Un estudio muestra cómo los pacientes mayores con enfermedades crónicas empeoraron durante la pandemia por la falta de atención médica
Un reciente estudio del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.Granada) en colaboración con el Departamento de Enfermería de la Universidad de Granada, ha revelado los efectos adversos que la pandemia de COVID-19 tuvo en pacientes mayores con enfermedades crónicas en centros de atención primaria del Servicio Andaluz de Salud por la disrupción de la atención médica.
Esta investigación, que forma parte de la tesis doctoral titulada “Impacto de la pandemia COVID-19 en la salud física y mental de pacientes con enfermedades crónicas” del doctor Rubén A. García Lara, enfermero en la Zona Básica de Salud de Íllora, ofrece una perspectiva integral sobre cómo la pandemia ha afectado la salud física, mental y social de esta población vulnerable.
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en 2020, se implementaron restricciones de movimiento y confinamientos para contener la propagación del virus, lo que resultó en una disrupción de los servicios de atención médica, especialmente en el seguimiento y tratamiento de enfermedades crónicas. La Organización Mundial de la Salud informó que la pandemia afectó gravemente los servicios de prevención y tratamiento de enfermedades no transmisibles debido a la cancelación de tratamientos planificados, el cierre de programas de cribado poblacional y la reasignación de personal sanitario para atender casos de COVID-19.
148 pacientes mayores de 65 años analizados
El estudio realizado en varios centros de atención primaria adscritos al Distrito Granada Metropolitano incluyó a 148 pacientes mayores de 65 años con enfermedades crónicas como diabetes mellitus, hipertensión, obesidad y dislipidemia, quienes fueron evaluados antes, durante y después de la fase crítica de la pandemia. Los resultados mostraron un deterioro significativo en el estado funcional y cognitivo de estos pacientes durante el confinamiento y las sucesivas olas de COVID-19, efectos que se mantuvieron incluso durante la fase de transición.
En términos de control de enfermedades crónicas, los hallazgos indicaron que durante las restricciones hubo un aumento en los niveles de HbA1c en pacientes con Diabetes Mellitus, señalando un peor control glucémico, aunque estos niveles mejoraron en la fase de transición.
En cuanto a la hipertensión, se observó un incremento en los pacientes con presión arterial alta, tanto durante como después del confinamiento, sugiriendo un control insuficiente. Por otro lado, el Índice de Masa Corporal de los pacientes mejoró a lo largo del estudio. Los niveles de colesterol total y LDL mejoraron inicialmente durante el confinamiento, pero empeoraron en la fase de transición, mientras que los niveles de triglicéridos y HDL mostraron fluctuaciones similares. Estos resultados reflejan desafíos en la gestión de enfermedades crónicas durante la pandemia, exacerbados por una reducción del 64.6% en consultas presenciales y del 62.6% en visitas domiciliarias.
La telemedicina no fue suficiente
El estudio subraya la necesidad de implementar estrategias para mitigar el impacto de futuras crisis sanitarias en la atención de pacientes crónicos. La pandemia evidenció la importancia de mantener la continuidad de la atención médica y la necesidad de integrar servicios de telemedicina de manera efectiva. A pesar de que la telemedicina fue promovida como una alternativa, los resultados indican que esta medida no fue suficiente para compensar la reducción de las consultas presenciales.