Flores para María Teresa al cumplirse 24 años de su desaparición en Motril
La familia de María Teresa Fernández, la joven desaparecida en Motril el verano de 2000 sin que hasta el momento se haya podido aclarar lo sucedido, han depositado flores este domingoen el monolito en memoria a todas las personas desaparecidas que se levantó en el parque de los Pueblos de América.
Un sencillo e íntimo acto para volver a recordarla, coincidiendo con la fecha en la que se cumplen 24 años de su desaparición.
En un acto íntimo, los padres y hermanas de María Teresa Fernández, la joven de Motril desaparecida en verano del año 2000 y cuya investigación sigue abierta, le han rendido un homenaje este domingo con una ofrenda floral.
La familia no tira la toalla y, además de seguir buscando sin descanso, hace un llamamiento para que toda aquella persona que viese algo, por insignificante que parezca, lo comunique a la Policía.
En declaraciones a Europa Press, el padre de María Teresa, Antonio Fernández, ha requerido también la colaboración de todo aquel que haya podido saber algo sobre el caso para que pueda abrirse alguna nueva línea de investigación que a la familia le permita seguir "adelante", reconociendo que la búsqueda de nuevas pistas sobre el paradero de Ángeles Zurera, mujer que desapareció en Aguilar de la Frontera (Córdoba) el 2 de marzo de 2018, es una "ventana" para la esperanza para "todos los desaparecidos".
Se trata de que "no desaparezca su nombre, su rastro y su investigación", ha añadido Fernández, que se congratulaba por el entorno de Zurera al hilo de que la Guardia Civil activara el pasado viernes una nueva búsqueda de pistas en un terreno agrícola de la Campiña Sur cordobesa, entre las localidades de Monturque y Cabra, sobre su paradero.
Lo que sí lamenta la familia es que en su momento no se hiciera un careo entre Tony King, el asesino de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes, y su amigo Robert Graham. Porque el nombre de María Teresa salió a relucir en una de las declaraciones.
La joven desapareció el 18 de agosto de 2000 después de que su padre la dejara en pleno centro de Motril, cerca de la parada del autobús que la joven iba a coger para encontrarse con su novio en la playa y acudir a la feria junto a sus amigos .
"Estamos tan mal" que "no hemos podido hacer otra cosa más", ha asegurado el padre de María Teresa, que, en cualquier caso, no pierde con su familia el contacto con la Policía Nacional, que en los últimos años no ha tenido novedades sustantivas sobre el caso, que se volvió a reconstruir "desde el principio" con colaboración de un equipo especializado policial venido de Madrid.