Estudiantes de la Universidad de Granada, la mayoría futuros profesionales de la docencia, participan este miércoles en unas jornadas organizadas por la Junta y la institución universitaria que ofrecen formación y dan a conocer protocolos de actuación para hacer frente al acoso escolar.

Bajo el título 'II Jornadas contra el acoso escolar', el foro, impulsado por el Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ) en el marco del programa 'Código Universidad', incluye varias ponencias a cargo de profesionales de la salud, la docencia, el derecho y la seguridad para sensibilizar en valores como la convivencia y el respeto a la diversidad y la igualdad en aulas, redes sociales y en el propio entorno de los menores.

La delegada del Gobierno andaluz en Granada, Sandra García, ha destacado la obligación de la administración pública de dar respuesta a esta violencia. "El acoso escolar es un tipo de violencia marcada por un esquema de dominación-sumisión que ocurre en muchos casos ante la mirada de otras personas, no solamente en el contexto escolar, sino en el entorno de la víctima, y con más frecuencia en la red", ha lamentado.

A su juicio, se hace indispensable "educar en igualdad y para la igualdad" y "para favorecer la convivencia", para lo que la Junta pone a disposición recursos informativos para profesionales y familias, además de contar con un protocolo de actuación en supuestos de acoso escolar.

La Ley de Juventud de Andalucía, aprobada recientemente, refuerza la lucha contra estereotipos de género y comportamientos discriminatorios, y trabaja por la prevención del acoso escolar a través de programas y actuaciones que suponen inversiones superiores a los 485 millones de euros para un periodo de cuatro años.

"Tenemos que trabajar en el día a día, no solo en los centros educativos, sino también en ámbitos como las nuevas tecnologías, en las que se vierten prejuicios, comentarios que inciden en los estereotipos de género o que destacan unas actitudes y ridiculizan otras", ha afirmado García para apelar a la necesidad de impedir que se interiorice en nuestros jóvenes la violencia y que "se normalice lo que no es normal".