'¿Es Andalucía más de derechas?'
Un par de días después de las elecciones andaluzas y en pleno 7 de diciembre, me apetece poner algunos números sobre la mesa y por supuesto como andaluz y militante socialista dar mi opinión para contribuir a desentrañar los resultados.
Mis primeras elecciones andaluzas como militante del PSOE y votante fueron las elecciones de 2008, me parece un buen momento para iniciar este pequeño análisis, por la redondez del número al cumplirse 10 años y de los resultados.
Este pequeño artículo no tiene más pretensión por mi parte que comprender yo mismo los resultados del 2D y para ello me baso en los datos de los cuatro comicios autonómicos celebrados entre 2008 y 2018, obtenidos de la edición digital del diario El País.
En las elecciones de 2008 votó un total de 4.528.271 personas, es decir un 72,67% del censo con una abstención de 27.33% (1.702.816).
Así que vamos a dejarnos de historias y lamentaciones y volvamos a recuperar no sólo la calle (lo digo también por las manifestaciones sucedidas tras los resultados) sino también las urnas y arrinconemos a la extrema derecha donde se merece, en los márgenes de una sociedad plural y progresista como es la andaluza
En estas elecciones quedó fuera del Parlamento el 'multinombres' Partido Andalucista. Sólo 3 fuerzas políticas obtuvieron representación en el Parlamento Andaluz; estos son los datos:
Partido escaños votos porcentaje
PSOE-A 56 2.178.296 48,41 %
PP 47 1.730.154 38,45 %
IULV-CA 6 317.562 7,06 %
Es decir, las fuerzas de centro izquierda sumaron un total de 2.495.858 por 1.730.154 del Partido Popular, 55,46% de los votos a 38,45%. Esto suma un total de 93, 91 % de los votos emitidos, si añadimos el voto en blanco, nulo y los votos a partidos extraparlamentarios alcanzamos el 100% y así será con los datos en adelante.
En los siguientes comicios, en 2012, hubo un cambio significativo en los resultados, nuevamente solo 3 fuerzas políticas obtuvieron representación parlamentaria, a saber,
PP 50 1.567.207 40,66 %
PSOE-A 47 1.523.465 39,52 %
IULV-CA 12 437.445 11,34 %
Con un total de voto válido de 3.876.780 (62.23%) y una abstención de 2.352.973 (37,77%), por primera vez el partido hegemónico de la derecha gana las elecciones (40,66%) sin embargo la suma de las fuerzas de izquierda obtiene mayoría y termina gobernando (2.004.652 votos, 62 escaños y 50,86% del voto válido).
La abstención se dispara respecto a las anteriores elecciones, aproximadamente un 10%.
El bloque de izquierda pierde un total de 491.206 votos siendo siendo el Partido Socialista el gran perdedor (- 654.804 votos) ya que en votos totales IU sube 120.000 votos aproximadamente.
El partido Popular pierde 162.497 votos.
En las siguientes elecciones, las adelantadas por la ya presidenta Susana Díaz en 2015, entran dos nuevas fuerzas en el Parlamento Andaluz, una en cada espectro ideológico, Podemos y Ciudadanos.
Los datos de esta elecciones son los siguientes, excluyendo a los partidos extraparlamentarios.
PSOE-A 47 1.409.042 35,43 %
PP 33 1.064.168 26,76 %
Podemos 15 590.011 14,84 %
C's9 9 368.988 9,28 %
IULV-CA 5 273.927 6,89 %
Votos contabilizados: 4.017.912 63,94 %
Abstenciones:2.266.104 36,06 %
Votos nulos:40.939 1,02 %
Votos en blanco:54.807 1,38 %
En este sentido y con bloqueos por parte de todas las fuerzas políticas, Susana Díaz termina gobernando con el centro derecha de C's.
Ambos bloque ideológicos, por separado suman los siguientes datos.
