Los trabajos de rehabilitación del Maristán, en el Albaicín, avanzan de tal modo que las tareas de reconstrucción, utilizando nuevos materiales pero también maderas que se han conservado durante centurias, para la recuperación de lo que fue el pabellón sur del antiguo hospital nazarí levantado en el siglo XIV podrían estar listas antes de final de año.
Los plazos se han visto afectados por el parón de los trabajos en la primera ola del coronavirus, ha explicado a Europa Press el arquitecto responsable del proyecto, Pedo Salmerón, que ha detallado que las obras, que lleva adelante el Patronato de la Alhambra y Generalife, tratan de recuperar esta instalación, cubierta en los últimos años hasta el inicio del proyecto constructivo por una estructura de uralita, de la manera "más fidedigna posible".
También el protocolo covid ha conllevado que la semana pasada hubieran de parar unos días los trabajos, que estaban ya a buen ritmo este último lunes. Pese a que algunos habían sido protegidos ante los efectos del paso de los años, los pilares fueron desmontados para volver a colocarse. En concreto, los de la planta alta son los mismos que había, y se reponen tras haber sido conservados por partes.
Pocas maderas de la época
Hay pocas maderas de la época nazarí recuperadas pero hay algunas, en concreto, alrededor un diez por ciento de las que se podrán contemplar una vez esté íntegramente recuperado el pabellón sur, el situado en la parte del solar más cercana a la Carrera del Darro y, por ende, a la ladera de la Alhambra. Son pocas pero son "oro", subraya gráficamente el arquitecto.
En el artículo que firma Salmerón con Francisco Campos, Diego Garzón y Rosa Pérez de la Torre sobre el Maristán en el número 49 de 'Cuadernos de la Alhambra', en el monográfico que dedicaba al 150 aniversario del recinto nazarí como Monumento Nacional en 2020, se explica el proyecto de consolidación y restauración del pórtico sur del Maristán, el único sector del edificio original que sobrevivió "como una estructura de cierto porte".
"Pese a su situación ruinosa", presenta "un valor en sí mismo" en tanto "permite seguir paso a paso la actuación sobre cada material constitutivo sea madera, fábrica de ladrillo o tapial, que se puede desmontar, remontar o reforzar", explican los expertos.
"Los muros no se demuelen, sino que se dotan de resistencia mediante envolventes compatibles con el original, para recuperar su valor portante y funcional", agregan para concluir dando las directrices para "una recuperación integral del espacio patrimonial".
Siguiendo las técnicas que se vienen desarrollando para este tipo de enclaves patrimoniales en los últimos tiempos, y con la rehabilitación del Corral del Carbón como modelo en cuanto al resultado, también en la capital granadina, en general será "muy parecido" al que pudieron ver los antepasados de los vecinos del Albaicín de hoy, habiendo "un poco más de innovación" en la cubierta.
Los muros de tapial estaban en condiciones "deficientes" por su exposición a los agentes atmosféricos, y quedarán tras los trabajos reforzados con revestimiento de cal hidráulica armada con una malla metálica, teniendo en cuenta también las técnicas que marca la normativa para resistir mejor a los terremotos.
Ventana arquelógica para el visitante
Se prepara, asimismo, una ventana arqueológica para que el visitante pueda contemplar didácticamente las partes menos deterioradas con el tiempo y que se adecentarán manteniendo su esencia para su exposición.
Como ya informó el Patronato de la Alhambra y Generalife a principios de año, el exhaustivo seguimiento arqueológico que se está llevando a cabo en la parcela donde se ubicaba el antiguo hospital nazarí, mandado a construir por Muhammad V en 1367, ha permitido igualmente descubrir un acceso por la calle Bañuelo de época medieval y unas escaleras en la esquina suroeste del edificio, y conocer el perfil de la alberca que preside el patio.
Los trabajos en el Maristán de Granada, cuya primera fase es la que se está desarrollando en principio hasta final de año, ayudan a vislumbrar la composición arquitectónica del edificio tras la reconstrucción de los muros de la planta baja y el lateral oeste, punto de partida de la recuperación volumétrica del pórtico sur.
La viguería también ha sido revisada completamente y, tras desmontar todas las maderas originales, se han seleccionado las que aún pueden reutilizarse, reparado las que presentaban defectos y sustituido las inutilizables por tablones de roble laminados y encolados.
El Maristán de Granada es un testimonio excepcional del esplendor que adquirió la ciudad hispanomusulmana en el siglo XIV, por ser el único hospital de al-Andalus del que se tiene suficiente información.
El edificio estuvo organizado en torno a un patio rectangular con alberca y, a lo largo de su historia, sufrió numerosas modificaciones.