Un gran proyecto granadino convertirá los residuos de la extracción de aceite de oliva en fertilizante orgánico para el campo
Distintos colectivos y organismos han constituido un grupo operativo para abordar la gestión eficaz de los residuos derivados de producción del aceite de oliva en las almazaras, una problemática de gran calado en Andalucía, y su valorización como fertilizante orgánico para el olivar y otros cultivos.
Este grupo está integrado por la cooperativa San Isidro de Loja, Universidad de Granada, CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), junto con Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía-Granada, el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Ingenieros Técnicos Agrícolas y la Junta de Andalucía.
La generación de residuos en las almazaras constituye un problema económico y ambiental en el sector olivarero. España es el principal productor mundial de aceite de oliva, con una superficie de olivar que se concentra mayoritariamente en Andalucía, con más de 1,5 millones de hectáreas de cultivos, 815 almazaras y 40 orujeras, según detalla Faecta en una nota.
Los métodos de obtención del aceite de oliva en estas industrias genera efluentes y materiales orgánicos (hojas de olivo, restos de poda, alperujos y orujos) que requieren de una gestión eficaz y comprometida, para garantizar la eficiencia del sector productor, la sostenibilidad medioambiental y mejorar la cadena de valor del aceite de oliva.
Este proyecto, abanderado por la cooperativa San Isidro de Loja, una de las mayores productoras oleícolas andaluzas, aborda esta problemática con un ambicioso plan de trabajo que plantea la investigación y aplicación de innovadoras técnicas de compostaje y vermicompostaje, aplicadas al reciclaje de residuos para la obtención de un fertilizante orgánico de alta calidad, económico y que pueda ser usado en todo tipo de agricultura.
Además, el proyecto contempla acciones de concienciación y divulgación entre cooperativas, almazaras y agricultores, con la finalidad de realizar una transferencia de conocimientos que contribuya a la modernización y eficiencia del sector olivarero.
El Grupo Operativo defiende que el proyecto de Bioeconomía conllevará claros beneficios medioambientales como la disminución de la carga acumulativa de los residuos en las almazaras, prevención de la erosión y la desertización, gracias al aumento de la materia orgánica en el suelo, mejora de la calidad de aguas y prevención del cambio climático.
Desde el punto de vista de las almazaras, cooperativas y productores, se conseguirá una producción olivarera más eficiente, sostenible y competitiva.