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Música

Hugh Cornwell: La semana de las menos jóvenes glorias

Cultura - J.T.G. - Viernes, 9 de Mayo de 2025
Una crónica del paso por la sala Tren del que fuera líder carismático de The Stranglers. Si te gusta la música, no te la puedes perder.
Hugh Cornwell, en el escenario.
J.T.G.
Hugh Cornwell, en el escenario.

El que tiene es porque tuvo. Y lo que tuvieron es historia. Por casualidad en la misma semana han coincidido aquí en días sucesivos el que fuera líder carismático de The Stranglers, Hugh Cornwell, con The Pixies y el sábado con Dick Manitoba, beligerante voceador de los iracundos Dictators. Tres bandas que nunca pasaron por Granada, porque en sus tiempos mozuelos nuestra ciudad estaba apartada de los circuitos internacionales. Y en nada llegan Dead Kennedys (18 junio) otros que tal. Ya lo dijo el clásico: "nunca es tarde si la dicha…". Al menos tan buena como la de Cornwell. 

El que escribió que "ya no quedan héroes como Sancho Panza", demostrando conocer bien ‘El Quijote’, (¡y también, como relacionó divertidamente, todos los pueblos de Cádiz!) pasó por la Tren orgulloso de su pasado y presente, aunque se anunció que sería una retrospectiva Stranglers, no llegó a tanto. A sus 75 años mantiene una figura añosa pero solemne, hasta que sonó el primer acorde de su ajada Strato negra, y ahí el vigor juvenil se hizo presente en su ataque duro con un sonido crujiente poco complaciente, como corresponde a un músico que fue bisagra entre el Punk y la New Wave, con la crudeza de los primeros y el gusto por la melodía perfecta de los segundos. 

Se acompañó por un sobresaliente bajista, Pat Hughes, y el ajustado baterista Windsor McGilvray, un tipo bien artillado con una tienda entera en su set de batería, además de hacer coros; los dos músicos que le han acompañado en la grabación de ‘All The Fun Of The Fair’, su última producción

Se acompañó por un sobresaliente bajista, Pat Hughes, y el ajustado baterista Windsor McGilvray, un tipo bien artillado con una tienda entera en su set de batería, además de hacer coros; los dos músicos que le han acompañado en la grabación de ‘All The Fun Of The Fair’, su última producción, y la que traía casi de estreno aquí. Un trío de presencia rocosa a mayor gloria de un repertorio impecable, proteico, coloreado vocalmente y con quiebros juguetones y recuerdos de postín: en los momentos más floreados uno recordaba a The Kinks en directo en los 80 de paso por Sevilla. Curiosamente, y fue digno de agradecer, que prescindiera completamente del humo sintético del que se abusa tanto hoy en día, así como de la iluminación ‘espectacular’, que convierte los conciertos en discotecas: apenas un par de colores por canción y luces completamente fijas sin deslumbrara contraluz. Un placer. Tampoco quiso que se le hicieran muchas fotos, ni videos telefónicos, para él un concierto es una experiencia en tiempo real que comienza y acaba en sus canciones. 

Y en esas las hubo, y muchas, que evidenciaban su buen gusto compositivo, y su necesidad de alterar el recuerdo para mantenerlo vivo. Ocurrió con las clásicas de Stranglers, no siempre las más conocidas, pero que en el caso de la esperada ‘Golden Brown’ se ofreció con cierto tono jazzístico  sin sus teclados barrocos como si la interpretara Dave Brubeck. Otras piezas de su antigua marca fueron presentadas como más escondidas, caso de ‘Nice 'n' Sleazy’, ‘Dead Loss Angeles’, ‘Nuclear Device’ o ‘Duchess’, no en cambio ‘Always The Sun’, en los bises y muy coreada por el público, por cierto que con más que notable presencia de la colonia británica en Granada. 

Se acompañó por un sobresaliente bajista, Pat Hughes y el ajustado baterista Windsor McGilvrayFoto: J.T.G.

Otros momentos reseñables de un concierto con menos nostalgia de la esperada fueron ‘Moments Of Madness’ con su inspiración reggae o ‘When I Was A Young Man’ y su inmediatez (tan Jam) declarando que eso del ‘Forever Young’ es una falacia. En 'Pure Evel' recordó al motociclista Evel Knievel, y aseguró que 'Mr. Leather' era una pieza en modo Lou Reed. Curiosa también fue que los bises hiciera una versión de uno de los grupos ‘contra’ los que se hizo el punk: los espesos Cream de Eric Clapton, interpretando su ‘White Room’. En estas cosas sí que se nota que el tiempo ha pasado, en este caso para bien. Hoy y mañana más maduros interesantes.