesperado de distraerlas y hacer que olviden los retortijones de hambre.

“En el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso”, recita con su voz gastada, casi ahogada por el ruido del refugio improvisado. Cinco niñas lo rodean, acurrucadas, huérfanas desde que su padre, Abdul Rahim, murió en un bombardeo israelí el pasado octubre. Farah, de dos años y medio, interrumpe constantemente, con su pequeña voz insistente: “Pan, abuelo, pan.” A Ammar se le parte el corazón cada vez. El pan se ha vuelto casi imposible de encontrar, incluso para quienes tienen dinero

“En el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso”, recita con su voz gastada, casi ahogada por el ruido del refugio improvisado. Cinco niñas lo rodean, acurrucadas, huérfanas desde que su padre, Abdul Rahim, murió en un bombardeo israelí el pasado octubre. Farah, de dos años y medio, interrumpe constantemente, con su pequeña voz insistente: “Pan, abuelo, pan.” A Ammar se le parte el corazón cada vez. El pan se ha vuelto casi imposible de encontrar, incluso para quienes tienen dinero.

El abuelo cuenta historias en árabe clásico, llena botellas de agua para crear la ilusión de estómagos llenos. Pero sus trucos rara vez funcionan por mucho tiempo. Veinticinco miembros de la familia —hijos, nietos, yernos— comparten un kilo de lentejas cuando logran conseguirlo. A cada persona le tocan unas tres cucharadas. “Apenas conseguimos unos pocos bocados para cada uno. Dormimos con hambre, despertamos con hambre y pasamos el día y la noche con hambre, pero lo que más duele es cuando los niños piden pan o algo de comer y no hay nada”, se aflige el hombre.

El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, informa de que llegan a los servicios de urgencia cifras sin precedentes de ciudadanos en estado de agotamiento extremo. Cientos enfrentan “una muerte inevitable por hambre” al sobrepasar el límite de lo que sus cuerpos pueden soportar, advierte la institución. Según sus datos, desde el 7 de octubre de 2023, han muerto en la Franja más de 59.000 personas, entre ellas, casi 18.000 niños.

Ammar ha perdido 16 kilos en tres meses. Tiene ojeras marcadas y su ropa cuelga floja sobre su cuerpo cada vez más delgado. Aun así, continúa con su rutina diaria de distracción y esperanza. “Estos son intentos continuos de hacer que los niños se olviden del hambre, aunque sea por un rato”, explica. Y añade. “Solemos fracasar, pero no perdemos la esperanza mientras no haya otra alternativa alimentaria”.

Las lágrimas empiezan a correr por su rostro mientras su voz se llena de ira. “¿Por qué nos están matando de hambre? ¿El mundo seguirá callado ante nuestra muerte lenta sin hacer nada real? ¿Dónde está Europa, que la semana pasada prometió entrada de ayuda, pero no impuso sanciones a Israel? ¿Por qué países como España o Irlanda, por ejemplo, no presionan más para que entre comida?”

Las lágrimas empiezan a correr por su rostro mientras su voz se llena de ira. “¿Por qué nos están matando de hambre? ¿El mundo seguirá callado ante nuestra muerte lenta sin hacer nada real? ¿Dónde está Europa, que la semana pasada prometió entrada de ayuda, pero no impuso sanciones a Israel? ¿Por qué países como España o Irlanda, por ejemplo, no presionan más para que entre comida?”, se pregunta el abuelo.

Esta hambre no es accidental. Mohammed Abu Jayab, editor jefe del periódico Al-Iqtisadia en Gaza, la califica como “la gestión israelí de operaciones de hambre para generar presión popular y obtener ganancias políticas en la mesa de negociación con Hamás”.

Barham al Qarra, director de la oficina en Gaza de Rahma Worldwide, vio cómo el trabajo humanitario de su organización colapsaba de la noche a la mañana. Durante enero y febrero de 2025, Rahma había distribuido 754 camiones de ayuda en Gaza, con verduras, frutas, suministros médicos, pollo, artículos de limpieza, carne enlatada, zapatos, harina, tiendas de campaña, mantas, ropa de invierno, colchones, arroz y equipos de diálisis. Ahora no pueden operar en absoluto.

Su organización tiene cientos de camiones de ayuda esperando en Egipto, Jordania e Israel. Solo la autorización israelí impide su entrada.

“No hay ningún alimento en Gaza, absolutamente ninguno”, afirma Al Qarra. “Todo el mundo en Gaza tiene hambre. No tenemos tiempo que perder: los gazatíes pueden morir en cualquier momento de inanición“.