Artículo de Opinión por José María Corpas

Avanzar o retroceder, cuestión política

Política - José María Corpas - Miércoles, 17 de Abril de 2019
Sobre el canal de participación que es la política y los dos modelos, "claramente enfrentados", que encontramos en el escenario político español. Un artículo de opinión de José María Corpas, abogado y secretario de Transparencia y Política Municipal del PSOE de Granada capital.
José María Corpas.
PSOE Granada
José María Corpas.

“La esperanza no es lo mismo que el optimismo. No es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte”.  (Vaclav Havel). 

Estas semanas se están publicando diversas encuestas que coinciden en el dato de que muchas personas no tienen tomada una decisión firme de voto. Y, sin embargo, existe la constancia de que la convocatoria de estas elecciones generales ha creado un clima de interés, de preocupación y de discusión. Esa misma tónica se está observando mas allá de nuestras fronteras. 

El lunes por la mañana nos despertábamos con la noticia de que, en Finlandia, la socialdemocracia ganaba las elecciones frente al bloque de ultraderecha, por un escaso margen de votos. Algo parecido ocurría en septiembre del año pasado en Suecia. En los dos casos, el estado de bienestar había sufrido los avatares de gobiernos conservadores que habían lapidado derechos y logros alcanzados durante mucho tiempo. Ese mismo escenario estamos viviendo en España, y cómo no, en nuestra capital. 

Tanto en los casos europeos como en el que estamos viviendo aquí, estos procesos electorales están despertando interés porque se están confrontando claramente dos modelos muy diferenciados. Esto  solo ocurre en los grandes momentos históricos de cambio. Y este es uno de ellos. De ahí que la primera de las claves sea la necesidad de movilizar a la sociedad para ejercer el derecho básico en una democracia: el voto.  

En Andalucía, muchas personas se arrepintieron de no haber acudido a las urnas  el 2 de diciembre. Pero por mucho que te quejes ese resultado, electoralmente, no se puede alterar. 

La política es un canal de participación, y de toma de decisiones encaminadas a que se puedan cambiar los modelos o, por el contrario, mantenerlos. 

En ese sentido, estamos quienes creemos en la necesidad de un cambio en el modelo económico porque el actual no crea empleos estables, salarios dignos y no soporta la globalización; y quienes, por el contrario, basan todo su esfuerzo en un crecimiento desmedido y sin control que crea constantemente injusticias. 

En íntima relación con esto último, estamos quienes pensamos que la sostenibilidad tiene que ser un eje prioritario de la política que se preocupe de la calidad de vida de quienes habitamos este planeta, frente a quienes consideran el futuro exclusivamente en el consumo y la producción. 

Y por supuesto está la igualdad, en el más amplio sentido de su palabra. Restablecer los principios quebrados durante los años de crisis, recuperando la cohesión social perdida e impidiendo las situaciones de explotación causadas por cuestiones de género o raza. O por el contrario, avanzar en la senda de las desigualdades. 

Estamos claramente asistiendo a la reapertura de debates que la sociedad ya entendía cerrados y superados, cuestionando así un modelo de convivencia que nos ha permitido vivir en España el periodo más largo de estabilidad democrática. Lo que están cuestionando estas derechas es precisamente ese marco basado en el diálogo, recordándonos constantemente tiempos que habíamos dejado atrás. Están volviendo a los discursos broncos, agresivos y de enfrentamiento, recuperando la vieja idea de que los enemigos están dentro. Así en sus discursos aparecen solo mensajes buscando la confrontación y ofreciendo pocas alternativas, o lo que es peor ocultándolas. 

En realidad, la derecha española no ha asumido aún que la sociedad les ha expulsado del gobierno por la corrupción, y que se ven abocados a la búsqueda de una persona que lidere un proyecto conservador. En su lugar, se han enfrascado, entre ellos, en la visión de una España excluyente. Lo decía Pedro Sánchez al convocar las elecciones del día 28 de abril: “Unos plantean un país en el que solo caben ellos, nosotros un país en el cabemos todos. Esta es la diferencia entre la foto de Colón y lo que ha defendido este gobierno”. 

Dos modelos claramente enfrentados y que tiene su reflejo más evidente en aquella famosa foto donde se retrataron los lideres del PP, Cs y de Vox que además tiene ya su representación de gobierno en Andalucía.  

La situación en España obedece claramente a una correlación de fuerzas que no es ajena a lo que está sucediendo en Europa, como decía al principio pero que tampoco lo es a lo que estamos viviendo en Granada. Si lo observamos, existe un paralelismo casi absoluto. En nuestro caso, y después del día en que el alcalde del PP salió entre cajas de cartones y “acompañado” por la policía, el PSOE solo con ocho concejales tuvo la obligación de hacerse con el gobierno municipal ante una situación absolutamente excepcional. 

Derecha, corrupción, y la necesidad de recuperar la dignidad son elementos coincidentes en dos escenarios, el nacional y el local, que han tenido un recorrido muy similar hasta el día de hoy.  Ahora, tenemos la certeza de que tiene sentido seguir trabajando para sentirnos parte de ese proyecto en donde predomine la certidumbre de la justicia, la igualdad, la libertad y el respeto al civismo.