En un comunicado conjunto, los sindicatos recuerdan que durante "más de cinco años el sector sanitario ha sido castigado sin reserva, con recortes inaceptables, con la excusa de una crisis económica de la que ni los profesionales sanitarios ni los ciudadanos somos responsables en absoluto. A pesar de ello, tanto los profesionales como ciudadanos y pacientes han sufrido recortes en la atención sanitaria, en medios y recursos, afectando negativamente tanto a la calidad asistencial como a la seguridad de los paciente".

Para los sindicatos la vuelta a las 35 horas desde enero pasado es la recuperación de un derecho que se arrebató a los profesionales

Por ello, consideran que "la vuelta a las 35 horas en la sanidad pública Granadina, desde primeros del presente año, no es otra cosa que la recuperación de un derecho de los profesionales que les fue hurtado sin contemplaciones por la Administración, y que la sanidad sufrió como ningún otro sector".

Por lo tanto, señalan, "no aceptaremos pasivamente la posibilidad de imponer nuevamente las 37,5 horas, máxime cuando las razones de situación crítica, que se utilizaron en su día para imponerlas, ya no existen, por lo que carece de sentido alguno querer imponerla nuevamente, por razones de oportunismo político entre distintas administraciones".

Continúan SATSE, SMA, SAE  y SACECO afirmando que "la defensa del derecho recuperado de las 35 horas conllevará, si es necesario, el inicio de movilizaciones y actividad sindical y social en el conjunto de la provincia de Granada. Al mismo tiempo que confiamos en que la Junta de Andalucía ejerza su capacidad autoorganizativa para respetar las condiciones laborales de los profesionales, así como el empleo generado por la vuelta a las 35 horas. Sin olvidar la calidad asistencial y seguridad para el paciente aportados por la recuperación de profesionales para dar atención sanitaria y cuidados".

Y para concluir, hacen un llamamiento tanto al Gobierno central como a la Junta de Andalucía "para que la confrontación entre administraciones no perjudique a la sanidad pública ni a quienes la hacen posible cada día, es decir, los profesionales, confiando predomine el sentido común y el interés por una sanidad pública fortalecida y el respeto a las condiciones laborales de los profesionales".