El Patronato de la Alhambra y Generalife ha sacado a licitación la redacción del proyecto para la segunda fase del Maristán de Granada, un proyecto que también incluye la dirección facultativa de la obra y supera los más de 300.500 euros de inversión. La directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rocío Díaz, se ha mostrado satisfecha por este nuevo trámite “fundamental” para la finalización completa de la intervención sobre los restos del que fuese el antiguo hospital nazarí ubicado en el Albaicín.

“Seguimos cumpliendo con los granadinos que durante años demandaron la recuperación de este edificio adscrito a la Alhambra”, ha destacado la directora del Patronato, quien ha explicado asimismo que esta segunda fase busca la conservación, protección e integración de las estructuras arqueológicas emergentes presentes en el ámbito de actuación, así como la recuperación del conjunto del inmueble. Para ello, se atenderá a los resultados obtenidos en las intervenciones arquitectónicas y arqueológicas de la primera fase de consolidación y restauración del pórtico sur del Maristán, que desde el pasado mes de enero se puede visitar a través del itinerario cultural ‘Dobla de Oro’.

Qué se va a hacer

La segunda fase permitirá la consolidación singular de la medianera situada al este, la recuperación total del patio y la alberca, así como la protección de los restos de la construcción original, su correcta exposición y visualización, o la formalización de un acceso para personas con movilidad reducida desde la calle Portería de la Concepción, entre otros aspectos.

Díaz ha recordado que uno de los objetivos del Patronato de la Alhambra y Generalife es que "el Albaicín, barrio declarado también Patrimonio Mundial, se vea beneficiado de la gestión de la Alhambra, ya que los granadinos tienen que sentir y notar que el monumento nazarí reporta beneficios para la ciudad en materia de patrimonio, y este es un buen ejemplo de ello".

Desde una visión actual, la recuperación del Maristán de Granada, mandado construir por el sultán Muhammad V, supone, a juicio de la directora general del Patronato de la Alhambra y Generalife, cerrar un capítulo decisivo de la historia de la ciudad colaborando, al mismo tiempo, en su desarrollo cultural y socioeconómico.