Los productores de chopo aprenden a convertir las ‘malas hierbas’ en aliadas para mejorar la biodiversidad y productividad de sus cultivos

E+I+D+i - IndeGranada - Jueves, 14 de Noviembre de 2024
La Agrupación Marjal ofrece un curso gratuito y abierto a todos los agricultores y selvicultores, este viernes en la sede del IFAPA.
El sábado 16 de noviembre tendrá lugar una formación práctica en diversas choperas de la Vega.
Agrupación de Productores de Chopo de Granada Marjal
El sábado 16 de noviembre tendrá lugar una formación práctica en diversas choperas de la Vega.

La Agrupación de Productores de Chopo de Granada Marjal ofrece este fin de semana un curso sobre manejo de la cubierta vegetal en choperas para la regeneración del suelo y la mejora de la biodiversidad y la productividad. Este programa, abierto a todos los interesados y de carácter gratuito, será impartido por el experto en permacultura Radko Tichalvsky en la sede del Instituto de Formación e Investigación Agraria y Pesquera (IFAPA) de la Junta de Andalucía (Camino de Purchil s/n) el viernes 15 de noviembre de 16.30 a 18.30 horas. El sábado 16 de noviembre tendrá lugar una formación práctica en diversas choperas de la Vega de Granada.

La gerente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE) y promotora de la Agrupación Marjal, Patricia Gómez, ha explicado que el objetivo del curso es mejorar la formación y la profesionalización de los productores de chopo a través del conocimiento de las comúnmente conocidas como ‘malas hierbas’ o plantas adventicias, que crecen de forma espontánea  en estos cultivos. “Las plantas adventicias son bioindicadoras: ofrecen una información global sobre la salud del suelo. Según de qué especie se trate, indican la presencia o ausencia de determinados nutrientes, las condiciones de aireación, o si está contaminado por metales pesados. Eso nos va a orientar en el manejo de la plantación”, ha resaltado.

El cuidado de la cubierta vegetal que crece entre los árboles es importante porque las herbáceas interactúan a través de las raíces con los chopos en relaciones simbióticas que mejoran la fertilidad del suelo y, por tanto, el crecimiento y la resiliencia de los cultivos. Además, actúa como una barrera contra plagas e insectos, mejora la biodiversidad de estos ecosistemas y contribuye a que la tierra retenga más humedad. “Roturar el suelo de forma constante para eliminar esa cubierta rompe la estructura del suelo y elimina los microorganismos necesarios para descomponer los nutrientes de los que se alimenta el chopo”, ha señalado Gómez. 

“Queremos usar esas plantas que salen de forma natural en nuestro beneficio, en el del ecosistema, y en regenerar los suelos, que en la Vega de Granada están muy castigados por el excesivo uso de productos químicos fitosanitarios y abonos, especialmente procedentes de la agricultura”

Por todo ello, estas buenas prácticas suponen un ahorro para las explotaciones, ya que los selvicultores van a optimizar el riego y necesitarán menos productos fertilizantes y pesticidas, lo que a su vez beneficia al medio ambiente y reduce la contaminación de las aguas subterráneas. “Queremos usar esas plantas que salen de forma natural en nuestro beneficio, en el del ecosistema, y en regenerar los suelos, que en la Vega de Granada están muy castigados por el excesivo uso de productos químicos fitosanitarios y abonos, especialmente procedentes de la agricultura -ha añadido la gerente de COSE-. Con un simple cambio de mentalidad y de manejo de estas cubiertas, con soluciones basadas en la naturaleza, mejoramos la sostenibilidad y la rentabilidad de las choperas”. 

Sin olvidar que al incrementar la materia orgánica de la que se nutren los chopos aumenta la cantidad de carbono orgánico en el suelo, un gran reservorio que se revalorizará de cara a la venta de créditos en el mercado voluntario de emisiones, que puede aportar a los populicultores una renta complementaria.

Este curso forma parte de un ciclo organizado por la Agrupación Marjal que comenzó con un primer taller sobre sanidad vegetal y continuará con otro sobre rentabilidad de las explotaciones. Marjal, que se constituyó en mayo de 2022, reúne a cien productores con más de 1.400 hectáreas de choperas, en su mayoría en la provincia de Granada. 

La Agrupación celebró hace unos días la subasta de los primeros lotes de madera con certificación PEFC, que garantiza el cumplimiento de estrictos requisitos ambientales y de gestión en el cultivo del chopo. En total se adjudicaron 5.584,575 metros cúbicos de madera -el 55,3% del total en venta-, con un precio total de 517.606,83 euros. La madera subastada procede de choperas de Fuente Vaqueros, Santa Fe y Láchar.