Campaña Inagra "Buenavoluntá granaína".
Homenaje al genial periodista, músico y compositor, en el segundo aniversario de su muerte

Jesús Arias, el vacío de la inmensidad

Cultura - Juan I. Pérez - Lunes, 11 de Diciembre de 2017
Tributo a Jesús Arias, periodista, músico y compositor, un gran genio creativo, en el segundo aniversario de su muerte.
Jesús Arias.
Patri Díez
Jesús Arias.
‘Lo que más pena me da

es no poderte alcanzar

en tu nuevo destino’

Jesús Arias, letra de la canción Exilio/Adagio Súbito, con música de Antonio Arias, en el LP de Lagartija Nick Crimen, Sabotaje y creación

Aquel 1 de diciembre de 2015 vivió Granada la peor de las heladas. Congeló la sangre y las almas. Congeló las partituras, el papel, los correos electrónicos y se callaron las guitarras. El yunque silenció. Oscureció la constelación de Orión, la más hermosa del cielo.

Apenas dio tiempo a reaccionar.

La magnitud del vacío de la inmensidad.

Siendo la muerte la única verdad absoluta, no por ello su llegada súbita condiciona el presente de los que deja, aturdidos por el golpe, heridos. Arrepentido por un tiempo que no compartí. Una llamada que devolver, una cita pendiente

La que deja un ser genial, excepcional y único; un creador inmenso; un amigo, cuando la amistad era palabra. Necesito completar siete vidas para devolver lo que su generosidad nos regaló.

Siendo la muerte la única verdad absoluta, no por ello su llegada súbita condiciona el presente de los que deja, aturdidos por el golpe, heridos. Arrepentido por un tiempo que no compartí. Una llamada que devolver, una cita pendiente.

En el caso de Jesús, su pasado no se agranda con su marcha, como a menudo suele ocurrir con aquellos que se van a otro nuevo destino. Inmenso es y queda por descubrir su universo. Esa misión nos alienta.

Después de todo, aun con inmenso dolor, la muerte es también un síntoma de que hubo vida. Y cuánta vida.

Y la muerte solo adquiere su condición funesta cuando se olvida. De palabra, obra y omisión.

En el caso de Jesús, su pasado no se agranda con su marcha, como a menudo suele ocurrir con aquellos que se van a otro nuevo destino. Inmenso es y queda por descubrir su universo. Esa misión nos alienta

Reconozco a Jesús, luego vive de otra forma, en ese descomunal trabajo de Lagartija Nick, Crimen, Sabotaje y creación, dedicado “a Jesús Arias, hermano y maestro”.

Lo siento en la recreaciones de Agonía, agonía y Europa, Europa; en el Teatro bajo la arena; La Leyenda de los hermanos Quero y en el canto desgarrado de Juan Pinilla

Lo reconozco y lo siento profundamente en esa obra maestra que es Exilio/Adagio Súbito. Estremece durante los 11 minutos y 20 segundos. Me hace temblar… quisiera que nunca acabara. Una canción sublime, en la que participan, además, Ángel Arias, construyendo sonidos con el sampler, y Carmen Celeste Arias, acariciando el violín.

Jesús Arias era un genio en cualquier disciplina que abarcara. Pero su radical modestia y nula pedantería le impidieron obtener todo el reconocimiento público que merecía en el periodismo o en la música, como compositor, arreglista, letrista y guitarrista. Y por supuesto, no solo en el rock, como demostró en su Mater Lux, una cantata medieval con coros, las voces flamencas de Juan Pinilla y Soleá Morente, la percusión de Eric Jiménez, con un yunque de protagonista y sonidos de astronautas pregrabados. Un montaje espectacular.

Omega, la monumental obra de Enrique Morente y Lagartija Nick, en la que tanto influyó, no es solo un ejemplo de su genialidad artística y forma de ser. Es el ejemplo de un ser generoso en la creación que pocas veces reivindicó la autoría o influencia de esta o aquella canción, esa letra o arreglo.

Jesús Arias retratado por Patri Díez en uno de los ensayos con Tymon Dogg.

Reconozco a Jesús, luego vive de otra forma, en ese descomunal trabajo de Lagartija Nick, Crimen, Sabotaje y creación, dedicado “a Jesús Arias, hermano y maestro”

Entre otros méritos que habría que reconocerle, Jesús Arias fue uno de los personajes clave en la creación de la movida musical granadina. Su conocimiento del inglés,  su insaciable deseo de aprender, de cultivar la Cultura y, en una de sus vertientes prioritarias, explorar nuevos caminos sonoros le convirtió en una de las autopistas por las que llegaron a la capital las nuevas influencias de Londres. Y ya, en su etapa del instituto, promovía la creación de grupos, del que más tarde surgirían KGB o TNT.

Un genio se presenta en tu vida y no lo percibes. Nos quedamos, a veces, en lo accesorio, en lo superfluo y no vemos más allá. Y Jesús Arias pasó por nuestra vida, derrochando toda la genialidad y portento creador. Nos queda su recuerdo, su trabajo, sus creaciones en múltiples facetas, como la música y el periodismo. Fue una referencia en las dos disciplinas. Y así apareció en numerosas publicaciones y películas documentales, sobre Joe Strummer, o la movida en Granada… o en Omega.

Jesús fue el artífice de un nuevo periodismo: alejado de tópicos, interesante, atractivo, culto, directo, humano… desprovisto de accesorio, en el que elevar a categoría de noticia, un creador, una creación, algo que vemos todos los días y no reparamos en ello. Fue Jesús un género periodístico, un adjetivo, una idea

Muchos son los grupos y discos sobre los que dejó su influencia. Uno de ellos, el memorable 'Omega'. Él le dio sentido a la idea y al proyecto. Elaboró un documento de un centenar de páginas donde explicaba con todo detalle el proyecto musical Omega, para Enrique Morente y Lagartija Nick, tras analizar el poema. Y planteaba una propuesta sonora con poemas concretos y su posible musicalización. (Parte de estos párrafos, extraídos del reportaje El ‘Omega’ de Jesús Arias (I), publicado en El Independiente de Granada, el 11 de diciembre de 2016)

El periodista tan fascinante, tan rico, tan contador. Tan rácana la profesión en reconocer méritos ajenos, para los que podemos hablar en libertad, Jesús fue el artífice de un nuevo periodismo: alejado de tópicos, interesante, atractivo, culto, directo, humano… desprovisto de accesorio, en el que elevar a categoría de noticia, un creador, una creación, algo que vemos todos los días y no reparamos en ello. Fue Jesús un género periodístico, un adjetivo, una idea. Y así  firmó algunas de las mejores páginas jamás escritas en la prensa. Difícil emplear la palabra precisa. Solo al alcance de unos pocos privilegiados, sumar la rapidez de ideas y en la brillante redacción.

Y seguiremos contándolo. Para que siga vivo. Con toda la admiración.

De momento, si quieres repasar algunas de las informaciones en las que aludimos a Jesús Arias:

Y sus últimas creaciones periodísticas, publicadas en El Independiente de Granada, sobre Tymon Dogg. Tuvimos el honor de contar con él en el primer número de nuestro diario digital: