Fallece Miguel Giménez Yanguas

Miguel Giménez Yanguas, una de las personalidades más relevantes de Granada, ha fallecido este miércoles a los 86 años.
El ingeniero tenía un impresionante archivo, así como un imponente museo de aparatos. Pero, sobre todo, su prodigiosa memoria de todo lo ocurrido en Granada en las últimas décadas, o siglos, lo convertía en una referencia. Ha sido uno de los mayores defensores y difusores del patrimonio granadino, de ahí que se convirtiera en uno de los filántropos más apreciados en la ciudad.
Hace dos años, en el homenaje que le tributó el Colegio Oficial de Ingenieros, en su dicurso señaló: "Por azares del destino, he tenido la ocasión y el placer de contribuir, quizá de un modo más activo que otros, a la puesta en valor de nuestro patrimonio tecnológico, que constituye una dimensión más de nuestro patrimonio histórico y cultural. Con ello, no he hecho sino sumar mi esfuerzo al de otras muchas personas que estáis aquí presentes o que ya nos han dejado".
Recordó que no había sido una tarea fácil, porque preservar el patrimonio significaba en sus inicios y, en cierta medida, también hoy, "oponerse a la destrucción y el arrasamiento; convencer a propietarios privados e instituciones públicas del valor que revisten determinados restos del pasado económico; gestionar la adquisición de maquinaria y documentos por parte de las instituciones culturales a las que debía competer su custodia; promover campañas de denuncia pública de muchos expolios, colaborar en proyectos museológicos que tuvieron una desigual fortuna".
Expresó su voluntad de que su colección pudiera ser acogida por una institución
También entonces, como dijo, "en el otoño" de su vida, mostró su preocupación por "lo a lo largo de los años" había rescatado "de la destrucción y el olvido". Expresó su voluntad, compartida con su familia, de que esta colección "pudiera ser acogida por una institución, sin otra contrapartida que velar por su conservación y difusión".
No se trata, como manifestó durante ese merecido homenaje, de una colección destinada al "deleite personal de quien la ha reunido", sino de "un muestrario del pasado local que siempre ha tenido una vocación pública".
"Siempre he considerado que soy un mero depositario de un patrimonio que es de todos y me he limitado a cuidarlo, enriquecerlo y compartirlo con cuantos lo aprecian. Y buscando objetos, he encontrado amigos. Este doble premio justifica todos los sinsabores y hace que esta noche sea especialmente emotiva para mí", trasladó en aquel emotivo homenaje.
Descanse en paz.