Soy partidario viendo los resultados de que Susana Díaz de un paso al lado, ya que me parece improbable que pueda seguir gobernando y no tendría sentido encabezar la oposición cuando los resultados, pese a ganar, hagan perder el gobierno tras 36 años
PSOE + Podemos + IU suman 2.272.350 votos y un porcentaje sobre el voto válido de 57.16%.
PP + C's suman 1.433.156 votos y un porcentaje del 36,04.
Los abstención apenas se mueve, existiendo en datos totales un aumento del cuerpo electoral.
Con estos datos podemos decir que las derechas pierden votos respecto a las anteriores (-130.000 votos aprox. ) aún con ese aumento de votantes anteriormente mencionado.
Las izquierdas sin embargo suman en total 268.000 votos aproximadamente. El partido socialista vuelve a perder votos dentro de este bloque (-110.000 votos) mientras IU pierde 164.000 aprox. Podemos afirmar a grandes rasgos que prácticamente todo lo perdido por estas dos fuerzas va a la nueva fuerza parlamentaria.
Y por fin, llegamos a la elecciones de 2018 en la que la ultraderecha ha llegado al parlamento. O al menos se ha quitado la careta.
Aquí los datos totales excluyendo a las fuerzas extraparlamentarias.
PSOE-A 33 1.009.243 27,95 %
PP 26 749.275 20,75 %
Cs 21 659.631 18,27 %
AA 17 584.040 16,18 %
VOX 12 395.978 10,97 %
Votos contabilizados: 3.691.859 58,65 %
Abstenciones: 2.602.546 41,35 %
Votos nulos: 81.133 2,2 %
Votos en blanco: 56.916 1,58 %
A simple vista podemos decir que claramente la Abstención se ha elevado (4 puntos aprox.) y que especialmente el voto nulo (de 41.000 a 81.000) y el voto en blanco ha subido bastante en proporción.
Por bloques las sumas serían las siguientes:
Bloque de izquierdas, Psoe + AA (Pod+Iu) = 1.593.283 y 44,13% del voto válido.
Bloque de derechas, PP + C's + Vox = 1.804.284 y 49, 99 % del voto válido.
Para comenzar mi análisis, me resulta paradójico indicar que las derechas han sumado 'solo' 74.130 votos más que los votos totales que obtuvo el PP con los mejores resultados de su historia (2008), en este caso dividido en 3 partidos.
Debemos empezar un proceso de renovación inmediato de caras y propuestas, en San Vicente y en los carteles electorales (de los ocho cabezas de lista socialistas, seis repetían, alguno por tercera vez, y los nuevos no eran precisamente nuevos en política); volver a hacer propuestas arriesgadas que haga que los jóvenes vuelvan a confiar en nosotros; que los mayores sigan estando orgullosos de su histórico partido
Estos datos me aventuran a decir varias afirmaciones, que lógicamente deberán ser contrastadas con estudios poselectorales; que en Andalucía, con un aumento del cuerpo electoral de más de 64.000 personas aproximadamente no existe mucha más población de 'derechas'. Que el voto ultra que ha obtenido VOX proviene en su casi totalidad del Partido Popular y de nuevos votantes al igual que los de Ciudadanos (en este caso también existe un traspaso de votos desde PSOE-A). Esta afirmación la hago tras leer los primeros análisis poselectorales, ya se observa como VOX crece principalmente en lugares donde PP y C's tenían buenos resultados en 2015).
También se desprende que desde los mejores resultados de las izquierdas (2.495.858 votos en 2008) a los de hace un par de días, (1.593.283 votos) se han perdido por el camino aproximadamente un millón de votos. Si ha subido el cuerpo electoral y se ha disparado la abstención y el bloque de derechas sólo ha sido capaz de captar 74.000 votos, a priori, parece evidente que esos votos están en las casas esperando que las opciones de izquierda vuelvan a seducirles.
Resulta paradójico que después de 36 años ininterrumpidos de gobierno socialista y con la posibilidad real de cambio debido a la dispersión del voto, simplemente repitiendo los datos de 2015, el resultado hubiese sido que la subido de las derechas hubiese igualado un poco más los bloques parlamentarios pero las izquierdas seguirían teniendo mayoría absoluta.
