Misión Benaiges, el mar de la Memoria
La historia de Antoni Benaiges Nogués resume la dura represión que sufrieron los maestros y maestras de la República tras el golpe militar de 1936. Destacó por sus avanzados métodos pedagógicos, aplicando la técnica Freinet, y su compromiso con la escuela y la educación de su alumnado en el pequeño pueblo burgalés de Bañuelos de Bureba y los golpistas le arrebataron la vida y truncaron también el avance de la educación que impartía.
Nacido en Mont-roig del Camp (Tarragona) el 26 de junio de 1903, fue asesinado en Briviesca (Burgos) el 19 de julio de 1936. 88 años después de su ejecución, han sido otros niños y adolescentes quienes le han hecho el homenaje más hermoso, cumpliendo lo que un día prometió a aquellos chavales que aprendieron con él: ir a ver el mar.
Ese viaje del grupo de 29 chicos y chicas -10 de ellos de Granada- ha sido mucho más que esa excursión, para ver el mar, al pueblo natal del maestro, cuya historia se ha popularizado con la película "El maestro que prometió el mar
En realidad ese viaje del grupo de 29 chicos y chicas -10 de ellos de Granada- ha sido mucho más que esa excursión, para ver el mar, al pueblo natal del maestro, cuya historia se ha popularizado con la película "El maestro que prometió el mar", como explica a El Independiente de Granada Javier González, secretario de la Asociación Antoni Benaiges. Esa actividad ha cerrado un círculo que comenzó con la restauración de la escuela, convertida en un museo que alberga actividades culturales y sociales.
Un punto de encuentro en el que se recupera y dignifica su memoria, mostrando su labor que se ha conocido con el tiempo en parte por una de las actividades que impulsó en la escuela, una imprenta que editaba los cuadernillos con los temas que trataba con el alumnado. En uno de esos cuadernillos los chicos explicaban cómo creían que era ese mar que no habían visto nunca.
La idea de esta actividad que se ha sumado a toda esa labor que ya desempeñaba la asociación, partió de dos profesores, Teresa y Carlos. Han sido, siguiendo esa filosofía de aprendizaje y base social, unos días muy intensos, con visita a la escuela en Bañuelos, pero también a Atapuerca; a lugares de Memoria como La Barranca, en La Rioja, donde hay más de 400 víctimas enterradas o a la localidad de Maella, en Zaragoza; y, por último, a Mont-Roig, el pueblo natal del maestro, donde pudieron conocer a los familiares de Benaiges, en un acto cargado de emoción, resalta Javier González.
En todos esos lugares, añade, se han volcado con la iniciativa, ofreciendo albergues o, en el caso de Renfe, con refrigerio en el paso por la estación de Atocha.
La experiencia ha sido "muy enriquecedora"; un gran ejercicio de convivencia durante las intensas jornadas vividas.