• Intelectuales y profesionales de la salud, la educación, la filosofía y el psicoanálisis conversan sobre la crisis del sistema sanitario en Andalucía

“El neoliberalismo rebaja las prestaciones sanitarias y remite la carga del cuidado de sí a cada individuo, pero los responsables sanitarios andaluces han creído poder gobernarlo con una gestión basada en la excelencia. Sus buenas intenciones son un sonoro fracaso”

Legitimado por asociación con el proyecto europeo y la modernidad, el neoliberalismo se ha venido aplicando en España desde la época de la Transición democrática de una manera implacable. La crisis reciente ha puesto de manifiesto que el Estado del Bienestar ha dejado de cumplir los efectos pacificantes y de distribución de la riqueza con la que se definió en su día, porque en los últimos años ha dejado desprotegidos a millones de españoles.

“Los gestores nos dicen a los médicos lo que tenemos que recetar” dijo uno de los tertulianos, mostrando de esa manera lo perverso de un sistema que intercala las razones financieras entre el personal sanitario y el paciente. Un sistema de gestión pensado con las mejores intenciones para llegar en igualdad a toda la población, pero que produce “profunda insatisfacción” en profesionales y en pacientes. Ambos contemplan con indignación cómo la burocracia sanitaria andaluza, el “cortijo” al que se referían en la manifestación del 15-O, no termina de entender qué es lo que está pasando.

Las declaraciones de responsables del Partido Popular apuntándose sin vergüenza al carro de las manifestaciones ciudadanas y una reciente entrevista con la Consejera de Salud en la que de nuevo ella insiste en que este malfuncionamiento del sistema sanitario se soluciona con más y mejor gestión también fueron comentadas.

El malestar ciudadano con la asistencia sanitaria andaluza es un signo claro de las dificultades del discurso de la gestión para hacer funcionar un sistema al que ella misma ha contribuido a dañar. La ideología de la gestión es uno de los dispositivos neoliberales más nocivo para los intereses de profesionales y pacientes La deshumanización de la atención sanitaria es uno de sus efectos más evidentes. La mala calidad de la atención sanitaria es otro de sus consecuencias. “Mucho slogan y poco análisis”, dijo un tertuliano al respecto.