Profesionales del SAS se manifiestan ante el incremento de agresiones: "No somos culpables de las deficiencias del sistema"
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Profesionales del Servicio Andaluz de Salud (SAS), convocados por los sindicatos SATSE, CSIF, CCOO y UGT, se han concentrado este jueves frente al centro de salud de Bola de Oro para condenar las crecientes agresiones que sufren y concienciar a las personas usuarias de que la deficiente gestión política es la verdadera responsable del deterioro de la sanidad pública, no el personal sanitario.
Para los sindicatos, las agresiones son injustificables y, a menudo, constituyen un delito. Sin embargo, la falta de personal, las dificultades para obtener citas, las largas listas de espera y las demoras en la atención están creando un ambiente en los centros sanitarios donde los profesionales se convierten en víctimas de la ira de los usuarios. Los propios datos oficiales del SAS avalan esta afirmación, como se refleja en el hecho de que durante 2024 se registraron en el SAS en toda Andalucía 1.866 agresiones, 362 de carácter físico (45 de ellas en Granada), un incremento cercano al 20% respecto al año anterior y la cifra más alta de ataques a profesionales de la Sanidad pública desde que existen registros.
Abandono de la sanidad pública
SATSE, CSIF, CCOO y UGT responsabilizan a la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía por la crisis de la sanidad pública, debido a su abandono, deterioro e inacción para ejecutar las medidas necesarias, empezando por el cumplimiento de los acuerdos como el de Atención Primaria que beneficiarían a la ciudadanía.
Los sindicatos entienden la frustración de la población por los problemas de recursos en la sanidad pública, pero insisten en que esto nunca justifica las agresiones hacia sus profesionales, quienes no son responsables de la situación y están haciendo todo lo posible para mantener la calidad de la atención.
En cualquier caso, demandan a Salud que continúe implantando medidas de seguridad, preventivas y disuasorias necesarias para evitar en todo lo posible las agresiones y que, en caso de consumarse, asegurar que el profesional agredido es atendido y apoyado en todo momento.
Por último, concluyen insistiendo que es fundamental también dotar a los centros sanitarios de los recursos humanos y materiales necesarios para atender a la ciudadanía como se merece ya que, aunque la violencia es inexcusable, se evitarían así situaciones de tensión con los profesionales que atiende en primera línea.