Y con estos números encima de la mesa, los dos partidos de izquierda se dedican a buscar culpables externos, que si Cataluña, que si la prensa, que si Madrid, que si Pedro y el avión que si Pablo y el chalé… resulta indignante, al menos para mí, observar que en ciertos análisis desde sectores más izquierdistas, se invita a pensar que el voto cautivo fiel al PSOE, ha ido en manada hacia VOX, volviendo a poner a Andalucía como una tierra de personas incapaces de elegir su futuro.
Sin embargo desde mi punto de vista todas las culpas o al menos la mayoría de ellas y las que no han llevado a esta situación están de Despeñaperros para abajo. Según se desprende de distintos estudios demoscópicos las candidatas de ambos partidos causan mucho rechazo en gran parte del electorado (menos en el propio, disparado en el ajeno), la campaña ha sido pobrísima en cuanto a propuestas y argumentos, entre besos y abrazos ya no se gana de calle y con dragones y resucitados tampoco. La propia animadversión entre Susana y Teresa (y Maíllo) tampoco creo que ayude, ni las críticas inter bloque. Situar a VOX como un actor más solo ha conseguido que parte del electorado se mueva más a la derecha por esa animadversión hacia el partido gobernante o hacia la izquierda en general, quizá sin ser conscientes de las propuestas fascistas, racistas, homófobas y demás lindezas o quizás si porque no nos olvidemos que una parte de la población siempre se ha sentido cómoda con esas ideas y propuestas.
Así que vamos a dejarnos de historias y lamentaciones y volvamos a recuperar no sólo la calle (lo digo también por las manifestaciones sucedidas tras los resultados) sino también las urnas y arrinconemos a la extrema derecha donde se merece, en los márgenes de una sociedad plural y progresista como es la andaluza.
Y más concretamente, refiriéndome al PSOE-A, al que pertenezco, soy partidario viendo los resultados de que Susana Díaz de un paso al lado, ya que me parece improbable que pueda seguir gobernando y no tendría sentido encabezar la oposición cuando los resultados, pese a ganar, hagan perder el gobierno tras 36 años.
Que los cargos sean ocupados por políticos profesionales y no por profesionales de la política, que sirvan a lo público durante unos años y después vuelva a la vida privada, no es de recibo observar como después de veinte años, hay personas que saltan de cargo a cargo sin importar la materia en cuestión.
Puedo comprender que legítimamente al haber ganado quiera intentar una investidura pero los números y las actitudes son las que son y pienso que es tiempo perdido.
Debemos empezar un proceso de renovación inmediato de caras y propuestas, en San Vicente y en los carteles electorales (de los ocho cabezas de lista socialistas, seis repetían, alguno por tercera vez, y los nuevos no eran precisamente nuevos en política); volver a hacer propuestas arriesgadas que haga que los jóvenes vuelvan a confiar en nosotros; que los mayores sigan estando orgullosos de su histórico partido; que los cargos sean ocupados por políticos profesionales y no por profesionales de la política, que sirvan a lo público durante unos años y después vuelva a la vida privada, no es de recibo observar como después de veinte años, hay personas que saltan de cargo a cargo sin importar la materia en cuestión.
El PSOE nunca ha sido un partido cobarde y estoy convencido de que estará a la altura de las circunstancias. No quiero un partido de sentimientos sino de razón, que defiende posturas netamente de izquierdas por el bien de la gente sin envolverse en banderas ni falsas identidades más allá de la libertad, la igualdad y la fraternidad.
Javier Pérez es licenciado en Ciencias Políticas y de la Administració, y posee estudios en Derecho, ambos en la Universidad de Granada. Actualmente, regenta una taberna de vinos y escucha la realidad política desde el otro lado de la barra. Ex secretario general de JSA-Fernando de los Ríos.