Casi una veintena de extrabajadores de Avinatur presentan una demanda conjunta por despido improcedente
Una empresa suministradora de Mercadona es demandada por despido improcedente en Purullena
Hasta 19 despidos cuyas razones no están del todo claras es lo que denuncian los extrabajadores de Avinatur, una empresa subcontratada por Mercadona y afincada en la localidad granadina de Purullena.
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Centro de Avinatur en Purullena.
- 19 extrabajadores de Avinatur presentan una demanda conjunta por despido improcedente y critican las duras condiciones laborales a las que se enfrentaban
Tras estos hechos, los despedidos se unieron para protestar contra las razones por las que fueron destituidos y darlo a conocer. “Nos han despedido por informarnos sobre nuestros derechos laborales, sólo por informarnos porque no hemos demandado nada”, explica Jorge, uno de los afectados.
El caso ha tenido mucha repercusión en el pequeño municipio de Purullena, donde muchos de los vecinos, directa o indirectamente, conocen la situación de los empleados de Avinatur. Pero también ha experimentado un alcance considerable en las redes sociales debido a la movilización de los trabajadores. Y es que a los despidos improcedentes de casi una veintena de exempleados, hay que sumar una larga lista de condiciones precarias de trabajo que los trabajadores han decidido a posteriori documentar en un vídeo a modo de protesta.
De este modo, critican “la escasez de los equipos de protección individual, incompletos y de mala calidad; que el movimiento de jaulas se hace arrastrándolas a pulso, sin carretillas, por encima de una pasta mezcla de excrementos de aves y agua cargada de detergentes que emana un olor nauseabundo y un aire irritante; los cubos en los que se acumulan las aves muertas durante su transporte pasan a contener todo el despiece de carne después de tan solo un enjuague de agua; esos mismos contenedores se colocan junto a las taquillas de los empleados, en las que estos guardan el agua y el almuerzo a falta de nevera, microondas o espacio de comedor”.
Además de todo esto, tanto los que permanecen en Avinatur, como los que fueron destituidos insisten en “la dureza del trabajo. Una jornada que en muchos casos consiste en colgar aves sin parar,o coger cajas del suelo y vaciarlas en las cintas transportadoras sin descanso, unas cajas de entre 15 y 18 kilos de peso”.
“Las condiciones contractuales que acompañan estas tareas son muy exprimidas”, con contratos temporales con un salario base de 650 euros. Nóminas que para llegar a mileuristas precisan de jornadas de 12 e incluso 15 horas, en las que las extra se retribuyen a precio normal. “Los cambios de turnos de trabajo y las modificaciones horarias se avisan a última hora mediante ‘WhatsApp’ y hay que recuperar los 30 minutos de la hora de comer al final del día”, relata Alejandro.
Dadas estas condiciones, algunos trabajadores se reuniern para ser asesorados acerca de sus derechos laborales. “Acudieron a nosotros y organizamos hasta tres reuniones meramente informativas, en las que se les indicó cuál era el convenio al que podían acogerse y qué recogía en referencia a condiciones laborales y contractuales, equipamiento y jornadas laborales”, cuenta Miguel Romero, representante e CNT-AIT, quien asegura que “a estas reuniones acudieron siempre más de 50 trabajadores, y en la tercera fueron cerca de 100”.
Avinatur había delegado la gestión de personal a otras 4 empresas, tres de ellas de trabajo temporal: Cárnicas Giraldo S.L.U., Access, Crit y Adecco, que, tras conocer los hechos, mejoraron la situación de los empleados. “A mediados de julio los trabajadores recibimos un horario fijo, no se nos volvió a modificar a última hora por ‘WhatsApp’ y respetaban más o menos la jornada laboral de 8 horas”, detalla Javier.
Sin embargo, los empleados denunciaron que dos semanas después, cuando terminó el mes, 19 personas fueron despedidas, todas ellas figuras muy implicadas en las reuniones informativas que se habían organizado. Además, Avinatur rescindió los contratos con estas empresas e inició un proceso de reabsorción de parte de los trabajadores.
“Los 19 nos vimos de repente en la calle, sin una justificación ni una razón. Personas con familia, con hijos, hipotecas y deudas que llevaban más de dos años en la empresa. Si te mantienen durante tanto tiempo será porque eras un buen trabajador, ¿no?”, pregunta Alejando. “A mí, el mismo viernes que me despiden, un rato antes me habían dicho que era un gran trabajador y que estaban muy contentos conmigo. No lo entiendo”, asevera.
Una docena de empleados presentaron una demanda conjunta por despido improcedente.
“No queremos ninguna indemnización, no queremos dinero. Queremos que nos devuelvan nuestro trabajo. Yo quiero seguir trabajando en mi pueblo y no es justo que tenga que sentir esta rabia porque me despiden a pesar de años como trabajador ejemplar. Ni siquiera he pedido un solo día de baja”, sentencia Jorge.